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Fuente: National Geographic | 29 de enero de 2016
Está hecho en basalto y mide un metro y medio de altura aproximadamente. A simple vista parece un monolito corriente del Antiguo Egipto, pero es importante. Fue descubierto hace dos meses en Abu Erteila, al norte de Jartum, en el desierto sudanés, donde floreció el Reino de Meroe hace más de 2.000 años. Este reino surgió en Nubia y fue creado por los faraones negros, llamados así por su tez oscura, quienes se hicieron enterrar en pirámides, según la costumbre egipcia. Las pirámides meroíticas son más pequeñas y puntiagudas que las egipcias. Hoy se encuentran en un estado ruinoso, entre las dunas rojizas.
Sitio arqueológico de Abu Erteila. El pedestal fue hallado en el lugar que indica la flecha, en la naos de un antiguo templo.
En el Museo Egipcio de Berlín hay un pedestal similar (abajo a la derecha). Fue descubierto a mediados del siglo XIX en Wad ben Naga. En sus caras aparecen representados los reyes Natakamani y Amanitore junto a jeroglíficos egipcios y meroíticos. Esto permitió descifrar la lengua indígena de Meroe, un reino desconocido que intriga a los egiptólogos.
Izquierda: Una estatua que puede representar Natakamani, el cual reinó desde alrededor o antes del año I a.C. al c. 20 d.C. Él fue el mejor gobernante del periodo meroitico. Derecha: Amanitore (c. del año 50 d.C.) fue una reina nubia del Reino de Meroe. Créditos: Wikipedia
Por eso es importante esta pieza, hallada recientemente por un equipo arqueológico italo-ruso. En ella también aparecen figuras e inscripciones jeroglíficas con los cartuchos del faraón Natakamani y de su esposa Amanitore. Se trata de un pedestal que reposaba en el interior de un templo, donde sostenía una barca sagrada, sobre la cual se depositaba la estatua de una divinidad, a la cual estaba dedicado el templo. La barca era un objeto simbólico, no para navegar, y al igual que un palanquín tenía dos varas que permitían su transporte, como ocurre con las imágenes religiosas en los desfiles de la Semana Santa.
El arqueólogo italiano Eugenio Fantusati (de blanco) durante las excavaciones.
"Durante las festividades importantes, los sacerdotes colocaban la imagen sagrada sobre la barca y la llevaban en procesión fuera del templo, a la vista de los fieles", explica Eugenio Fantusati (izquierda), codirector de las excavaciones, a Historia National Geographic.
"Es interesante observar que la estatua sólo se podía ver en tales circunstancias, porque al interior del templo sólo podían acceder los soberanos y los sacerdotes", añade. Por tanto, el pedestal nunca abandonaba el templo ni se mostraba al público.
La pieza ha sido excavada entre las ruinas correspondientes a la naos del templo, la sala principal, secreta e inaccesible para la gran mayoría. Ha sido fechada entre los siglos I a.C. y I d.C., cuando vivieron Natakamani y Amanitore. "Eran contemporáneos de Augusto y bajo su reinado el país atravesó un período de gran bienestar interno, consiguiendo mantener excelentes relaciones diplomáticas con la Roma imperial", expresa Fantusati.
En las cuatro caras del pedestal aparecen diferentes figuras, entre ellas unas féminas que sostienen un cielo estrellado. "El estudio epigráfico todavía se está desarrollando, pero puedo anticipar que contiene fórmulas rituales relacionadas con los componentes de la familia real", revela el arqueólogo italiano.
"Por otro lado, sabemos que el templo fue destruido, aunque no sabemos cuándo. Sus restos acabaron desparramados, pero el pedestal se ha conservado enterrado durante siglos. La datación por radiocarbono nos permitirá conocer la fecha de esta destrucción", agrega Fantusati, quien dirige esta misión junto con Eleonora Kormysheva (izquierda) y con la colaboración de Marco Baldi (derecha), vicedirector del equipo italiano.
