Hallan en Montemayor (Córdoba) los restos de un carro íbero de gran valor histórico

Momento en el que se descubrió el carro íbero en Montemayor 

El hallazgo arqueológico en Montemayor (Córdoba) es espectacular. Lo dice Javier Moralejo quien dirige el proyecto que coordina la Universidad Autónoma de Madrid y el departamento de Prehistoria y Arqueología de esta universidad dirigido por Fernando Quesada y que cuenta con fondos del ayuntamiento de esta localidad, un municipio de menos de 4.000 habitantes a unos 40 kilómetros de la capital cordobesa. “Es uno de esos sueños que un arqueólogo quiere ver cumplir en su vida”.

El proyecto, que empezó el pasado 24 de septiembre su fase de trabajo de campo por lo que podría deparar nuevas sorpresas, pretende documentar los enfrentamientos bélicos entre las tropas de Julio César y las de los hijos de Pompeyo en la segunda mitad del siglo I antes de Cristo. Allí se libraron “según los textos clásicos, algunas de las más enconadas batallas y asedios de la Guerra Civil romana”. Pero el carro, es la hipótesis con la que trabajan, es previo, de la cultura íbera.

Tres de las ruedas de carro en proceso de consolidacion. / CADENA SER

El municipio de Montemayor se identifica “sin lugar a dudas” con la ciudad de Vlía, fiel a la causa cesariana, pero parece que el carro que se ha encontrado no corresponde a esta etapa concreta: “Con toda la cautela y siendo una hipótesis aún, podría ser de la fase inicial de la cultura Ibérica, probablemente de finales del siglo V o principios del siglo IV antes de Cristo”. De hecho, probablemente se ubique en la tumba de una persona de muy alto rango de la Cultura Ibérica (ss. VI-I a.C.).

Las ruedas, las cuatro y de hierro, se han encontrado “casi enteras (llantas, forro de la pina y de los radios, bocines, todo en lámina de hierro forjado y remachado) en un estado de conservación excepcional”. El carro, desmontado, parece haber sido cuidadosamente colocado, capa por capa, junto con restos muy fragmentados de huesos calcinados y cenizas, y el conjunto fue cubierto con cantos rodados del propio nivel geológico del cerro. Es probable que esta tumba o depósito de ofrenda forme parte de una de las necrópolis de la antigua ciudad ibérica, muchas de ellas saqueadas y destruidas por expolio durante años, según informan los investigadores.

Proyectiles de artillería romana / CADENA SER

Proyectiles de honda en plomo. / CADENA SER

Restos del yugo en bronce, timon y atalaje del carro iberico / CADENA SER

El hallazgo “no es nada frecuente, es espectacular” y para calibrar su importancia podría compararse –por ser un tipo de carro similar- con “las ruedas de la Cámara de Toya (Jaén) o de las necrópolis de Baza y del Mirador de Rolando (Granada), fechadas en torno al s. IV a.C., aunque las ruedas de Montemayor están mucho más completas y parecen de factura más compleja”.

Otros elementos relacionados con el carro también se han hallado, lo que permitirá entender mejor su importancia. El hallazgo se ha realizado con detectores de metales, a tan solo medio metro de profundidad, aunque al ser un lugar donde se ubicaba una cantera se intuye que “el terreno se había desmontado por lo menos en un metro por lo que la profundidad original del hallazgo sería de metro y medio”. Es “relativamente poco”, reconoce Moralejo, que en una entrevista en Hoy por Hoy Córdoba, habla también de la emoción del equipo al descubrir este elemento.

“Siempre tratamos de enfriar los ánimos, la paciencia es la mejor consejera de nuestra profesión, pero la emoción ha sido muy destacable para el equipo”. El proyecto está siendo un éxito por la cantidad de material de las legiones romanas recuperadas en la franja norte de Montemayor, lugar “objeto de numerosos saqueos por parte de excavadores furtivos cuyas depredaciones han dañado seriamente el patrimonio histórico local”.

