Red social de Arqueologos e Historiadores
A través de los primeros cronistas de Canarias conocemos algunos datos sobre la sociedad y el universo religioso de las poblaciones indígenas anteriores a al conquista. Entre estos datos están las descripciones de algunos rituales relacionados con la petición de lluvia .
En el momento de la conquista, en las islas Canarias había una economía con agricultura poco desarrollada, basada en los cereales y con una actividad importante de pastoreo de cerdos, cabras y ovejas; en algunas islas sus habitantes solo se dedicaban a la recolección y la ganadería .
La lluvia, por tanto, era fundamental para ellos, especialmente en lo referente a los pastos; y de los cuatro rituales de lluvia recogidos, tres tienen tienen, tal y como nos han llegado, como protagonistas al ganado.
Estos rituales se recogen básicamente en la "Historia de Nuestra Señora de Candelaria" de Fray Alonso de Espinosa ( 1594) y en la " Historia de la conquista de las siete islas de Canaria" “ de Fray Juan de Abreu Galindo, escrita según se cree entre 1590 y 1600, aunque A.Cionarescu propone retrasarla a 1632.
LAS FUENTES
No puedo entrar en el díficil asunto de los cronistas de Canarias y sus fuentes; Fray Alonso de Espinosa y Fray Abreu Galindo no son contemporáneos de los hechos que relatan, acaecidos aproximadamente un siglo antes, pero vivieron en las islas y las conocieron; y conocieron asimismo la documentación que pudiera ser accesible en esos momentos. También tuvieron acceso a la comunicación oral por parte de los descendientes, tanto de los conquistadores, marineros y demás, como de los indígenas que habían sobrevivido a la conquista.
“... lo que trata de conquista, guerras y conquistadores, parte y la más, es de oídas, y parte sacado de los archivos y escritorios que en pleitos que entre partes se trataban sobre tierras y posesiones que he hallado...”
A. Espinosa, libro III, “Del origen y milagros de la santa imagen de Nuestra Señora de la Candelaria ….” (Cionarescu 1980: XXVIII )
Entre Fray Abreu Galindo, Fray Antonio Espinosa y Torriani ("Descripción de las islas Canarias") pudo haber trasvase de información de unos a otros; tienen datos a veces idénticos y a veces contradictorios, y es posible incluso que bebieran de una fuente común desaparecida y tuvieran acceso a documentos también desaparecidos en la actualidad (Cionarescu).
En lo referente a los datos etnográficos, Espinosa y Abreu mencionan haber recogido información oral de los descendientes de los guanches que vivieron en las islas en el momento de la conquista. Como toda documentación etnográfica tiene sus problemas.
Por parte de los cronistas, la selección de datos está en función de la propia cosmovisión y creencias, y quizá se ajuste al propósito de la recopilación: en estos dos casos, servir de introducción y “composición de luga “ e información adicional al relato de la conquista en el caso de Abreu y al relato del milagro de la Candelaria en el caso de Espinosa.
Así, dice A .Espinosa: “lo que escribo de esta isla y de los naturales de ella y sus costumbres, lo he averiguado con la mayor certidumbre que, escogiendo de mucho lo más cierto y llegado a razón y más recibido“
Quedando claro,para nuestra desgracia, que desechó información pero quizá también,que contrastó las informaciones y valoró la credibilidad de los relatos.
Por parte de los informantes indígenas, probablemente influyó un sentimiento de defensa de la propia identidad, la pérdida de datos como consecuencia del paso del tiempo y, seguramente también el miedo a la Inquisición, toda vez que tanto Abreu como Espinosa pertenecían a órdenes religiosas.
“Esto es lo que de las costumbres de los naturales he podido, con mucha dificultad y trabajo, acaudalar y entender; porque son tan cortos y encogidos los Guanches viejos que, si las saben, no las quieren decir, pensando que divulgarlas es menoscabo de su nación“
(Espinosa I,4) (Cionarescu 1980: XXIX).
