Vista general del yacimiento de Gadir 

La problemática de la fundación de Gadir ha sido una cuestión que ha suscitado un largo debate entre los especialistas. Conocer con exactitud la fecha de su fundación es de vital importancia por aportarnos, en primer lugar, el momento en que se fundó en la península ibérica el primer establecimiento de carácter urbano, y, en segundo lugar, tener claro cuál es el referente teórico sobre la antigüedad de la presencia fenicia en occidente. Actualmente, y según la tradición literaria, podemos considerar como punto de partida de la presencia fenicia en occidente el relato fundacional de Gadir. Este acontecimiento ha llegado a nuestros días a través de las obras de diversos autores clásicos, aunque señalando modos temporales distintos.

El historiador romano Veleyo Paterculo, relaciona la fundación de Gadir con el retorno de los Heráclidas, unos 80 años tras el final de la guerra de Troya. Plinio, por su parte, nos habla del templo de Melkart, afirmando que el de Lixus, era algo más antiguo que el de Gadir, mientras que el de Útica, tenía una antigüedad de unos 1178 años desde el mismo momento en que daba esta información (75 d. C). Pomponio Mela coincide en sus datos con Veleyo Paterculo y Plinio, mientras que Estrabón consideraba que la fundación de Cádiz era algo posterior a la guerra de Troya. (Blázquez, J.M).

Fue a principios del siglo I a. C. cuando visitaba la ciudad de Gades Poseidonio de Apamea, filósofo griego, que haciéndose eco de la noticia de hallarse en una de las ciudades más antiguas de occidente, según la tradición, reflejó la narración de los hechos que describían el momento fundacional de ciudad tan vetusta. El relato, recogido por Posidonio y transmitido por Estrabón (III, 5, 5) proviene, al parecer, de los sacerdotes del templo de Melkart en Gadir, y dice:

“... sobre la fundación de Gadir he aquí lo que dicen recordar sus habitantes: que un cierto oráculo
mandó fundar a los tirios un establecimiento en las Columnas de Heracles; los enviados para hacer la exploración llegaron hasta el estrecho que hay junto a Kalpe (Gibraltar), y creyeron que los promontorios que forman el estrecho eran los confines de la tierra habitada y el término de las empresas de Heracles; suponiendo entonces que allí estaban las Columnas de las que había hablado el  oráculo, echaron el ancla en cierto lugar de más acá de las Columnas, allí donde hoy se levanta la ciudad de los exitanos. Más como en este punto de la costa ofreciesen un sacrificio a los dioses
y las víctimas no fueran propicias, entonces se volvieron. Tiempo después, los enviados atravesaron el estrecho, llegando hasta una isla consagrada a Hércules, situada junto a Onoba, ciudad de Iberia,
y a unos mil quinientos estadios fuera del estrecho; como creyeron que estaban allí las Columnas, sacrificaron de nuevo a los dioses; más otra vez fueron adversas las víctimas y regresaron a la patria.  En la tercera expedición fundaron Gadir, y alzaron el santuario en la parte oriental de la isla, y la ciudad en la occidental …”

Una tradición esta que, además, era sobradamente conocida en época antigua. Diodoro de Sicilia (V, 20) lo relata de la siguiente forma:

“… En primer lugar fundaron en Europa, cerca del paso de las Columnas, una ciudad a la que, por ser  una península, dieron el nombre de Gadeira, y en ella dispusieron todo como convenía a la naturaleza del lugar, así como un suntuoso templo dedicado a Heracles, e introdujeron magníficos sacrificios celebrados a la manera fenicia …” .

