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Guerreros persas, un detalle del friso en el palacio de Darío en Susa. Museo Pergamon / Museo Vorderasiatisches, Alemania. Crédito de la imagen: Mohammed Shamma / CC BY 2.0.
Hace unos 2.500 años, el rey persa Cambises II organizó un ataque total a Egipto tomando como base Palestina. Ahora los arqueólogos creen haber encontrado un campamento militar en el norte de Israel desde el cual el emperador aqueménida lanzó su invasión sobre el reino del Nilo.
El Imperio Aqueménida fue fundado por Ciro II el Grande en la década de 580 a.C., derrotando a los imperios Medo, Lidia y Neo-Babilónico, a medida que se expandía. Cambises II fue su hijo, y persiguió el sueño de su padre de un pleno gobierno en la región.
Entre los hallazgos arqueológicos llevados a cabo en Tell Keisan, una colina que se eleva unos 28 metros en la llanura costera cerca de la ciudad de Acre (también conocida como Akko), en el norte de Israel, se encuentran ruinas datadas en el período persa mediante jarras de cerámica y ollas de cocina en estilos griego y fenicio, típicos de esa época.
Los fenicios de la costa Palestina, junto con su flota militar, habían sido subyugados por los asirios y luego por los persas. El antiguo historiador griego Heródoto dejo escrito que hubo mercenarios griegos que lucharon en el ejército del emperador Cambises II. Los restos de cerámica griega y fenicia hallados en el estrato persa de Tell Keisan sugieren que esta área constituía parte del campamento base de la gran campaña aqueménida contra el imperio egipcio.
“Bajo Cambises II, los persas quisieron prepararse para la guerra y conquistar Egipto, y lo hicieron en Palestina", dice el profesor Gunnar Lehmann (izquierda), de la Universidad Ben-Gurión, quien está codirigiendo las excavaciones de Tell Keisan junto con David Schloen (derecha), del Instituto Oriental de la Universidad de Chicago.
En las dos temporadas de excavaciones de 2016 y 2018, los arqueólogos sacaron a la luz niveles que datan del período helenístico (siglos III y II a.C.), del período persa (siglos V y IV a.C.) y de la Edad del Hierro II-C (siglo VII a.C.). También encontraron niveles anteriores que datan de la Edad del Hierro tardía II-A, de hace alrededor 3.000 años, pero aún no se han explorado a fondo.
Tell Keisan significa "colina de la traición", en árabe, aunque no se sabe por qué se le dio ese nombre. Mencionado a partir del siglo XII en adelante por cronistas árabes, presumiblemente se refiere a un evento militar vergonzoso ahora olvidado. Tampoco se conoce el nombre del asentamiento en la antigüedad.
Tell Keisan, que ha estado ocupado durante al menos 6.000 años, se encuentra estratégicamente ubicado en la llanura de Acre, desde la que se controla el fértil valle de Jezreel (Esdraelón), así como las rutas comerciales entre Galilea, el Valle del Jordán y la región este.
Tell Keisan. Crédito: Ivgeni Ostrovski
Estudios y excavaciones anteriores han expuesto grandes estructuras fortificadas de la Edad del Hierro, datadas alrededor de los 1.000 a 587 a.C. Según los hallazgos encontrados en las capas arqueológicas, parece que los sucesivos conquistadores de Palestina encontraron irresistible su ubicación estratégica: los propios lugareños, los egipcios, los asirios y los persas bajo Cambises II, parece que lo utilizaron como centro administrativo y base militar de operaciones en el siglo V a.C., y más tarde también.
Respecto a los egipcios, Tell Keisan fue uno de los varios bastiones que ostentaron a lo largo de la llanura costera de Acre cuando controlaban Palestina, desde el año 637 hasta el 605 a.C., aproximadamente, dice Lehmann. Otros bastiones fueron Tell Achziv y Tell Kabri, y puede que hubiera más.
En Tell Keisan, justo debajo del nivel persa, los arqueólogos sacaron a luz un gran edificio con salas de almacenaje que datan de la XXVI dinastía egipcia. Aparentemente, el edificio comenzó su función en el siglo VII a.C., y parece que sirvió también como edificio gubernamental o administrativo, el cual, entre otras cosas, proporcionaba alimentos al personal.
El edificio también contenía cerámica fenicia, chipriota y griega oriental, pero de un tipo anterior, típica de la época pre-persa. Las salas de almacenaje contenían numerosos jarras, en su mayoría de origen fenicio, así como ánforas con asas chipriotas del siglo VII a.C. Entre las gentes que utilizaron las instalaciones pudo haber mercenarios al servicio del mando egipcio.
Impresión de un sello persa del s. VI a.C, en el que posiblemente se muestra a Cambises II capturando al faraón Psamético III.
Cambises reúne su gran y lento ejército.
La campaña de Cambises II para conquistar Egipto, reunió fuerzas para "cruzar los desiertos sin agua" aparentemente en el 525 a.C., fue descrita por Herodoto. Cambises II atacó al faraón Psamético III en Menfis y ganó "Egipto y el mar" (Herodoto 3.34). En consecuencia, Cambises II se convirtió en el primer rey persa en gobernar el antiguo Egipto.
Los eruditos citan también otras dos fuentes antiguas, aparte de Heródoto, que localizan numerosas fuerzas persas en la llanura de Acre.