Súmese a todo esto confusiones, errores en las transcripciones y en el manejo de la información de unos cronistas a otros. A pesar de todo, el problema relacionado con las fuentes, Alejandro Cionarescu, conocedor en profundidad de la obra de los primeros cronistas concluye, en referencia a los datos etnográficos en general y al libro de A .Espinosa en particular :
“Junto con el tratado histórico de fray Juan de Abreu Galindo y con el libro de Leonardo Torriani, es la mejor fuente de que disponemos sobre el modo de vivir y las costumbres de los Guanches“
DESCRIPCIÓN DE LOS RITUALES tal y como aparecen en la obra de Abreu Galindo y en la de Espinosa
1) En Tenerife
“Más cuando los temporales no acudían, y por falta de agua no había yerba para los ganados, juntaban las ovejas en ciertos lugares que para esto estaba indicados, que llamaban baladeros de las ovejas, e incando una vara o lanza en el suelo, apartaban las crías de las ovejas y hacían estar las madres alrededor de la lanza, dando balidos; y con esta ceremonia entendían los naturales que Dios se aplacaba y oía el balido de las ovejas y les proveía de temporales“. (Fray Alonso de Espinosa, (Cionarescu 1980:34)
También lo recoge A.Galindo, con palabras parecidas, ya que, en general, en la información sobre Tenerife sigue al dominico punto por punto:
“…Cuando habían menester agua y tenían alguna necesidad, tomaban las ovejas y cabras, y con ellas se juntaban todos, hombres y mujeres y niños en ciertas partes; y allí las tenían dando voces toda la gente y el ganado balando, alrededor de una vara hincada en el suelo, sin que comiesen, hasta que llovía…” (Abreu Galindo, III ,2 )(Cionarescu 1977:294).
2 ) En el Hierro y relacionado con el anterior en lo referente al balido del ganado :
“…Y, como el principal sustento de los herreños era el ganado, ya que por la sementera no les pusiese cuidado la falta del agua, poníanles por los yerbajes y pastos para el ganado.
Y así, cuando veían tardar las aguas en el invierno, juntábanse en Bentayca, donde fingían estar sus ídolos, y alrededor de aquellos peñascos estaban sin comer tres días, los cuales con la hambre lloraban y el ganado balaba, y ellos daban voces a los dioses ídolos, que les mandasen agua…..”
La descripción continúa con otro ritual complementario que parece más arcaico aún.
3) “… Y, sí con esta diligencia no llovía, uno de los naturales, a quien ellos tenían por santo, iba al término y lugar que llamaban Tacuytunta, donde está una cueva que decían Asteheyta, y, metiéndose dentro e invocando los dioses ídolos, salía, de dentro un animal en forma de cochino, que llamaban Aranfaybo, que quiere decir «medianero»; porque, como aquellos gentiles veían que por sus ruegos no alcanzaban lo que pedían, buscaban medianero para ello.
Y a este Aranfaybo, que era el demonio, tenían ellos en lugar de santo, y era amigo de Eraorazan.
Y, como salía, lo tomaba y lo llevaba debajo del tamarco (3) a donde estaban los demás esperando con sus ganados, alrededor de aquellos peñascos; y andaban todos dando gritos y voces en procesión , a la redonda de aquellos dos riscos, y llevando el cochino debajo del tamarco.
Y, como el demonio es grande artífice de cosas naturales, hacía llover, porque fuesen ciegos tras su adoración. Y, si vía el que llevaba el cochino que era menester más agua, teníase consigo este demonio y, cuando le parecía que había llovido lo necesario, largábalo y volvíase a su cueva, a vista de todos…” (Abreu Galindo, I,18 ) (Cionarescu 1977:90-91)
4) De un carácter distinto es este, localizado en Gran Canaria por A .Galindo.
“Cuando faltaban los temporales iban en procesión, con varas en las manos y las magadas con vasos de leche y manteca y ramos de palmas. Iban a esas montañas y allí derramaban la manteca y la leche y hacían danzas y bailes y cantaban endechas en torno de un peñasco; y de allí iban a la mar y daban con las varas en la mar, en el agua, dando todos una gran grita: no tenían distinción en los dias del años ni meses más que con las lunas". Abreu Galindo,II, 3 (Cionarescu 1977:156).
