Red social de Arqueologos e Historiadores
Modelo 3D y reconstrucción virtual del oído en un humano moderno (izquierda) y en el cráneo del neandertal llamado Amud 1 hallado en Israel.
Los neandertales, el antepasado más cercano de los humanos modernos, poseían la capacidad de percibir y producir el habla humana, según un nuevo estudio publicado en Nature Ecology and Evolution por un equipo multidisciplinario de investigadores españoles que incluye también al profesor de antropología de la Universidad de Binghamton, Rolf Quam, y al estudiante graduado Alex Daniel Vélez.
"Este es uno de los estudios más importantes en los que he participado a lo largo de mi carrera", dice Quam (izquierda). "Los resultados son sólidos y muestran claramente que los neandertales tenían la capacidad de percibir y producir el habla humana. Esta es una de las pocas líneas de investigación actuales y en curso que se basan en evidencia fósil para estudiar la evolución del lenguaje, un tema notoriamente complicado en antropología".
La evolución del lenguaje, y las capacidades lingüísticas de los neandertales en particular, es una cuestión de la evolución humana que lleva largo tiempo siendo controvertida.
“Durante décadas, una de las preguntas centrales en los estudios de la evolución humana ha sido si la forma humana de comunicación, el lenguaje hablado, también estaba presente en cualquier otra especie de ancestro humano, especialmente en los neandertales”, dice el coautor Juan Luis Arsuaga (derecha), profesor de Paleontología en la Universidad Complutense de Madrid y codirector de las excavaciones e investigaciones en los yacimientos de Atapuerca. El último estudio ha reconstruido cómo escuchaban los neandertales para hacer algunas inferencias sobre cómo pudieron haberse comunicado.
"El dato empírico es que su audición era indistinguible de la nuestra, cuando la de los chimpancés, por ejemplo, es radicalmente distinta. Parece lógico pensar, por cómo funciona la evolución, que si oían como nosotros es porque también hablaban".
¿De donde sale la idea de que neandertales no podían físicamente hablar, como le ocurre a los simios? Los primates han conservado la denominada 'laringe alta', explica el catedrático de la Universidad Complutense de Madrid, pero también los bebés lactantes. "Lo que pasa en nuestra especie es que después desciende para favorecer la articulación del lenguaje. Al tratarse de tejido blando, no contamos con fósiles de laringe neandertal que prueben si en ellos se producía también ese descenso. Pero este nuevo trabajo sí ha podido analizar el hueso de la cavidad del oído externo y medio para determinar ante qué sonidos estaban sensibilizados", añade.
Patrones de audición reconstruidos en humanos modernos, neandertales y fósiles de la Sima de los Huesos (Atapuerca) basados en la anatomía de su oído. En comparación con sus antepasados de la Sima de los Huesos, los neandertales se parecen más a los humanos modernos al mostrar una mayor sensibilidad entre 3.5-5 kHz, un rango de frecuencia que contiene información acústica relacionada con la producción de consonantes en el lenguaje humano. Crédito: Mercedes Conde-Valverde
El estudio se basó en tomografías computarizadas de alta resolución para crear modelos virtuales en 3D de las estructuras del oído en el Homo sapiens y en el Homo neanderthalensis, así como de fósiles anteriores hallados en el yacimiento de Atapuerca que representan a los antepasados de los neandertales. Los datos recopilados en los modelos 3D se ingresaron en un software desarrollado en el campo de la bioingeniería auditiva para estimar las capacidades auditivas de hasta 5 kHz, los cuales abarcan la mayor parte del rango de frecuencias de los sonidos del habla humana moderna. La comparación con los fósiles de Atapuerca mostró que los neandertales tenían una audición ligeramente mejor entre 4-5 kHz, asemejándose más a los humanos modernos.
