¿Y si los neandertales se extinguieron por caníbales?

Una mujer observa la reconstrucción de un neandertal en el Museo de Historia Natural de Londres.

Fuente: EL PAIS.com | Nuño Domínguez | 10 de marzo de 2016

La desaparición de los neandertales, esos humanos con los que los Homo sapiens nos acostábamos de forma recurrente y con los que tuvimos hijos fértiles, es una fuente inagotable de nuevas teorías. Nadie sabe exactamente por qué desaparecieron hace unos 40.000 años, aunque se suele citar una desgraciada confluencia de circunstancias. Unas son ajenas a nuestra especie, como el cambio climático, y otras están íntimamente relacionadas con la llegada a Europa de los Homo sapiens: la lucha por el territorio, la creciente escasez de caza y comida, la endogamia en tribus cada vez más pequeñas...

Ahora, dos científicos españoles introducen otra variable en la ecuación. “¿Fueron los neandertales responsables de su propia extinción?”, se preguntan Jordi Agustí  (izquierda), investigador del Instituto Catalán de Paleoecología Humana y Evolución Social, y Xavier Rubio-Campillo  (derecha), del Centro de Supercomputación de Barcelona, en el título de un estudio publicado online en Quaternary International.

Su aproximación al problema se basa en un modelo informático para entender el peso que pudo tener el canibalismo en la extinción de los neandertales cuando esta especie “confrontó” a los recién llegados sapiens, explica Agustí. “Se trata de un modelo informático con parámetros muy sencillos, aplicable no solo a los neandertales sino a cualquier otra especie caníbal cuando se enfrenta a otra que no lo es”, detalla el investigador.

El trabajo se basa en las evidencias fósiles de una y otra especie. “Hemos asumido que los neandertales eran caníbales de forma relativamente habitual, dado que se han encontrado pruebas de estas prácticas en yacimientos como el de El Sidrón, en Asturias, el de Krapina, en Croacia, y otros”, explica Agustí. Los investigadores interpretan que esta especie mataba a miembros de tribus rivales y los devoraban, no por ritual, sino por simple necesidad nutritiva, lo que en la jerga de los paleoantropólogos se llama “canibalismo gastronómico”.

“Se trataba de un tema de pura supervivencia”, relata Agustí. “En una situación de competencia intergrupal acabas comiéndote al vecino”, añade. En cambio, se ha asumido que los primeros sapiens que llegaron a Europa no practicaban ese canibalismo, porque “hasta el momento no hay ninguna prueba de ello en esa época”, detalla Agustí. Los primeros indicios de canibalismo entre sapiens, dice Agustí, surgen mucho después de la extinción de los neandertales, en especial durante la aparición de la agricultura en el Neolítico.

Ilustración de una escena caníbal en la Prehistoria realizada por Arturo Asensio Moruno en el Museo Arqueológico Nacional. 

Los resultados de la simulación muestran que solo esta diferencia basta para explicar la desaparición de los neandertales en un contexto de lucha por el territorio y recursos cada vez más escasos.

“El comportamiento de los grupos de neandertales llevó a su propia extinción cuando los humanos anatómicamente modernos (sapiens) del Pleistoceno tardío comenzaron a poblar su entorno, al que estaban extremadamente bien adaptados”, concluye el trabajo.

“Lo más interesante”, explica Agustí, “es que en ausencia de competición con otra especie, el canibalismo es una estrategia óptima” en términos de supervivencia. Es decir, que los sapiens “seguimos siendo la causa final de su extinción, si no hubiéramos aparecido, hubieran seguido floreciendo”, resalta Agustí.

El estudio pretende ser un primer paso hacia la elaboración de modelos más refinados que incluyan otros factores como la mayor capacidad social de los sapiens o el cambio climático en Europa, dice Agustí.

La nueva teoría es polémica, aunque se fundamenta en evidencias del registro fósil, tal y como reconoce el paleoantropólogo Juan Luis Arsuaga (izquierda), codirector de Atapuerca. “En las poblaciones de cazadores y recolectores recientes que se han podido estudiar no parece que sea una práctica sistemática y sin embargo lo tenemos ya en Homo antecessor hace casi un millón de años…”, explica. “No parece que sea de carácter ritual en este caso de Atapuerca al menos, sino depredatorio”, coincide. “En los neandertales cabe preguntarse si el canibalismo era ritual o alimenticio solamente, o las dos cosas incluso. Hay que estudiar más a fondo esta historia porque es muy interesante”, reconoce.

Chris Stringer (derecha), investigador del Museo de Historia Natural de Londres y experto en evolución humana, destaca que no es la primera vez que se propone esta teoría. Desde 2004, varios estudios han especulado que, dado que los neandertales se comían el cerebro de miembros de su propia especie, pudieron contraer la enfermedad de Creutzfeldt-Jakob, conocida por la crisis de las “vacas locas” y que un estudio llegó a calificar de “la enfermedad de los neandertales locos”.

