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La historia es un constante ajuste de cuentas. Cuando Escipión el Africano arrasó Iliturgi en el 206 antes de Cristo lo hizo movido por la venganza. Pocos años antes la ciudad había traicionado a su padre Publio y a su tío Cneo, que murieron a manos del ejército cartaginés. Tras descubrir numerosos restos del asedio en el cerro de la Muela un equipo de expertos de la Universidad de Jaén desarrolla un proyecto para documentar arqueológicamente la destrucción del llamado oppidum ibérico.
La descripción geográfica que el historiador Tito Livio hace de Iliturgi en su «Historia de Roma desde su Fundación» encaja con el paraje donde realiza sus prospecciones el instituto universitario de arqueología ibérica. Además, las armas descubiertas a flor de tierra aclaran que en esta zona, situada en el término municipal de Mengíbar, tuvo lugar un impresionante asedio.
El equipo trata de determinar ahora si las tropas romanas hostigaron a una guarnición de gran importancia o a una ciudad ibérica defendida por cartagineses. Dadas las características de los hallazgos, el director del proyecto, Juan Pedro Bellón (izquierda), se inclina por la segunda opción.
Las piezas de plomo lanzadas con ondas, las puntas de flechas y jabalinas, las hojas de lanza y las tachuelas del calzado de los soldados romanos que jalonan Cerro Muela son las pruebas que certifican que en este espacio no tuvo lugar una escaramuza, sino un feroz asedio. Tito Livio cuenta que Escipión no tuvo piedad de los iliturgitanos.
Las tropas romanas no hicieron prisioneros ni saquearon la ciudad. El botín no entraba en sus planes. Se limitaron a asesinar a los hombres, armados o indefensos, que poblaban la ciudad fortificada. También a los niños. Tras la matanza, el general ordenó prender fuego a las casas y dirigió sus tropas, para saldar cuentas pendientes, hacia Cástulo, que se rindió sin presentar batalla.
Escipión quería borrar de la memoria a Iliturgi. Y lo habría conseguido de no ser por el relato de Tito Livio. También ayuda a mantenerla viva el trabajo de campo desarrollado por el equipo de este proyecto, financiado por la Junta de Andalucía, que determinará previsiblemente la ubicación del asedio de la ciudad ibérica.
La romana, con el mismo nombre, está ubicada a un kilómetro de cerro de la Muela, en cerro Maquiz, en el que se superponen las acrópolis, ya que se han descubiertos vestigios de una población del siglo V antes de Cristo.
Iliturgi tenía una gran importancia estratégica en la antigüedad. Radicada en la confluencia de tres ríos (Guadalquivir, Guadalimar y Guadalbullón), era la puerta de entrada hacia el valle del primero, y también paso obligado de las migraciones bélicas que se dirigían hacia la zona oriental mediterránea. De ahí la pugna de romanos y cartagineses por hacerse con el control de la ciudad, que paso de unas manos a otras hasta que Escipión acabó con ella.
Ruinas de Iliturgi.
La relevancia del hallazgo radica en que por primera vez se documentará arqueológicamente el asedio del ejército de Roma a una ciudad cartaginesa en el marco de la segunda guerra púnica. Así, el asedio romano a Sagunto se sustenta en la literatura histórica, pero no se ha esclarecido sobre el terreno. «No porque no sucediera, por supuesto, sino porque no contamos con evidencias arqueológicas al respecto», aclara Bellón.
Por fortuna, en cerro de la Muela, en lugar de viviendas hay olivares, lo que facilita los trabajos previos a la excavación, que debe de autorizar la Junta de Andalucía. Hasta el momento sólo se han llevado a cabo prospecciones superficiales en el terreno, del que, además de las armas, han surgido varias monedas cartaginesas y otra romana de gran rareza en la Península.
El Instituto Arqueológico, que prevé comenzar a excavar cerro Muela durante el primer trimestre de 2017, confía en encontrar en el subsuelo numerosas huellas y también los restos de las víctimas de la matanza. La rabia y el deseo de venganza de los romanos se trasladaron hasta el final de las Guerras Púnicas, cuando Cartago fue destruida y arrasada.
El general que derrotó a Aníbal
Desde muy joven, Publio Cornelio Escipión luchó contra los cartagineses de Aníbal que habían invadido Italia en Tesino en 218 a. C., cuando tenía 18 años. Allí rescató a su padre herido.
Coraje en la derrota: En Cannas, Aníbal infligió a Roma la mayor derrota de la historia (entre 50.000 y 70.000 romanos muertos). Escipión estaba allí, con 20 años, en 216 a. C. Se sobrepuso con coraje.
