El primer catálogo contemporáneo (1983) sobre la rica epigrafía italicense puede ya consultarse en EPIGRAFIA ROMANA DE ITALICA (ERIt) TEXTO COMPLETO (1983-1985)

Fue una tesis doctoral dirigida por el admirable epigrafista, historiador, amigo de juventud y luego colega (en la USC y en la UAM) Luis García Iglesias, leída en junio de aquel año en la UCM, y cuyo volumen I, con el texto completo, publicó en 1985 en facsímil dicha universidad. Su volumen II, con todas las ilustraciones, permanece en mi poder, por desgracia todavía inédito. A pesar de esto, mereció del preclaro Álvaro D'Ors una generosa recensión, muy valiosa para mí (en Iura 1985).

La pésima distribución por la UCM de la publicación, que en los primeros años llegó sólo a una veintena de universidades (e incluso hoy es muy poco conocida directamente) impidió saber la verdadera autoría de muchas lecturas, novedades y sugerencias que contenía (lo que facilitó copias más o menos descaradas de muchas cosas por otros colegas), así como conocer otras aportaciones en ella no estrictamente epigráficas, como la historia de las excavaciones de Itálica, su historiografía, las observaciones de tipo arqueológico e histórico, las referencias a Ulpios y Aelios, así como la prevista existencia de unos Traii italicenses pero autóctonos (que casualmente se confirmó un año después con el descubrimiento casual del célebre mosaico republicano con dos Trahius, para mí ancestros turdetanos de Trajano, y el segundo, Marco, con seguridad praetor hacia 90-75 a.C. de la hacía mucho colonia latina),

(Museo Arqueológico de Sevilla, foto Junta de Andalucía, ligeramente retocada)

la hipótesis sobre la hasta entonces desconocida vetus urbs enterrada bajo Santiponce (véase en mi tesis el plano al final y, si se quiere leer, la tortuosa pero verídica historia que sobre ello revelé en el resumen de este artículo, que es un "imprescindible" en cuestión de "intrahistorias", o en las notas iniciales de éste), una nueva y trabajosa edición de la mal llamada Lex Gladiatoria de Itálica, una novedosa ordenación cronológica de fechas externas en función de las paleografías, la probable existencia de un templum Divi Traiani, y otros muchos detalles y propuestas que por fin ahora podrán ser ya accesibles y comprobables, aunque siga siendo de lamentar que las nuevas lecturas y dataciones que yo ofrecía por entonces no se puedan cotejar todavía con sus respectivas ilustraciones originales,

(La tesis original constaba de 3 volúmenes en  Din A4. La UCM redujo el tamaño y unió los dos volúmenes de texto en uno solo. De ahí que el volumen de ilustraciones fuera realmente el III, pero sería el II en la "edición en off-set", como se llamaban por entonces).

algunas de piezas hoy ya perdidas (aunque para las fotos se pueda recurrir al –lo diré suavemente– "excesiva y sutilmente clónico" CILA de Itálica de Julián González, Sevilla, 1991), que el aspecto gráfico sí que tuvo que trabajárselo todo por sí mismo.

En la ya hace años anunciada y futura nueva edición que preparo podré completar y subsanar, Deo volente, las obligadas ausencias que tuvo aquel catálogo, que debiera haber incluído las 430 inscripciones que en realidad componían el catálogo y yo ya tenía fichadas (por ahora su compleja y dura intrahistoria seguirá quedando para mí y mis verdaderos amigos), sus trastornos de edición, las carencias y las novedades habidas en las más de tres décadas que ya pasaron de la primera, así como puntualizar muchos aspectos "externos" y "curiosidades" académicas.

Itálica, la importante pero tan maltratada ciudad, la cuna, no de dos sino (para mí) de cuatro importantes emperadores romanos, aquel “mustio collado” de Rodrigo Caro que en estos últimos 45 años ha sido acorralada por el más imperdonable desarrollo urbanístico que conozco (que nadie por allí se atreve a criticar), bien se lo merece. No por lo que Itálica es hoy, pues, sino por lo que fue.

(Casco urbano de Santiponce con la vetus urbs romana. Vista aérea de Google Earth, tomada el 23-7-2015. Todas las barriadas nuevas que se pueden observar al oeste y al sur de la ciudad antigua son posteriores a los años 70. Los grandes vacíos de tierra al oeste, en cambio, son ocasiones perdidas de haber ido trasladando la población para una inteligente excavación y salvamento de la vetus urbs.

