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Una piedra de ciervo inclinada colocada frente a docenas de pequeños montículos de piedra que contienen entierros de caballos sacrificados ritualmente en el sitio del monumento de la Edad del Bronce de Ikh Tsagaanii Am, provincia de Bayankhongor, Mongolia central. Crédito: William Taylor
En un nuevo estudio publicado en Cell, un equipo de investigadores ha explorado los cambios genéticos, sociopolíticos y culturales que rodearon la formación de los imperios históricos de la estepa euroasiática oriental. El estudio analiza datos de todo el genoma de 214 individuos antiguos que abarcan 6.000 años y ha estudiado los cambios genéticos y culturales que precedieron al surgimiento de los imperios de pastores nómadas Xiongnu y Mongol.
Desde finales de la Edad del Bronce hasta la Edad Media, la estepa euroasiática oriental fue el hogar de una serie de imperios nómadas organizados y muy influyentes. Los imperios Xiongnu (209 a. C. - 98 d. C.) y Mongol (916-1125 d. C.) que abarcan este período produjeron impactos especialmente grandes en la demografía y geopolítica de Eurasia, pero, debido a la falta de estudios genéticos a gran escala, los orígenes, las interacciones y las relaciones de las personas que formaron estos grandes estados siguen siendo en gran parte desconocidas.
Para comprender la dinámica de la población que dio origen a los imperios históricos de la Estepa, investigadores del Instituto Max Planck para la Ciencia de la Historia Humana (MPI-SHH), la Universidad Nacional de Mongolia e instituciones asociadas en Mongolia, Rusia, Corea y los Estados Unidos generaron y analizaron datos de todo el genoma de 214 personas de 85 enclaves de Mongolia y tres de Rusia. Al abarcar el período de 4600 a. C. a 1400 d. C., el estudio se encuentra entre los más grandes realizados hasta la fecha sobre genomas antiguos del este y el interior de Asia.
Durante el Holoceno medio, la estepa euroasiática oriental estuvo poblada por cazadores-recolectores con ascendencia del antiguo noreste asiático (ANA) y del antiguo norte de Eurasia (ANE), pero alrededor del 3000 a. C., el pastoreo de obtención de leche se introdujo a través de la expansión de la cultura Afanasievo de las montañas de Altai, cuyos orígenes se remontan a los pastores de la estepa Yamna de la región del Mar Negro, a más de 3.000 km al oeste. Aunque estos migrantes dejaron poco impacto genético, tuvieron un efecto cultural muy importante y, a mediados y finales de la Edad del Bronce, las poblaciones de la estepa oriental practicaban el pastoreo lechero.
A finales de la Edad del Bronce y principios de la Edad del Hierro, las poblaciones del oeste, norte y centro-sur de Mongolia formaron tres grupos genéticos distintos y estructurados geográficamente. Estas poblaciones permanecieron estancas durante más de un milenio, hasta que el incremento de la movilidad, probablemente facilitado por el desarrollo de la equitación, comenzó a romper esta estructura. La formación del Imperio Xiongnu en el centro-norte de Mongolia, el primer imperio nómada de Asia, es contemporáneo con esta mezcla de poblaciones y con la afluencia de nuevos acervos genéticos procedentes de Eurasia, desde el Mar Negro hasta China.
Hogar actual en el campo de Mongolia, conocido como ger (mongol) o yurta (ruso). Crédito: Christina Warinner.
"Más que un simple recambio o reemplazo genético, el surgimiento del Imperio Xiongnu está vinculado a la mezcla repentina de poblaciones distintas que habían estado separadas genéticamente durante milenios. Como resultado, los miembros del Imperio Xiongnu de Mongolia muestran un nivel espectacular de diversidad genética que refleja mucho el carácter de Eurasia", dice el Dr. Choongwon Jeong (izquierda), autor principal del estudio y profesor de Ciencias Biológicas en la Universidad Nacional de Seúl.
Mil años más tarde, los individuos del Imperio Mongol, uno de los imperios contiguos más grandes de la historia, muestran un marcado aumento en la ascendencia de Eurasia Oriental en comparación con los individuos de los primeros períodos Xiongnu, Turkic y Uyghur, acompañado de una pérdida casi completa de la ancestralidad del antiguo norte de Eurasia (ANE), ascendencia que había estado presente desde antes del Imperio Xiongnu. Hacia el final del Imperio Mongol, la composición genética de la Estepa Oriental cambia drásticamente, estabilizándose finalmente en el perfil genético observado entre los mongoles actuales.
"Nuestro estudio de la antigua Mongolia revela no solo las primeras contribuciones genéticas de las poblaciones de la estepa occidental, sino también un marcado cambio genético hacia la ascendencia de Eurasia oriental durante el Imperio Mongol. La región tiene una historia genética notablemente dinámica, y el ADN antiguo está comenzando a revelar la complejidad de los eventos de población que han dado forma a la estepa euroasiática", dice Ke Wang (derecha), coautora del estudio y estudiante de doctorado en el MPI-SHH.
Además de los impactos genéticos en las estructuras políticas, los investigadores también indagaron la relación entre la genética y las estrategias de subsistencia. A pesar de más de 5.000 años de pastoreo lácteo en la región y de la importancia continua de los productos lácteos en la dieta promedio de los mongoles en la actualidad, los investigadores no encontraron evidencias de selección de la lactasa, un rasgo genético que permite la digestión de la lactosa.
Los pastores lecheros de hoy tienen tradiciones que se remontan a miles de años en la prehistoria de Mongolia. (Imagen: Christina Warinner).
"La ausencia de la lactasa en las poblaciones de Mongolia, tanto en la actualidad como en el pasado, desafía los modelos médicos actuales de intolerancia a la lactosa, y sugiere una prehistoria mucho más complicada de la industria láctea. Ahora estamos recurriendo al microbioma intestinal para comprender cómo las poblaciones pudieron adaptar su dieta a los productos lácteos", dice la Dra. Christina Warinner (izquierda), autora principal del estudio, profesora de Antropología en la Universidad de Harvard y líder del grupo de investigación del MPI-SHH.
"La reconstrucción de una historia genética de 6.000 años en Mongolia ha tenido un efecto transformador en nuestra comprensión de la arqueología de la región. Si bien se ha podido responder algunas preguntas largamente planteadas, también se han generado nuevas cuestiones y se han revelado varias sorpresas. Esperamos que esta investigación dinamize el trabajo futuro sobre las ricas y complejas relaciones entre ascendencia, cultura, tecnología y política en el surgimiento de los imperios nómadas de Asia", agrega la Dra. Erdene Myagmar (derecha), coautora del estudio y profesora de Antropología y Arqueología en la Universidad Nacional. de Mongolia.
Fuente: Max Planck Institute | 5 de noviembre de 2020
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