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Donald Johanson le da la mano a 'Lucy' en presencia de Juan Luis Arsuaga / MEH
Fuente: Materia | Nuño Domínguez | 29 de septiembre de 2013
Hace casi cuarenta años que el estadounidense Donald Johanson descubrió en Etiopía el fósil del siglo. Lo que parecía el codo de un mono resultó ser parte del esqueleto de una nueva especie de australopiteco que vivió hace tres millones y medio de años y que ya tenía un rasgo muy, muy humano: caminaba de pie. Aquellos fósiles se convirtieron en Lucy, versión coloquial de la nueva especie Australopithecus afarensis, y Johanson, junto a sus colegas de expedición, en uno de los paleoantropólogos más célebres del momento.
Lucy le pegó una sacudida al árbol de la evolución humana y enfrentó al Homo sapiens con el que por entonces era su primer ancestro: una hembra de un metro de altura con brazos larguísimos y un cerebro diminuto para los estándares humanos.
Foto: Donald Johanson con los huesos de Lucy en el tiempo en que fueron descubiertos.
Este fin de semana, Johanson ha visitado por primera vez otro yacimiento cuyos fósiles sacudieron el árbol de la evolución humana a mediados de los 90: Atapuerca, Burgos. El experto ha reconocido que no estaba “preparado” para “la enorme cantidad de información que se ha descubierto en este yacimiento y para lo que aún queda por descurbir”. Atapuerca, ha dicho, “es el yacimiento más importante de Europa para entender la evolución humana”.
Johanson ha visitado el yacimiento burgalés acompañado por Juan Luis Arsuaga, uno de sus codirectores (izquierda).
Durante una rueda de prensa posterior en el Museo de la Evolución Humana (MEH), el paleoantropólogo estadounidense ha explicado las novedades en su trabajo como director del Instituto de los Orígenes Humanos, en la Universidad de Arizona. Johanson ha resaltado que hasta el momento ya se han acumulado 400 fósiles de A. afarensis. Esos restos han permitido demostrar que aunque la estirpe de Lucy aún subía a los árboles para cobijarse y pasar buena parte de su vida, ya tenía el modo de locomoción bípedo que caracteriza a nuestra especie. Esto sirvió para argumentar que antes de que hubiera humanos, ya existían los andares humanos. Hace 3,6 millones de años, esos andares quedaron grabados para siempre cuando los afarensis pasaron por encima de las cenizas de un volcán, dejando a su paso las huellas de Laetoli, en Tanzania.
Durante su visita a Burgos, Johanson se acercó a una reproducción de Lucy en el MEH y la cogió de la mano. Mientras posaba para las cámaras, Johanson confesó: “No sé si ella tenía tanto pelo, ni tampoco si podía reírse”. De hecho la risa sigue siendo, por ahora, un atributo único de los humanos, pues nuestros parientes vivos más cercanos, los chimpancés, no lo hacen, según señaló Arsuaga.
El instituto que dirige Johanson continúa excavando en dos yacimientos africanos. El primero, en Etiopía, está centrado en buscar fósiles que permitan esclarecer el origen del género Homo. El segundo, en Suráfrica, está “investigando indicios de comportamiento humano” hace unos 150.000 años.
Johanson ha defendido el valor de la ciencia en tiempos de crisis. “Nuestra especie debe seguir invirtiendo en ciencia”. “Cuanto más investiguemos más preparados estaremos para afrontar los retos que nos esperan como especie”, ha resaltado.
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El descubridor del fósil Lucy propone la colaboración de Atapuerca y Arizona
Fuente:ABC.es | 28 de septiembre de 2013
El director del Instituto de los Orígenes Humanos de Arizona (Estados Unidos), Donald Johanson, descubridor de "Lucy", un esqueleto bastante completo de hace 3,2 millones de años, se ha mostrado hoy "interesado" en establecer lazos de colaboración del centro que dirige con Atapuerca.
Ha asegurado que el Instituto de los Orígenes Humanos pretende alcanzar acuerdos internacionales y ha considerado que en este objetivo encajan los yacimientos de Atapuerca, en España, y algunos de África donde también se estudia la evolución humana.
En rueda de prensa durante una visita a los yacimientos de Atapuerca y al Museo de la Evolución Humana en Burgos, Johanson ha afirmado que las colaboraciones podrían consistir en el intercambio de moldes de fósiles, de científicos y estudiantes y del uso de laboratorios.
Ha recordado que desde que se encontraron en 1956 los restos que se identificaron como de un Neanderthal, han ido encontrándose más restos en varios lugares del mundo, pero sólo Atapuerca ofrece un "retrato completo" con varios especímenes de homínido desde hace dos millones de años.
Se ha mostrado "impresionado" por el tamaño y la riqueza de los yacimientos de Atapuerca, aunque también por el esfuerzo para presentar los hallazgos en el Museo de la Evolución Humana, que ha conocido en lo que ha definido como "una primera visita que seguramente no será la última".
