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El Parque Olímpico, en el 'Lower Lea Valley', al este de Londres (Cortesía de 'Olympic Delivery Authority').
Fuente: ARCHAEOLOGY | Nadia Durrani| julio de 2012 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Verano de 2012: los mejores atletas del mundo se reúnen en Londres para los Juegos Olímpicos. Antes de los Juegos, unos 2,5 kilómetros cuadrados de tierra semiabandonada en el Lower Lea Valley, al este de Londres, se han convertido en un Parque Olímpico completamente equipado. Ello ha transformado un distrito industrial en decadencia en un frondoso parque urbano que contiene todas las comodidades modernas, incluyendo la villa de los atletas, una cancha de baloncesto y el Estadio Olímpico. La ley británica decretaba que debían realizarse evaluaciones arqueológicas antes de que tal acontecimiento tuviera lugar, por lo que entre 2007 y 2009 los arqueólogos de la Autoridad Pública Olímpica se pusieron a trabajar excavando en el pasado de Londres.
Excavaron no menos de 121 zanjas, recuperaron más de 10.000 artefactos y revelaron la evidencia de al menos 6.000 años de actividad humana: desde los primeros cazadores y agricultores prehistóricos de la zona, hasta las estructuras defensivas de la Segunda Guerra Mundial. Además, registraron todos los edificios históricos que permanecían en lugar. Junto a este trabajo, miles de pozos fueron perforados profundamente en la tierra, dejando al descubierto una imagen medioambiental y geoarqueológica de la zona de los últimos 12.000 años.
Completar la tarea fue algo hercúleo. Aunque se extiende a sólo unos 5 kilómetros al noreste de la ostentación y el glamour del centro de Londres, hace sólo cinco años esta zona era todavía un área descuidada y sin ocupar en gran medida. Los arqueólogos se encontraron con edificios en ruinas, residuos de la construcción en general, y una profunda acumulación de basura doméstica de los siglos XVIII y XIX. Mucha de esta basura había sido importada de zonas cercanas por gentes que deseaban elevar sustancialmente el nivel del suelo con el fin de establecerse en lo que entonces era una tierra baja y pantanosa. Además de esto, una ley de 1844 había dictaminado que las industrias peligrosas y llamadas "sucias y nocivas", como las imprentas o fábricas de productos químicos, tenían que ser trasladadas fuera del centro de Londres. Muchas se reubicaron aquí, una zona ya conocida por su industria. Para los arqueólogos ello significaba que la tierra estuvo a menudo contaminada químicamente, encharcada o, incluso, ambas cosas.
Paletas de mano y palas no iban a ser suficientes. Simplemente, para romper las capas de detritos de la ciudad, los operarios -con equipos pesados utilizados en la construcción- removieron varios cientos de toneladas de suelo en cada zanja, a menudo hasta una profundidad de alrededor 4 metros y medio, y en un solo lugar hasta cerca de 9 metros. Sólo después de que los operadores consiguieron eliminar estos escombros recientes, el equipo pudo comenzar a explorar los primeros restos arqueológicos. Esta fue una enorme tarea. Para evitar cualquier riesgo del colapso bajo el peso de la tierra circundante, las zanjas originarias tuvieron que ser sustituidas por zanjas más amplias en la parte superior y estrechar las áreas relativamente pequeñas de sus bases. "Dónde las zanjas eran particularmente profundas, a menudo tuvimos que asegurar aún más sus lados con soportes de acero", explica Gary Brown, gerente del trabajo de campo de la empresa Pre-Construct Archaeology. Una vez que los sitios estuvieron seguros, los excavadores fueron equipados con equipos de protección, incluyendo ropa desechable, guantes, botas de goma, gafas de protección, así como mascarillas.
Algunas de las zanjas de excavación eran tan amplias y profundas que los arqueólogos tuvieron que asegurarse de que no colapsaran mediante la creación de una serie de peldaños para distribuir el peso de la tierra alrededor de ellos. (Cortesía Olympic Delivery Authority)
Excavar en Londres, con su larga y compleja historia, es siempre difícil y lleva mucho tiempo, y estas excavaciones no fueron ciertamente una excepción. Sin embargo, los resultados han sido valiosos. "La arqueología cubrió una gran porción de tiempo y geografía", dijo el director del proyecto, Nick Bateman, del Museo Arqueológico de Londres. "Ahora tenemos la primera imagen, a gran escala y a largo plazo, de la vida en esta parte del este de Londres, un área con primeros asentamientios en la prehistoria, y, en tiempos más recientes, uno que llegó a ser muy significativo para el desarrollo de la ciudad moderna". Si no hubiera sido por la construcción del Parque Olímpico esta parte periférica del Londres histórico, anteriormente encharcada y empobrecida, simplemente no habría sido explorada a esta escala.
