Hallan herramientas líticas en Israel, de 500.000 años de antigüedad, que demuestran su uso para descuartizar animales

Una costilla de elefante, prolijamente cortada, fue encontrada en un yacimiento en Revadim, Israel. En combinación con herramientas líticas que contenían trazas de grasa animal, el hallazgo demuestra que los antiguos humanos descuartizaban elefantes.

Fuente: Tel Aviv University | 19 de marzo de 2015 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)

Hace unos 2,5 millones de años, los primeros humanos sobrevivían con una dieta ínfima de plantas. Pero a medida que el cerebro humano crecía, éste requería de más alimento sustancial -a saber, grasa y carne- para sostenerlo. Esto condujo al hombre prehistórico, que carecía de las garras necesarias y de los afilados dientes de los carnívoros, a desarrollar las habilidades y las herramientas necesarias para cazar animales y descuartizar la grasa y la carne de grandes cadáveres.

Entre los restos de un elefante de unos 500.000 años de antigüedad, en un yacimiento del Paleolítico Inferior en Revadim, Israel, el profesor Ran Barkai (izquierda) y los estudiantes graduados, Natasha Solodenko y Andrea Zupanchich, del Departamento de Arqueología y Culturas Antiguas de Oriente Próximo en la Universidad de Tel Aviv, descubrieron recientemente "hachas de mano" y "raspadores" de forma universal, tallados como herramientas de piedra prehistóricas, junto con residuos animales.

La investigación, publicada en la revista PLoS One, representa la primera evidencia directa -verificada científicamente- del uso preciso de herramientas de piedra paleolíticas para procesar cadáveres de animales y sus pieles. La investigación fue realizada en colaboración con las Dras. Stella Ninziante Cesaro y Cristina Lemorini, de La Sapienza, Universidad de Roma, así como el Dr. Ofer Marder, de la Universidad Ben Gurión del Negev.

Montando el puzle

"Hay tres partes en este rompecabezas: la expansión del cerebro humano, el cambio hacia el consumo de carne, y la capacidad de desarrollar tecnologías avanzadas para satisfacer las nuevas demandas biológicas. La invención de la tecnología lítica fue un avance importante en la evolución humana" dice el profesor Barkai. "La fractura de piedras con el fin de descuartizar y cortar la carne animal representa un hito biológico y cultural clave".

"En la cantera de Revadim, un yacimiento maravillosamente conservado con una antigüedad de medio millón de años, encontramos restos de animales descuartizados, incluyendo una costilla de elefante que fue prolijamente cortada con una herramienta de piedra, junto con hachas y raspadores de sílex que conservan grasa animal. Se volvió claro, a partir de los análisis, que el despiece y el procesamiento de cadáveres tuvo lugar, de hecho, en este lugar".

Foto: Los investigadores estudiaron tres herramientas: una lasca, un hacha bifacial (en la foto) y raspadores. En la lasca no se encontraron huellas de desgaste o residuos, pero sí en el bifaz y en el raspadorLas huellas de uso del bifaz indican un procesamiento de material de dureza media.


Foto: El raspador (en la foto) cuenta con rastros de 'material suave o medio'. Posiblemente ejercido sobre tejido animal. Ambas herramientas, además, mostraron residuos de adipocira o grasa animal, y en el raspador se encontraron tanto residuos de tejidos como de vegetales.


A través de un análisis del desgaste por su uso -el examen de las superficies y bordes de las herramientas para determinar su función- y del análisis de residuos con tecnología de infrarrojos (Fourier Transform Infrared, FTIR), la cual sirve para identificar las características de los componentes orgánicos prehistóricos, los investigadores fueron capaces de mostrar por primera vez una prueba directa de la explotación de un animal mediante herramientas de piedra.

"Los arqueólogos hasta ahora sólo habían sido capaces de sugerir escenarios sobre el uso y función de este tipo de herramientas. No tenemos una máquina del tiempo", dijo el profesor Barkai. "Tiene sentido que estas herramientas se utilizaran para descuartizar cadáveres, pero hasta que no se ha descubierto una evidencia para probar esto, seguía siendo sólo una teoría".

Foto: Detalle del borde dañado del raspador.

Una 'navaja suiza' prehistórica

Si bien la cuestión de su función y producción se ha mantenido sin respuesta hasta ahora, había pocas dudas de que el hacha de mano y el raspador, hallados en yacimientos prehistóricos de todo el mundo, eran distintos, utilizados con fines específicos. Al replicar tales herramientas de piedra en un moderno experimento de descuartizamiento, y luego comparar dichas réplicas con sus homólogas de la prehistoria, los investigadores determinaron que el hacha de mano era una robusta "navaja suiza" del hombre prehistórico, capaz de cortar y romper los huesos, los correosos tendones, y la piel. El más delgado y delicado raspador era usado para separar la piel y la grasa del tejido muscular de los animales.

"Los pueblos prehistóricos hicieron uso de todas las partes del animal", aduce el profesor Barkai. "En el caso de grandes elefantes, por ejemplo, habrían necesitado usar ambas herramientas para realizar tarea tan difícil. El conocimiento de cómo hacer estas herramientas era complejo, y debió haber pasado de generación en generación, dado que estas herramientas se reproducen de la misma forma a través de grandes extensiones territoriales y durante cientos de miles de años".

"En este rompecabezas de mil piezas, llamado arqueología, a veces nos encontramos con piezas que conectan otras piezas. Esto es lo que hemos hallado en las herramientas de piedra y en los huesos de animales".

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Comentario por María Jesús el marzo 21, 2015 a las 1:58pm

Las herramientas eran de sílex.  Con ellas nuestros antepasados evisceraban, descuartizaban y despellejaban las presas.  Pero lo que más les gustaba, y es un comportamiento repetitivo en todos los sitios -sites-, era extraer la médula (grasa) de los huesos largos.  Delicatessen!!!

Comentario por María Jesús el marzo 21, 2015 a las 3:05pm

Las marcas de corte que aparecen en la costilla del elefante, no tallas, sino marcas de corte, son la prueba de que fue abierto (rajado) por homínidos -con sílex- para extraer sus vísceras.  Esto demuestra que los homínidos fueron los primeros en acceder a la presa, y a su procesamiento.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el marzo 22, 2015 a las 7:45pm

Sí, María Jesús, efectivamente son marcas de corte, no tallas. Un lapsus en las prisas de la traducción que corrijo inmediatamente.

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