Red social de Arqueologos e Historiadores
Imagen: Variables craneométricas utilizadas en el estudio.
Fuente: ideal.es | 19 de julio de 2015
Un equipo de investigadores de Málaga y Granada ha constatado el cambio radical que se produjo en el cráneo durante la evolución humana y en la que se pasó de tener unas caras grandes y cerebros relativamente pequeños en los simios actuales y los australopitecinos, a la relación contraria en el género Homo.
Un estudio realizado por un equipo de investigadores andaluces y liderado por el profesor de Ecología y Geología de la Universidad de Málaga, Juan Antonio Pérez Claros, y Juan Manuel Jiménez, profesor de Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Granada, ha desvelado la evolución del neurocráneo como aspecto clave de la historia del linaje de los homínidos.
La investigación, que ha publicado la revista científica Plos One, ha estudiado la morfología del neurocráneo para analizar la relación proporcional entre el tamaño de la cara y la bóveda craneana y determinar sus modificaciones durante la evolución humana.
Los investigadores han examinado los patrones morfológicos del cráneo de los grandes simios actuales, como orangutanes, gorilas o chimpancés, el que presentan un número amplio de poblaciones humanas actuales, y las características de restos fósiles de homínidos, desde el ancestral Sahelanthropus a los recientes neandertales o el conocido como "Hobbit".
El profesor Juan Manuel Jiménez ha detallado a Efe que la investigación ha comparado la forma y distribución del cráneo de un conjunto muy amplio homínidos de los últimos siete millones de años utilizando seis marcadores para determinar su evolución.
"Los australopitecinos tienen un patrón muy parecido al de los grandes simios y que se caracteriza por cráneos con caras relativamente grandes en comparación con el cerebro, más pequeño, lo que se ha dado desde hace siete millones de años hasta hace 1,5", ha explicado Jiménez.
Según el investigador, esto supone que la tendencia de los australopitecinos resultó muy exitosa ya que se mantuvo invariable durante 5,5 millones de años.
La investigación ha constatado que el cambio llegó con el género Homo, en el que la cara es cada vez más pequeña en una tendencia evolutiva que ofrece neurocráneos más desarrollados, lo que se relaciona con un mayor desarrollo de la inteligencia y con otros factores como la dieta.
La novedad en esta evolución la representan los humanos, quienes han cambiado "de forma radical", según el estudio, la manera de coordinar la relación entre la cara y el neurocráneo.
Por otra parte, el estudio ha destacado la existencia de una gran variabilidad morfológica durante los primeros centenares de miles de años de vida del género Homo y que se vio disminuida con el tiempo.
Etiquetas:
Fuente:sinembargo.mx| 1 de noviembre de 2015
Un estudio realizado por paleontólogos de la Universidad de Málaga y publicado por al revista PLoS One explica cómo ha sido la evolución del rostro humano desde nuestros primeros descendientes, los chimpancés, hasta el hombre moderno.
Tras realizar una extensa revisión a cientos de cráneos de primates y humanos los investigadores descubrieron el factor que hace cada persona tenga un rostro único e irrepetible: hallaron que cuanto más grande es el cráneo, más grande es la cara proporcionalmente en comparación con el neurocráneo, el cual se puede describir como la cubierta ósea que cubre el encéfalo.
La investigación también incluye a varios ejemplares de astrolopitecus que vivieron en Africa hace más de 3.5 millones de años, los cuales ya caminaban erguidos.
Nunca se había hecho un estudio así; "tanto los humanos como el resto de especies analizadas mantienen siempre la misma velocidad de variación”, señala el paleontólogo Paul Palmqvist.
El estudio también indica que el rostro humano es único por su inmadurez pues comparado con los primates los homo sapiens tienen un periodo bastante largo de desarrollo durante la niñez y la adolescencia, por este motivo llegamos a edad adulta con rasgos juveniles.
Los científicos sometieron los rostros de estos especímenes al mismo método utilizado con los cráneos de primates y humanos y descubrieron que la cara nuestros descendientes había registrado un proceso evolutivo continuo y estable, pero con la parición del género Homo, el tamaño de la cara comenzó a reducirse debido a que desarrollaron un cerebro más grande, lo que provocó que su cráneo aumentara de tamaño.
Juan Antonio Pérez Claros, autor principal del trabajo, señala que los cambios fisiologicos que propiciaron que los Homo desarrollaran un cerebro más grande y una cara más pequeña se debieron a que “se estaban adaptando a un entorno y a una situación totalmente nueva”.
El investigador señala que si no se hubiese producido ese cambio tan radical el hombre hubiese quedado en la zona de adaptación de los astrolopitecus y nunca hubiesesomo despegado “tendríamos caras más grandes y probablemente nunca se hubiera desarrollado un cerebro tan grande como el nuestro.
Bienvenido a
Arqueologia, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae
Terrae Antiqvae es una Red Social sin ánimo de lucro. Necesitamos tu apoyo para el mantenimiento del sitio. Apadrina esta Comunidad
Derechos de Autor:
Terrae Antiqvae® is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Información legal: Terrae Antiqvae® es Marca registrada por José Luis Santos Fernández. Marca nº 2.679.154 - Clase 41, Madrid, España. Reservados todos los Derechos. En Internet desde Julio de 2001.
Normas de la Comunidad (Aviso Legal): Netiqueta - Términos de servicio
© 2024 Creado por José Luis Santos Fernández. Tecnología de