Muerte familiar: Después de Cannas, el hermano de Aníbal, Asdrúbal, aniquiló el ejército romano en Hispania. Mueren su padre y su tío, tras la traición de varias ciudades, como Iliturgi.
Casi procónsul a los 24: Roma vive sus horas más bajas, nadie se atreve a pedir el mando de la revancha en Hispania. Escipción se ofrece aunque no tenía la edad. Al final le envían como general.
Toma Cartagena: Escipión decide dar un golpe decisivo y lanza su ejército contra la capital púnica en Hispania, la actual Cartagena, una audacia y logro logístico que devolvió la moral a Roma.
Victoria: La II Guerra Púnica se alarga hasta la victoria de Escipión sobre Aníbal en Zama en 201 a. C. Allí se decidió el declive de Cartago y la hegemonía de Roma, ya casi imperial.
Fuente: ABC.es | 23 de septiembre de 2016
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Descubren restos de artillería romana en el enclave de Illiturgi (Jaén)
Foto: Restos de artillería romana del asedio a Iliturgi, datados en el año 206 antes de Cristo.
El Instituto Universitario de Investigación en Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén ha descubierto un oppidum (ciudad) ibérico de los siglos IV y III antes de Cristo en el cerro de la Muela, en Mengíbar, que se corresponde con el de Iliturgi, destruido y abandonado como consecuencia del asedio militar romano en el contexto de la Segunda Guerra Púnica. Los trabajos, dirigidos por los investigadores del centro Juan Pedro Bellón y Carmen Rueda, se han desarrollado durante los meses de junio y julio dentro de la campaña de excavación realizada en el proyecto Iliturgi Delenda Est (Iliturgi debe ser destruida), que ha contado con la financiación del Ayuntamiento de Mengíbar y del Instituto de Estudios Giennenses (IEG).
La superficie del oppidum tiene entre 12 y 14 hectáreas, lo que aclara su importancia, tanto en tamaño como por la posición estratégica que ocupa en el territorio, según expone Bellón, quien asegura que los restos del asedio localizados son fundamentales para la investigación de la historia militar romana y sitúan en primer plano las investigaciones arqueológicas realizadas en la provincia de Jaén. En concreto, en esta zona próxima a la capital, en la que, se ha descubierto la ciudad romana de Iliturgi, en cerro Maquiz, y el oppidum íbero en el cerro de La Muela, donde se han encontrado por primera vez en la península restos de artillería romana, concentrados en el entorno de uno de los accesos a la acrópolis del asentamiento.
La historia de esta artillería está también documentada. Tras la toma de Carthagonova en el año 209 antes de Cristo, Escipión el Africano no sólo consiguió un importante botín, sino que accedió al arsenal cartaginés de la ciudad, y tan sólo 3 años después las máquinas de guerra capturadas fueron utilizadas en el cerro de la Muela, donde probablemente se ubicó la Iliturgi destruida por los romanos en el año 206 antes de Cristo. Por esta razón, el investigador considera que su equipo ha descubierto un lugar único, desde el punto de visto arqueológico, del conocimiento y patrimonial.
Para la localización del sitio se ha tenido como base una fotografía aérea de los años 1945 y 1946, así como la descripción de Tito Livio sobre la destrucción de Iliturgi. El historiador resalta que primero se produjo la toma de la ciudadela y después se bajó al resto de la ciudad, lo que coincide con la topografía del lugar. En 1945 la huella era muy evidente, la fortificación de la ciudad estaba conservada. Hoy ha desaparecido esa huella, pero el centro andaluz de arqueología está convencido de que si excava, la encontrará.
En los trabajos han participado además miembros del Departamento de Cartografía, Geodésica y Fotogrametría de la Universidad de Jaén, equipos de la Universidad Complutense de Madrid que se ha encargado de la prospección georradar, así como los laboratorios de Paleoambiente y Arqueometría del propio Instituto de Arqueología Ibérica de la Universidad de Jaén, que ha realizado los análisis químicos de los elementos encontrados, como tachuelas y restos de artillería romana. Tanto los restos documentados como la particularidad y originalidad de los mismos, únicos en el ámbito del Mediterráneo antiguo, permiten evaluar el inicio de un proyecto de puesta en valor del sitio, dada localización y fácil acceso desde una de las principales vías de comunicación de la provincia, la Autovía 44.
Fuente: ABC.es| 19 de julio de 2017
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