Red social de Arqueologos e Historiadores
Los tres codirectores de la campaña de excavaciones de Atapuerca,Juan Luis Arsuaga, José María Bermúdez de Castro y Eudald Carbonell y la consejera de Cultura y Turismo de Castilla y León, María Josefa García. EFE
Fuente: EL MUNDO.es | 22 de julio de 2015
El equipo de investigación de Atapuerca ha localizado en la campaña de excavación de este verano -finalizada este martes después de 40 días- varios restos de un cráneo de homínido hallado en la Sima de los Huesos y cuya antigüedad se estima en unos 430.000 años.
Uno de los tres directores de las excavaciones, Juan Luis Arsuaga, ha explicado que algunos de los restos servirán para completar los 17 cráneos ya conocidos, mientras que otros constituirán el comienzo de un nuevo cráneo "desconocido" hasta la fecha. Se trata de un fragmento "bastante grande" del frontal de un cráneo, que no coincide con ninguno de los cráneos ya reconstruidos, según ha explicado Arsuaga, y que deberá ser estudiado con detenimiento (abajo).
En la Sima de los Huesos, donde se excava de forma sistemática desde 1984, se han recuperado hasta ahora unos 7.000 fósiles humanos de prácticamente todas las partes del esqueleto, que pertenecieron al menos a veintiocho individuos de ambos sexos y distintas edades.
En el balance de la campaña de este verano, en la que han participado cerca de doscientos investigadores, los tres directores de Atapuerca han destacado la inminente apertura de una nueva etapa en los yacimientos, cuya riqueza hace pensar en trabajo para "varias generaciones de científicos", ha afirmado otro de los directores, Eudald Carbonell.
En su opinión, "esto acaba de empezar pese a llevar casi cuarenta años trabajando en Atapuerca", porque tras esta campaña se puede confirmar que "lo viejo continúa y además emerge lo nuevo".
Una de las principales novedades de cara al futuro será la apertura de trabajos en la Cueva del Fantasma, donde este año ya se han realizado prospecciones.
Eduald Carbonell, co-director de las excavaciones de Atapuerca en la cueva del Fantasma, tras la primera limpieza del terreno. Los sedimentos sobre los que está sentado representan la parte más alta del yacimiento, que dejó casi colmatada la cavidad. Una primera aproximación realizada con los hallazgos en superficie permiten suponer que estos sedimentos tienen una antigüedad de unos 300.000 años.
Aunque no se puede asegurar a qué antigüedad pertenecerán los restos que se localicen en la cueva, ha apuntado que en los tres metros en los que han realizado prospecciones este verano se puede hablar de unos 300.000 años de antigüedad y por debajo hay otros diez u once metros más de sedimentos.
Otro de los directores, José María Bermúdez de Castro, ha estimado que se tardará dos o tres años en llegar a realizar trabajos en extensión en la cueva, porque antes habrá que retirar una gran cantidad de sedimentos, lo que requerirá mucho trabajo y el apoyo de maquinaria pesada.
Bermúdez de Castro ha calculado que aún se tardará algo más, entre cinco y ocho años, en llegar al nivel TD-6 de Gran Dolina, otra zona de los yacimientos donde este verano se ha trabajado en niveles de entre 300.000 y 500.000 años de antigüedad.
En el TD-6 fue donde se localizaron en 1994 restos de varios individuos de hace 900.000 años que fueron catalogados como una nueva especie, el Homo antecessor, solo descrita hasta ahora en Atapuerca. Los codirectores confían en que cuando lleguen a ese mismo nivel en toda su extensión, ya que los hallazgos se produjeron en una cata, se podrán encontrar muchos más fósiles que ayuden a describir mejor a esta especie de homínido.
