Red social de Arqueologos e Historiadores
Un dios celta. Dios de Bouray-sur-Juine, principios del siglo I d.C.
Magos y brujos en el imaginario colectivo, los druidas eran en realidad filósofos y teólogos. Gracias a su larga y exigente educación, adquirieron un prestigio sin igual en la antigua Galia
Por Jean-Louis Brunaux. Director de Investigación. Consejo Nacional de Investigación Científica, CNRS (París), Historia National Geographic nº 121
Busto de Posidonio de Apamea del Museo Arqueológico Nacional de Nápoles.
«En la Galia existen filósofos y teólogos respetados a un grado máximo, llamados “druidas” [...] Se les considera como los hombres más justos [...] A menudo reflexionan acerca de los astros y su movimiento, del tamaño del mundo y de la Tierra, del poder de los dioses inmortales y sus aptitudes; transmiten a la juventud todo este saber». Con estas palabras de admiración se refería a los druidas galos uno de los mayores sabios de la Antigüedad, el filósofo Posidonio de Apamea. Tras haberlos conocido de primera mano en un viaje que realizó a la Galia en el año 100 a.C., Posidonio redactó un informe en el que describía a los druidas con palabras griegas inequívocas, como «filósofo» o «teólogo», lejos de la confusa y hoy en día popular imagen que ve a los druidas como sacerdotes de una religión ancestral, magos o incluso hechiceros. Esta opinión no tiene nada de excepcional. Desde el siglo IV a.C., diversos autores griegos utilizaron el mismo término de «filósofos» para referirse a los druidas de la Galia, dándoles de este modo el mismo estatus que tenían los «magos» para los persas. Incluso se preguntaban si los druidas no estaban más avanzados en cuanto a sabiduría. ¿Acaso practicaron la filosofía antes que ellos?
En esa época, el término «druida» ya se conocía en las orillas orientales del Mediterráneo: servía para referirse a «aquellos que mejor ven y perciben lo que vendrá; los que adivinan». En Grecia se comparaba a los druidas con los pitagóricos, los discípulos del gran filósofo y matemático Pitágoras; ambos grupos conformaban, en cierto modo, sectas cerradas, elitistas, que cultivaban el secretismo y prohibían poner por escrito sus enseñanzas, transmitidas oralmente. Al igual que los pitagóricos, los druidas creían en la existencia de un alma inmortal, llamada a reencarnarse perpetuamente. Compartían la predilección por el estudio del universo y los números. Las dos escuelas profesaban una filosofía cuyo objetivo era lograr que las relaciones entre los hombres fueran más armoniosas, dato que presagiaba su intervención en asuntos políticos. Algunos creían que los druidas fueron alumnos del mismo Pitágoras, y otros que éste fue alumno suyo. Lo más probable es que ni Pitágoras ni los druidas hayan tenido jamás contacto, aunque es posible que los colonos foceos establecidos en Marsella hubieran servido de intermediarios entre ambas escuelas. Con todo, los sabios galos fueron considerados grandes intelectuales tres o cuatro siglos antes de la conquista romana de la Galia.
¿Cómo pudieron aparecer los druidas de forma tan precoz en ese mundo galo que nos parece tan oscuro y arcaico? La comparación con las demás civilizaciones de las orillas del Mediterráneo nos aporta una explicación. Aquí y allá hubo entonces hombres que se dedicaron al estudio astronómico, probablemente con una finalidad adivinatoria. Lo mismo hicieron los druidas, que muy pronto pudieron crear un calendario basado en el doble recorrido del sol y de la luna. Tal realización fue el resultado de una constante observación de los astros durante siglos, una práctica que los familiarizó primero con el cálculo, luego con la geometría y, por último, con las ciencias en general. Todos estos conocimientos hicieron que, en un mundo dominado por unas élites aristocráticas ocupadas en hacer la guerra, se considerara a los druidas como grandes sabios que debían ser respetados y escuchados. Fue así como, a partir del siglo V a.C., los druidas alcanzaron una posición preeminente en los asentamientos galos. Así lo atestiguaba el filósofo Dion Crisóstomo: «Los druidas dominan el arte adivinatorio así como todas las ciencias. Los reyes no pueden tomar decisiones sin su consentimiento. También cabe decir que ellos son los que mandan y que los reyes son sus ministros, los servidores de su sabiduría; éstos se sientan sobre tronos de oro, viven en hermosas casas y gozan de suntuosos banquetes».
