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Reconstrucciones de un humano moderno (~30.000 años AP, izquierda) descubierto en Les-Eyzie, Francia, y un neandertal (~50.000 años AP, derecha) descubierto en La Ferrassie, Francia. Los neandertales y los humanos modernos coexistieron y se cruzaron, lo que llevó a niveles de introgresión de ADN ligeramente más altos en los asiáticos orientales que en los europeos. Los autores del estudio al respecto sugieren que la historia de las expansiones del área de distribución de los humanos modernos, y no solo la selección natural, ha influido profundamente en esta distribución espacial de la introgresión arcaica. Crédito: Claudio S. Quilodrán.
Hace alrededor de 50.000 a 70.000 años el hombre moderno llevó a cabo su principal ola de expansión fuera de África, es la teoría denominada Out of Africa. Al llegar a Europa, en esta región se toparon con los neandertales, los cuales llevaban cientos de miles de años viviendo en la parte occidental del continente euroasiático. Este cruce propició que se reprodujeran con las sociedades humanas cazadoras recolectoras, pero finalmente el Homo sapiens se impuso y los neandertales se extinguieron.
No obstante, esta desaparición no fue repentina pues, al coexistir durante milenios ambas especies, el ADN neandertal se integró en el genoma de los Homo sapiens.
Como consecuencia, en la actualidad existe una presencia de aproximadamente un 2 % de ADN de origen neandertal en la población euroasiática. Sin embargo, este porcentaje varía ligeramente según las regiones, ya que es algo más abundante en los genomas de las poblaciones asiáticas que en las europeas (tienen alrededor del 8 % al 24 % más).
Para entender esta historia común entre las dos especies, una investigación liderada por la Universidad de Ginebra (UNIGE) ha estudiado la distribución de la porción de ADN heredado de los neandertales en los genomas de los humanos modernos, a lo largo de los últimos 40.000 años.
Con este objetivo, utilizaron una base de datos facilitada por la Facultad de Medicina de Harvard que incluye más de 4.000 genomas de individuos que han vivido en Eurasia en ese período. Estos análisis estadísticos revelaron sutiles variaciones en el tiempo y en el espacio geográfico.
“Al analizar paleogenomas de hombres modernos hasta el presente, observamos que existe una parte de ADN neandertal que aumenta al distanciarse desde la fuente de expansión Out of Africa.
Sin embargo, esta expansión no explica la relativa mayor ascendencia neandertal observada hoy en el este de Asia, comparado con el oeste de Europa. Es en una segunda expansión, la de los primeros agricultores provenientes del Medio Oriente (Anatolia), que se encontraban más cerca de la expansión original y, por tanto, tenían relativamente menor ADN neandertal, la que disminuyó los niveles de esta ascendencia en Europa”, declara a SINC Claudio Quilodran (izquierda) de la UNIGE y coautor principal de la investigación. El trabajo se publica en la revista Science Advances.
La transición al Neolítico, es decir, con el paso del estilo de vida cazador-recolector al estilo agrícola proveniente de los habitantes de Anatolia (península occidental de Turquía) y de la zona del Egeo hace entre 10.000 y 5.000 años, es lo que propicia la disminución de la proporción de ADN de origen neandertal en los genomas de las poblaciones europeas.
Estos primeros agricultores portaban una proporción de ADN de origen neandertal inferior a la de los habitantes de Europa en la misma época. Al mezclarse, los genomas de los agricultores de Anatolia ‘diluyeron’ un poco más el ADN neandertal.
Variación espacial en el nivel de ascendencia neandertal. Los niveles de ascendencia de los cazadores-recolectores y agricultores europeos se proyectaron utilizando el mejor modelo de Europa ( n = 1517). Los puntos grises representan la distribución de las muestras de ADN.
Una hipótesis para explicarlo es que la selección natural no habría tenido el mismo efecto sobre los genes de origen neandertal en las poblaciones asiáticas y europeas. Pero en la UNIGE se trabaja en otra hipótesis basada en simulaciones computacionales -con base en un estudio previo- que apunta a que tales diferencias podrían explicarse por los flujos migratorios: cuando una población migrante se hibrida con una población local, en su zona de cohabitación, la proporción de ADN de la población local tiende a aumentar con la distancia desde el punto de partida de la población migrante, en este caso África, punto de origen del Homo sapiens, es decir, cuanto más se aleja uno de África, punto de origen del Homo sapiens, mayor es la proporción de ADN procedente del neandertal, población localizada principalmente en Europa.
“Precisamente, lo interesante de nuestro estudio es que proponemos esta nueva hipótesis (flujos migratorios) para entender estas pequeñas diferencias que observamos hoy en día. Esto se explica porque los individuos que viven al borde de la ola de expansión demográfica son menos numerosos que en el centro de la expansión, lo que hace que tengan una mayor probabilidad de aumentar el ADN neandertal, por reproducción con ellos o aleatoriamente, ya que la población es pequeña”, explica Quilodran.
Variación temporal en el nivel de ascendencia neandertal en diferentes poblaciones culturales. HG, cazadores-recolectores; FA, agricultores del Neolítico; OT, otros ejemplos antiguos. (A) Nivel de ascendencia en Europa y (B) Nivel de ascendencia en Asia. Las líneas continuas y punteadas representan los valores estimados y los intervalos de confianza del 95%, respectivamente. Los puntos de colores representan la distribución de muestras de ADN antiguas utilizadas en el mejor análisis de la antigua Eurasia.
Los resultados de la investigación indican que en el periodo posterior a la dispersión del Homo sapiens desde África, los genomas de los cazadores-recolectores paleolíticos que vivían en Europa contenían una proporción ligeramente mayor de ADN de origen neandertal, si se compara con los genomas de los que vivían en Asia.
Este resultado es contrario a la situación actual, pero concuerda con los datos paleontológicos, ya que la presencia de neandertales se registró principalmente en Eurasia occidental —no se han descubierto huesos de neandertales más al este que en la región de Altai, en Siberia—.
“Empezamos a disponer de datos suficientes para describir, cada vez con mayor precisión, el porcentaje de ADN de origen neandertal en el genoma de los 'Homo sapiens' en determinados periodos de la prehistoria. Por tanto, nuestro trabajo puede servir de referencia para que futuros estudios detecten más fácilmente perfiles genéticos que se desvían de la media y que, por tanto, podrían revelar un efecto ventajoso o desventajoso'', concluye Mathias Currat (izquierda), profesor titular del Departamento de Genética y Evolución de la Facultad de Ciencias de la UNIGE y autor también del estudio.
Fuente: agenciasinc.es | 18 de octubre de 2023
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