El nivel 4 de Gran Dolina se ha encontrado una importante concentración de restos de fauna - Jordi Rosell / IPHES
En primer término, mandíbula de rinoceronte encuentro en la Gran Dolina - Andreu Ollé /IPHES
Los trabajos en otra parte de este mismo yacimiento, en el TD-4, han permitido también confirmar la ocupación continua de la sierra de Atapuerca desde hace más de 1,2 millones de años hasta la actualidad.
Bermúdez de Castro ha explicado que en esta zona se han encontrado herramientas líticas que conforman la presencia de homínidos de en torno a un millón de años de antigüedad. De esta manera se cubriría el hueco de 400.000 años que quedaba entre los restos hallados en la Sima del Elefante, de 1,2 millones de años de antigüedad, y el Homo antecessor, entre los 800.000 y los 900.000.
Los tres directores han coincidido con la consejera de Cultura de la Junta de Castilla y León, Josefa García Cirac, en considerar a Atapuerca y las infraestructuras de su entorno como un ejemplo de concertación social entre cultura, ciencia y desarrollo.
Abajo, donde se observan dos arqueólogos trabajando en la Sima del Elefante, es donde se ha localizado el nivel TE7, el más antiguo de la Trinchera del Ferrocarril, con una cronología entre 1,3 o 1,4 millones de años. Se ha constatado que este nivel es rico en registro paleontológico, como se aprecia con los restos de ciervo gigante e hipopótamo descubiertos, así como con los abundantes restos de micromamíferos. Sin embargo, hasta el momento no hay ninguna evidencia de actividad antrópica en este nivel. No obstante, teniendo en cuenta que se ha excavado una extensión muy pequeña del nivel TE7, la ausencia, hasta el momento, de evidencias antrópicas no significa que no hubiese grupos humanos en la sierra de Atapuerca durante la formación de este nivel. Futuras excavaciones lo esclarecerán. CSB / IPHES
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García Cirac ensalza Atapuerca "como ejemplo de concertación social entre cultura, ciencia y desarrollo"
Fuente: Diario de Burgos | 22 de julio de 2015
La consejera de Cultura y Turismo, María Josefa García Cirac, destacó hoy “la importancia del Espacio Cultural Atapuerca”, consolidado en los últimos años como referente científico, cultural y social no sólo en Castilla y León, sino en el concierto internacional.
En su primera visita a los yacimientos para asistir a la presentación de los resultados de la campaña de excavaciones 2015, junto a los codirectores del Proyecto Atapuerca, aprovechó para conocer ‘in situ’ los trabajos que durante 45 días entre los meses de junio y julio han llevado a cabo con rigor científico cerca de 200 investigadores para seguir conociendo la historia, "con nuevas evidencias de cómo eran los primeros europeos y cómo vivían en esta Sierra”.
“Es un placer que una de mis primeras visitas sea a este santuario arqueológico, patrimonial y cultural”, aseveró García Cirac, quien ha tenido tiempo de conocer los yacimientos de Trinchera del Ferrocarril de la mano de los responsables del equipo y de la Fundación Atapuerca.
García Cirac subrayó el esfuerzo que la Junta de Castilla y León ha venido realizando en el Espacio Cultural Atapuerca, y se comprometió a seguir trabajando en innovar sistemas que permitan que el retorno e impacto económico y social de todas sus infraestructuras siga creciendo a lo largo de la legislatura que acaba de comenzar. En este sentido, recordó que ya se ha completado la red de equipamientos que la Junta ha ido poniendo en marcha a lo largo de los últimos años.
“Es un honor ser un referente mundial y creemos es importante que este yacimiento sea referente y creador de empleo y riqueza”, subrayó la consejera, quien ve este proyecto como un ejemplo de ese binomio “público-privado”.
La consejera destacó el importante papel que juega la Fundación Atapuerca, por su apoyo a la investigación y a la difusión de los hallazgos y como ejemplo de cooperación pública y privada. También se refirió al Museo de la Evolución Humana, recordando que este año celebra su quinto aniversario, con más de dos millones de visitas, lo que calificó de “éxito rotundo”. Por último, García Cirac no quiso pasar por alto que Atapuerca se ha consolidado como una gran industria cultural al servicio de la formación e inserción laboral de muchos jóvenes titulados, sentenció.