Entre el siglo V y II a.C., el paisaje de la Galia se transformó por completo. Carreteras y vías fluviales la atravesaron en todas direcciones, y la agricultura y la ganadería se desarrollaron de forma espectacular, así como la artesanía sobre madera y la metalurgia. En este desarrollo tuvo mucho que ver la influencia griega, a través de los comerciantes y colonos que llegaron a las costas de la Galia, hasta tal punto que los galos llegaron a ser conocidos por sus vecinos como «filohelenos». Fue una «edad de oro» en la historia de la Galia, una época mítica en la que los sabios druidas gobernaban la comunidad si no políticamente, sí espiritualmente.
Las insignias militares representaban figuras animales completas, pero muy estilizadas. Bajo estas líneas, un jabalí encontrado en Neuvy-en-Sullias. Principios de la época gala, siglo I a.C. Museo Histórico y Arqueológico, Orleans.
Aquélla fue precisamente la razón de que el filósofo y científico griego Posidonio de Apamea quisiera visitar la Galia en torno al año 100 a.C. Posidonio llevó a cabo una serie de investigaciones geográficas, históricas y meteorológicas, pero sobre todo afirmó haber conocido a los druidas, de los que dejó una descripción muy precisa. Aunque no se ha conservado el original de su obra, ésta fue copiada o resumida por Julio César, Diodoro de Sicilia y Estrabón. Sabemos así que, además de los druidas, existían otras dos órdenes de religiosos que se ocupaban de los asuntos sagrados. De las dos, los bardos eran los más conocidos. En su origen, estos poetas inspirados cantaban sus obras mientras tocaban una lira de siete cuerdas que producía una cautivadora música melódica. Su palabra era sagrada, incluso se consideraba que estaba directamente inspirada por los dioses, y disponían de un poder considerable sobre la población.
Los bardos actuaban como auténticos censores de la sociedad, dedicaban elogios a algunos personajes y les ayudaban a ocupar cargos políticos, mientras que a otros les dirigían crueles sátiras que podían acabar con sus carreras. Los druidas, que reivindicaban el conocimiento exclusivo de los dioses y del universo, los consideraban sus rivales y se enfrentaron a ellos, al parecer con cierto éxito: cuando Posidonio viajó a la Galia, los bardos ya no eran más que bufones a sueldo de unos cuantos aristócratas adinerados. Los vates, por su parte, llamados «ovates» o «eubagos», constituían una tercera orden religiosa entre los galos. De origen muy antiguo, practicaban la adivinación mediante el sacrificio de animales e incluso a veces de seres humanos. Pero los druidas también los fueron suplantando progresivamente. Es probable que los vates se dedicasen más tarde a oficiar el culto público.
Así pues, los druidas pretendían ser los únicos intermediarios entre los hombres y los dioses. Como inventores del calendario, eran ellos quienes decidían las fechas de las fiestas religiosas; como teólogos, sólo ellos podían conocer la naturaleza de los dioses, sus deseos y la manera de honrarlos. Esa posición clave en la práctica del culto les permitió impulsar una profunda reforma de la vida religiosa en la Galia antes de la conquista romana.
La cosecha de muérdago. Se recolectaba el sexto día de la luna con una hoz de oro. Con las bayas se preparaban brebajes para curar a los enfermos. Óleo por H. P. Motte. Museo Galorromano, Lyon.
Con los druidas, la religión ya no se limitó a la esfera privada, sino que adquirió una función social y política. Sus conocimientos en astronomía y geometría les permitieron levantar majestuosos santuarios para la comunidad, equivalentes a los templos griegos y romanos. Los fieles dejaron de ser simples individuos para convertirse en comensales que compartían la carne con los dioses en el marco de grandes banquetes. Muy apreciados por los guerreros, estos festines revestían una forma tanto religiosa como política. Así, se invitaba a los guerreros a ofrecer a los dioses la mayor parte del botín de guerra y, a cambio, los druidas los declaraban ciudadanos de pleno derecho.