Stringer introduce una duda en el planteamiento de los científicos españoles. “Si [el canibalismo] es una estrategia tan efectiva para una especie amenazada, ¿por qué mucho otros carnívoros no adoptaron ese comportamiento ni lo hacen actualmente?”. Para el británico, “una combinación de oscilaciones climáticas y la competición por recursos con los humanos modernos es la explicación más plausible para la extinción de los neandertales”.

“Es novedoso barajar el canibalismo como factor crítico y seguramente este estudio aporta más datos a la discusión sobre la extinción de los neandertales”, opina Nohemi Sala (izquierda), del Centro de Investigación sobre Evolución y Comportamiento Humanos (USM-ISCIII). Pero esta experta también coincide en que “hubo muchos otros factores” que contribuyeron a la extinción de los neandertales.

También queda la duda de si nuestra especie era diferente en este asunto. “El canibalismo es la práctica mortuoria más habitual del registro fósil, todas las especies humanas del último millón de años, incluida la nuestra, lo han practicado, parece que va con el ser humano”, explica. En Europa hay muy pocos yacimientos de Homo sapiens de aquella época, así que las pruebas de que ellos también se comiesen a sus congéneres puede simplemente no haberse descubierto aún.

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Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el abril 14, 2016 a las 12:50pm

¿Fueron los neandertales responsables de su propia extinción?

Fuente: quo.es | 14 de abril de 2016

El título de este post es la traducción literal del inglés de un artículo publicado por mis colegas Jordi Agustí y Xavier Rubio en la revista Quaternary International.

Es muy curiosa la fascinación que nos provocan los neandertales. He tenido ocasión de leer decenas de artículos científicos sobre ellos, muchos de los cuales ofrecen hipótesis diversas sobre su extinción. Algunas hipótesis han sido descartadas por las evidencias en contra, mientras que otras permanecen a la espera de datos contradictorios o información que las avale.

Agustí y Rubio nos ofrecen un nuevo capítulo de este debate, basado en un modelo teórico. De acuerdo con evidencias muy numerosas de yacimientos europeos, los Neandertales practicaban el canibalismo (Krapina, Combe-Grenal, Zafarraya, El Sidrón, etc.). Mientras, parece que los humanos modernos llegados a Europa no tenían esa práctica en su cultura gastronómica. Por supuesto, la hipótesis de Agustí y Rubio sería rechazada de inmediato caso de encontrarse casos de canibalismo en las poblaciones de Homo sapiens del Pleistoceno Superior. La pregunta que me suscita esta o cualquier otra hipótesis es la siguiente. Sabemos que los humanos modernos se expandieron fuera del continente africano hace al menos 120.000 años por el estrecho de Bab el-Mandeb, entre los actuales estados de Eritrea y Yibuti (en África) y Yemen (en la península Arábiga). En cambio, el paso de las poblaciones de nuestra especie por el Corredor Levantino hacia Eurasia estuvo detenido durante 60.000 años ¿Tan potentes eran los Neandertales?

Por supuesto. Las evidencias arqueológicas nos han mostrado a una especie con capacidades cognitivas muy notables, capaces de una cultura tan desarrollada o más que la de las primeras poblaciones de nuestra especie  ¿Qué sucedió pues para que, finalmente, las tribus de Homo sapiens se abrieran camino hacia Europa? Quizá nunca tengamos una respuesta de consenso. Los neandertales estaban bien adaptados a las condiciones cambiantes del hemisferio norte, mientras que nosotros procedíamos de un clima cálido. Es por ello que pudimos expandirnos por latitudes más meridionales atravesando la estrecha franja del sur del mar Rojo. Pero el paso hacia el norte estuvo vedado a nuestras posibilidades. Parece que tuvimos descendencia fértil con los neandertales en la regiones del Corredor Levantino. Algunos genetistas apuntan la posibilidad de que tomáramos prestados algunos de los genes de los neandertales para poder colonizar el hemisferio norte. Un dato ciertamente muy interesante.

En nuestra especie también se conocen muchos casos de canibalismo, y no solo por necesidad. El canibalismo pudo ser un factor importante a tener en consideración, pero no el único. En mi opinión, la desaparición de los neandertales fue multifactorial. Las poblaciones de nuestra especie pudieron tener una tasa de crecimiento demográfico superior a la de los neandertales. Una vez que nos adaptamos a las condiciones del hemisferio norte, ese mayor crecimiento pudo ser suficiente para apropiarnos de los territorios más ricos para la obtención de recursos. Los neandertales habrían retrocedido poco a poco hasta terminar encajonados en las penínsulas europeas. Si el canibalismo formaba parte de su repertorio cultural o si se vieron abocados a ello por necesidad, este factor habría contribuido a su extinción.

El modelo de Agustí y Rubio resulta concluyente para este factor. Pero los modelos son teóricos y no necesariamente incluyen todos los datos. Seguro que muchos se nos escapan. Como reflexión final, los humanos del siglo XXI seguimos reproduciendo lo que sucedió hace 40.000 años. Si tenemos ocasión de eliminar competidores, aunque sean de nuestra propia especie, lo hacemos sin mayores escrúpulos. Nuestra historia reciente está repleta de “limpiezas étnicas” vergonzosas.

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