Además, los investigadores pudieron calcular el rango de frecuencia de máxima sensibilidad, técnicamente conocido como 'ancho de banda' ocupado en cada especie. El ancho de banda ocupado está relacionado con el sistema de comunicación, de modo que un ancho de banda más amplio permite utilizar un mayor número de señales acústicas fácilmente distinguibles en la comunicación oral de una especie. Esto, a su vez, mejora la eficiencia de la comunicación, la capacidad de transmitir un mensaje claro en el menor tiempo posible. Los neandertales muestran un ancho de banda más amplio en comparación con sus antepasados de Atapuerca, asemejándose más a los humanos modernos en esta característica.
"Esta es realmente la clave", dice Mercedes Conde-Valverde (izquierda), profesora de la Universidad de Alcalá de Henares y autora principal del estudio. "La presencia de capacidades auditivas similares, particularmente el ancho de banda, demuestra que los neandertales poseían un sistema de comunicación que era tan complejo y eficiente como el habla humana moderna".
Esta capacidad, precisa la profesora Conde Valverde, está presente en los fósiles más antiguos, de unos 120.000 años, a los más modernos, de hace 60.000: "Desde que apareció el neandertal, ya podría haber hablado". ¿Significa entonces que pudieron hacerlo con los sapiens? "No podemos coger la máquina del tiempo, pero el experimento ya se ha hecho", valora Martínez. "Por ejemplo, cuando los españoles llegaron a América. No se entendían con las personas que encontraron, pero tenían claro que eran personas. Y rápidamente aprendieron unos de otros. Ante otra especie humana e inteligente, como los neandertales, encontrarían maneras de comunicarse".
"Otro de los resultados interesantes del estudio fue comprobar que el habla neandertal probablemente incluía un mayor uso de consonantes", comenta el profesor Quam. "La mayoría de los estudios anteriores sobre las capacidades del habla de los neandertales se centraron en su habilidad para producir las vocales principales en el idioma hablado en inglés. Sin embargo, creemos que poner énfasis en ello está fuera de lugar, ya que el uso de consonantes es una forma de incluir más información en la señal vocal y también separa el habla y el lenguaje humano de los patrones de comunicación de casi todos los demás primates. El hecho de que nuestro estudio recogiera esto es un aspecto realmente interesante de la investigación y es un aspecto novedoso con respecto a las capacidades lingüísticas de nuestros ancestros fósiles".
Reconstrucción tridimensional del conducto auditivo externo (verde), la cavidad del oído medio (azul) y las células aéreas mastoideas (violeta / gris) en los neandertales. Crédito: Conde-Valverde et al., Nature Ecology & Evolution 2021
Por lo tanto, los neandertales tenían una capacidad similar a la nuestra para producir los sonidos del habla humana, y su oído estaba "sintonizado" para percibir estas frecuencias. Este cambio en las capacidades auditivas de los neandertales, en comparación con sus antepasados de Atapuerca, es paralelo a la evidencia arqueológica de patrones de comportamiento cada vez más complejos, incluidos cambios en la tecnología de herramientas de piedra, domesticación del fuego y posibles prácticas simbólicas. Por lo tanto, el estudio proporciona una fuerte evidencia a favor de la coevolución de comportamientos cada vez más complejos y una mayor eficiencia en la comunicación vocal a lo largo del curso de la evolución humana.
El equipo detrás del nuevo estudio ha estado desarrollando esta línea de investigación durante casi dos décadas y tiene colaboraciones en curso para extender los análisis a especies fósiles adicionales. Por el momento, sin embargo, los nuevos resultados son muy interesantes.
"El 'ancho de banda' es menor en los primates. Un chimpancé distingue muy bien los sonidos vocálicos, pero las consonantes las oye peor, como una persona que sufre sordera moderada, las confunde", explica Ignacio Martínez Mendizábal (izquierda), de la Universidad de Alcalá de Henares. "En el ser humano, este rango de audición se ha ampliado, porque usamos muchos sonidos". Los homínidos de la Sima de los Huesos, antecesores de los neandertales, ya habían desarrollado un ancho de banda superior al del chimpancé, y ese aumento ha continuado en los neandertales hasta equipararse al nuestro. "Tenían a su disposición una capacidad oral tan compleja como la nuestra".
