Foto: Moneda (medallón) de oro (aureus) del emperador Majencio.

Vía: CoinWeek | 8 de mayo de 2011 | (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)

De acuerdo con la empresa de subastas Numismática Ars Classica, y según ha informado Jeff Starck, de CoinWorld, "Un raro medallón de oro de la antigua Roma, un 'aureus', supuso tal demanda, en una subasta oficial, que estableció un nuevo precio récord mundial el pasado 5 de abril".

El medallón de oro, que representa al emperador romano Majencio, se vendió por 1.407.550 dólares USA.

Descripción del catálogo de Numismatica Ars Classica:

Foto: El emperador Majencio (Museo Pushkin)

Es de una gran rareza, y, con mucho, el mejor de los dos únicos ejemplares conocidos. Uno de los medallones de oro más grande que ha sobrevivido. Lleva un magnífico retrato y en el reverso una composición finamente detallada. Es en extremo excelente y delicado.

A finales del siglo III d.C. no era un momento prometedor para la ciudad de Roma. Su papel tradicional como capital del imperio fue erosionándose lentamente debido a la naturaleza cambiante de la guerra y la política. Un mayor poder se fue concentrando en las provincias ante la necesidad de incrementar la protección a lo largo de las fronteras. El dinero y los recursos de todo tipo fueron desviados a estas líneas del frente de la defensa romana.

Mientras esta transformación se llevó a cabo, la gran metrópoli de Roma llegó a ser menos importante para el funcionamiento del imperio. Los emperadores eran coronados de forma rutinaria en las provincias, y si disponían del lujo de tener tiempo, visitaban el senado en Roma para ser confirmados, a pesar de la incapacidad del mismo para oponérseles, en cualquier caso.

La capital estaba perdiendo su brillo y relevancia, y en los difíciles tiempos económicos de la Tetrarquía, estaba destinada a perder parte de sus privilegios tradicionales, incluidas las exenciones fiscales especiales, los subsidios de alquiler, la comida y abundantes entretenimientos, todo ello soportado a expensas de los ciudadanos del ancho imperio.

Este fue el contexto en el que Majencio, hijo del anterior emperador Maximiano, escenificó su rebelión. Él se consideraba un líder populista que tenía que proteger los intereses especiales de la capital, y, al hacerlo así, volvió atrás la mano del tiempo, a cuando Roma era un lugar de privilegio. Sus monedas reflejan estas circunstancias, añadiéndoles para ello un significado de antigua nobleza, con el fin de promocionar sus vínculos familiares con la dinastía "Herculiana" que había fundado su padre.

El medallón de oro que aquí se ofrece es de los más grandes que han sobrevivído, pesa 8 gramos de oro, y fue parte de un alijo destinado, sin duda, a los oficiales del ejército de Majencio. Artículos de alto perfil, como estas monedas, eran el medio perfecto para reforzar sus aspiraciones entre los hombres que estaban en la mejor posición para apoyarle o traicionarle.

En el patriotico reverso se representa a Majencio como el único encargado por Roma misma para conducir la capital ante la degradación y amenazas representadas por Galerio. La inscripción, que reza: "de Roma eterna, al guardián de nuestro emperador", dice mucho de cómo Majencio presentó su caso para que se apoyase la rebelión. En el anverso, Majencio se retrata a sí mismo con la cabeza descubierta, en un momento en que todos sus contemporáneos estaban coronados, y en el reverso lleva la túnica de senador. Cada aspecto de esta acuñación debe haber sido cuidadosamente considerada, con la esperanza de que el destinatario de este medallón estuviera seguro de que Majencio no se comportaría como un déspota, sino con humildad y bajo el mandato de Roma misma.