Uno es el historiador griego, Diodoro Sículo, el cual narra los preparativos hechos por el monarca persa Artajerjes II para subordinar a Egipto: “El ejército de Persia se reunió en la ciudad de Ake, contando con doscientos mil bárbaros liderados por Pharnabazus, y veinte mil mercenarios griegos bajo el mando de Iphicrates. En cuanto a la flota, los trirremes eran trescientos, y doscientos barcos de guerra de treinta remos. Y grande era el número de aquellos que llevaban alimentos y otros suministros", Diodoro Sículo, Bibliotheca Historica 15.41.3 (Traducido por Peter Green, 2010).
La segunda fuente es el geógrafo y filósofo griego Estrabón: “Luego sigue Ptolemais, una gran ciudad, antes llamada Ace. Fue el lugar de encuentro de los persas en su expedición contra Egipto”, Estrabón, (Geografía 16.2.25-27)
De hecho, Tell Keisan parece que fue uno de los varios emplazamientos de Palestina, desde 520 a.C. en adelante, que se utilizaron para anclar la flota y como punto de encuentro del ejército persa. Entre ellos se incluyen Tell al-Fuhkhar (Acre), Tell Keisan, Tell Kurdana (Tell Aphek) y Tell Abu Hawam (Haifa).
"La agilidad no era precisamente la marca registrada del modo de guerra aqueménida", remarca Barry Strauss (izquierda), profesor de Historia y Clásicas en la Universidad de Cornell, EE.UU. "Grande y lento era cómo les gustaba a sus militares, tanto para vencer al enemigo como para impresionar a sus propios súbditos. Una fuerza expedicionaria masiva necesitaba una gran base de operaciones".
¿Por qué los persas estaban tan convencidos de conquistar Egipto, aparte de la debilidad humana habitual tendente a construir imperios?
Una razón es porque los diversos imperios del Levante y Medio Oriente consideraron siempre a Egipto como una amenaza importante. Pero esa es solo una razón más de su deseo último de controlar Palestina, la cual disponía de una tierra fértil con una larga costa y ser una zona conveniente para atacar Egipto. O, al menos, para contener la influencia de Egipto sobre el Levante.
Así que no solo las llanuras mediterráneas eran fértiles, con mucho espacio y pastos para los caballos: Egipto estaba cerca y Palestina era un terreno relativamente seguro para que Cambises II pudiera preparar lentamente su invasión, resume Lehmann.
Soldados de del ejército aqueménida (bajo Jerjes). Crédito: A.Davey
Las fuerzas que Cambises II acumuló en la costa habrían necesitado un enorme aparato y una increíble cantidad de recursos. Tell Keisan habría sido, pues, un enclave -de una serie de ellos- que suministraba recursos a lo largo de la llanura de Acre. De hecho, los arqueólogos encontraron restos de recipientes y de cocina en grandes cantidades que podrían haber sido utilizados por los ejércitos de Cambises II. Una evidencia clave fue el hallazgo de un gran pozo con restos orgánicos y cantidades sustanciales de cerámica, algunas de las cuales eran de origen fenicio y otras importadas de Grecia, principalmente de Atenas.
Desgraciadamente, la arquitectura del período persa en Tell Keisan quedó dañada gravemente cuando los ejércitos del gobernante helenístico Alejandro Magno devastaron la zona para expulsar a los persas (bajo el rey Darío III) en la segunda mitad del siglo IV a.C.
Después de la muerte de Alejandro Magno en 323 a.C., su reino fue dividido entre sus generales. A los mismos se les suele denominar 'diadocos', que significa simplemente 'sucesores', en un lenguaje sencillo. La guerra entre ellos estalló casi inmediatamente. Como el gran historiador alemán Niebuhr dijo una vez, "Era simplemente una cuestión de si uno u otro bandido obtendría ventaja".
Durante el próximo siglo, el Egipto ptolemaico y el Imperio seléucida estarían entrelazados en una fatigosa lucha por el control de Palestina. Es muy probable que Alejandro Magno, y los subsiguientes gobernantes helenísticos de lo que se acabaría convirtiendo en Tierra Santa, se hubieran hecho cargo de la infraestructura del Imperio persa en la llanura de Acre.
Busto de Seleucu I Nicator (el 'vencedor'); c. 358-281 a.C., copia romana de un original griego.
"Alejandro y sus sucesores estaban generalmente más interesados en la guerra que en la administración", explica Strauss. "Era más barato y más fácil tomar el control de la infraestructura del Imperio persa. De modo demostrativo lo habían hecho en otros lugares y seguramente lo hicieron también en la llanura de Akko".
Los niveles arqueológicos helenísticos presentan lo que parece ser un área industrial con pozos de basura e instalaciones para producir grandes cantidades de cerámica. Los hallazgos cerámicos indican que el vínculo con el Mediterráneo se mantuvo fuerte y que el comercio con las islas griegas y la costa de Asia se expandió hasta el siglo III a.C.
Durante el período helenístico anterior, Tell Keisan siguió siendo un suburbio de Acre, cuyo nombre había sido cambiado a Ptolomais (o Tolemaida).
En algún momento, durante el período helenístico posterior, el asentamiento fue abandonado. Permanecería sin vida durante la época romana y, posteriormente, habría estado ocupado y luego vuelto a abandonarse. Durante el período bizantino se restableció el asentamiento y allí se construyó una iglesia con edificios de servicio. Los cimientos de esta iglesia están bien conservados y fueron excavados y publicados por una expedición francesa.
Pero aparentemente, a principios del siglo VIII d.C, el montículo fue abandonado de nuevo, para, posteriormente, durante el período medieval, volver a restablecerse. Desde el siglo XII hasta el siglo XVI, la colina sostuvo un pequeño enclave rural, que, en el período otomano temprano, sería abandonado de una vez por todas.
Fuente: haaretz.com | 23 de diciembre de 2018
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