"Los resultados obtenidos son particularmente gratificantes", agrega. "Creemos, después de más de un siglo de investigación sobre esta cuestión, que hemos proporcionado una respuesta concluyente a la cuestión de las capacidades del habla de los neandertales".
Fuentes: eurekalert.org | elespañol.es | nytimes.com | sci.news.com | 1 de marzo de 2021
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Los investigadores de la Universidad de Alcalá Ignacio Martínez, Mercedes Conde y Julia Díez (de izquierda a derecha), el viernes en el Campus de Teruel
La revolucionaria investigación sobre la capacidad de hablar de los neandertales ilustró el pasado viernes cómo funciona el método científico en la clausura de las I Jornadas de Investigación Transdisciplinar que ha acogido la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de Teruel, que contó con la participación de dos de sus autores, Mercedes Conde e Ignacio Martínez, de la Universidad de Alcalá. Martínez, que es miembro del equipo que recibió el Premio Príncipe de Asturias en 1997 por las investigaciones sobre paleontología humana en Atapuerca, incidió en el “cambio de paradigma” que ha supuesto confirmar que los neandertales hablaban, además de abrir una nueva concepción filosófica de la humanidad al saber que “no somos únicos”.
La conferencia de clausura de las jornadas, que han contado con una amplia participación, trajo a Teruel uno de los temas más apasionantes de las ciencias sociales como es la evolución humana, y lo hizo a través de una de las investigaciones sobre esta materia que mayor impacto mundial tuvo el año pasado.
El artículo científico, titulado Neanderthals and Homo sapiens had similar auditory and speech capacities, se publicó en mayo del año pasado en la revista Nature Ecology & Evolution, y su autora principal fue Mercedes Conde, que, junto con otro de los firmantes, Ignacio Martínez, ambos de la Universidad de Alcalá, fueron los encargados de clausurar las jornadas.
Esta investigación ha confirmado que los neandertales tenían la capacidad de hablar igual que la tiene nuestra especie, y para llegar a esa conclusión han desarrollado un laborioso estudio para conocer las capacidades auditivas de distintos homínidos y primates estudiando el ancho de banda de sus sistemas auditivos.
Fue Ignacio Martínez quien se encargó de impartir la conferencia y posteriormente él y Mercedes Conde respondieron a las preguntas del público, lo que permitió conocer las investigaciones que ella ha realizado con animales como los gorilas y su capacidad auditiva.
Más allá de explicar las conclusiones de su investigación, detallaron todo el proceso del estudio que les ha llevado a ellas, de manera que ilustraron así entre el público asistente, la mayoría de ellos alumnos, cómo funciona el método científico. El propio Ignacio Martínez, autor de uno de los libros de divulgación científica sobre evolución humana de mayor éxito, La especie elegida, coescrito junto con Juan Luis Arsuaga, comentó que el capítulo de esta publicación dedicado al origen del lenguaje estaba ya obsoleto.
El paleoantropólogo comentó que lo que se afirmaba entonces a finales de los años noventa sobre el hueso hioides y la capacidad de hablar hoy está descartado, y que en los últimos años las investigaciones han estado dirigidas a estudiar el aparato auditivo. Martínez afirmó que el lenguaje es una función cerebral que no fosiliza, de ahí la dificultad de buscar sus orígenes, y que centraran su esfuerzo en los huesos del oído, que sí fosilizan.
A partir de tomografías computarizadas de estos huesos fosilizados y de parámetros acústicos con la ayuda de la bioingeniería auditiva, pudieron determinar el ancho de banda en que percibían los sonidos los preneandertales de la Sima de los Huesos de Atapuerca, y siguiendo esa técnica lo hicieron también con cinco fósiles de neandertal de Israel, Croacia y Francia.
Encontraron así que el ancho de banda del sistema auditivo de los preneandertales de Atapuerca estaba por debajo del humano moderno pero era superior al de otros homínidos arcaicos, pero en cambio el de los neandertales era igual al nuestro. Eso revela, según explicaron, que hubo una evolución y que existe una correlación entre el ancho de banda del sistema auditivo y la complejidad del comportamiento. Esto se ha demostrado al inferir conductas asociadas a los neandertales como el uso de herramientas líticas y de ornamentos, así como el cuidado de otros de su especie y evidencias que confirmarían la existencia de que tenían una mente simbólica.