Fuente:reflexiones-de-un-primate.blogs.quo.es | 23 de julio de 2015
Entre 1993 y 1999 los componentes del Equipo Investigador de Atapuerca realizamos un sondeo arqueológico de 6 metros cuadrados en el yacimiento de la cueva de la Gran Dolina (TD: Trinchera Dolina). Los objetivos eran diversos, aunque el más importante era demostrar la presencia humana en Europa antes del medio millón de años. Este objetivo se cumplió con creces gracias a el hallazgo de fósiles humanos en el nivel TD6 (850.000 años).
Sin embargo, teníamos otros objetivos no menos interesantes. Cuando se excava un yacimiento nunca sabes lo que puedes encontrar. Los resultados pueden ser pobres o extraordinarios. Pero al menos debemos conocer el potencial de la excavación, donde se tiene que invertir tiempo y dinero. El sondeo en Gran Dolina contaba con la ventaja de que la trinchera realizada a finales del siglo XIX para el paso del ferrocarril minero había dejado al descubierto buena parte de la secuencia del yacimiento. Desde el andamio que se montaba cada año para alcanzar los niveles más altos de la secuencia estratigráfica se veían algunos fósiles, que la erosión dejaba al descubierto. Las duras condiciones climáticas de Burgos amenazaban con destruir todos los yacimientos de la Trinchera del Ferrocarril. La excavación del yacimiento de la Gran Dolina parecía una apuesta segura. El sondeo realizado en la década de 1990 serviría para saber qué niveles tenían un mayor potencial. Si la riqueza del yacimiento era apropiada podríamos pedir a las autoridades que protegieran aquel lugar de la intemperie.
Para llevar a cabo el sondeo arqueológico se eligió un equipo de siete arqueólogos y paleontólogos con experiencia y pericia. Entre ellos estaba Aurora Martín, que en 1994 encontró los primeros dientes de Homo antecessor. Pero antes de ese acontecimiento, el equipo tuvo que excavar los niveles TD10, TD9, TD8 y TD7. El nivel TD11, en la parte más alta de la secuencia, es prácticamente estéril. Cuando la cueva se estaba colmatando con los sedimentos del nivel TD11 los humanos ya no podían entrar en la cueva, que se transformó en un cubil para predadores de tamaño mediano y pequeño. Su excavación, realizada entre 1991 y 1993, fue relativamente rápida.
Los sedimentos del nivel TD10 se fueron depositando lentamente a lo largo de 200.000 años, un período en el que la cueva de la Gran Dolina estuvo habitada por humanos durante largos períodos de tiempo. Durante el sondeo se detectaron tres fases de posible ocupación. Las dos más recientes han proporcionado miles de fósiles y artefactos en las excavaciones de los últimos 20 años. En 2015 estamos entrando en la tercera ocupación, cuya cronología coincide con la última obtenida en la Sima de los Huesos (430.000 años). Se trata de la primera ocupación de secuencia de TD10 y, por tanto, la más antigua. Los restos fósiles y las herramientas de esta posible ocupación quedaron sepultados por una caída masiva de rocas del techo de la cueva. Durante la segunda quincena de junio y los primeros días de julio de esta campaña se ha realizado un esfuerzo titánico para eliminar esas rocas. Los fósiles y las herramientas comienzan a ver la luz. Aunque el estudio minucioso de esta ocupación aún tardará en llegar, ya se formulan las primeras hipótesis sobre el terreno en los corrillos que se forman tras cada nuevo hallazgo. Es evidente que los humanos ocuparon la cavidad hace unos 400.000 años. Así lo atestiguan las herramientas encontradas hasta el momento. Pero también están apareciendo restos fósiles de algunos carnívoros y de herbívoros mucho más enteros de lo que cabría esperar del proceso de carnicería habitual de los humanos de entonces.