Aquí no parece ya un ritual llevado a cabo por los pastores o dueños de ganado, o algún especialista en hacer lluvia (en Hierro, nº 3), sino que están dirigidos por las magadas, mujeres que tenían un estatus especial ligado a la vida religiosa y seguramente a una divinidad celeste (“Decían que en lo alto había una cosa que gobernaba la tierra, que llamaban Acoran, que es Dios“) y que debían de ser bastante numerosas.
“Entre las mujeres canarias había muchas como religiosas, que vivían con recogimiento y se mantenían y sustentaban de lo que los nobles les daban, cuyas casas y moradas tenían grandes preeminencias , y diferenciábanse de las demás mujeres en que traían las pieles largas que le arrastraban y eran blancas, llamaban las magadas.
Los malhechores que acudían a sus casas no eran castigados. A las casas llamaban “Tamoganate en acoran“, que quiere decir, ”casa de Dios”.
En este ritual hay libaciones con leche y manteca que se obtenían probablemente en las casas en las vivían las magadas:
“Tenían casas donde se encomendaban a Dios que estaba en lo alto, que decían Almogaren, que es “casa santa“ ; las cuales rociaban todos los días con leche y para ello tenían muchas cabras diputadas y no les quitaban los grañones en todo el año, porque no les faltase la leche. Decían que en lo alto había una cosa que gobernaba la tierra, que llamaban Acoran, que es Dios". Abreu Galindo,II,3 (Cionarescu 1977:157).
Un Dios al que los canarios, como dice Abreu un poco más adelante, adoraban “alzando las manos juntas al cielo“, como suele hacerse con las divinidades celestes.
SOBRE LA RELACIÓN DE ESTOS CUATRO RITUALES CON OTROS DE LLUVIA EN GENERAL
Los rituales de lluvia se presentan de muchas maneras en todo el mundo. Por lo general, se basan en la magia y los principios de simpatía y semejanza: imitación de la lluvia, su caída, su sonido o de la tormenta (truenos, rayos).
La caída de la lluvia se puede imitar bien con el derramamiento de agua, sangre o algún otro líquido, o con la caída de algún objeto. Tenemos entonces ritos en los que los participantes o los sacerdotes se provocan heridas para sangrar, o derraman agua, o suben una piedras a los árboles y las hacen caer y también ritos en los que se imita el repiquetear del agua sobre una superficie.
Por ejemplo, en las Célebes “En ocasiones imitan el chapoteo de la lluvia pegando con las manos sobre la superficie del agua o colocado una calabaza y tamborileando sobre ella con los dedos" (Frazer, 1974, cap 2).
Lo que recuerda el golpear el agua del mar con varas por parte de las magadas (ritual nº 4).
Es curiosa la similitud con las fiestas de la virgen del Carmen que se celebran actualmente, en la que los fieles entran en el mar y baten el agua con las palmas.
Otra forma de conseguir la lluvia por procedimientos no mágicos es apelando directamente a una divinidad celeste con plegarias, gritando, alzando las manos al cielo para provocar su compasión o sus lágrimas (las divinidades que lloran, relacionadas con la lluvia en muchos lugares, los más conocidos quizá el Tlaloc mejicano y nuestra Cibeles, madre de Adonis).
En este apartado tenemos los rituales en los que se provoca el sufrimiento de algún ser inocente y el de Tenerife (nº 1), en el que se separa a las ovejas de los corderos para provocar el balido entra en esta categoría.
En "La rama dorada", J. Frazer se refiere al ritual tinerfeño de esta manera:
“Los guanches de Tenerife, cuando había sequía, conducían los rebaños a un lugar sagrado para que su balar patético enterneciera el corazón del dios.”
En relación al llanto del ganado, muy interesante y llevaría al asunto de las inscripciones líbicas en Canarias la imagen grabada de una vaca llorando en el conjunto de arte rupestre de Tassili (nota 4).