Johanson, que ha estado acompañado por el director científico del museo y codirector de Atapuerca, Juan Luis Arsuaga, encabezaba una delegación de National Geographic.
Ha señalado que en este momento colabora en dos frentes de investigación en África, uno de ellos en Etiopía, donde continúan las investigaciones para encontrar más restos del género Homo y del Austrolopithecus Afarensis, que era la especie de "Lucy".
En otro en el sur de África, donde se están realizando hallazgos importantes del comportamiento humano de hace 150.000 años.
El paleoantropólogo estadounidense ha insistido en la necesidad de que se mantenga el esfuerzo de fondos públicos para apoyar las investigaciones científicas, pese a la crisis económica.
En este sentido, ha afirmado que "cuánto más avancemos en todas las disciplinas científicas, más preparados estaremos para los retos futuros de nuestra propia especie".
Donald Johason: "Gracias a otro hallazgo, el próximo año pondremos cara a Lucy"
«No sé si sonreía así, ni siquiera si lo hacía, ni si tenía tanto pelo».
El paleoantropólogo Donald Johanson (Chicago, 1943), no puede evitar coger de la mano la reproducción de «Lucy» que exhibe el Museo de la Evolución Humana de Burgos, como haría un padre con su hija. Y ella lo es, en cierto modo. La figura representa de forma realista a la famosa Australopithecus afarensis de 3,2 millones de años de antigüedad cuyos restos descubrió Johanson en Etiopía en 1974.
-¿Cuál es el legado que nos ha dejado «Lucy»?
-Creo que ha sido importante para la humanidad porque atrajo más atención hacia África que cualquier otro fósil. Se convirtió en una embajadora del continente. Ahora mucha gente comprende que fue allí donde nos hicimos humanos y nos recuerda que, aunque tengamos distinto color de piel, de ojos o de pelo, todos estamos conectados por nuestro pasado.
-Casi 40 años después de su hallazgo, ¿esos fósiles siguen hablando?
-¿Cómo cree que pasaba sus días?
-Vivió antes de que se comenzaran a fabricar herramientas, así que creo que estaba muy cerca del medio natural, lo entendía, al contrario que nosotros, que vivimos fuera de él. Probablemente formaba parte de un pequeño grupo. Durante el día, pasaría la mayor parte del tiempo buscando comida, mientras que por la noche dormía en un nido en los árboles.
-Seguía subiéndose a ellos...
-Sí. Cuando vemos programas de televisión o revistas sobre el tema, nuestros ancestros suelen aparecer siempre en una sabana, pero «Lucy» cambió la forma de pensar. Los restos de animales de la misma época nos dicen que ese lugar se parecía más a un bosque.
-Entonces, ¿en qué se parecía a nosotros y en qué no?
-Lo que tenía en común con nosotros, el Homo sapiens, era su habilidad para caminar erguida, pero todavía se parecía mucho a un simio, con una gran cara y un cerebro pequeño. Ella era un paso intermedio entre los dos, simios y hombres.
-¿Cuándo y por qué nuestros ancestros se pusieron de pie?
-No sabemos por qué. La evidencia más antigua de bipedalismo la encontramos en el Orrorin, una especie de hace 6 millones de años descubierta en Kenia. Creo que se pusieron a andar sobre sus dos extremidades inferiores porque así eran capaces de llevar comida al lugar donde se encontraba el grupo, particularmente sus crías, y compartirla con ellas. Así, los pequeños no tenían que salir fuera a buscar comida, algo que era peligroso, y tenían más posibilidades de sobrevivir.
-Primero nos pusimos de pie y luego se expandió el cerebro.
-Exactamente, el cerebro se desarrollo mucho más tarde.
-¿Qué es para usted lo que nos hace humanos?
-¿Y cómo llegamos a Europa?
-El Homo sapiens vino de África por Oriente Medio y se movió a Europa de Este a Oeste. Esta es la teoría más aceptada.
-¿Cree que ese Homo sapiens, el que somos ahora, seguirá evolucionando?
-Es muy difícil predecir el futuro. Nuestra especie está conectada en todo el mundo, compartiendo genes todo el tiempo. Creo que la gente no evolucionará en un cuerpo diferente, porque tenemos la cultura. Si tenemos frío, encendemos la calefacción. La cultura es nuestra vía de adaptación ahora mismo.
-¿Qué le falta a la paleontología para poder explicar nuestros orígenes? ¿Cuál es la pieza clave que falta en el puzzle de la evolución humana?
-La clave que me gustaría encontrar tiene entre 2,5 millones y 3 millones de años, porque no tenemos fósiles de ese tiempo. Y sabemos que ese es el período en el que evolucionamos de Australopithecus a Homo. Yo predigo que encontraremos nuestros orígenes de la dinastía Homo enterrados en el Este de África.
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