Pero qué se puede esperar, si mucho después (años 2000 y ss.) la Delegación de Sevilla y la Junta de Andalucía dieron permiso a un promotor para construir en pleno Carambolo un hotelazo que incluiría como atracción el venerable yacimiento. Al final aquello se paró por las presiones de muchos, y ha costado una indemnización de 1,5 millones de euros. Y el terreno sigue siendo del particular...)

P.S.- Aprovecho para agradecer aquí de nuevo la ayuda de mi buen amigo Isaac Moreno Gallo por montar y mejorar el largo pdf, así como al editor de Terrae Antiqvae, José Luis Santos, por creer que la noticia podría ser de un interés más general para los usuarios del portal; y a las ya varias personas, colegas o no, que desde ayer (cuando lo subí a mi página en Academia.edu) me han agradecido el hacer llegar por fin este viejo estudio al servicio de un público más amplio de lectores, y -añado- muchas veces más merecedor.

Gracias por la paciencia de leer hasta aquí, y saludos cordiales –ya casi navideños– a todos.

Nota. Este post se publicó primero, con ligeros cambios y una ilustración menos, en el grupo de Epigrafía de TA, con el título "La Epigrafía Romana de Itálica (tesis doctoral 1983)".

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Comentario por Antonio el diciembre 5, 2016 a las 10:22am

Chiste argentino que, en mi modesta opinión, puede ser aplicado a algunos historiadores: " ¿Cómo se suicida un argentino?: tirándose desde su ego".

Con todo el cariño, respeto y admiración, creo que habría que trabajar más la humildad en el ámbito científico.

Comentario por Alicia M. Canto el diciembre 11, 2016 a las 10:05am

Jaja, Antonio, le aceptaré deportivamente su crítica, pero con este buen proverbio español: “Cuando alguien juzgue tu camino, préstale tus zapatos (puede verlo aquí, con unas reflexiones acerca de juzgar a quienes cuyas vidas y experiencias no se conoce).

Agradeciéndole el "cariño, respeto y admiración" que me dice, le juro que en este post hubiera esperado antes un comentario criticando la actividad poco ética que denuncio (la de la copia del trabajo científico de otros) que una sobre mi falta de humildad. El ser humano nunca deja de sorprenderme...

El primer mal hábito, que en mi opinión es el realmente grave, está dando justo por estos días otro espectáculo vergonzoso en la persona de Fernando Suárez Bilbao, nada menos que Rector de la Universidad Rey Juan Carlos de Madrid.

Ahora sobre la humildad: Tras muchos años de tratar de practicarla, comprobé que el modesto silencio, y el "ya verán otros la realidad", no dan tan buen resultado como parece. Al final, las ideas y hasta los descubrimientos son objeto por otros colegas de apropiaciones más o menos sutiles o maquilladas, no citan al autor o autora, el que viene después ya no lo sabe (ni lo comprueba), y todo acaba siendo de otros. Cuando este tipo de actividades las sufres durante décadas a manos de grupos organizados de colegas, con motivaciones muchas veces más personales que científicas (podría contar y no parar...), ya te cansas de ser humilde. Además, creo que a mi avanzada edad ya me puedo permitir decirle personalmente al lector qué hice y qué no, ahora que Internet permite que el conocimiento circule libremente. Y lo haré, al menos mientras ande por este mundo (luego ya Dios dirá).

De todos modos, sinceramente, he vuelto a releer mi post de aquí arriba, y sólo veo en él una relación de hechos, de algunas de las novedades que contuvo mi tesis, de dónde las publiqué después, y qué fue lo que se me copió. No he encontrado ni un sola frase de verdadero autobombo, del tipo "mecachis qué buena soy".

Así que, sin ver dónde vio Ud. mi "falta de humildad científica", le saludo deseándole un buen domingo. Y cuando quiera le presto un rato mis zapatos... ;-)

P.D.- No le contesté antes porque acabo de regresar, anoche, de un estupendo segundo viaje de estudio (de andamio en andamio) a la maravillosa fachada de la Universidad de Salamanca, y es ahora cuando vi su comentario. Por cierto que quizá le guste este segmento de entrevista que me grabó el buen periodista salmantino Paco Gómez el pasado jueves 8 (salió el viernes 9): "La curiosidad que esconde la fachada de la Universidad de Salamanca". Lo mismo adivina en ella algún "ego" más que a mí se me haya escapado... La fachada sí que es un sitio alto y bueno para tirarse, no haría falta ni el ego argentino ése que me dice ;-)

Me despido con este proverbio, también buenísimo y con algo que ver con el mismo asunto: "Ama a tus vecinos, pero no te deshagas de la cerca".

