El hallazgo de una cruz andina en el valle de Huaral, en la costa de Perú, evidenciaría una ocupación aimara de hace 3.000 o 4.000 años

El arqueólogo Pieter Van Dalen Luna, quien lidera el equipo de arqueólogos de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos señala la cruz andina descubierta en el sitio de Miraflores, ubicado en Huaral. ANDINA/Andrés Valle.

El reciente hallazgo de una cruz andina o “Chacana”, completa y en perfecto estado de conservación, en el interior de los restos de una pirámide que forma parte del sitio arqueológico Miraflores, ubicado en el valle de Huaral, al norte de la ciudad de Lima, revelaría que hubo una ocupación aimara hace 3.000 o 4.000 años en la costa central del Perú, y que luego dicha población migró hacia el altiplano para asentarse permanentemente en lo que hoy es el departamento de Puno y el vecino país de Bolivia.

 

Así lo sostuvo el arqueólogo Pieter Van Dalen Luna, quien lidera el equipo de investigadores de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos que descubrió y viene realizando excavaciones en este recinto en el que destaca un templo en forma de la letra “U”, propia de las construcciones ceremoniales del periodo Formativo (3.000 a 3.500 a.C.) en el antiguo Perú.

La Chacana o cruz andina es una representación recurrente en las culturas originarias de los Andes, que tiene una forma de cruz cuadrada y escalonada, con doce puntas, y un centro circular. Foto: ANDINA / Andrés Valle.

“Siempre la Chacana o cruz andina ha sido relacionada con las poblaciones aimaras y es un símbolo propio de ellas, pero la presencia de una Chacana representada en un centro ceremonial del periodo Formativo, aquí en la costa de Lima, nos hace replantear todo eso, porque la más antigua conocida correspondía a la cultura Tiahuanaco (1.500-1.187 a.C.)”, manifestó en entrevista con la Agencia de Noticias Andina, durante una visita al mencionado sitio arqueológico. 

Añadió que, sin embargo, encontrar la cruz andina en periodos más tempranos en el valle de Huaral indica la importancia que tuvo, pero también lleva a plantear otras hipótesis como quiénes poblaron este valle hace 3.000 o 4.000 años. “Podría tratarse de poblaciones aimaras, es posible, y que luego migraron hacia el altiplano y se asentaron en lo que hoy es Puno y Bolivia”, afirmó.

Este templo milenario, que hoy está sepultado por toneladas de piedras y rodeado de campos de cultivo, abarca alrededor de 70 hectáreas y está conformado por una estructura piramidal y dos montículos alargados que crean una gran plaza ceremonial en su centro. Foto: ANDINA / Andrés Valle

   
Quehaceres y religiosidad 
Van Dalen Luna refirió que la población local que vivía hace más de 3.000 años en los alrededores del templo ceremonial se dedicaba a la agricultura, la pesca y a otras actividades menores, como sugieren los restos de vegetales, peces, moluscos y huesos de animales que eran parte de su dieta, así como fragmentos de cerámica del periodo inicial encontrados en las excavaciones. Aún no se ha descubierto osamentas humanas, precisó.

También remarcó que la religiosidad era un aspecto muy importante para la población local, como ocurría en todas las sociedades andinas. “Tan es así que en ciertas épocas del año venían a este templo, que estaba ocupado por los sacerdotes, para realizar una serie de ceremonias, rituales y banquetes en honor a sus dioses".

Sitio arqueológico Miraflores 
El sitio arqueológico debe su nombre a que se encuentra dentro del centro poblado Miraflores, que pertenece al distrito de Aucallama, en la provincia de Huaral del departamento de Lima. Se ubica exactamente en la margen izquierda del valle bajo del río Chancay, a un kilómetro y medio de distancia de dicho río y junto a la carretera que va hacia el centro poblado de Miraflores. Desde la ciudad de Huaral se encuentra a 15 minutos en automóvil.

La distancia del sitio arqueológico al centro poblado de Miraflores es de aproximadamente 2 kilómetros, lo que ha permitido que el lugar se mantenga en buen estado de conservación con el apoyo de la propia población, destacó.

“Estamos trabajando en este lugar desde finales del 2022 y las excavaciones empezaron en enero de este año. Se trata de un enclave conformado por un montículo central elevado a gran altura y dos montículos laterales extendidos o alargados que, en su conjunto, adoptan la forma de una ‘U’ y que albergan una plaza central que es el patrón típico de los llamados ‘Templos en U’ de la costa central peruana”, comentó Van Dalen.

Ocupación posterior
El arqueólogo precisó que el enclave de Miraflores tuvo ocupaciones posteriores en periodos prehispánicos tardíos, como la protagonizada por la cultura Chancay (1.200 y 1.470 d. C.). En ese sentido, dijo que, conforme avancen las excavaciones, se tendrá material que permita establecer las secuencias culturales y otros aspectos relevantes.

El equipo de arqueólogos que trabaja desde enero en este yacimiento, liderado por el investigador Pieter Van Dalen Luna, de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos, presume que el templo habría pertenecido al periodo formativo andino y sería uno de los mayores, "sino el más grande", de la costa central de Perú, en la parte baja de la Cordillera de los Andes. Foto: ANDINA / Andrés Valle.