De acuerdo con Simon Wright, jefe de instalaciones e infraestructuras de la Autoridad Pública Olímpica, "No sólo hemos transformado el Parque Olímpico en el parque urbano más grande creado en el Reino Unido desde hace más de 100 años, sino que hemos descubierto su pasado en el proceso".
Foto: Cada número del mapa se relaciona con los siguientes apartados:
1.- Rituales neolíticos:
Al final de la última gran glaciación, hace unos 12.000 años, el deshielo provocó a lo largo de un área silvestre y virgen la formación de una llanura inundada por el río Lea. Sin embargo, la evidencia más antigua del Parque Olímpico viene del periodo Neolítico (4000-2200 a.C.), cuando la gente comenzó de modo muy extensivo a clarear la zona de bosques para la agricultura con la ayuda de hachas de sílex.
El equipo descubrió una de tales hachas -datada entre 4.000 y 3.000 a. C.- en el borde de un canal del río, pero no había evidencia de que la misma se hubiera utilizado en la antigüedad. Según Andrew Powell, de Wessex Archaeology, el equipo, tras los análisis posteriores sobre este hallazgo en el Parque, así como su condición prístina y localización junto al río, sugieren una posible explicación ritual. ¿Había sido colocada deliberadamente en el agua como una ofrenda, como un depósito votivo? "Si este es el caso, nosotros pensamos que pone de relieve el profundo significado del río y su valle para las gentes prehistóricas, atraídos por los ricos recursos de este medio acuático", dijo Powell.
2.- La vida prehistórica
Grandes transformaciones tuvieron lugar en el Parque Olímpico durante la Edad del Bronce Medio, comenzando alrededor de 1400 a.C. Al parecer, en el transcurso de unos pocos cientos de años, la gente dividió las zonas de tierras agrícolas potencialmente productivas en campos rectangulares, cada uno rodeado de zanjas y posiblemente alineado con setos. Esta transformación está claramente ilustrada por la fosa más grande excavada en el sitio del Centro de Natación, donde los arqueólogos revelaron un claro patrón de zanjas que limitaban el campo. Un panorama más amplio de la vida prehistórica surgió con el descubrimiento adicional de ocho viviendas circulares, una datada en la Edad del Bronce y siete en la Edad del Hierro (700 a.C.-43 d.C.).
También había varios entierros, entre ellos dos cremaciones del Bronce Tardío, ambos datados por radiocarbono alrededor de 1.000 a.C., un enterramiento por inhumación datado entre el 110 a.C. y 60 d.C., y tres inhumaciones con dataciones inciertas, posiblemente abarcando un tiempo desde la Edad de Bronce hasta principios de la era romana. Durante miles de años parece que los habitantes de esta zona vivieron y murieron cerca de su tierra. Por desgracia, las inundaciones periódicas parecen haber hecho demasiado húmedo su asentamiento de ribera como para ser habitado, provocando su abandono en la Edad del Hierro Tardía.
3.- Los romanos: perdidos y encontrados
El Parque Olímpico se encuentra a unos 5 kilómetros al noreste de Londinium (Londres), la capital de la provincia romana de Britania Superior. Durante la época de los romanos (43 - 410 d.C.), la zona estaba atravesada por una carretera principal que conectaba Londinium con la ciudad de Camulodunum (la actual Colchester). El camino, junto con el río, habrían sido una ruta crucial hacia Londinium para proporcionarle productos agrícolas. El equipo excavó numerosas zanjas de evaluación, muchas en densas disposiciones superpuestas a lo largo de toda la gama probable del curso del camino a través del valle.
Pero ningún rastro del camino se encontró, y su línea precisa a través del valle sigue siendo un misterio por resolver. Sin embargo, los arqueólogos encontraron evidencias de los romanos aprovechando el paisaje del río, en forma de estructuras ligeras de madera en dos lugares a lo largo de sus canales, uno de los cuales podía ser un pequeño embarcadero. "Su datación romana ya es segura", revela la directora de la excavación, Pippa Bradley, de Wessex Archaeology. "La madera de ambas estructuras ha sido datada mediante radiocarbono en esa época", añade. Artefactos romanos también fueron encontrados, incluyendo ánforas y material cerámico de construcción hecho entre los años 50 y 160 d.C., además de una moneda gastada de Constantino II (quien gobernó desde 337 hasta 340 d.C.).
4.- Los comienzos de un polígono industrial
Parte de la historia del progreso de la zona hasta convertirse en el corazón industrial de Londres lo cuenta la excavación más profunda del Parque Olímpico, en el Templo de Mills, un área denominada después los 'Caballeros Templarios', quienes era dueños de dos molinos de agua en el siglo XII. Los molinos estaban aún en uso a finales del siglo XVI, cuando se les unió una fábrica de cuero, un molino de pólvora (hasta que estalló), y los molinos para moler el maíz y la colza, además de estampadoras de tejidos de algodón, grupos de fabricantes y tintorerías. Desde mediados del siglo XIX la industrialización en el Lea Valley se intensificó.
