Imágenes de satélite han revelado que una red de antiguos ríos atravesaron una vez las arenas áridas del desierto de Arabia.

Las imágenes son el punto de partida de un importante proyecto de investigación liderado por la Universidad de Oxford, en torno al patrimonio evolutivo de la humanidad, con un equipo que estudia cómo el cambio climático afectó a largo plazo a los primeros seres humanos y a los animales que se establecieron o pasaron a través de esta zona.

También tratarán de determinar si los primeros humanos en el área sobrevivieron o murieron. Hasta ahora, esta parte del mundo ha sido ampliamente ignorada por los investigadores, a pesar de su ubicación crítica como puente entre África y Eurasia.

En el transcurso de cinco años los investigadores estudiarán las características del paisaje y excavarán sitios de probable interés arqueológico, utilizando la red de cursos de agua como un mapa.

Utilizarán las últimas técnicas de datación para identificar con precisión los fósiles de animales, plantas y diferentes tecnologías de herramientas de piedra, y comparar las similitudes y diferencias que se muestran en el arte rupestre de la región.

  La cultura rupestre en la región (por ejemplo, este grabado en Najran, Arabia Saudita) sugiere que la humanidad tenía un rico patrimonio en el área

El punto de interés principal del equipo será el desierto de Arabia, pero el trabajo también cubrirá la península en general. Una cuestión clave que van a tratar de contestar es cuándo los primeros seres humanos modernos llegaron con probabilidad por primera vez a la península arábiga desde África y quizás otras regiones circundantes.

También buscarán evidencias que sugieran cómo los primeros humanos modernos fueron capaces de sobrevivir, o no, en condiciones áridas y extremas. La presencia de agua es un indicador exacto de hacia dónde los primeros seres humanos y los animales migraron o se establecieron.

 

El líder del proyecto, el profesor Michael Petraglia (izquierda) co-director del Centro de Arqueología de Asia en la Universidad de Oxford, dijo:
"A partir de las imágenes de la NASA tomadas en el desierto de Arabia, podemos ver las características físicas del paisaje que son visibles desde el espacio y que denotan toda una red de antiguos valles de ríos y cuencas lacustres.Estas líneas y luces en la arena nos proporcionan un mapa de la región en el que vamos a centrar nuestra actividad de investigación".


"La península arábiga tiene una gran cantidad de sitios arqueológicos y depósitos espectaculares de antiguos ríos y lagos. Sin embargo, a pesar de su importancia como puente entre dos continentes, sorprendentemente muy poco se sabe sobre los comienzos de su prehistoria".


"Este proyecto se basa en muchas disciplinas: la suma de las cuales deberá revelar una historia no contada hasta ahora, pero muy importante sobre el efecto del cambio climático en los primeros seres humanos".

 

Las capas de la historia: el equipo  excavando una zanja en los sedimentos de un paleolago.

Los investigadores identificarán los sitios clave de excavación, incluyendo aquellos donde el trabajo ya ha sido realizado, y donde las herramientas de piedra y los fósiles de animales, tales como vacas salvajes, se han encontrado. Los investigadores también llevarán a cabo estudios de campo en las cuencas de los lagos antiguos, donde fósiles de peces de hasta un metro de largo fueron descubiertos.

Una variedad de técnicas de datación será utilizada por los investigadores para determinar las edades de los fósiles y las herramientas de piedra, a fin de establecer las cronologías de los yacimientos arqueológicos. Los trabajos de datación sobre fósiles de animales podría proporcionar nueva información sobre posibles fuentes alimentarias de los primeros seres humanos, así como un calendario de los cambios ambientales.

El proyecto examinará sedimentos marinos, cuevas, anchos pozos de agua existentes y fosas de cantera para observar la estratigrafía. También examinará los depósitos de entre 30 y 60 metros de profundidad para medir los efectos del cambio ambiental, observando cualquier variación en las plantas fósiles y en las rocas y estratos que indican cuándo el clima fue más húmedo o más seco.

Los científicos extraerán el ADN de los animales procedentes de la península arábiga. El ADN funciona como un reloj molecular que puede decir a los investigadores más cosas sobre los antepasados más recientes de ese animal y cuándo probablemente llegaron. Se analizará el ADN de un número de especies de las colecciones de museos, tales como el avestruz, el antílope africano, la cabra montés, la hiena, y el tejón de miel, a fin de establecer su origen, su historia demográfica y probables patrones de dispersión.