Hallazgo y significado de la Chacana
Van Dalen Luna comentó que durante la excavación en el lado posterior de la pirámide se identificó unos muros de un 1,60 metros de ancho, edificados a base de piedras y adobes. Y en el paramento o frontis exterior se encontró la representación gráfica de la Chacana o cruz andina. 

“Estamos ante un friso de 10 centímetros de grosor elaborado íntegramente con barro que presenta esta figura, la cual es la representación religiosa más característica de la civilización andina”, remarcó.

Indicó que "la cruz andina o Chacana se halla orientada hacia el mar, en dirección oeste, y forma parte de la cosmovisión y religiosidad basada en el culto al agua, es decir, con el culto al mar y a su encuentro o tinkuy con las aguas del río Chancay, que nace en las alturas de la cordillera de los Andes, hacia donde está orientado el templo”, informa Van Dalen.

El grupo de arqueólogos en la zona del hallazgo en el valle de Huaral.

 
Abandono del templo
"Aunque no se sabe con exactitud cuándo se produjo el abandono poblacional del templo ceremonial y de las zonas aledañas, en algún momento, debido a cambios climáticos, como el fenómeno de El Niño, o algunos conflictos sociales, la población abandonó a sus dioses”, esgrime Van Dalen.

"En el proceso de abandono del lugar se cubrió el templo con diversas capas de piedras, con el objetivo de 'enterrar a sus dioses'”, añade. "No obstante, la fama de los dioses adorados aquí persistió en el tiempo hasta periodos muy tardíos”.

Al referirse al cambio climático como propiciador del abandono del sitio de Miraflores, Van Dalen asevera que “hay evidencias arqueológicas de la presencia de grandes episodios del fenómeno de El Niño, e incluso de mega-Niños, a través del tiempo, los cuales propiciaron fuertes lluvias e inundaciones que destruyeron las cosechas y con ello los medios de subsistencia de la población”.

“Esta situación catastrófica está vinculada con las peticiones a los dioses, a quienes se pedía que calmaran la furia de la naturaleza y los efectos climáticos. Al no poder dar respuesta a estos problemas, los dioses son abandonados por la población que llega a desconfiar de su poder y por ello abandonan el templo y lo cubren de oiedras”, puntualizó.

 
Pendientes de la protección del sitio

Aunque se estima en 70 hectáreas, Pieter Van Dalen señaló que las dimensiones exactas del sitio arqueológico de Miraflores todavía no han podido determinarse porque falta que el Ministerio de Cultura establezca la protección del lugar. “Una vez que ello ocurra se podrá conocer las dimensiones exactas”, anotó.
 
Primera fase por culminar 

Van Dalen dijo que las excavaciones y otros trabajos de campo están por culminar en esta primera etapa de investigación. “La próxima semana culminaremos los trabajos y estaremos atentos para continuar con las excavaciones en los siguientes meses y ver qué más podemos descubrir”, expresó.

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A continuación, se desarrollará el análisis de la información recogida en estos cinco meses de exploración y de los objetos encontrados, agregó.

Universidad de San Marcos pionera en arqueología

En el sitio arqueológico de Miraflores han trabajado cerca de 20 personas, entre arqueólogos, bachilleres y estudiantes de Arqueología procedentes en su mayoría de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos y también de otras casas superiores de estudios como la Universidad San Antonio Abad (Cusco), San Cristóbal de Huamanga (Ayacucho), entre otras. Van Dalen Luna resaltó que la Universidad Nacional Mayor de San Marcos es la cuna de la arqueología peruana desde la época de Julio César Tello y siempre se ha caracterizado por llegar a todos los rincones del Perú. 

“Su presencia en Huaral no es algo casual, dado que son casi 20 años en los que venimos realizando investigaciones con la universidad en diferentes lugares del valle de Chancay y en comunidades campesinas como Rúpac y Chipra. La Universidad Mayor de San Marcos siempre ha estado al servicio de la sociedad, llevando investigación y conocimiento a todos los rincones del país”, enfatizó. 

Este templo milenario, que hoy está sepultado por toneladas de piedras y rodeado de campos de cultivo, abarca alrededor de 70 hectáreas y está conformado por una estructura piramidal y dos montículos alargados que crean una gran plaza ceremonial en su centro. Foto: ANDINA / Andrés Valle.

Miraflores no es el único enclave arqueológico 

El arqueólogo sanmarquino aseguró que Miraflores no es el único enclave arqueológico asentado en el valle bajo de Huaral, dado que existen otros similares.

“Al otro lado del río Chancay se encuentra el sitio San Jacinto, en la localidad de Huando, que está alineado con Miraflores. Los templos en forma de ‘U’ son una tradición cultural que se desarrolló entre los valles de Pativilca por el norte y Mala por el sur, y se caracterizan por ubicarse en pares, uno en cada margen de un río, y siempre interactuando entre ellos”, explicó finalmente.

Fuentes: elperuano.pe | andina.pe | 26 de mayo de 2023

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