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Fuente: Mail Online | 7 de mayo de 2013 (Traducción de G.C.C. para Terrae Antiqvae)
Científicos de Gran Bretaña han revelado el "superlenguaje" que ellos creen utilizaban para comunicarse las gentes de la Edad de Hielo que vivían en Europa hace 15.000 años.
El trabajo de investigación de la Universidad de Reading muestra que muchas de las palabras, tales como 'yo', 'tú', 'nosotros', 'hombre' y 'corteza', se hallan todavía en uso hoy en día, y encontraron que había además una palabra como 'madre'. Los investigadores incluso muestran frases completas que todavía se pueden entender en la actualidad.
Ellos creen que los resultados muestran una lingüística, un "lenguaje común", que permitió a diferentes grupos comunicarse
Usando modelos estadísticos, el profesor de Biología Evolutiva, Mark Pagel (izquierda), y su equipo, pudieron predecir que ciertas palabras habrían cambiado tan lentamente durante largos períodos de tiempo que retendrían rasgos de sus orígenes durante diez mil años o más
"Descubrimos que podíamos predecir una tasa de evolución de las palabras", dice el profesor Pagel a MailOnline.
"Hubo un pequeño subconjunto de palabras que evolucionó muy lentamente con el tiempo, las cuales podrían tener hasta 20.000 años. ¿Te das cuenta? Pudimos ser capaces de predecir las palabras que unían a estas familias o grupos, y hemos encontrado que 23 de ellas tienen un ancestro común".
Estas 23 palabras (derecha), las cuales incluyen 'madre', 'fuego', 'escupir' y 'gusano', habrían sonado de modo muy diferente, dice el profesor Pagel.
"Las palabras no sonarían exactamente de la misma forma, pero serían reconocibles, o en una forma que podríamos aprender fácilmente a reconocerlas. La palabra para 'mother', por ejemplo, sonaría como 'mamá' o algo similar. Si estuviéramos sentados alrededor de una fogata podríamos tener una conversación básica".
Anteriormente, los lingüistas se basaban exclusivamente en el estudio de los sonidos comunes entre palabras para identificar aquellos que eran susceptibles de ser derivados de palabras ancestrales comunes, tales como en latín 'pater' y en inglés 'father'.
Una dificultad con este enfoque, dijo el equipo, es que dos palabras pueden tener sonidos similares simplemente por accidente, tales como las palabras inglesas 'team' y 'cream'.
Para resolver este problema, el equipo del profesor Pagel tuvo en cuenta que un subconjunto de palabras que fuera utilizado con frecuencia en el lenguaje cotidiano muy probablemente se habría mantenido durante largos períodos de tiempo.
El equipo utilizó este método para predecir palabras que probablemente tenían sonidos comunes, proporcionando una mayor confianza cuando se descubre que, tales similitudes sonoras, no se limitan a reflejar el funcionamiento del azar.
"La forma en la cual nosotros usamos un determinado conjunto de palabras en el habla cotidiana es algo común a todas las lenguas humanas", argumenta el profesor Mark Pagel
.
"Hemos descubierto que números, pronombres y adverbios especiales, son reemplazados muy lentamente, con vidas medias lingüísticas de una vez cada 10.000 años, o incluso más. Como regla general, palabras utilizadas más de una vez por mil en el habla cotidiana tenían de siete a diez veces más probabilidades de mostrar una ascendencia remota en la súper familia Eurasiática. La investigación muestra que cada una de ellas probablemente deriva de un idioma común ancestral. Además las palabras evolucionan, cambian con el tiempo, pasando, por ejemplo, de la letra 'P' a la 'F'"
El profesor Pagel pidió que se llevara a cabo más investigación en lenguajes comunes
Origen de las lenguas europeas: las "palabras comunes" apuntan a la existencia de una super-familia lingüística que une a siete grandes familias lingüísticas de Eurasia, según se muestra en el mapa.
"El hecho de que podamos encontrar estos antiguos vínculos debería animarnos a hacer más de lo mismo. Podemos plantear preguntas interesantes sobre las migraciones humanas y la evolución a través de tales vínculos".
Investigaciones previas del profesor Pagel sobre la evolución del lenguaje humano han construido una imagen sobre cómo han evolucionado nuestros 7000 lenguajes humanos actuales, desde el lenguaje 'proto-eurasiático' que fue el antepasado común de unos 700 lenguajes contemporáneos, los cuales son las lenguas nativas de más de la mitad de la población mundial.
El profesor Pagel y su equipo de investigación han documentado los patrones comunes de la forma en que utilizamos el lenguaje e investigado por qué algunas palabras tienen éxito y otras se han quedado obsoletas con el tiempo.
Esto se ha conseguido mediante el uso de estimaciones estadísticas sobre las tasas de sustitución léxica de una serie de palabras del vocabulario de las lenguas indoeuropeas.
Esta tabla indica cómo suenan las palabras de la izquierda en los distintos grupos de lenguas que se referencian en la línea superior. Escuchar en el vídeo de abajo cómo se hablaban.
"La búsqueda de relaciones cada vez más profundas entre las lenguas del mundo es complicado por el hecho de que la mayoría de las palabras evolucionan demasiado rápido como para conservar las evidencias de su ascendencia más allá de 5.000 a 9.000 años", escriben los investigadores.
"Por otra parte, la modelización cuantitativa indica que existen algunas 'palabras ultraconservadoras', las cuales pueden ser usadas para encontrar pruebas de las profundas relaciones lingüísticas más allá de esa barrera del tiempo".
"Nuestros resultados sugieren una notable fidelidad en la transmisión de algunas palabras y otorgan una justificación teórica a la búsqueda de características del lenguaje que podría ser preservadas a lo largo de un amplio espacio de tiempo y geográfico".