Los druidas convencieron a los galos de que abandonaran los sacrificios humanos; en el caso de los criminales, eran ejecutados después de procesos en los que los druidas actuaban como jueces. En cuanto a las ofrendas a los dioses, adoptaban dos formas: el sacrifico de animales domésticos – buey, cerdo, cordero– y la ofrenda de armas y objetos preciosos. También cambió la imagen de los dioses, la concepción del universo y el destino del hombre. El extraño panteón de los galos que nos transmite Julio César en su Guerra de las Galias, en un pasaje copiado sin duda de Posidonio, es el de los druidas tal como éstos lo expusieron al viajero griego: «La divinidad que más adoran es Mercurio… Luego vienen Apolo, Marte, Júpiter y Minerva, de los cuales tienen una concepción semejante a la de las otras naciones». Estos dioses prodigaban sus virtudes a los hombres para hacerlos más sociables y acogedores con los extranjeros y, sobre todo, con los mercaderes.
Los primeros científicos
Según los relatos de Posidonio, los druidas profesaban una forma de panteísmo: identificaban la divinidad con el cosmos entero y los hombres participaban en el ciclo perpetuo de la naturaleza. Sólo importaba la pureza del alma. Todo lo demás, la vida terrenal y sus muestras materiales, carecía de valor alguno. Por ello, los galos nunca dejaron monumentos u obras de arte que testimoniasen su ingenio.
Los druidas pusieron su talento al servicio del conocimiento en ámbitos muy variados. Posidonio nos revela que se dedicaban principalmente a la «fisiología», es decir a las ciencias naturales, la física, la química, la geología, la botánica y la zoología. Como los griegos, los druidas especulaban sobre la composición de la materia y trataban de aislar sus principales componentes: el aire, el agua y el fuego. Imaginaron un fin del mundo que se produciría por la separación de estos tres elementos y acabaría con el dominio absoluto del fuego y del agua. Sin embargo, este fin del mundo se inscribía en un ciclo perpetuo de renacimiento y destrucción. Según Plinio el Viejo, los druidas clasificaron las especies vegetales y animales y estudiaron los usos que el hombre podía darles. En cuanto a la farmacopea, cabe destacar que los galos atribuyeron al muérdago numerosas propiedades, y las investigaciones actuales han demostrado que esta planta posee grandes poderes terapéuticos, sobre todo en el tratamiento de ciertos tipos de cáncer.
Los druidas destacaron también en el campo del arte. En particular, las composiciones del llamado estilo plástico revelan una espiritualidad que sólo podía provenir de una élite intelectual que reflexionaba acerca del papel de la imagen. Por otra parte, su saber también tuvo aplicaciones prácticas. En el campo de la agricultura desarrollaron, por ejemplo, el abono con estiércol, mientras que en el de la metalurgia cabe atribuirles la invención del hierro forjado y de la hojalata.
También presentes en los santuarios griegos y romanos, esas pequeñas arboledas daban cobijo a las deidades. Grabado que ilustra una escena de la ópera Norma, de Vincenzo Bellini. Siglo XIX.
Los druidas estaban muy implicados en la vida política de su sociedad. Eran los únicos que poseían los recursos intelectuales y técnicos suficientes para llevar a buen término negociaciones y redactar tratados, entre otras cosas. Establecieron las primeras leyes y prepararon las constituciones de algunos pueblos galos, como es el caso de los eduos, entre quienes los druidas supervisaron el nombramiento de sus magistrados. Gozaban asimismo de un estatus cívico privilegiado: no tenían que pagar impuestos ni cumplir con ningún tipo de obligación militar. Además, su influencia no se limitaba sólo a los distintos pueblos-Estado, sino que se extendó al conjunto del territorio que progresivamente se fue convirtiendo en una realidad geográfica y política: la Galia.