En efecto, nuestros antepasados del Pleistoceno Medio aprovechaban todo lo que podían de sus presas, de modo que resulta muy difícil identificar las especies capturadas. Los huesos suelen aparecer rotos en mil pedazos, por lo que incluso resulta complicado saber si el fragmento de hueso era de un fémur o de una tibia, por ejemplo. Si algunos huesos del último nivel arqueológico de TD10 están más completos y se detecta un cierta cantidad de restos de carnívoros, es posible que la cavidad fuera utilizada de manera alternativa por grupos humanos (campamentos) y por carnívoros (cubiles). Habrá que esperar hasta que el nivel TD10 esté finalizado. Las previsiones apuntan a que esto sucederá en 2016.
Fuente: diariodeburgos.es | 28 de julio de 2015
Foto: Los tres codirectores, en la redacción de DB. Alberto Rodrigo.
Perfil. Carbonell (Girona, 1953), Bermúdez de Castro (Madrid, 1952) y Arsuaga (Madrid, 1954) empezaron a excavar en los yacimientos de Atapuerca antes de que se constituyera la Junta de Castilla y León y han liderado el proyecto, que hoy tiene reconocimiento internacional.
Con los últimos calores de julio llega en Burgos el final de la excavación en la sierra de Atapuerca, una campaña de la que los carismáticos directores de los yacimientos, Eudald Carbonell, José María Bermúdez de Castro y Juan Luis Arsuaga, hicieron balance el pasado miércoles en compañía de la recién nombrada consejera de Cultura, Josefa García Cirac. Y si bien es cierto que no se produjo la habitual presentación de un ‘hallazgo excepcional’, los codirectores explican en esta entrevista realizada horas después del balance ante los medios que el material extraído será el punto de partida de investigaciones reseñables y reiteraron, una vez más, que Atapuerca es un proyecto encarrilado, aunque con algún cabo suelto.
Fuente:reflexiones-de-un-primate.blogs.quo.es | 30 de julio de 2015
Acaba de finalizar la trigésimo séptima campaña de campo en los yacimientos de la sierra de Atapuerca. Después de tres años complicados por la crisis económica, 2015 ha vuelto a recuperar el pulso normal del trabajo de campo. La campaña de este año ha durado 40 días y ya se acerca a las seis semanas de épocas mejores. El trabajo de campo de 2015 no ha deparado descubrimientos extraordinarios, pero si ha dejado el buen sabor de boca que supone regresar a la normalidad. La intensidad del trabajo y la ilusión han llegado de nuevo al equipo de excavación. Esa es la mejor noticia.
Por descontado, cada yacimiento ha seguido ofreciendo hallazgos de enorme interés para conocer mejor el medio en el que vivieron nuestros ancestros y se ha progresado de manera especialmente notable en la localización de las cavidades próximas a los yacimientos clásicos. Las técnicas mejoradas de georradar y tomografía por resistividad eléctrica, junto a dos sondeos mecánicos permiten albergar fundadas esperanzas de localizar nuevos yacimientos. Es el futuro, que ya está llegando.
En posts anteriores he señalado diferentes aspectos de algunos de los rellenos fosilíferos en explotación. Sin embargo, nada he contado sobre el ya mítico yacimiento de la Sima de los Huesos. Durante la campaña de 2015 se ha vuelto a impulsar el deseo de localizar una antigua entrada a la Cueva Mayor, por la que los humanos de hace 430.000 años llegaron hasta la boca de la Sima de los Huesos. El recorrido actual hasta este yacimiento tiene una longitud de casi un kilómetro de galerías, algunas muy angostas. Aunque las excavaciones en la sierra de Atapuerca pueden darnos todavía alguna sorpresa, por el momento no se ha encontrado ni una sola evidencia del uso del fuego en los campamentos del Pleistoceno Medio. Los humanos de hace 430.000 años no pudieron acceder a la boca de la Sima de los Huesos utilizando el mismo camino que recorremos nosotros, simplemente porque es necesario hacerlo con iluminación.
