Antes de la conquista de las Islas Canarias existió un importante poblamiento en la zona Sur de la Isla. Y el destino ha querido que haya sido en una zona denominada barranco de los Canarios, en el municipio de Pájara, donde se ha producido hallazgos arqueológicos en dos yacimientos funerarios que arrojan luz sobre la cultura aborigen majorera tras 25 años sin producirse descubrimientos de relevancia.

Estas conclusiones fueron dadas a conocer ayer por el consejero insular de Cultura y Patrimonio Histórico, Juan Jiménez, la técnico de Patrimonio Histórico del Cabildo, Mila Estupiñán, las arqueólogas María Castañeyra y Rosa López que trabajan para la empresa Tibicena en la Isla, y el técnico de la empresa responsable de las excavaciones, Marcos Moreno.

Los descubrimientos realizados hasta el momento en el citado yacimiento han sido huesos de hasta tres individuos junto a otros elementos de tipo ritual como vasijas y cuentas de collar, y otro yacimiento asociado a un asentamiento de población, del que se han rescatado otras dos vasijas de cerámicas aborigen, una de las cuales fue objeto de un proceso de restauración, integradas en una estructura arquitectónica, posiblemente un almacén.

Los técnicos responsables de las excavaciones explicaron la utilización de un riguroso método científico en las prospecciones y excavaciones arqueológicas llevadas a cabo en el Barranco de Los Canarios. Estos procedimientos permitirán aplicar por primera vez los procesos de análisis más avanzados a un asentamiento aborigen localizado en Fuerteventura. En estos momentos, un laboratorio de Miami analiza las muestras procedentes de los dos yacimientos, lo que permitirá datar por primera vez un enterramiento aborigen majorero y obtener información sobre el contenido de las vasijas y su uso ritual o doméstico.

Estos análisis incluyen pruebas radiocarbónicas para situar cada elemento en un ámbito cronológico concreto y delimitado, análisis de ADN a los huesos para conocer la filiación genética entre los individuos identificados y el estudio de los isótopos estables para conocer su dieta. Asimismo y desde una perspectiva antropológica, el estudio de los huesos realizado por especialistas utilizando técnicas como la tomografía permitirá investigar el estado biomecánico de los huesos y su adaptación al territorio.

En este sentido, María Castañeyra indicó que "prestamos una gran atención a la metodología de trabajo y al esfuerzo por extraer toda la información posible del interior de los yacimientos, dado que estos vestigios son lo único que nos queda para recuperar la historia de los antiguos pobladores de las Islas y que nos pueden hacer entender el modo de vida de nuestros antepasados".

Marcos Moreno hizo hincapié en la importancia de confirmar la existencia de una "unidad de poblamiento en el barranco de Los Canarios".

Por su parte, el consejero Juan Jiménez señaló que el hallazgo de las vasijas se realizó por parte de los técnicos de Tibicena "de manera casual mientras llevaban a cabo la revisión de la Carta Arqueológica Insular por encargo de la unidad de Patrimonio en su empeño de proteger, conservar y difundir el patrimonio arqueológico". Además, añadió, que "ha quedado constancia de cómo Fuerteventura es un foco y un referente de investigación en la arqueología de Canarias, habiendo podido refutar los últimos indicios la teoría imperante que hacía referencia al escaso poblamiento prehispánico en el territorio insular, especialmente en la zona sur".

Yacimientos

Desde Patrimonio Histórico se insiste en la importancia de concienciar a la población ante la aparición vestigios arqueológicos. "Solicitamos a cualquier persona que localice elementos enterrados y que sospeche que puedan tener algún interés arqueológico que antes de hacer nada se ponga en contacto con el Cabildo u otras administraciones, si no es posible en ese mismo momento, pues más adelante. Pedimos por encima de todo que no se alteren los yacimientos porque, como ha ocurrido en otras ocasiones, extraer el hallazgo, por ejemplo una vasija, de su ubicación original, puede dañar el yacimiento o la propia vasija, o simplemente hacer que el hallazgo pierda su valor al quedar fuera de contexto", dijo Mila Estupiñán.