Muy pronto, los druidas repartidos por la región céltica y por Bélgica se federaron. Cada año se reunían en una gran asamblea y debatían sobre cuestiones teológicas, pero también sobre los últimos avances científicos. Se elegía a un Gran Druida, el equivalente a un jefe político, que conservaba dicho título honorífico hasta su muerte. El lugar de la asamblea se situaba en el centro de la Galia; en el siglo II a.C. –el momento en el que la Galia alcanzó su extensión máxima, desde la desembocadura del Rin hasta los Pirineos, desde el océano hasta el extremo de la meseta suiza– los druidas se reunían en tierras de los carnutos, cerca de la actual ciudad de Orleans. En el curso de esta gran asamblea, los druidas impartían justicia; y los pueblos que se comprometían a acatar las decisiones tomadas a un nivel superior, ya nacional, acudían allí a exponer sus desavenencias.
El extraordinario prestigio que rodeó a los druidas no duró eternamente. Su misma implicación en los asuntos políticos, diplomáticos y judiciales les hizo perder su carisma espiritual ante sus compatriotas. Pero lo que les afectó más profundamente fue la creciente influencia de la cultura romana. La invasión de productos de lujo a través de los comerciantes romanos cambió los hábitos de la aristocracia indígena y fue erosionando las creencias tradicionales de los galos, incluida la fe en el poder de los druidas. Es característico el caso del eduo Diviciaco, único druida cuyo nombre conocemos. Como primer magistrado de su ciudad colaboró activamente en la conquista romana y se hizo amigo de César, pero puso el mayor empeño en ocultarle su oficio; al contrario que sus lejanos predecesores, probablemente no se enorgullecía de él, pese a que su educación druídica le había permitido convertirse en un experto de la adivinación a través de los números.
Con la conquista romana, los adversarios de César fueron eliminados y gran parte de la nobleza asimiló los valores de Roma. Los últimos druidas auténticos acabaron desapareciendo. Los que reivindicaron ese título algunas décadas o siglos después no eran ya sino adivinos o brujos de poca monta. Ninguno había recibido la estricta educación oral que había sido el secreto de los druidas: veinte años de estudios en los que los aspirantes a druida adquirían el inmenso conocimiento de sus mayores.
Los druidas. Françoise Le Roux y Christian Guyonvarc. Abada, Madrid, 2009.
Druidas. Manuel Alberro. Dilema, Madrid, 2009.
El druida. M. Llywelyn. Martínez Roca, Barcelona, 2002.
No había visto este post, ni esa espléndida foto del Cernunnos de Bouray y otras aportaciones.
Puede resultar curioso que añada que de este dios sentado, Apolo, Cernunnos, puede haber un ejemplar extremeño, de Valverde de Burguillos (Badajoz). Tal fue mi propuesta, hace años, para una curiosa estatua mutilada, inédita, que encontré (gracias a un buen aficionado y amigo) en el curso de mis viajes de estudio para mi libro de la Epigrafía Romana de la Beturia Céltica (Madrid, UAM, 1997, aún imposible de "pedefear" completo).
Aunque avancé las novedades religiosas (con un fuerte componente céltico, claro está) de la apasionante Beturia Céltica en un congreso internacional en Sintra (Portugal) en 1995, la publicación de las actas no se materializó hasta 2011 (todo un récord), pero ya está disponible, por si a alguien le interesa: "Religión y culto en la Beturia Céltica", Diis · Deabusque, Actas do II Colóquio Internacional de Epigrafia «Culto e Sociedade» (Sintra, 16-18.03.1995), Sintria III-IV, 1995-2007 [publ. ago. 2011], ed. J. Cardim Ribeiro, Mus.Arq. de São Miguel de Odrinhas, pp. 97-130, + 23 ilustraciones. En la pág. 125 están la curiosa pieza (en realidad dos, la otra inédita es también muy notable), su descripción, foto y paralelo (por cierto con una errata: "Bouvay" por "Bournay"). Como es muy poco conocida, subo mi foto aquí:
Por otro lado, es muy normal que los precedentes de estos dioses sentados, como de otros muchos elementos culturales e inconográficos, se encuentren en India y áreas inmediatadas. No en balde los pueblos celtas europeos proceden de un tronco común, más lejano, que llamamos "indoeuropeo", con su "genes indos" a veces muy presentes.