Comentario por Jesús López-Maestre el diciembre 12, 2016 a las 7:17pm

Gracias a este post me he decidido a participar en este especial y enriquecedor portal. Pues sí, ayer me decidí a compartir mi experiencia al respecto.

Soy fiel seguidor de la labor científica en el campo de la Arqueología, y especialmente de la epigrafía latina, de la Dra. Canto desde hace años. He aprendido mucho de ella. Con alguna de sus teorías no estoy muy de acuerdo, con otras sí. Otras no estoy en disposición de hacer ni una ni otra cosa.

Desde mi ,a veces alejada, atalaya de profe de Griego clásico he observado con perplejidad alguna de las críticas que se han vertido sobre ella y su trabajo en este y otros foros al respecto de Etimología, Historia de Hispania, etc. Pero esto de ayer es algo por lo que no puedo pasar. 

Voy a hacer una pedestre comparación. Como sucede en el mundo de la Magia, cuando al mago que hace público un truco propio, porque él cree que ya es consabido o porque tiene ánimo didáctico, se le vitupera por parte de otros miembros de su profesión y así, denostándole y criticándole, se le intenta marginar y despreciar su trabajo al aparecer ellos como simples peones de magos, sin ahondar en el origen del truco ni en su autoría, así también las críticas en este momento a la Dra. Canto me parece que son innecesarias, destructivas y excesivamente interesadas. 

Y ahora mi descubrimiento.

En los primeros noventa trabajé cinco años en Andalucía, impartiendo docencia en distintos Centros, y, deslumbrado por la epigrafía latina y por los hallazgos arqueológicos de la zona del Guadalquivir en su curso medio, me acerqué con pueril ánimo a alguna persona que entre líneas y de soslayo aquí aparece para mostrar un trabajo, casi finalizado, sobre la sociedad antigua y las subsiguientes relaciones económicas de los Municipios del Valle en época imperial, cuyo material de referencia pivotaba en torno a la epigrafía de un municipio romano de las estribaciones de Sierra Morena. Un trabajo para el que fueron de mucha utilidad sobre todo las publicaciones originales alemanas, pero también el recién calentito CILA, que poco aportaban sobre las anteriores, añadiendo algún plus de organización, ante lo desperdigado de los Madrider Mitteilungen y otros.

Dudé entonces en participar en algo que no sabía en dónde iba a desembocar, deslumbrado por aquel trabajo que, a modo de un Hübner renovado, aparecía ante mis ojos y ...vacilé. Tal era el volumen de información realizada por tan pocas personas.

¡Qué capacidad de trabajo y de coordinación!

¡Qué lucidez en la organización!

A pesar de mi bisoñez, estuve listo porque el ánimo de alguno, cuando les mostré el trabajo, era ser digerido por el buche redactor y que yo apareciera como colaborador. Propedeútica me parece que dijeron que se trataba.

El trabajo, aún sin formato, sigue ahí, abandonado pero libre sin ataduras pesebriles, quizá obsoleto después de más de veinte años, pero esperando mejor ocasión para retomarlo y con la seguridad de que no me equivoqué una vez visto de dónde venía parte de aquel material, que me dejó tan patidifuso al ser publicado, como a un niño cuando por primera vez ve un truco de magia.

Gracias por descubrir el truco, Dra. Canto.

Comentario por Alicia M. Canto el diciembre 13, 2016 a las 1:42am

Caramba, Sr. López-Maestre, muchas gracias por sus gentiles comentario y defensa, y sobre todo por la anécdota que relata que, para quienes tenemos cierto conocimiento de los acontecimientos epigráficos (¡y otros!) en Andalucía, resulta sugerente (aunque no sorprendente, claro). Y la de "ser digerido por el buche redactor" me parece una frase expresiva y felicísima.

El parasitismo es un fenómeno bien estudiado en los animales, pero se echa en falta su aplicación a la especie humana, y sobre todo a la universitaria, a la investigadora... En España sobre todo, y en algunos campos de las Humanidades, las estadísticas serían espectaculares.

Como Ud. sabe mejor que yo, griegos y romanos escribieron maravillas sobre este verdadero "tipo" humano. Aunque, por fortuna, según dice el DRAE, el parásito "se alimenta del otro y lo depaupera, pero sin llegar a matarlo". No me diga que al menos eso no es una suerte...

Gracias de nuevo, bienvenido a este oasis para "anticuarios" que es Terrae Antiqvae (que, por cierto, tiene también su propio Parasitus Maximus), y saludos.

P.D.- Me ha hecho gracia, porque vengo ahora mismo de sostener una entretenida pelotera en El País, con algo de esto como trasfondo. El comentario-resumen fue éste.

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