Mercedes Conde comentó que los datos arqueológicos indican que "los neandertales serían una humanidad muy parecida a nosotros”. “Saber si podían tener unas capacidades de comunicación tan complejas como las nuestras es lo que nos llevó a estudiar neandertales”, dijo la científica, para lo cual se centraron en el oído por la dificultad de trabajarlo con el órgano productor de las palabras, ya que se trata de tejidos blandos que no fosilizan.
La investigadora precisó que “lo bueno que tiene el oído es que prácticamente todas las estructuras que tienen que ver con la audición sí fosilizan porque son óseas”. Eso les permitió hacer TACs y reconstruir las cavidades de los oídos para llegar a la conclusión de que “oirían el mismo rango de sonidos que nosotros somos capaces de oír con mucha nitidez”.
La investigación llevada a cabo sobre el sistema auditivo de los neandertales muestra, según explicó Ignacio Martínez, que el ancho de banda de esta especie y la de Homo sapiens es similar, con lo cual sería un caso de convergencia evolutiva al haberlo adquirido de forma independiente.
Martínez incidió en que ese ancho de banda no lo tenían los antepasados de los neandertales y por tanto no es heredado, con lo cual esa capacidad apareció por un lado en la línea evolutiva de los humanos actuales y por otro en la de los neandertales. Todo ello, a la vez que estas especies dominaban el fuego y adquirían comportamientos más complejos y desarrollaban una mente simbólica.
El científico argumentó que "esto tiene una pequeña, o gran cuestión filosófica”, porque aparte de la convergencia evolutiva cabe otra posibilidad, que “a lo mejor fue por hibridación”, es decir, por el cruce de ambas especies. Martínez aseguró que esa es la “próxima frontera de investigación”, si bien precisó que si no fue así, "lo que indica este estudio es que hemos descubierto que la humanidad ha aparecido dos veces en este planeta”.
Fuente: diariodeteruel.es | 24 de octubre de 2022
Ignacio Martínez en el Campus de Teruel
El paleoantropólogo y miembro del equipo que recibió el Premio Príncipe de Asturias por las investigaciones sobre evolución humana de Atapuerca, Ignacio Martínez Mendizábal, participó recientemente en las I Jornadas de Investigación Transdisciplinar organizadas por la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas de la Universidad de Zaragoza en el Campus de Teruel, en las que habló de los últimos hallazgos que se han hecho sobre los neandertales y su capacidad de hablar.
-No sé muy bien cómo hacerle la pregunta. ¿Han sobrevivido, o hemos sobrevivido los neandertales?
-Esa pregunta es muy buena. Hemos sobrevivido los neandertales, aunque en realidad se han extinguido, pero es cierto que, para gozo nuestro las poblaciones europeas y asiáticas, tenemos un 3% en promedio de sangre neandertal en nuestras venas, o sea, que todavía queda algo de ellos en nosotros, pero no es mucho. Es muy poquito lo que queda en nosotros de ellos, en realidad somos Homo sapiens como éramos hace 100.000 años, pero bueno, pensar que algo de los neandertales queda en nosotros es una cosa muy hermosa.
-¿De qué forma nos afecta ese 3% de neandertal que tenemos? Si nos afecta en algo.
-Es lo que se está estudiando e investigando ahora y hay muchos artículos sobre eso, porque lo que se busca son esos genes que tenemos de los neandertales en qué pueden afectarnos o no; y como de lo que más sabemos es de genética de las enfermedades, pues todo está relacionado con eso y periódicamente sale que tenemos un gen de los neandertales que nos hace más resistentes o al revés, más vulnerables a alguna enfermedad. Pero ahí hay un sesgo, porque lo que mejor conocemos es la genética de las enfermedades, y es lo que estamos mirando.
-¿Podría haber algo más?
