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Foto: Sansón portando sobre sus hombros la puerta de Gaza
Fuente: Universidad de Carolina del Norte | 2 de julio de 2014 (Traducción de G.C.C. paraTerrae Antiqvae)
Excavaciones dirigidas por la Facultad Chapel Hill, de la Universidad de Carolina del Norte, han revelado nuevos e impresionantes mosaicos que decoran el suelo de una sinagoga tardorromana (siglo V) en Huqoq, un antiguo pueblo judío en la Baja Galilea, Israel.
Desde 2012 [ver los mosaicos hallados en dicho año en este post], tres nuevos mosaicos bien conservados han sido descubiertos en el mismo lugar tras las excavaciones dirigidas por Jodi Magness (izquierda), distinguida como Profesora Kenan por la excelencia en la enseñanza del antiguo judaísmo en la Facultad de Artes y Ciencias, y en colaboración con Shua Kisilevitz (derecha), miembro de la Autoridad de Antigüedades de Israel. Los patrocinadores actuales son la Universidad de Carolina del Norte (UNC), la Universidad Brigham Young, en Utah, la Universidad Trinity, en Texas, la Universidad de Toronto, en Canadá, y la Universidad de Wyoming. Estudiantes y personal de la UNC y de las escuelas del consorcio participaron en la excavación.
En 2012, un mosaico que muestra a Sansón y a los zorros (tal como se relata en la Biblia, 'Jueces 15:04') fue descubierto en la nave oriental de la sinagoga. El verano pasado (2013), un segundo mosaico fue descubierto, y en el mismo se muestra a Sanson llevando la puerta de Gaza sobre los hombros (Jueces 16:03).
Un tercer mosaico descubierto en la nave oriental de la sinagoga está dividido en tres bandas horizontales, y difiere en estilo, calidad y contenido, de las escenas referidas a Sansón. Es la primera vez que se halla una historia no-bíblica decorando una antigua sinagoga. Partes de este mosaico fueron descubiertas en 2013, y el resto este verano de 2014.
En la banda más baja se muestra un toro atravesado por lanzas, con sangre brotando de sus heridas, y un soldado moribundo o muerto con un escudo. En la banda del medio se representa una arcada, con los arcos enmarcando a hombres jóvenes dispuestos alrededor de un anciano sentado con un rollo, y lámparas de aceite encendidas encima de cada arco.
La banda superior representa un encuentro entre dos grandes figuras masculinas. Un soldado con barba y una diadema lleva un traje elaborado de campaña y un manto de púrpura, al tiempo que conduce a un gran toro por los cuernos y es seguido por una falange de soldados y elefantes con escudos atados a sus lados. Él se reune con un anciano con barba y cabello gris que viste una túnica y un manto ceremoniales de color blanco y está acompañado por hombres jóvenes con las espadas envainadas, los cuales también llevan túnicas y mantos blancos ceremoniales.
La identificación de las figuras de este mosaico es incierta, dado que no hay historias en la Biblia hebrea que impliquen a los elefantes, dijo Magness.
"Los elefantes de batalla se asocian a los ejércitos griegos, empezando por Alejandro Magno, por lo que esto podría ser una representación de una leyenda judía sobre el encuentro entre Alejandro y el sumo sacerdote judío", sugiere Magness. "Las diferentes versiones de esta historia aparecen en los escritos de Flavio Josefo y en la literatura rabínica".
Los mosaicos han sido retirados del lugar para su conservación y las áreas excavadas se han rellenado. Las excavaciones están programadas que continúen en el verano de 2015.
Artículo relacionado:
* Mystery Mosaic Discovered in Ancient Galilee Synagogue (The Jewish Daily)
Fuente: National Geographic | 21 de julio de 2015
A fines del mes pasado, entre el murmullo de arqueólogos y el roce de picos y paletas contra las piedras, un grito resonó repentinamente. “¡Que venga Jodi! ¡Más mosaicos!”
Los excavadores reclamaban la presencia de Jodi Magness, directora de excavaciones en la antigua aldea judía de Huqoq, Israel.
Durante los trabajos en una alta colina que domina el Mar de Galilea, el equipo ha descubierto increíbles pisos de mosaico sepultados en las ruinas de una sinagoga.