Además del carro, ya se han localizado con precisión varias docenas de proyectiles de honda (glandes) en plomo, proyectiles de artillería romanos en forma de pesados virotes de hierro, puntas de flecha, clavos de botas militares romanas (caligae), monedas romanas e indígenas de la zona y otros cientos de objetos, lo que no sólo puede considerarse prometedor, sino un verdadero éxito que aporta datos nuevos a las campañas de César en Andalucía y ayuda a confirmar la identidad del municipio de Vlia.

Fuente: cadenaser.com | 5 de octubre de 2018

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Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el octubre 9, 2018 a las 7:50pm

Arqueólogos de toda España siguen con atención el hallazgo de cuatro grandes ruedas ibéricas en Montemayor

El delegado de Cultura, Turismo y Deporte, Francisco Alcalde, ha visitado la investigación arqueológica que se lleva a cabo en el término municipal de Montemayor, en el emplazamiento romano de Vlia, donde se libraron algunas de las más enconadas batallas y asedios de la Guerra Civil romana entre Julio César y Pompeyo el Grande, a mediados del siglo I antes de Cristo.

Posteriormente, junto al alcalde de la localidad, Antonio García, ha asistido a la presentación de dichos trabajos de prospección, realizados por un equipo multidisciplinar de la Universidad Autonóma de Madrid, dirigido por el profesor Fernando Quesada Sanz.

Como ha señalado el delegado durante su visita, “la orientación de los trabajos se ha visto enriquecida por el hallazgo de lo que probablemente sea la tumba de una persona de muy alto rango de la cultura Ibérica, entre los siglos VI y I antes de Cristo”.

Hasta el momento, se ha localizado un conjunto de cuatro grandes ruedas ibéricas de hierro depositadas casi enteras, con sus llantas, forro de la pina y de los radios, bocines; todo en lámina de hierro forjado y remachado, en un estado de conservación excepcional. El hallazgo es similar al de las ruedas de la Cámara de Toya en Jaén o las necrópolis de Baza y del Mirador de Rolando en Granada, fechadas en torno al siglo IV antes de Cristo, aunque las ruedas de Montemayor están mucho más completas y parecen de factura más compleja.

Rueda de carro cuyos restos aparecieron frente a la cámara de Toya. Se trata de un vehículo de transporte aristocrático, con marcado carácter simbólico y funerario. Siglo IV a.C.

Los trabajos constatan que bajo las cuatro ruedas están apareciendo importantes restos de bronce, como anillas, pasarriendas del carro, y las cubiertas del yugo. Igualmente, se están consolidando elementos de hierro del timón, así como dos bocados de caballo en hierro de tipo ibérico.

El carro, desmontado, parece haber sido cuidadosamente colocado, capa por capa, junto con restos muy fragmentados de huesos calcinados y cenizas. El conjunto fue cubierto con cantos rodados del propio nivel geológico del cerro. “Hasta el momento no se conoce un hallazgo comparable en toda la Península por la complejidad del conjunto y su estado de conservación”, ha confirmado el delegado.

Los trabajos de investigación se centran en confirmar que esta tumba o depósito de ofrenda forme parte de una de las necrópolis de la antigua ciudad ibérica, muchas de ellas saqueadas y destruidas por expolio durante años.

Según ha explicado el delegado de Cultura, Turismo y Deporte, “hay noticias suficientes sobre diversos hallazgos como armas, proyectiles de honda o monedas, como para pensar que en torno a la ciudad se asentaron campamentos militares y se libraron fuertes batallas, lo que parece coincidir con los textos que hablan de la lucha librada por el gobernador cesariano Quinto Casio Longino en el año 48 antes de Cristo, en el entorno de la ciudad contra su enemigo Marcelo. Dos años después sería el propio César el que combatiría en Vlia contra los hijos de Pompeyo”.

Esta prospección de superficie en curso emplea las más modernas y detalladas tecnologías de detección y de cartografía digital, que combinan localización mediante detectores y GPS con Sistemas de Información Geográfica, todo ello contrastado con el análisis de las fuentes literarias grecolatinas.