Más tarde Pomponio Mela (III, 46-47) escribía:

“Cerca de litoral que acabamos de costear en el ángulo de la Bética, se hallan muchas islas poco conocidas y hasta sin nombre; pero, entre ellas, la que no conviene olvidar es la de Gades, que confina con el Estrecho y se halla separada del continente por un pequeño brazo de mar semejante a un río. 
Del lado de la tierra firme es casi recta; del lado que mira al mar se eleva y forma, en medio de la costa, una curva, terminada por dos promontorios, en uno de los cuales hay una ciudad floreciente del mismo nombre que la isla, y en el otro, un templo de Hércules Egipcio, célebre por sus fundadores, por su veneración, por su antigüedad y por sus riquezas. Fue construido por los tirios; su santidad estriba en guardar las cenizas (de Hércules); los años que tiene se cuentan desde la guerra de Troya …”

La presencia de Melkart en el santuario de Gadir desde sus orígenes, hace que este se nutra de los mismos elementos cosmogónicos que el santuario de Tiro, configurando Gadir como una nueva Tiro fundada en el lejano Occidente, igual que la Tiro oriental había sido fundada en el mito por Melkart tras la fijación en el mar de dos rocas flotantes. Por otro lado, la fundación gadirita revela un claro carácter aristocrático, eso sí, si tenemos en cuenta la noticia transmitida por el historiador romano Justino (XLIV.5.2), que afirmaba que los restos de Melkart fueron trasladados de Tiro a Gadir, lo que conferiría a la fundación gaditana, un carácter netamente monárquico o aristocrático. Esta afirmación, no lejos de ser producto de una literatura impregnada de una ficción literaria e incluso mítica, si serviría para que la aristocracia gaditana viera prestigiada su condición al conexionarse con la monarquía de la metrópoli fundadora.

Pues bien, en el periodo cronológico comprendido entre los siglos VIII a. C., y la primera mitad del siglo VI a. C., tiene lugar el desarrollo de la presencia fenicia en Iberia y norte de África, hecho que en su  origen va ligado a la fundación de Gadir en 1.100 a. C. (según las fuentes escritas y recientemente confirmado por la arqueología). Esta fecha fundacional venia chocando tradicionalmente con los datos que arrojaban las fuentes arqueológicas, que lejos de confirmarlo, situaba la antigüedad de Gadir en torno al siglo VIII a. C. Pero este panorama iba a cambiar, ya que en julio del año 2010 finalizaba una de la excavaciones arqueológicas más importantes puestas en marcha en los últimos años en la ciudad de Cádiz, dado su relevante papel a la hora de confirmar la verdadera fundación fenicia de esta urbe.

Foto: restos arqueológicos hallados en el Teatro Cómico revelaron un gran asentamiento planificado a través de calles y viviendas.

Esta intervención arqueológica llevada a cabo en la capital gaditana por un equipo de arqueólogos, al frente del cual se hallaba Juan Miguel Pajuelo, y practicada en el solar que antaño ocupó el Teatro Cómico, ubicado en la calle San Miguel, resultaron a todas luces reveladores. Dicho solar, situado en el punto más alto de la isla de Erytheia, ha dejado completamente expuesto a la vista del visitante, la ocupación estable de tipo urbano más antigua de la ciudad. Así se ha podido documentar un ejemplo de planificación urbanística propia de las ciudades del Mediterráneo y que en este terreno, de aproximadamente 500 metros, se ha puesto de manifiesto con la salida a la luz de cuatro estructuras de hábitat, distribuidas en dos calles pavimentadas de finales del siglo IX a.C, hoy puesto en valor y visitable al público. Dichos cuatro edificios, los cuales aparecen dispuestos en dos terrazas, responden a un claro uso residencial y, por tanto, doméstico.

Las estancias de este espacio habitable presentan forma rectangular y, en torno a ellas, se distribuyen el resto de dependencias, de forma que cada edificio correspondía a una unidad familiar. Cada una de estas viviendas presentan una cocina y un horno, ambos elementos necesarios para el desarrollo de la vida de sus moradores.

Concretamente se han localizado cuatro hornos, todos ellos similares a los que aún se siguen utilizando en lugares del Próximo Oriente. Otra característica a destacar de estas viviendas consiste en que muchas de las estancias incorporan en su interior unos apoyos de arcilla, a modo de bancos, adosados a los muros, y que se ubicaban estratégicamente en los puntos donde se realizaban las tareas domésticas.

