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Estos dibujos de teosinte y maíz muestran grandes diferencias entre las dos plantas, pero este último surgió tras unos cambios en solo unos pocos genes del teosinte, produciéndose frecuentemente la hibridación y retrocruzamiento. (Foto: A'ndrea Elyse Messer/Penn State)
El maíz es un importante cultivo agrícola que proporciona alimento e incluso también combustible. Conocer bien la historia evolutiva de este cultivo de primera necesidad es esencial, pero los yacimientos arqueológicos que contienen maíz bien conservado son escasos. Una nueva investigación, en un yacimiento arqueológico de Honduras, puede aportar algunas pistas importantes que permitan resolver algunos de los misterios del inicio del cultivo agrícola del maíz.
El equipo de Douglas J. Kennett (izquierda), de la Universidad Estatal de Pensilvania en Estados Unidos, ha estado datando mediante la técnica del carbono maíz antiguo y otro material orgánico del abrigo rocoso El Gigante en Honduras. Todo apunta a que hace 4.300 años el maíz ya estaba lo bastante domesticado (adaptado al cultivo agrícola) como para servir de alimento de primera necesidad entre los pobladores de las tierras altas hondureñas.
La abundancia de objetos y la conservación excepcionalmente buena en el refugio rocoso ubicado en la escarpadura occidental del río Estanzuela, en las tierras altas del oeste de Honduras, lo hacen un yacimiento ideal para explorar la domesticación del maíz y su transición hacia el estatus de cultivo de primera necesidad en América.
La mayoría de los investigadores están de acuerdo en que el maíz evolucionó desde la planta conocida como teosinte, en alguna parte del área de Balsas de la región sudoccidental de México, apareciendo hace unos 9.000 años. Pero las mazorcas del maíz original tenían pocos granos.
El maíz en El Gigante es interesante debido a la rapidez de su aumento de tamaño. Estas mazorcas son mayores que las conocidas en otras áreas de México para el mismo periodo de tiempo.
Si bien existe un tipo de teosinte en el área de El Gigante, no es el que se hibrida con el maíz.
Foto: Mazorcas de maíz conservadas en la roca de El Gigante, Honduras, datadas directamente por AMS 14C. La mazorca más grande, representada en el centro, tiene aproximadamente 10 cm de longitud. Las primeras cuatro mazorcas de la izquierda datan del período Formativo Tardío (aproximadamente 2.200 años BP), mientras que la mazorca en el extremo derecho data del periodo Arcaico Tardío, casi dos milenios más antigua (aproximadamente 4.100 años BP). La investigación de especímenes de El Gigante revela que los antiguos agricultores seleccionaban por numerosos rasgos, el desarrollo y el cultivo de una amplia gama de variedades de maíz. Crédito: Thomas Harper
Los datos de El Gigante sugieren ahora que el maíz, en algunas partes de Mesoamérica, era lo bastante productivo como para ser un alimento cotidiano hace 4.300 años.
Fuente: noticiasdelaciencia.com | 9 de agosto de 2017
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