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Una vista de la excavación en el montículo neolítico de Asil Höyük, en Capadocia, Turquía. Crédito: O Toprak
Fuente: Live Science | Charles Q. Choi | 28 de abril de 2014 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Huesos desenterrados en un antiguo montículo en Turquía sugieren que las gentes del lugar cambiaron su dieta de caza por la cría de animales en unos pocos siglos, un hallazgo que arroja luz sobre los albores de la agricultura, dicen los científicos.
La agricultura comenzó en el Neolítico o en la Nueva Edad de Piedra hace alrededor de 11.500 años. Una vez que los grupos nómadas se asentaron y comenzaron a cultivar la agricultura y el pastoreo, cambió radicalmente la sociedad humana, así como la relación que las personas mantenían con la naturaleza.
Para descubrir más sobre las condiciones iniciales subyacentes en la evolución de los pueblos, un equipo internacional de científicos ha investigado el yacimiento de Asikli Höyük, el montículo neolítico más antiguo conocido de Capadocia, en Turquía central. En este paisaje volcánico, la erosión talló la débil roca en agujas finas conocidas como "chimeneas de hadas". Los pobladores también utilizaron las condiciones del terreno maleable para construir cavernas y ciudades subterráneas.
El túmulo, cuyo nombre significa "colina del hueso del tobillo", tiene unos 16 metros de altura. Los niveles más antiguos de la zona abarcan desde el año 9.000 al 8.200 a.C, un periodo anterior a la aparición de la cerámica en la región. El mismo se ha formado como resultado de la acumulación continua de materiales como el barro y la madera para la edificación de edificios, incendios y otros fines. Durante siglos, los escombros elevaron la altura del asentamiento, con los residentes ajustando sus edificaciones en consecuencia al terreno.
Las capas de la historia
El equipo de investigación, dirigido por la arqueóloga Mihriban Özbaşaran (izquierda), de la Universidad de Estambul, descubrió que las gentes de los niveles más antiguos del lugar comían originalmente una amplia dieta de carne procedente de animales que poblaban las llanuras y praderas a lo largo del río Melendiz. Esto incluía diversos animales pequeños, como liebres, peces, tortugas, erizos y perdices, así como presas más grandes como ciervos, jabalíes, caballos, cabras, ovejas, bueyes salvajes extintos conocidos, tal como el uro, y el asno salvaje, también conocido como el asno salvaje asiático.
Sin embargo, en torno al año 8.200 a.C., la carne en la dieta cambió abrumadoramente hacia las ovejas y las cabras. Estos animales suponían menos la mitad de todos los restos óseos encontrados en el yacimiento, pero gradualmente aumentaron hasta llegar al 85 ó 90 por ciento, superando los de las ovejas un múltiplo de tres o más. Se mataba selectivamente los carneros jóvenes y las cabras, probablemente por su carne, y se dejaba a las hembras y algunos machos para criar más ganado.
Por otra parte, el análisis de estiércol hallado en el montículo reveló que los animales comían plantas y que estaban estabulados en el interior del asentamiento, probablemente entre los edificios. En conjunto, estos hallazgos sugieren que los habitantes de esta zona pasaron de la caza a la ganadería en unos pocos siglos.
Cultivando el cambio
El cultivo del grano pudo haber jugado un papel importante en la transición de la caza al pastoreo, dijo la principal autora del estudio, Mary C. Stiner (derecha), arqueóloga de la Universidad de Arizona, en Tucson.
"Si la gente se vuelve más sedentaria para aprovechar el cultivo de granos, acaban teniendo tendencia a comer lo que hay cerca, y los mejores y mayores tipos de caza se tratarán de conseguir en primer lugar", dijo a Stiner a Live Science. "Con el tiempo, la gente tiene que viajar más lejos para conseguir esos grandes animales y la alternativa es criarlos tú mismo".
En estudios futuros, a los investigadores les gustaría examinar las consecuencias de mantener a los animales en cautiverio dentro del asentamiento.
"¿Qué ventajas y problemas tuvo todo ello?" se pregunta Stiner. "¿Hizo que su nutrición y salud mejoran? ¿Sufrieron enfermedades que procedían de la cria del ganado? ¿Cómo hizo la gente para reorganizar su trabajo y asegurarse de que los animales fueran alimentados? ¿Qué tipo de modificaciones estructurales se hicieron dentro del asentamiento para reunir y proteger a los animales?".
Stiner, Özbaşaran y sus colegas, han detallado sus hallazgos en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences (PNAS).
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