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Fuente: Science | Ann Gibbons| 12 de noviembre de 2012 (Traducción: G.C.C. para Terrae Antiqvae)
No hay nada escrito sobre gustos. Esto es un lugar común que se extiende incluso a los primeros seres humanos. Hace 3,5 millones de años algunos de los primeros homínidos, de la nación centroafricana de Chad, ya habían desarrollado sus propios y distintos gustos, literalmente.
Tres miembros del género Australopithecus, primos cercanos de la famosa Lucy, tenían un fuerte deseo por la hierba y los juncos, según un nuevo estudio publicado en PNAS. El cambio sugiere que los homínidos adaptaron su dieta para vivir en un terreno más abierto, tal como lo hicieron nuestros antepasadosen algún momento, antes de lo que se pensaba.
Los primeros miembros de la familia humana caminaban erguidos, pero todavía se parecían más a los simios que a los humanos (con el cerebro del tamaño de un chimpancé y cuerpos pequeños y peludos). Entonces, "hace alrededor de 3,5 millones de años, por lo menos en África central, la dieta de los homínidos cambió de una dieta de fruta a una dieta de pasto y juncias", dice el paleontólogo Michel Brunet (izquierda), del Collège de France, en París, cuyo equipo descubrió los fósiles.
Esta dieta, rica en las llamadas plantas C4 (enriquecidas con un particular isótopo de carbono), tales como los pastos tropicales, fue un importante cambio en la dieta habitual de los simios como los chimpancés y los gorilas, los cuales se alimentan de frutas, semillas y plantas que se hallan en los bosques.
Los investigadores se han preguntado durante mucho tiempo cuándo los miembros de la familia humana cambiaron de una dieta rica en frutas, favorita de los simios, a otra basada en las plantas y animales que se encuentran en los pastizales abiertos. Mediante el estudio de la relación de los dos isótopos no radiactivos del carbono (C13 y C12), presentes en el esmalte de los dientes, los investigadores pueden detectar si una antigua criatura consumía una dieta rica en plantas forestales o de pastizales.
Maxilar del 'Australopithecus bahrelghazali' hallado en Chad. Foto: Michel Brunet / MPFT (Science)
Hace tres años los investigadores utilizaron este método en los dientes de uno de los primeros homínidos conocidos, el Ardipithecus ramidus, con 4,4 millones de años de antigüedad. Ellos encontraron que el Ardipithecus ramidus todavía prefería el tipo de plantas C3, las favoritas de los simios, lo que sugiere que todavía pasaba mucho tiempo en los bosques.
Hace cerca de 4 millones de años los dientes de homínidos como el Australopithecus anamensis comenzaron a mostrar un esmalte más grueso y mayores molares y premolares, lo que indicaba un cambio importante en la dieta. Pero hasta hace poco los investigadores fueron incapaces de probar esto mediante el estudio de los isótopos de carbono en los dientes de los fósiles antiguos, dado que el método de obtención de los isótopos era demasiado destructivo. Ahora, con los nuevos métodos de ablación por láser disponibles en los últimos 15 años, son capaces de muestrear los isótopos de carbono sin destruir las piezas dentales.
Michel Brunet le dio a Julia Lee-Thorp (izquierda), una arqueóloga de la Universidad de Oxford y especialista en análisis isotópicos del esmalte de dientes fósiles, el permiso para analizar los isótopos en tres piezas dentales de tres individuos de la especie Australopithecus bahrelghazali, procedente del desierto de Djurab, en Chad. Esta especie es un pariente cercano del famoso esqueleto parcial de Lucy, cuya especie, Australopithecus afarensis, vivió al mismo tiempo en el este de África.
Los dientes fósiles de los tres Australopithecus bahrelghazali, con dataciones de entre 3 millones a 3,5 millones años de antigüedad, estaban enriquecidos con C13. Esa es la firma de una dieta rica en pastos y juncos, hierbas y raíces tuberosas, las cuales crecen alrededor de las llanuras de inundación y en subcuencas del antiguo lago Chad. "Fue sorprendente, porque estos individuos estaban viviendo muy tempranamente respecto a la evolución humana", dijo Lee-Thorp.
Los resultados implican que al menos una especie de homínido ya se había convertido en un generalista que se había adaptado a una dieta más amplia, forrajeando de manera oportunista en un terreno más abierto una gama más amplia de alimentos que la que los chimpancés prefieren, señala Christopher Dean (izquierda), un anatomista de la Universidad de Londres.
"Sería interesante saber si otros homínidos que vivían entre 3 millones y 3,5 millones años atrás, incluyendo al Australopithecus afarensis, también habían hecho este cambio de pastorear sobre la hierba", añade.
O, como dice el paleoantrópologo de la Universidad de Arkansas, en Fayetteville, Peter Ungar (derecha): "Tal vez los homínidos-vaca no eran tan inusuales".
En el artículo que al respecto proporciona Europa Press, otro de los autores, Rick Potts (izquierda), ha indicado que, ahora, la pregunta es si los homínidos se movieron permanentemente por las sabanas o si alternaron el arbolado y la sabana, según les convenía.
"Yo votaría a favor de la segunda teoría", concluyó Potts.
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