-Si quieres, y diciéndotelo en un tono menos científico, a mí me parece a nivel personal que es muy hermoso tener esta idea de que una pequeña parte nuestra es neandertal. Es muy poético, muy hippie, de que no hubo una extinción. Así no resulta tan cruel sino un poquito más romántico.
-Porque, además, la idea que se tenía era que fuimos nosotros los que los extinguimos.
-Sí, y no se sabe. Nadie ha viajado a la prehistoria y ha vuelto para contarlo. Lo que tenemos sobre la prehistoria son pocos datos, solo huesos rotos y viejos, y piedras talladas. Lo que hacemos de generación en generación es interpretar esos datos a la luz del pensamiento dominante. Esto pasa mucho en todas las ciencias. Hay una ideología de la época que, quieras o no, te influye. No es solo eso, vamos teniendo cada vez más datos que van acotando lo que es posible y no, y durante mucho tiempo se pensó que los neandertales era la época del colonialismo en Europa, de que había unas poblaciones humanas superiores a otras, y eso se trasladó a la prehistoria y se pensaba que los Homo sapiens teníamos que haber sido superiores a los neandertales. Y encima hay una coincidencia temporal entre que los neandertales declinan y aparecemos nosotros.
-¿Tan diferentes éramos?
-La investigación ha avanzado y se ha visto que los neandertales eran muy parecidos a nosotros, sobre todo en cuestiones intelectuales; que se pensaba que eran inferiores y ahora sabemos que no era así, con lo cual se ha eliminado eso de que nos los cargamos o competimos con ellos en superioridad y les ganamos. Hoy en día se barajan dos cosas nuevas en las hipótesis sobre la extinción de los neandertales, una es el clima, porque en el momento en que se produce su desaparición y nuestra llegada es el de un cambio climático muy fuerte en Europa en el que retrocede mucho el bosque. Nosotros éramos más de campo abierto y eso nos favorece, pero los neandertales parece que estaban más adaptados a cazar y coger recursos en el bosque, y eso pudo influir. Y el último grito en esto, que yo me apunto a eso, es que quizás ni les llegamos a extinguir, sino que sencillamente los diluimos, es decir, que llegó una población como la nuestra, que hibridaba con ellos, que eran menos y nosotros muchos más. Yo creo que los diluimos al hibridar con ellos y por eso seguimos teniendo un poquito de neandertal.
-También hay una imagen romántica de que ellos que vivían más en comunión con la naturaleza que nosotros.
-Eso es el mito del buen salvaje. Es una cuestión de la ideología dominante, porque hubo un tiempo en el que se los imaginaba como muy simiescos y brutales, e incluso hay películas de miedo. Pero fundamentalmente creo que serían como somos nosotros en la forma de sentir, pensar y relacionarse.
-¿Qué ha aportado Atapuerca a su conocimiento?
-La Sima de los Huesos muchísimo. No son neandertales estrictamente. La Sima de los Huesos tiene 430.000 años y los neandertales aparecieron hace 200.000. Es decir, en tiempo hay más distancia entre ellos que de los neandertales a nosotros, pero son sus antepasados y nos dicen muchas cosas. Lo que nos ha hecho ver es que eran muy humanos, que era gente que se ocupaba de los desvalidos, de sus muertos, y que eran capaces de organizarse para cazar. Y en eso, los descubrimientos de la Sima de los Huesos han sido fundamentales.
Fuente: diariodeteruel.es | 1 de noviembre de 2022
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Mercedes Conde Valverde en el Campus de Teruel cuando participó en las Jornadas de Investigación Transdisciplinar.
Mercedes Conde Valverde es una de las investigadoras de la Universidad de Alcalá que han puesto de manifiesto en una publicación científica que los neandertales hablaban al igual que lo hacemos nosotros. Recientemente estuvo en el Campus de Teruel, junto con el paleoantropólogo Ignacio Martínez, para hablar sobre el origen del lenguaje en la humanidad, dentro de las I Jornadas de Investigación Transdisciplinar celebradas en la Facultad de Ciencias Sociales y Humanas.
-¿Por qué interesan tanto los neandertales?
