Se llama
Ángel Hervalejo Ramos y hace 25 años, un 17 de octubre de 1988, fue el pastor que mostró al arqueólogo Manuel Santonja el grabado sobre una pizarra a orillas del río Águeda, en el pueblo de Serranillo, que, a la postre, sería la
Estación Rupestre de Siega Verde, hoy Patrimonio de la Humanidad.
Hoy, con motivo de esta efemérides, Ángel Hervalejo ha acudido al lugar del hallazgo para protagonizar un entrevista con
www.enciudadrodrigo.com y se ha convertido en el protagonista del día, ya que los responsables de la Estación Rupestre no paraban de hacerle preguntas de cómo fue el momento en el que llevó a
Manuel Santonja hasta el grabado.
"Yo, como cualquier otro día, estaba con las ovejas y en ese momento llegó un hombre con una Reanault 18 de color blanco y me preguntó que si habría alguna pintura por las rocas de la zona", ha explicado Ángel Hervalejo, que, entonces, a sus veinte años, cuidaba por los riscos del río Águeda un rebaño de doscientas ovejas.
Ketty y Ángel muestran el caballo del descubrimiento |
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Santonja, entonces director del Mueso Arqueológico de Salamanca, le explicó a Ángel que en el valle del río Côa (Portugal), próximo a Siega Verde, había unos grabados paleolíticos y que estaba tanteando la posibilidad de que hubiera algo similar por la cuenca del río Águeda.
Entonces, el pastor le indicó un roca próxima a un molino, en la zona del Puente de Siega Verde, en Serranillo, donde hay dibujado, con la técnica del "piqueteado" sobre la roca de pizarra, un caballo en posición de galope.
"Yo se lo mostré y en ese momento el hombre me pidió un recipiente para coger agua y, como no tenía ninguno, fue a coger agua con las manos al río para echarla sobre el dibujo y verlo mejor", ha explicado el pastor, que hoy reside en Ciudad Rodrigo y trabaja de camionero.
Tras echarle agua al dibujo, con el fin de que el grabado se viera mejor, Manuel Santonja le sacó varias fotos y, "más tarde, se fue".
"Así fue cómo Santonja llegó a Siega Verde", explica Ángel Hervalejo, que reconoce que "mucha gente del pueblo de Serranillo pensaba y piensa que estos dibujos los hacían los pastores de la zona".
"Antes, los pastores pintábamos sobre las piedras para matar el tiempo e, incluso, en Serranillo hay un poema que está grabado sobre unas piedras que los hizo mi abuelo Gregorio cuando estaba de pastor", ha comentado Hervalejo.
Ángel Hervalejo y Juan Carlos, en uno de los grabados |
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Con el tiempo "nos dimos cuenta de que este hombre había demostrado que eran grabados del Paleolítico", aunque, como al poco tiempo se fue a trabajar a Barcelona, casi nadie sabía que fue Ángel quién condujo a Santonja hasta el lugar.
En varias ocasiones, Manuel Santonja ha reconocido que fue un pastor joven que encontró en Serranillo el que lo guió hasta Siega Verde, en lo que, según el arqueólogo, fue "la mayor impresión" de su vida.
Meses después, fueron localizando más y más grabados hasta un total de 600, que conforman la Estación Rupestre de Siega Verde, declarada en el año 2010 Patrimonio de la Humanidad por la UNESCO.
Los responsables de la Asociación para el Desarrollo de la Comarca de Ciudad Rodrigo, tras la localización en el día de hoy del pastor que descubrió los grabados, aseguran que se iniciarán acciones de promoción entre las gentes de zona para que se sientan más próximos a estos grabados de hace 20.000 años, ya que "se han conservado gracias a ellos".
El propio Ángel Hervalejo reconoce que es muy difícil que estos grabados no se hayan erosionado después de tantos miles de años, a lo que Ketty Ratero, responsable de Siega Verde, responde que "gracias al musgo que los ha cubierto se han podido proteger".
De hecho, el caballo que hace 25 años mostró Ángel Hervalejo a Manuel Santonja, denominado como "el caballo del descubrimiento", a día de hoy no se puede ver porque está oculto entre el musgo y los líquenes.
Ángel compara el caballo que descubrió con uno que hay sobre una roca próxima al puente |