A comienzos de los años 1980, el profesor Emiliano Aguirre intentó localizar una vieja entrada, retirando los sedimentos que cubren el techo de la cueva. Su plan era muy lógico, pero prácticamente imposible de llevar a cabo. El objetivo de eliminar miles de toneladas de sedimentos depositados en aquella zona de la ladera oeste de la sierra de Atapuerca durante casi medio millón de años era una verdadera utopía. Bajo su dirección se llevó a cabo una enorme excavación de unos 100 metros cuadrados y solo se consiguió vaciar un espacio conocido como “la piscina”. La profundidad de esta excavación (unos tres metros) no llegó siquiera a contactar con el techo de la cueva. Por fortuna, el futuro ha llegado y las nuevas técnicas permitirán localizar con poco esfuerzo y gran precisión viejas cavidades rellenas, que cegaron la entrada original. Con paciencia se podrá tener una visión en tres dimensiones de la superficie situada en la vertical de la Sima de los Huesos. Si es así, se podrán realizar perforaciones mecánicas y tal vez una excavación de dimensiones razonables en el lugar adecuado.
En 2015 una de las zonas del yacimiento de la Sima de los Huesos, donde durante años se han localizado centenares de fósiles humanos, ha tocado a su fin. El regalo final de este lugar ha sido parte del hueso frontal de un nuevo cráneo. Quedan otras zonas de excavación, que a buen seguro seguirán incrementando la colección de fósiles de homínidos de la Sima de los Huesos. No obstante, los datos recopilados hasta el momento sugieren la pérdida parcial de varios esqueletos humanos durante la excavaciones incontroladas previas al primer hallazgo de carácter científico realizado por el paleontólogo Trinidad de Torres en 1976. Durante más de setenta años una parte del yacimiento fue literalmente destruido por personas que desconocían el enorme valor científico de la Sima de los Huesos. Aquellas personas solo buscaban un trofeo para demostrar su valentía al acceder hasta el fondo de la cavidad, sin más ayuda que una cuerda atada a la cintura.
Puesto que siempre es mejor ver el vaso medio lleno, cabe felicitarse por haber salvado para la ciencia la mejor colección del mundo de fósiles humanos del Pleistoceno Medio de Eurasia. Esta colección merece un nombre propio. Su inclusión en la especie Homo heidelbergensis en los años 1990 fue una solución de compromiso, que ya ha sido desestimada. Si los genetistas son capaces de recomponer una parte importante del ADN nuclear de los fósiles de la Sima de los Huesos –como ya se ha conseguido con el ADN mitocondrial- habrá una base muy sólida para conocer el origen de esta población y su relación con otros homínidos europeos contemporáneos. En mi opinión, el hecho de que una muestra de cerca de 7.000 fósiles tenga que referenciarse a especímenes aislados encontrados durante el siglo XX, casi siempre carentes de una cronología segura (Mauer, Swanscombe, Steinheim, Ceprano, etc.), tiene poco sentido. Esos 7.000 fósiles de la Sima de los Huesos tendrían que ser la referencia necesaria para los demás. La mentalidad de los científicos que estudian la evolución humana de nuestro continente tendrá que cambiar, si queremos resolver una puzzle cada vez más complicado. Las esquinas y los bordes de ese puzzle se encuentran en el registro de la Sima de los Huesos.
Los miembros del equipo de excavación Atapuerca ya están de vacaciones o preparando el trabajo de campo en otros lugares. Todos esperamos con ilusión la campaña del próximo año en la sierra de Atapuerca, en la que quizá podamos contar algún hallazgo fuera de lo común.
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