Foto: Recipiente hallado en Abu Erteila. Crédito: Dr. Richard Lobban
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Dos ejemplos de jeroglíficos meroíticos (no descubiertos en Abu Erteila): Placa votiva del rey Tanyidamani (Public Domain) y estela meroítica. (British Museum)
Fuente: lagranepoca.com | 26 de enero de 2016
Un equipo de arqueólogos rusos e italianos afirma realizó en Sudán uno de los más importantes descubrimientos relacionados con la historia de Nubia. Según el Servicio de Antigüedades de Sudán, la inscripción jeroglífica hallada en Abu Erteila podría ser el más importante descubrimiento de la última década relacionado con el antiguo reino de Kush.
AGI informa de que las excavaciones realizadas entre noviembre y diciembre del 2015 por el equipo internacional ruso-italiano en Abu Erteila fueron dirigidas por Eugenio Fantusati de la Universidad de Roma “La Sapienza”, su adjunto Marco Baldi y Eleonora Kormysheva, directora del Centro Golenishev de Egiptología de la Universidad Estatal Rusa para las Humanidades e investigadora principal del Instituto de Estudios Orientales de la Academia Rusa de Ciencias.
Unos 200 kilómetros al norte de Jartum se descubrieron los hallazgos más impresionantes, entre ellos un altar ritual de basalto (abajo), inscripciones jeroglíficas y una barca sagrada. Este descubrimiento, producto de ocho fases de excavaciones, arroja nueva luz sobre la antigua civilización nubia, que existió entre el siglo I a. C. y el I d. C. Se cree que el templo en el que se dieron estos hallazgos fue muy probablemente destruido por el fuego. Las ruinas se están datando actualmente mediante carbono-14 para confirmar con exactitud la fecha precisa en que ocurrió el desastre.
El profesor Fantusati declaró a AGI: “Aún estamos estudiando el texto de las inscripciones jeroglíficas que están en egipcio, aunque ya conseguimos identificar los cartuchos con los nombres de la pareja real a la que se refieren. Son el rey Natakamani y la reina Amanitore, que ocuparon el trono durante la Edad de Oro de la civilización Meroítica que se desarrolló en el Nilo. Esta civilización desarrollaba un papel fundamental en la escena internacional: consideremos el hecho de que tuvo lazos comerciales y diplomáticos con el Imperio Romano, hasta su decadencia provocada por el auge del Reino Etíope de Axum”.
El entorno del templo también posibilitó al equipo formarse una imagen más clara de cómo era el edificio e integrar la nueva información con los descubrimientos realizados en excavaciones previas. La primera campaña de la expedición dio inicio en el año 2008 con la colaboración de las autoridades sudanesas. La expedición arqueológica del 2015 fue financiada por la Asociación Internacional de Estudios Mediterráneos y Orientales y el Instituto de Estudios Orientales de la Academia Rusa de Ciencias. Esta expedición además fue reconocida oficialmente por el Ministro de Asuntos Exteriores de Italia.
Natakamani reinó en Kush (Nubia, la actual Sudán) entre el 1 a. C. y el 20 d. C. aproximadamente. No fue uno de los monarcas más importantes del período meroítico. Le precedió su madre, la reina Amanishakheto. Su esposa, la reina Amanitore, fue además corregente y probablemente su sucesora. El faraón nubio Natakamani y la reina Amanitore fueron los últimos grandes constructores de Kush. Son conocidos por restaurar templos y construir una pirámide en Meroe. Sus edificios se alzaban en Keraba, una región comprendida entre los ríos Nilo y Atbara. Cerca construyeron la ciudad de Naqua, en la que se encuentra el Templo de Apedemak. Este templo es uno de sus monumentos mejor conocidos de la civilización nubia, y aún se encuentra en buen estado.
El palacio real del rey Natakamani y la reina Amanitore se encontraba en Gebel (Jebel) Barkal. Fue de hecho uno de los descubrimientos más importantes relacionados con estos monarcas. Sometido a excavaciones durante muchos años, aún continua aportando mucha información novedosa sobre este período histórico. A fin de llenar las lagunas existentes en nuestros conocimientos sobre esta pareja de la realeza nubia, en el 2001 se iniciaron excavaciones a cargo de la Expedición Arqueológica de la Universidad de Roma “La Sapienza”. En el transcurso de estos trabajos, los arqueólogos hallaron las estancias palaciegas de la familia real, un almacén lleno de valiosos objetos y muchas otras estructuras.
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