Algo a destacar también es que en una de dichas viviendas se ha vislumbrado indicios de un taller de alfarería, a tenor del hallazgo de grandes recipientes cerámicos que contenían en su interior tinte y  fragmentos de punzones para la decoración cerámica. Tan importante hallazgo viene a corroborar la fundación fenicio arcaico de la ciudad de Gadir, y tan solo se corresponde con una pequeña parte de este espacio urbanizado, ya que los restos se extienden más allá del solar excavado.

Es la época fenicia arcaica, la más importante del yacimiento, pero también se han documentado restos que van desde el Bronce final (siglo IX a. C.) hasta el periodo romano bajo imperial. Las calles descubiertas después de tantos siglos, fueron conformadas como los ejes ordenadores de las mencionadas viviendas. Vías, estas, que fueron pavimentadas con arcilla, dejando huellas que demuestran que las calzadas tuvieron que volver a pavimentarse en tiempo posterior a un nivel por encima del suelo de las viviendas, posiblemente como consecuencia de la costumbre de verter directamente la basura a la calle. Sobre la zona de pavimento arcilloso se puede observar, restos de algunos animales (un gato), que quedaron fosilizados con el transcurrir del tiempo, así como huellas de bóvidos que atestiguan el tránsito del ganado.

También se ha documentado restos óseos de dos individuos (izquierda), uno perteneciente al siglo VIII a. C., y otro del siglo VI a. C., los cuales fueron sometidos a un análisis de ADN por la Universidad Complutense de Madrid a partir de las piezas dentales de ambos. Los expertos de esta Universidad han conseguido trazar la línea materna de ambos individuos.

Según este estudio, el primero de ellos presenta unas líneas genéticas vinculadas a poblaciones de Oriente Próximo, donde la presencia fenicia fue más importante, y por lo tanto este individuo sería de origen fenicio de primera o segunda generación, o lo que es lo mismo, hijo de padre y madre fenicios establecidos en la ciudad de Gadir.

En cambio, el segundo de estos individuos presenta características diferentes ya que a pesar de que igualmente le fueron encontrados marcadores genéticos vinculados a pobladores fenicios, también se le ha detectado una línea muy actual en el occidente europeo, por lo que sería muy probable que su madre fuera europea, de la península ibérica posiblemente y su padre de origen fenicio.

Si tenemos en cuenta que el rito funerario habitual que se practicaba en Gadir era la incineración, rito  funerario fenicio por excelencia, debemos suponer que ambos individuos murieron de forma accidental.

Este hallazgo arqueológico viene a plantear nuevas líneas de investigación en el estudio de la realidad territorial de Gadir y su entorno. Por tanto, la localización de la ciudad arcaica de Gadir, y la confirmación arqueológica de los textos antiguos, a mi juicio, pone fin al debate, que apuntaba a otros posibles lugares del entorno de la bahía gaditana como posibles puntos de localización de la primitiva Gadir, tal era el caso del poblado del Castillo de Doña Blanca (Puerto de Santa María), cuyo más acérrimo defensor fue el profesor Diego Ruiz Mata.

Ruiz Mata, defendía que la fundación fenicia arcaica se estableció en el Castillo de Doña Blanca, y en
ese preciso lugar situaba la ciudad de Gadir. Más posible podría ser, que existiera un patrón dual en cuanto al modelo de construcción y hábitat, es decir por un lado en la isla de Erytheia, como atestiguan los hallazgos del Cómico, y por otro, en tierra firme, en el Poblado de Doña Blanca, siguiendo el modelo urbanístico de Tiro.

Estaríamos en la buena dirección, a mí entender, si consideramos a Gadir como un concepto plural, basado en la existencia de diversos asentamientos en distintos puntos, pero con su origen en un núcleo central radicado en la actual Cádiz. En este sentido se vino a manifestar J.M. Blázquez, según el cual, Gadir estaría dispuesta topográficamente en torno a varios puntos de la Bahía de Cádiz y constituida por diferentes lugares de hábitat así como algunos espacios públicos como el Templo de Melkart.