Aunque la creencia contraria sea tan popular -incluso entre profesionales-, hay que tener en cuenta que en la Península Ibérica desde al menos el siglo VI a.C. no hay verdaderos "celtas", sino mezclas de ellos, como los Celtíberos, y derivados más posteriores incluso, como los propios "Célticos del Suroeste".
Precisamente uno de los indicios más elocuentes es la total ausencia en Hispania de referencias antiguas, ni escritas ni de otro tipo, a una institución tan típicamente celta (esto es, gala) como la de los druidas.
Yo iba a poner una postura de loto-loto (las plantas de los pies hacia arriba) que precisamente está en un blogo de arqueología irlandesa... Se trata de una figurilla asiática traída al Norte de Europa (Escandinavia) por los comerciantes vikingos:
http://irisharchaeology.ie/2013/12/the-helgo-treasure-a-viking-age-...
Lo que yo preguntaba no era por qué el griego clásico no habló de la teología de los druidas, sino ¿cuál era la teología de los druidas? ¿Qué teología se esconde, si se esconde, detrás de la lanza que cae del cielo o de los sacrificios humanos y no humanos en los pozos? Naturalmente que no creo que los cristianos tengan el monopolio de la teología, pero es que decir "teología" implica un relato coherente sobre los dioses. Respecto a la transmigración de las almas, Lo que hay por ejemplo en los textos irlandeses -si es que los textos irlandeses tienen algo de "recuerdo druídico"- son más bien transformaciones (hombre-animal, hombre-elemento natural) más bien cercanas a lo chamánico que a tan "búdica" afirmación, poseedora de una teología muy elaborada (que primero ha de contar con "almas"), que tiene toda la pinta de una trasposición de la creencia en la facultad de transformarse a una creencia Pitagórica que al griego en cuestión le resultase más conocida.
Carmen,pienso que la discusión no tiene sentido por dos motivos
1) Está claro que al no dejar los druidas ningún texto no sabemos de su propia boca lo que pensaban y creían y por lo tanto no podemos discutir sobre si era teología o no.Aunque pienso que sería insólito que una casta sacerdotal no tuviera teología,es decir:una reflexión sobre la naturaleza de la divinidad,el cosmos la creación etc
2)El que los llama " filósofos y teólogos" es un filósofo griego del sI aC.
“«En la Galia existen filósofos y teólogos respetados a un grado máximo, llamados “druidas” [...] Se les considera como los hombres más justos [...] A menudo reflexionan acerca de los astros y su movimiento, del tamaño del mundo y de la Tierra, del poder de los dioses inmortales y sus aptitudes; transmiten a la juventud todo este saber»
Tú tienes una visión de lo que es la teología propia de una persona nacida en el siglo XX en el occidente cristiano.Pero Posidonio era un filósofo estoico griego de origen sirio que vivió en el S I antes de Cristo.
Aunque no sé prácticamente nada de la filosofía y el ambiente intelectual de aquellos momentos me inclino a pensar que tu visión y la de él son lo suficientemente distintas como para no juzgar a una en función de la otra.
Tu preguntas : ¿Qué teología se esconde, si se esconde alguna, detrás de la lanza que cae del cielo o de los sacrificios humanos y no humanos en los pozos?
Y yo puedo preguntar a mi vez ¿qué teología se esconde tras los cuerpos carbonizados de los hombres y mujeres quemadas en una hoguera por la santa inquisición?
¿Qué teología se esconde tas la representación de un joven con alas que clava un dardo en el pecho a una mujer mayor cubierta de ropa de los pies a la cabeza? Me refiero Al éxtasis de Santa Teresa por Bernini ?
Como conocemos la historia del pensamiento cristiano por sus textos tú podrías responder.