Junto con el carro ibérico ya descrito, los arqueólogos han localizado con precisión varias docenas de proyectiles de honda (glandes) en plomo, proyectiles de artillería romanos en forma de pesados virotes de hierro, puntas de flecha, clavos de botas militares romanas (caligae), monedas romanas e indígenas de la zona y otros cientos de objetos, lo que supone un verdadero éxito que aporta datos nuevos a las campañas de César en Andalucía y ayuda a confirmar la identidad del municipio de Vlia.

“La localización de los posibles campamentos de los asedios y batallas durante las Guerras Civiles de César dista de estar completado, y se prevé su continuidad durante dos o tres años, pero los trabajos de esta campaña documentan un posible eje de avance y ataque por los cerros y colinas al norte de la ciudad”, ha concretado Alcalde.

Los trabajos de prospección se realizan por un equipo multidisciplinar, bajo la dirección de campo del doctor Javier Moralejo Ordax, en el marco de un Proyecto de Investigación de Excelencia de I+D-i (Ministerio de Ciencia e Innovación) dirigido por el profesor Fernando Quesada Sanz, director del Departamento de Prehistoria y Arqueología de la UAM. Este proyecto está dedicado al estudio de la implantación romana en la Andalucía ibérica, y viene realizando otros importantes trabajos en el Cerro de la Cruz (Almedinilla) y Cerro de la Merced (Cabra), a los que ahora se suman los descubrimientos en Montemayor.

Fuente: cordobabuenasnoticias.com | 8 de octubre de 2018

Comentario por Juan Collado el octubre 10, 2018 a las 5:18pm

   Es muy interesante, entre otras cosas, que se hayan encontrado monedas romanas e indígenas de la zona. En el caso de que en ellas se conserven epígrafes, la aportación al ámbito de la lingüística puede ser enorme.

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el diciembre 26, 2018 a las 1:36am

Los carros de los líderes íberos para viajar al otro mundo

Rueda seccionada encontrada en La Bastida de les Alcusses, en una imagen cedida por el equipo arqueológico.

Llevaban enterrados 2.400 años y han sido encontrados con unas semanas de diferencia. Desde el verano, dos equipos de arqueólogos han encontrado en La Bastida de Moixent, Valencia, y en Montemayor, Córdoba, yacimientos situados a 450 kilómetros de distancia, cinco ruedas ibéricas y restos de los carros a los que iban conectados. Los hallazgos son doblemente excepcionales porque apenas hay documentadas piezas similares y ninguna se encuentra en tan buen estado de conservación. Los indicios señalan que los vehículos no sirvieron para hacer la guerra ni para transportar mercancías, sino que fueron colocados junto a las tumbas de personajes de alto rango para que viajaran con ellos al más allá. Los íberos daban a los carros ese sentido simbólico y, en ocasiones, los representaban tirados por caballos alados.

Los descubrimientos han abierto investigaciones a las que se dedicarán años. Las hipótesis de trabajo son que las ruedas y el resto de elementos fueron enterrados en tumbas o en depósitos funerarios de líderes íberos, de momento no está claro si hombres o mujeres. La rueda de Moixent, de mediados del siglo V antes de Cristo, es de hierro, mide 90 centímetros de diámetro y ha aparecido apilada en tres segmentos idénticos. Al lado, explica Jaime Vives-Ferrándiz  (izquierda), director del proyecto y conservador del Museo de Prehistoria de Valencia, también han sido hallados, hasta ahora, un bocado de caballo, restos de cerámica y una extraordinaria arracada de oro.

Las cuatro imponentes ruedas de Montemayor, de seis radios, fueron hechas también en hierro. Las dos más grandes de 120 centímetros, por las que casi podría decirse que no ha pasado el tiempo, fueron encontradas en lo que parece un cementerio íbero sobre el que los romanos construyeron siglos más tarde un campamento militar para el asedio de Ulia. Los textos clásicos relatan que la antigua ciudad fue escenario de feroces batallas en la guerra civil que enfrentó a Julio César con Pompeyo y sus hijos.

