Recientemente se han publicado diversas noticias referentes a los avances sobre la genética del Neandertal.
Entrevista con Lalueza Fox.
La genética es una ciencia biológica con el suficiente interés científico y social como para aportar criterios de “objetividad” en su aplicación practica. Pues en la entrevista se aprecia la esperanza de “que la genética sea capaz de proporcionar datos más objetivos, independientemente de nuestros perjuicios, sobre el origen de nuestra especie”. Evidentemente, tal opinión en lógica y esperanzadora, aunque existe un importante criterio que va en contra de esta pretendida objetividad, por lo menos entre los arqueólogos, que tantas esperanzas han puesto en esta ciencia.
La pretendida ventaja científica de que se estudia el genotipo y no el fenotipo (resultado de la interacción del genotipo con el medio ambiente), dificulta mucho su correcta aplicación en los estudios relacionados con la Prehistoria. Es más, puede añadir un componente de subjetividad cultural que, más que ayudar, puede dificultar el avance de la arqueología. Naturalmente, tal hecho puede suceder si no se tienen las debidas precauciones en la interpretación de los datos que nos aporta esta ciencia.
La interpretación de diversos datos, genéticamente muy sencillos, como el color del pelo o la genética de los grupos sanguíneos, parecen que abren el campo a un relativamente rápido conocimiento de las características cognitivas del Neandertal. De un hecho biológico a otro va un tremendo abismo.
Hay que tener en cuenta que a pesar de conocer nuestro genoma, su utilización en la medicina, que no en la conducta, aún se ve muy compleja. Más difícil será su utilización en la compresión de la conducta del neandertal, eso si se conoce su genoma con las mismas garantías que el nuestro. Lo cual, no quita para que se siga investigando en el tema, pues con las precauciones debidas, es un asunto muy interesante.
El peligro viene de datos parciales de muy difícil interpretación, al utilizarlos como claves para el análisis de conductas humanas, como sería el proceso lingüístico.
Una vez conocidas la relación del gen FOXP2 con la articulación del lenguaje, se habla en casi todos los medios del gen del lenguaje, como si tal conducta dependiera de uno o dos genes. Si recordáis algo de lo mencionado a lo largo del blog respecto del lenguaje, tal conducta es un complejo proceso en el que interviene múltiples elementos corporales (cerebro, aparato fonador), cognitivos (abstracción, simbolización), sociales (relación entre miembros de la sociedad y entre sociedades) y culturales (tradición lingüística, desarrollo tecnológico, etc.). Todo ello, con una gran interrelación y combinación de muy difícil análisis, lo que sin duda se debe a la combinación de múltiples genes (que desconocemos incluso entre nuestra especie) y manifestados según las características medio ambientales.
La simplicidad es fácil de entender, de comunicar y de creer, pero la mayoría de las veces no es cierta, creando aspectos de subjetividad, inconscientes, pero reales.
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