Como no conocemos los textos de los druidas no se puede responder a tus preguntas más allá de generalidades sobre el sacrificio en la historia de las religiones (vida a cambio de vida,mantener la energía del cosmos etc).
Por otra parte habría que conocer qué aspectos de la religión,mitos y ritos caían en la esfera de los druidas ,en qué momento,en que lugar y cuales eran anteriores o ajenos.
Sobre aproximarse algo al “druidismo” a través de la literatura u otros escritos tempranos :se sabe que en la literatura popular y en muchas costumbres y tradiciones quedan fragmentos de ritos y mitos muy arcaicos.Pero no siempre es fácil identificarlos ni seguir su historia y avatares.
No es incompatible lo chamánico que dices que sale en la literatura irlandesa con la transmigración de las almas .Al contrario.La base del chamanismo es la capacidad de salir del cuerpo en espíritu.Eso presupone un espíritu .Una vida que puede desligarse del soporte material,aunque habría mucho que discutir sobre la cantidad de concepciones sobre el alma y su relación con la materia que hay en cada cultura.
Ha habido autores que han pensado que el concepto del alma llegó a Grecia desde los chamanes escitas a través del mar muerto.
En “De Zalmoxis a Gengis Khan “ M.Eliade habla de todo ello.
“En efecto :numerosos autores antiguos comparaban constantemente a Zalmoxis con ciertos personajes históricos y fabulosos que se caracterizaban por la posesión de ciertos poderes particulares o por haber realizado ciertas azañas :descenso a los infiernos,iniciación,éxtasis ,trance chamánico, doctrinas escatológicas relacionadas con la “inmortalidad” o la metempsicosis etc (……) ese ambiente religioso y cultural propio sobre todo de las poblaciones balcánicas y cárpato danubianas emparentadas entre sí.(….)
En aquellos estereotipos ,tan populares en Grecia a partir de Herodoto ,que situaban a Zalmoxis no lejos dePitágoras ,Orfeo ,Museo y más tarde,Zoroastro,los sabios egipcios o los druidas ,había un fondo de verdad…”
Yo personalmente pienso que el “druidismo” puede tener su nucleo original en el chamanismo;para mí la clave es una frase del Tainn cuyas palabras exactas no recuerdo pero que era más o menos así:”los druidas se alejaron y saltaron detrás de las rocas convertidos en ciervos.”
Y este tema del ciervo y el chamanismo llevaría otra vez a Cernnunos y al mundo de las estepas
https://www.facebook.com/photo.php?fbid=650389338361347&set=a.1...
Gracias por las referencias y por enlazar el artículo ,Alicia.La escultura ¿estaba junto a la de la “matrona” o no se sabe cómo aparecieron?
Sobre la lanza de Lugh se podría dar tres explicaciones que en el fondo pertenecen al mismo núcleo de creencias :una explicación relacionada con el aspecto mágico de las armas (el arma -rayo que actúa con vida propia), una que casaría bien con una tradición en la mitología en habla ie :la legitimación del poder y el ámbito de cada una de las tres funciones por por medio de la caída de objetos desde el cielo(En Dumezil,Escitas y Osetas) y una más metafórica y mística, que podría considerarse teológica basada en el aspecto de divinidad celeste de Lugh :la luz del conocimiento que llega desde el cielo :sería muy adecuada para una religión de tipo solar-apolinea,que es al tipo de religión que para el mundo celta que apuntan algunos autores como comenta Alicia .M Canto en el artículo que ha enlazado. Religion y culto en la Beturia céltica
https://www.academia.edu/1180281/Religion_y_culto_en_la_Beturia_Cel...
Otra imagen española muy parecida a la que señala Alicia, y a las otras que puse de Francia, es la que se encontró en Sant Martí de Sarroca (Barcelona), por tanto en área íbera. Correspondería a un guerrero (dios?) sentado, probablemente en postura de sastre y rodeado al parecer de cabezas cortadas.