Yacimiento de La Bastida de les Alcusses, en Moixent. MÒNICA TORRES

Conjunto sin parangón

El equipo de Fernando Quesada, de la Universidad Autónoma de Madrid, bajo la dirección de campo de Javier Moralejo, iba tras las huellas de aquel conflicto bélico cuando se toparon con un hallazgo ibérico que no tiene parangón en la península por la complejidad del conjunto y su estado de conservación, aseguran. Todo apunta a que el carro es del siglo IV, aunque todavía debe confirmarse mediante la prueba del carbono 14.

Las ruedas de ambos yacimientos son muy distintas. La encontrada en el antiguo oppidum rodeado de viñas de Valencia, una idílica colina desde la que sus gobernantes controlaban el antiquísimo camino que los romanos llamaron más tarde Vía Augusta, que conectaba el norte de la península con el valle del Guadalquivir, y también el paso de la meseta al Mediterráneo, ha obligado a adelantar unas décadas la cronología del yacimiento de La Bastida de les Alcusses, ubicado en el término de Moixent.

Entrada al yacimiento de Moixent. M. T.

El descubrimiento ha revelado que antes de la edificación del poblado, rodeado de altas murallas, donde vivieron unas 800 personas, hubo una construcción previa que no parece residencial. Quizá fue la tumba de un héroe o un espacio de culto. En todo caso, el lugar en que se depositó la rueda fue arrasado para erigir la nueva ciudad. “El proyecto puede contribuir a dar respuestas a los procesos de urbanización en esta zona del Mediterráneo en el primer milenio antes de Cristo”, comenta Vives-Ferrándiz. “Una urbanización que responde a procesos políticos, en los que vemos que las personas instauran las ciudades encima de algo que había previamente. A veces incorporan lo anterior al nuevo lugar, como ancestros, y otras veces esa memoria es destruida con violencia”, añade.

La cultura ibérica se desvaneció ante el empuje romano hacia el siglo I después de Cristo, como resultado de la violencia de los invasores y de la asimilación cultural. Los detalles sobre la destrucción de La Bastida de Moixent, que brilló durante un siglo para caer después en un olvido que duró dos milenios, siguen siendo un enigma. “Lo que está claro es que no fueron los romanos. Fue violencia entre vecinos. Si estaban más cerca o más lejos no lo sabemos, y es posible que nunca lo sepamos”, afirma el arqueólogo.

Fuente: elpais.com | 24 de diciembre de 2018

Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el julio 9, 2019 a las 6:24pm

El carro ibérico de Montemayor va a ser restaurado y expuesto en el Museo Arqueológico de Córdoba


Ruedas del carro ibérico de Montemayor - ABC



En octubre de 2018 una excavación descubría un carro ibérico «excepcionalmente bien conservado» en Montemayor. El descubrimiento ha sido calificado de «extraordinario del año» por la revista National Geographic.

Con motivo poder exponer y explicar el hallazgo, el Ayuntamiento ha anunciado que va a comenzar con la limpieza, consolidación y restauración de los restos. Según han explicado, durante la excavación fue necesario proteger los elementos de metal de las ruedas y ahora es el momento de retirar el engasado protector, limpiar de tierra y estabilizar químicamente los restos para evitar que el óxido deshaga en pocos años lo que ha llegado hasta nosotros en un extraordinario estado de conservación.

Eso sí, se trata de un «proceso lento, muy minucioso y costoso», para lo cual la Diputación de Córdoba, en atención a la importancia del conjunto, ha elaborado un convenio de colaboración con el Ayuntamiento de Montemayor. Mediante dicho convenio la Diputación aporta una cantidad cercana a los 12.000 euros para contribuir a esta fase de los trabajos.


Se conservan «casi por completo» los elementos metálicos de cuatro ruedas de seis radios en hierro, en excelente conservación, que no tienen parangón con otros restos similares de la Península Ibérica. Pero lo más notable, y único, según han explicado, es que con ellas aparecieron los elementos de bronce que protegían y decoraban el yugo del tiro de caballos, los pasarriendas para evitar que estas guías se enredaran, e incluso los dos bocados de filete en hierro del tiro de caballos.


Fuente: abc.es | 6 de julio de 2019

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