-El mayor interés que tenemos nosotros es el estudiar si podrían haber hablado o no para saber en qué momento apareció nuestra capacidad de lenguaje o si hubo otras especies en el pasado que podrían haber hablado. Estudiar neandertales nos parecía muy interesante, porque los datos arqueológicos nos dicen que sería una humanidad muy parecida a nosotros.
-¿De qué tipo?
-Por ejemplo tenían un modo de tallar la piedra muy complejo, podrían cuidar de los enfermos, tenían cultura de la muerte, usaban el fuego, parece que usaban adornos personales, puede incluso que arte rupestre, y viendo que es una humanidad muy parecida a nosotros, el saber si también tenían unas capacidades de comunicación tan complejas como las nuestras es lo que nos llevó a estudiar neandertales.
-¿Cómo han llegado a deducir que hablaban?, porque además llegan a esa conclusión fijándose en el sistema auditivo.
-Sí, durante muchos años se intentó reconstruir cómo habrían sido sus vías aéreas superiores, el órgano productor de las palabras. El problema de eso es que la mayor parte de las estructuras con las que producimos los sonidos son tejidos blandos que no fosilizan y al final las reconstrucciones que tú puedes hacer son un poco, digamos, de autor. Si quieres que parezca más humano pues tu reconstrucción se parecerá más a nosotros, y si quieres que sea más simiesco se parecerá más a un chimpancé. Lo bueno que tiene el oído es que prácticamente todas las estructuras que tienen que ver con la audición sí fosilizan porque son óseas.
-¿Y cómo lo hacen?
-Lo que hacemos es realizar TACs a los fósiles y con eso reconstruir cómo serían las cavidades de los oídos de esas personas que murieron hace 100.000 años, o 450.000 años en la Sima de los Huesos. Con esos modelos virtuales que se pueden medir, y un modelo biofísico diseñado por ingenieros de telecomunicaciones, nos da un patrón de qué frecuencias del sonido llegarían con mucha energía al oído interno, que son las que oímos muy bien. Así se puede diferenciar muy bien un chimpancé, por ejemplo, de nuestra especie. Ellos oyen bien un rango de frecuencias pequeñito que les sirve para comunicarse, pero nuestra especie, que utilizamos muchísimos sonidos diferentes, hemos tenido que ampliar ese rango de frecuencias que oímos con mucha nitidez a un rango mucho más amplio para poder oír todos los sonidos diferentes que utilizamos.
-¿Cuál es la conclusión que han sacado con los neandertales aplicando esta técnica?
-En el caso de los neandertales lo que hemos podido ver es que oirían el mismo rango de sonidos que nosotros somos capaces de oír con mucha nitidez.
-¿Cómo hablarían?, porque su capacidad torácica era mucho más grande que la nuestra.
-Sí, lo que podemos decir es que utilizarían seguramente los mismos sonidos que utilizamos nosotros. Es probable que sonasen más graves al ser más grandes, porque hay una relación entre el sonido que tú produces y el tamaño que tienes. Aunque no sepamos cómo hablarían, porque la investigación no nos permite llegar a esa información, lo que sí que creemos es que cuando se encontrasen los humanos de nuestra especie con los neandertales, aunque no se entendiesen, sí que reconocerían que la otra persona hablaba algo similar y reconocerían como un lenguaje humano.
-¿Pudo haber relación entre ellos hasta el punto de poder intercambiar el lenguaje?
-Pues no lo podemos saber a ciencia cierta, pero sí que serían capaces de producir y escuchar los mismos sonidos. Durante el tiempo en que convivieron, que lo sabemos porque hibridaron, nos gustaría pensar que es probable que llegasen a tener un lenguaje común. Además, eso facilita mucho la relación entre dos grupos.
-Eso habría facilitado también esa asimilación de los neandertales en los humanos, ¿no?
-Pues seguramente sí, es mucho más amistoso el que te entiendas con el otro para tener ese tipo de relaciones en la que al final hibridan y salen híbridos fértiles, por lo que nosotros seguimos teniendo parte de neandertal.
Fuente: diariodeteruel.es | 6 de noviembre de 2022
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