Puede leerse más sobre este hallazgo y ver fotos del mismo aquí:
Nuevas piezas de escultura prerromana en cataluña ... - DDD (UAB) de José Guitart Durán
En cuanto esto que dije "sería muy adecuada para una religión de tipo solar-apolinea,que es al tipo de religión que para el mundo celta" ,quito lo de apolineo porque implica ,en nuestra cultura,el aspecto diurno y luminoso del sol y creo que cuando se habla de una posible religión solar celta se habla también del aspecto nocturno.
Añado un artículo polémico pero interesante que me han enviado .¿Yoga en la edad del Bronce?.
Me parece interesante la idea central,de una transmisión de técnicas psico-físicas,de concentración etc aunque supongo que ,en aquellos momentos sería más bien el origen de lo que luego se entendería como yoga .
https://www.academia.edu/288218/YOGA_IN_THE_BRONZE_AGE_REFLECTIONS_...
La imagen aparecida en Cataluña que ha puesto Percha parece que se podría relacionar con el sur de Francia por las cabezas etc que menciona Susana Reboredo en su interesante artículo
"....En relación con este asunto son cruciales los fragmentos de estatuaria de la Roquepertuse, cerca de Velaux en el sur de Francia. En estas estatuas lamentablemente des-cabezadas no sabemos si se representa a Cernunnos, pero sí deben estar conectadas con su culto. El pórtico del santuario muestra representaciones de cabezas decapitadas,rasgo que parece adecuado al ambiente de un recinto sagrado de un dios ctónico como debía serlo Cernunnos...."
https://www.academia.edu/3247238/Cernunnos_y_sus_antecedentes_orien...
Carmen,la estatua de Buda en Escandinavia,aunque es ya de tiempos vikingos indica un interés que recuerda a cosas que plantea el artículo sobre el yoga en la edad del bronce
Yo creo que la estátua de Buda de los escandinavos es que entró en el lote de algo, como entraban objetos religiosos cristianos. Pero bueno, es irme por la tangente. No conocía bien yo ese lazo entre "transmigración" y chamanismo, gracias por los enlaces y la aclaración. El primero que habló de chamanismo en relación con lo céltico fue Piggot, pero no poder acercarme ahora a su libro me deja sin referencias y sin poder decir en qué se basaba. He leído el artñiculo del yoga y me he acorddo de la "postura de maldecir" que también sal en la literatura irladnesa: sobre un solo pie, con una sola mano y un solo ojo. Esta era la forma general, corporal, del "pueblo" denominado Fir Bolg (creo)
Ah ,pues voy a ver si encuentro algo de Piggot.Qué interesante lo de la postura de maldecir. Como si hubiera un código de gestos. Dicen que hay posturas de Yoga inspiradas en determinados animales,quizá desde los tiempos de los cazadores,cuando estos se identificaban con aquellos y aprendían determinadas cualidades y técnicas.También pasa algo parecido en alguna de las artes marciales chinas.Eso recuerda también a las contorsiones y posturas guerreras de Cuchulainn y sus nombres.
Sobre la estepa y el ciervo y el chamán ,Eliade,en el libro de Zalmoxis habla de cómo la mitología relacionada con el ciervo y la caza mágica puede remontarse a la prehistoria así que quizá en la estepa ha sobrevivido algo de lo que había participado toda Eurasia durante el paleolítico.Las imágenes de hombre-ciervo pintadas en las cuevas sería una plasmación de esto
Voy con algo de retraso para todo, pero voy llegando. De nada, María. No, no se sabe la conexión en la aparición de ambas esculturas, pero es de suponer que ambas procedan del mismo edificio. Me inclinaría más por un espacio de culto particular en una propiedad rural.
Por otro lado, por mi parte sí simpatizo con lo apolíneo en todo lo celta, por la vía de la salud y de las aguas sagradas, a veces sanadoras. Son dos factores capitales en la religión celta, y también en el valle del Indo.
Interesante ese paralelo catalán, Percha, gracias. Bien siento no haberlo conocido en su momento para haberlo citado en mi estudio, aquélla no era una zona muy lógica para buscar este tipo de piezas, así que tiré más para la Galia, claro. Pero ya se sabe, las "liebres arqueológicas" a veces saltan mucho, y aparecen en donde no se las espera.
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