Artículos relacionados:
* European and Asian languages traced back to single mother tongue (The Guardian)
* ‘Mother, that bark on the fire is spitting up ashes’: What cavemen ... (METRO)
* Before Babel? Ancient Mother Tongue Reconstructed (LiveScience)
"Torre de Babel" (1594), de Lucas van Volkenborth.
Fuente: EL PAIS.com | Javier Sampedro | 7 de mayo de 2013
Los lingüistas están siguiendo estrechamente los pasos de sus colegas los biólogos evolutivos para reconstruir el pasado del lenguaje humano, la forma en que una hipotética habla ancestral fue ramificándose de manera incesante hasta producir la babel actual de 5.000 idiomas irreconciliables. Investigadores británicos y neozelandeses han hallado ahora sólidas evidencias de que todas las lenguas habladas actualmente en Europa y Asia, desde Lisboa a Pekín, provienen de una sola que se habló en el Mediterráneo hace unos 15.000 años, cuando la última glaciación empezó a remitir y las nuevas tierras emergidas del hielo perpetuo comenzaron a trazar las sendas que conectaron el gigantesco continente entero.
La primera teoría evolutiva, de hecho, precedió a Darwin en tres cuartos de siglo y no se refería a las especies biológicas, sino a los lenguajes. La formuló el jurista británico sir William Jones en 1787, en un discurso pronunciado ante la Sociedad Asiática de Bengala, y proponía que el sánscrito, el griego, el latín, el gótico, el persa y el celta provenían de un tronco común por divergencias sucesivas; nació así lo que hoy llamamos la familia lingüística indoeuropea, que seguramente hunde sus raíces en los primitivos asentamientos neolíticos que inventaron la agricultura en Oriente Próximo hace unos 10.000 años. La lengua eurasiática recién propuesta sería aún más antigua, de hace unos 15.000 años, y extendería su abrazo a lenguas no indoeuropeas como el chino o el vasco.
Al igual que los evolucionistas reconstruyen el pasado de las especies comparando genes de las especies actuales, Mar Pagel, Quentin Atkinson y sus colegas de las universidades de Reading (Reino Unido) y Auckland (Nueva Zelanda) han descubierto el eurasiático ancestral comparando palabras de las que se hablan en todo el continente actualmente. Esto no es nuevo para la lingüística. El problema para las reconstrucciones de largo alcance es que, según el conocimiento recibido en lingüística, las palabras cambian demasiado deprisa como para dejar trazas de su ancestro común más allá de unos 5.000 años.
La mayor aportación del nuevo estudio, presentado en Proceedings of the Nacional Academy of Sciences, es haber mostrado que, aun cuando eso sea cierto para la inmensa mayoría de las palabras, hay unos cuantos términos mucho más refractarios al cambio. Estas palabras ultraconservadas –que también tienen su equivalente directo en las secuencias ultraconservadas de los genomas biológicos— incluyen los numerales (los nombres de los números) y otros ingredientes del ‘metabolismo central’ de la gramática del tipo de yo, tú, aquí, como, no, allí y qué.
Los investigadores también han conseguido unas reglas que les ayudarán a encontrar el conjunto de palabras ultraconservadas más útiles en estudios futuros de otras lenguas. Como norma general, las palabras que aparecen en el habla común con una frecuencia mayor del uno por mil tienen entre 7 y diez veces más probabilidades que las demás de aguantar intactas, o al menos reconocibles, durante 10.000 o 15.000 años.
“Nuestros resultados”, dicen Pagel y sus colegas, “indican una considerable fidelidad de transmisión para algunas palabras, y ofrecen una justificación teórica para investigar características del lenguaje que pueden preservarse por grandes lapsos de tiempo y extensiones geográficas”. Los científicos no solo han comprobado este principio en las lenguas indoeuropeas, sino también entre los hablantes de las familias uránicas, chino-tibetanas, altaicas, austronésicas y el sistema Níger-Congo.
Las secuencias genéticas más refractarias al cambio a lo largo de las eras geológicas representan a menudo ‘interfaces’ de una molécula (por ejemplo, cierta zona de una proteína) que interactúan con tantos ‘partners’ que cualquier ligero cambio en la secuencia causaría un auténtico desmoronamiento de un amplio número de sistemas biológicos. Las palabras más frecuentes en el habla parecen ser su equivalente lingüístico, lo que puede bastar para explicar su resistencia al cambio. Sea como fuere, los lingüistas ya disponen de un juego de ‘genes’ ultraconservados para analizar la noche de los tiempos.
Es muy llamativo (por el sentimiento de intolerancia que probablemente alberga) que determinada prensa incluya, sin ningun tipo de base ni dato concreto, el idioma vasco en esta familia de lenguas.
El diario españolista en castellano "El Pais" (parafraseando la manera clásica de nombrar los diarios de la directora de este foro, la señora Alicia Canto), incluso lo resalta en sus titulares.
Pero la realidad es otra, ya que Marc Pagel, biólogo evolutivo y el director del proyecto en cuestión, ha aclarado recientemente y por escrito lo siguiente a uno de los organizadores del congreso internacional "DE CAZADORES-RECOLECTORES A SOCIEDADES PRODUCTORAS" que empieza hoy en Irún:
"Our research suggests that the Basque language is probably older in its origins than this super-family".
Constituye el pan nuestro de cada día lo que les ocurre a tantos y tantos en España (y me refiero exclusivamente a gente de gran nivel cultural y, por lo general, muy razonable en otros temas), en cuando se nombra la palabra vasco:
el nonacionalismo entra por la puerta; y la ciencia salta por la ventana.
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