Desde 2012, cuando salió a la luz el primer cuadro de pequeñas piedrecillas de colores naturales, Magness, profesora de la Universidad de Carolina del Norte, en Chapel Hill y la directora asistente Shua Kisilevitz, arqueóloga de la Autoridad de Antigüedades de Israel, han regresado al sitio, cada mes de junio, para explorar lo que yace bajo los estratos de tierra y escombros acumulados durante siglos.
“Los mosaicos fueron una sorpresa total”, confiesa Magness, cuya investigación es financiada, parcialmente, con una beca de la Sociedad National Geographic. “Sinagogas de este tipo particular –mejor representadas por la que se encuentra en Cafarnaúm, a pocos kilómetros de distancia- no suelen tener pisos de mosaico, sino pavimento de baldosas”.
A juzgar por los artefactos hallados en los cimientos de la sinagoga de Huqoq (fragmentos de vasijas y monedas), Magness cree que el edificio data del siglo V, periodo en que Roma dominaba esa región del mundo, cuando el cristianismo ya era la religión oficial del Imperio Romano.
Al iniciar la temporada de trabajo de este año, el equipo de expertos y estudiantes voluntarios desveló el resto del gran mosaico rectangular que desenterrara, parcialmente, entre 2013 y 2014, confirmando que abarca todo el pasillo oriental de la sinagoga, que mide más de 3 metros de ancho.
Enmarcado por una cinta ondulante, el mosaico se compone de tres bandas horizontales (registros) que muestran soldados con escudos y espadas, elefantes equipados para la guerra, el desenlace de una batalla y hombres vestidos con togas, algunos situados bajo los arcos de piedra del edificio.
“La presencia de elefantes indica que tenemos ante nosotros la primera representación no bíblica en el interior de una sinagoga antigua”, afirma Magness.
¿Posible representación de Alejandro Magno?
El registro superior, el más grande de los tres, incluye dos personajes masculinos centrales: uno con túnica blanca y una insignia de alto rango; y el otro, en equipo de batalla, con el manto púrpura de la realeza y diadema de gobernante.
“Especialistas están estudiándolo y sin duda ofrecerán diversas interpretaciones y posibilidades”, informa Magness. “Mi opinión personal es que hallamos una representación del encuentro legendario entre Alejandro Magno y el sumo sacerdote judío de Jerusalén. Esa leyenda surgió y circuló entre los judíos durante los siglos posteriores a la muerte de Alejandro, y podemos encontrarla en numerosas fuentes antiguas”.
También en el pasillo oriental y justo a un lado del espléndido mosaico, los arqueólogos desenterraron más de la primera escena que salió a la luz en el sitio. Durante la temporada de campo 2012, el voluntario novato, Bryan Bozung, realizó el impactante descubrimiento inicial cuando su paleta retiró la última capa de tierra que cubría la imagen de un rostro humano. Resultó ser la cara de una mujer con un pendiente, flanqueando seis líneas de letras hebreas blancas incrustadas en un óvalo negro.
Si bien la inscripción está incompleta, el arqueólogo israelí, David Amit, ofreció la siguiente traducción poco antes de fallecer, en 2013:
Y benditos
[¿sean los habitantes de la ciudad?]
que observan todos
los mandamientos. Lo mismo sea
su labor y Amé[n Se]la[h]
[P]az
Cuál es el mensaje preciso de la inscripción y quién es la dama, son dos de los muchos misterios del sitio.
Este año, el equipo desenterró más de ese panel: motivos que incluyen cupidos regordetes, coloridas aves, largas guirnaldas florales y danzantes masculinos probablemente asociados con Dionisio, dios grecorromano del vino, la diversión tumultuosa y el teatro. Cada esquina está rematada con un medallón que contiene una máscara teatral.
De allí surge otro acertijo. ¿Por qué hay imágenes del mundo clásico en una sinagoga? Al proceder con la excavación, tal vez los arqueólogos encuentren mosaicos que las pongan en contexto y sugieran explicaciones posibles.
Por lo pronto, los mosaicos descubiertos se encuentran en lugar seguro para su conservación y el equipo ha vuelto a rellenar las áreas excavadas. Lo único que queda por explorar en esa antigua región agrícola es una ladera salpicada con olivos viejos y retorcidos, donde caballos y vacas pacen en la requemada hierba y muy por debajo, se extiende la maravillosa vista del destellante Mar de Galilea.
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