Bibliografía

- Asociación Profesional del Patrimonio Histórico-Arqueológico de Cádiz (07/10/2010).

- Diego Ruiz Mata, “Visión actual de la fundación de Gadir en la bahía gaditana. El Castillo de Doña Blanca en el Puerto de Santa María y la ciudad de Cádiz, contrastación textual y arqueológica”. Revista de Historia de el Puerto, nº21, 1999
- Blázquez, J. M. “Dioses, mitos y rituales de los semitas occidentales en la antigüedad”. Ediciones Cristiandad, Madrid 2001

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Comentario por Alicia M. Canto el junio 20, 2021 a las 1:46pm

"Sí, los fenicios fundaron Gadir hacia 1100 a. C.". Es una satisfacción comprobar cómo la verdad de las tantas veces despreciadas fuentes históricas literarias se abre paso finalmente, y precisamente con el concurso de la Arqueología.

Por ello me permito añadir arriba un artículo de prensa que publiqué en 2012, y que fue una réplica amistosa a otro artículo del colega y viejo amigo Diego Ruiz Mata, publicado el 16-3-2012 en el mismo diario, que había dejado dicha pregunta en el aire: ¿Fundaron los fenicios Gadir en 1100 a.C.?, contestándola él negativamente:

"El planteamiento de base, y por ello la conclusión final de Ruiz Mata, es que no, que tal fecha no es válida, aunque esté respaldada por varios autores antiguos (él cita a Veleyo Patérculo y a Estrabón, que a su vez cita a Homero). Que la fundación se produciría como muy pronto a finales del siglo IX a.C., conforme a los recientes hallazgos arqueológicos en la zona del Cómico, ya que «la arqueología, más pausada y serena, ha entrado en acción», terminando con los anteriores «debates apasionados y faltos de manifestaciones materiales evidentes»... Como Mª Eugenia Aubet y otros autores, "Ruiz Mata afirma que «muchos eruditos y aficionados a la arqueología», a la hora de definirse a favor de una mayor antigüedad de la fundación de Gadir son víctimas de lo que él llama (a mi juicio con un gracejo no exento de cierta ironía burlona) «el síndrome de Matusalén»... Y concluía yo con esta evidencia:

"Para terminar, no olvidemos que el propio Ruiz Mata, en un artículo de 1999, apostaba por que «la isla de Cádiz fue ocupada a partir de fines del siglo VII y comienzos del VI a. C.», y en el 2002 por el siglo VIII. Trece y diez años después, él mismo ha rectificado dos veces su propia datación, y ahora nos da el siglo IX a.C., a causa de los más recientes hallazgos. Por eso mismo no es descartable que en otros diez o doce años más podamos contarle por fin a él entre los 'matusalenianos' que defendemos la validez de la mayoría de las fuentes literarias antiguas".

Y ese momento, el de probar la fundación de Gadir en los fines del siglo XII a.C., como nos decían los autores antiguos, quizá ya no tarde mucho en llegar ;-)

Saludos cordiales.

P.S.- Véase también: "Las columnas de Melkart" (UCM).

Comentario por Francisco Javier Jimenez Martine el junio 24, 2021 a las 6:07pm

Muy buena aclaración y aportación Alicia. Es una pena que con el actual trazado urbano del Cádiz actual, y valor histórico de las fincas colindantes al yacimiento del Cómico, no se pueda seguir excavando e indagando en esta etapa tan remota de la historia antigua de Cádiz, seguro que nos sorprendería.

Comentario por Alicia M. Canto el junio 26, 2021 a las 9:31pm

Muchas gracias. Pues sí, es una pena lo que Ud. dice, pero sin duda alguna otra sorpresa saltará en algún otro momento o lugar, es lo bueno de la Arqueología ;-)

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