Fuente: cronicasdelanzarote.es | 27 de julio de 2016

Zonzamas, calificado por los expertos y especialistas en patrimonio y arqueología como “el gran libro de la historia de Lanzarote”, vuelve a sorprender con nuevos datos y la existencia, por primera vez documentada, de restos esqueléticos de dos individuos perinatales (recién nacidos) cuya datación se ubica en el siglo VII-VIII. Cabe recordar que en las diferentes investigaciones y excavaciones realizadas en este asentamiento se hallaron restos que van desde el siglo V, con restos del antiguo poblado aborigen, hasta el siglo XIX con posteriores asentamientos.

Tras las últimas excavaciones arqueológicas y sondeos realizados por el Cabildo de Lanzarote a finales del pasado año en este espacio (BIC), y realizadas después de dos décadas desde las últimas investigaciones, los análisis y últimos estudios del material encontrado han arrojado información de “excepcional riqueza para la historia de la isla e importante valor arqueológico” que confirma que “nos encontramos ante uno de los yacimientos más importantes y de mayor proyección y crecimiento de toda Canarias”, afirmaron tanto el presidente del Cabildo de Lanzarote, Pedro San Ginés, como el coordinador de las últimas excavaciones realizadas en Zonzamas, Marco Moreno Benítez, arqueólogo y codirector de Tibicena, empresa a la que la primera Institución encomendó estas investigaciones.

El presidente del Cabildo, acompañado por el alcalde de Teguise, Oswaldo Betancort, y la consejera responsable del Servicio de Patrimonio Histórico, Carmen Rosa Márquez, ofrecía este miércoles, junto al responsable de esta firma especializada en arqueología y patrimonio, una rueda de prensa para presentar los resultados de los informes que se han realizado tras analizar, por primera vez también en laboratorios de Canarias, los más de 43.280 materiales y piezas halladas en los 16 sondeos (en 15 de los mismos encontrados restos) que se practicaron durante un mes y medio en este espacio.

Asimismo, explica el Cabildo en nota de prensa posterior, también se ofreció información detallada sobre los resultados de los análisis que se practicaron sobre unos restos humanos "prehispánicos" encontrados en la zona de Montaña Mina, posiblemente vinculados con el asentamiento aborigen próximo a Zonzamas. Cabe recordar que estos restos se hallaron en el transcurso de unas obras realizadas por el Consorcio del Agua, a través de Canal Gestión Lanzarote, para canalizar la nueva red de agua en esta zona.

El presidente del Cabildo reiteró tanto su voluntad política como la del grupo de gobierno de dar un “impulso” decisivo en esta legislatura al patrimonio histórico de la isla y, en concreto, a éste y otros yacimientos de Lanzarote “como un elemento más del ocio y oferta complementaria y cultural tanto para el conocimiento de la población residente como turística”.

A este impulso también se ha sumado la voluntad del Gobierno de Canarias, a través de su Dirección General de Patrimonio, de apoyar y recuperar los yacimientos, cofinanciando algunos proyectos del Servicio de Patrimonio Histórico de la primera Corporación insular, como el yacimiento de San Marcial de Rubicón o éste de Zonzamas.

Con estas intervenciones, Pedro San Ginés anunció que después de veinte años y tras retomar a finales del pasado año las investigaciones, “ya no vamos a parar”.

“El Cabildo realizará nuevas investigaciones y excavaciones por un periodo más amplio de en torno a los 4-5 meses en Zonzamas y, en paralelo, ya hemos retomado el proyecto de Museo de Sitio y cubierta para este BIC”, explicó el presidente. Este último proyecto tiene un coste de unos 100.000 euros que estarán cofinanciados por la Dirección General del Gobierno de Canarias.

RESUMEN DE LOS INFORMES

Resultados de los hallazgos en Zonzamas

A nivel arqueológico:

Se realizaron 16 sondeos, en 15 de los cuales se localizaron evidencias arqueológicas. Estos sondeos ocuparon un total aproximado de 160 m². Se descubrieron 3 estructuras nuevas, ampliándose una de las ya conocidas.

Destaca la estructura ubicada en el sondeo nº 12 donde se hallaron piezas cerámicas contemporáneas a las erupciones volcánicas de 1731. Estas estructuras estuvieron parcialmente visibles en estos siglos.

Se recuperó gran cantidad de material arqueológico (43.288 artefactos), destacando un gran número cerámicas aborígenes y coloniales. Así como un gran repertorio de industria lítica, destacando las “calcedonias” o piedras labradas, así como placas.

Se amplía, se triplica, casi, la zona donde se hallaban restos arqueológicos conocidos (zona excavada por Inés Dug).

Se documentó por primera vez la existencia de restos humanos en este yacimiento. Se trata de dos individuos recién nacidos. Su datación es excepcional ya que los ubica en el siglo VII-VIII. Esta datación consolida la idea sobre la antigüedad del yacimiento.

El poblado parece ya abandonado (y posiblemente colmatado) a finales del siglo XIII y finales del siglo XIV. Lo que debe hacernos pensar el papel del Palacio de Zonzamas ¿Existió realmente? ¿o sólo era la peña?

Resultados de los análisis de los restos encontrados en Montaña Mina

A nivel bioantropológico

La tumba acoge los restos de un hombre adulto de 1,66 metros de altura que murió entre los 35-45 años. Tenemos que tener en cuenta que para el periodo al que se relaciona la persona sería considerado un anciano.

Se trata de un enterramiento de los majos fechado entre finales del siglo XII y principio del siglo XV. Por lo que, sabemos esta persona moriría apenas unos años antes de la llegada de Jean de Bethencourt.

Las duras condiciones de vida de la población de Lanzarote se refleja en este cuerpo ya que presenta (marcadores de algún trabajo relacionado con cargar y transportar materiales pesados) afecciones degenerativas (osteoartrosis) en la columna vertebral y la escápula derecha relacionadas con el trabajo y los días.

A nivel funerario.

Es una tumba de superficie para un solo individuo. Tiene las características propias de un enterramiento de los majos.

Se excavó la toba hasta crear una fosa de grandes dimensiones reacondicionado uno de sus lados con bloques de toba.

Por las condiciones del hallazgo no sabemos si el sepulcro funcionó como una fosa o como una cista (cajón hecho de piedra) en la que el cuerpo queda sin cubrir de tierra.

Aunque podemos aventurar por algunos indicios que tenga más posibilidades la segunda opción ya que en los huesos se encontraron marcas de mordeduras de perros en momentos posteriores a la colocación del cadáver y “estando aún fresco”.