Más y más industrias se desarrollaron a lo lejos, en la zona baja del valle, en Stratford, incluyendo la fabricación de papel, alquitrán, trabajos de impresión y fabricación de productos químicos, todos los cuales habían sido obligados a abandonar el centro de Londres bajo una nueva legislación de limpieza del hábitat. La excavación en el Templo de Mills fue difícil de llevar a cabo: esta parte del entorno se encontraba particularmente inundada, contaminada por residuos industriales y profundamente enterrada bajo más de 9 metros de relleno reciente. Sin embargo, los hallazgos fueron abundantes, incluyendo las fachadas de una hilera de cabañas de seis trabajadores que fueron ocupadas a fines del siglo XVIII y a lo largo del siglo XIX. Al igual que en la Edad del Bronce, aparecieron restos de lugareños, algunos de los cuales se nombran en los registros censales existentes, optando por vivir cerca del lugar donde trabajaban.
5.- La velocidad de una embarcación en el siglo XIX
Con el descubrimiento de un bote de remos del siglo XIX, conservado en casi 4 metros y medio de largo, los arqueólogos han encontrado algo que podría atraer a un atleta olímpico. Descubierto en los depósitos de limo, al lado de un molino de viento, cerca de la cabecera del río Pudding Mill, la embarcación fue construida para ser ligera y veloz, más que robusta. Fue diseñada, probablemente, como una especie de taxi acuático, tal vez para transportar personas y bienes a un barco más grande. Su construcción es de "casco trincado", un método que utiliza los tablones de madera superpuestos y que se remonta al periodo sajón (aprox. 410 - 1.066 d.C). Sólo unas pocas embarcaciones que han utilizado esta técnica de construcción han sobrevivido, por lo que es un ejemplo raro e importante.
El bote parece que fue convertido en una embarcación de recreo, y luego, posiblemente, utilizado para cazar aves acuáticas (perdigones de plomo fueron encontrados en un armario añadido en algún momento posterior a la embarcación), y ser abandonado a mediados o fines del siglo XIX, llevándose consigo sus historias fluviales.
6.- El campo de batalla de Londres
Durante la Segunda Guerra Mundial, el East End de Londres fue fuertemente defendido, y, de hecho, duramente bombardeado. Esta era a menudo la primera zona de Londres que cruzaban los aviones enemigos volando desde el oeste de la Alemania nazi, y hay abundante evidencia de esa difícil época en el Parque Olímpico. Entre los elementos excavados y registrados se halla una batería antiaérea cerca del Temple Mills, con cuatro plataformas para cañones, una habitación usada probablemente para almacenar cordita (pólvora sin humo), una revista de municiones y un centro de mando.
Estas estructuras se remontan a 1938, un tiempo en el que los militares de Gran Bretaña observaban y esperaban la guerra. Entre 1941 y 1943, durante los años de guerra, una estación de radar fue construida en el lugar junto con un número de otras instalaciones, incluyendo un pequeño fortín de armas antitanque. Tomadas en conjunto, estas evidencias representan datos importantes para aquellos que están involucrados en el estudio de los conflictos modernos.
Más información adicional en:
El alcalde de Londres recita una oda olímpica en griego antiguo
LONDRES, 23 (ANSA)- El alcalde de Londres, el conservador Boris Johnson, recitó una oda olímpica en griego antiguo que comisionó especialmente para los Juegos Olímpicos en la capital británica. Johnson, que estudió lenguas clásicas en la Universidad de Oxford, leyó el poema en griego antiguo y en inglés inspirado en el poeta clásico Píndaro, durante una gala para el Comité Olímpico Internacional (COI) en el Royal Opera House de Londres.
El alcalde de Londres le había pedido al académico de Oxford Armand D'Angour que compusiera la oda, y le aconsejó algunas ideas que podía incluir en la composición.
La alabanza incluye referencias a atletas, entre ellos el corredor jamaiquino Usain Bolt, el capitán del equipo de voley Ben Pipes, el clavadista Tom Daley y el presidente de Londres 2012, el lord Sebastian Coe.
D'Angour escribió la oda en griego antiguo con versos modernos, y dijo que tradujo los seis versos en "coplas rítmicas muy divertidas en inglés".
El poema comienza: "Esta nueva llama olímpica que llega, alguna vez flameó luminosa en la Antigua Grecia, con corazones contentos que reciben una vez más estos Juegos renacidos en las tierras de Londres".
La oda fue grabada en una placa que será instalada de forma permanente en la Villa Olímpica.
Esta es la segunda vez que D'Angour escribió una oda olímpica, luego de componer una alabanza en griego antiguo para los Juegos de Atenas en 2004.
"Píndaro (hacia 518 AC- 438 AC) fue el mayor poeta de su tiempo y muchos mecenas pagaron gran cantidad de dinero para que los atletas victoriosos de Olimpia fueran honrados con una oda en su honor", sostuvo el experto.
Fuente:ANSA | LBO/MRZ | 23/07/2012
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