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Fuente: latercera.com | 22 de febrero de 2013
La habilidad para metabolizar el etanol, el alcohol que se puede encontrar en la cerveza y el vino, se puede haber originado en un ancestro común entre chimpancés, gorilas y humanos hace 10 millones de años aproximadamente, cuando este ancestro dejó los árboles, se volvió más terrestre y comenzó a comer fruta fermentada del suelo.
El químico Steven Benner (izquierda), de la Fundación de Evolución Molecular Aplicada en Gaineville, Florida (Estados Unidos), llegó a esta conclusión luego de analizar la enzima metabolizadora de alcohol de primates extintos. Benner y sus colegas estimaron el código genético de las enzimas, lo reconstruyeron en el laboratorio y analizaron cómo funcionaría para entender su evolución en el tiempo.
Hoy en día los humanos poseen una enzima llamada alcohol deshidrogenasa 4 (o ADH4) para poder procesar el etanol. La enzima se encuentra en el esófago, estómago e intestinos, y es la primera enzima metabolizadora de alcohol que entra en contacto con lo que una persona bebe. Entre los primates, no todas las ADH4 son iguales, y algunas no puede metabolizar efectivamente el etanol, como los orangutanes.
Para ver correctamente como la enzima evolucionó, Benner y su equipo estudiaron partes del ADN que forman el ADH4 en 27 especies de primates modernos, incluyendo lémures, monos, simios y humanos. Los expertos mapearon la secuencia de ADN en un árbol familiar de primates, y en qué partes del arbol la enzima se separaba.
Por medio de su análisis, Benner descubrió que la mayoría de los ancestros de los primates no podía metabolizar el alcohol pues la enzima no estaba desarrollada para metabolizarlo, sin embargo en un punto del árbol genealógico que compartían un ancestro entre los gorilas, chimpancés y humanos la enzima evolucionó para este propósito.
El experto concluyó que este cambio se debe al descenso de los árboles de los primeros primates, en donde se encontraron con fruta en el suelo. Si estas frutas tenían la piel dañada, es muy probable que se haya formado levadura, lo cual fermenta el azúcar de la fruta y la transforma en etanol.
Cualquier primate que no podía digerir la fruta fermentada podría haber muerto, pero aquellos que sobrevivieron pasaron el gen a su descendencia.
Esta teoría explicaría por qué los humanos, chimpancés y gorilas pueden digerir el alcohol, mientras que los orangutanes, quienes prefieren estar sobre los árboles, no pueden.
Benner presentó su investigación el pasado 15 de Febrero en la reunión anual de la Asociación Americana del Desarrollo Científico, y recibió diferentes opiniones. La mayoría concuerda en el proceso que se llevó a cabo, pero algunos discrepan respecto a la explicación de Benner.
El antropólogo biólogo Jeremy De Silva (derecha), opina que es muy temprano para sacar conclusiones y sostiene: “es información fresca; futuros análisis confirmarán o desmentirán esta afirmación”. Así que hay que celebrar esta cualidad nuestra de procesar el alcohol, que se realiza preferentemente cada fin de semana.
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