Por último, un elemento importante en relación con la petición de lluvias es el de los antepasados. En muchos lugares del mundo se les invoca junto a las tumbas y se les hacen ofrendas entendiendo que son ellos los que pueden influir en la caída de la lluvia o hacer de intermediarios.
No está claro si algo así pudo ocurrir en las islas. Puede ser que los mojones de la isla del Hierro en torno a los cuales ayunaban y lloraban junto a sus ganados (ritual nº 2) fueran en origen receptáculo de antepasados que más tarde se convirtieron en receptáculos temporales de las divinidades, una femenina y otra masculina, y que, a su vez, cristianizados los isleños, fueron identificados con la Virgen y Dios Padre:
“ Adoraban los naturales de esta isla de Hierro dos dioses ídolos que los fingían macho y hembra. Al macho llamaban Eraoranzan y a la hembra Moneiba. Los hombres eran devotos del varón y las mujeres de la hembra. No les sacrificaban ,más de rogarles por los temporales, para el yerbaje a sus ganados .
Y a estos sus ídolos o dioses no los tenían hechos de alguna materia sino solamente eran intelectuales, fingiendo que su habitación y lugar para hacerles bien era dos peñascos cumplidos a manera de mojones, que están en un término llamado Bentayca, que hoy llaman los Santillos de los Antiguos; y que, después de oidos y cumplido su ruego, se subían al cielo (…..)
después de ganada la isla por los cristianos y doctrinados e instruidos en la fé ,aplicaron a Dios nuestro señor el nombre de Eraoranzan y a la Virgen María el nombre de Moneyba ….”
(Abreu Galindo, I,18) (Cionarescu 1977:90-91)
También en el Hierro es donde se desarrolla, como complemento a los lamentos en torno a estos peñascos, (el ritual nº 3) del “animal en forma de cochino“, el “medianero”, sacado de la cueva, lugar del que no se dan más datos, quizá era una cueva en la que hubiera enterramientos. No queda claro en la descripción si era un animal de verdad o un ídolo “en forma de cochino”.
También hay una mención a los amontonamientos de piedras en las Palmas :
“Eran estos palmeros idólatras; y cada capitán tenía en su término adonde iban a adorar, cuya adoración era en esta forma: juntaban muchas piedras en un montón en pirámide, tan alto cuanto se pudiese tener la piedra suelta; y en estos días que tenían situados para semejantes devociones suyas, venían todos allí, alrededor de aquel montón de piedra, y allí bailaban y cantaban endechas, y luchaban y hacían los demás ejercicios de holguras que usaban; y estas eran sus fiestas de devoción. Pero no dejaban de entender que en el cielo había a quien se debía reverencia; y al que ellos entendían que estaba en el cielo, lo llamaban Abora”. (Abreu Galindo, I,18) Cionarescu 1977:270
Amontonamiento que recuerda a los túmulos funerarios, y los Cairn.
Es difícil ir más allá en la interpretación de todos estos rituales sin haber profundizado más en estos datos y otros más generales que se relatan en la obra de estos dos autores y también en los proporcionados por otros -que a su vez, nos introducirían en el problema de sus respectivas fuentes-, pero son suficientemente interesantes como para llamar la atención sobre ellos, ya que parecen llevarnos a un mundo muy arcaico, casi en los orígenes de la economía productora que se introduce en el Neolítico.
Los cronistas refieren que las poblaciones de las distintas islas no mantenían contacto entre sí (si hubo en algún momento conocimientos del arte de navegar estos se habían perdido), teniendo en cada una de ellas sus formas de vida características e incluso hablando lenguas diferentes; los datos que nos dan hablan de sociedades en niveles diferentes de complejidad, cosa que la arqueología parece confirmar y que quizá se pone de manifiesto en estas ceremonias, aceptando que en lo fundamental fueran tal y como nos han llegado a través de las crónicas.
NOTAS
(1) me he limitado a los capítulos que ambos dedican expresamente a la etnografía, aunque de los demás se pueden extraer datos que amplían el conocimiento del universo y la organización de la sociedades indígenas isleñas.
(2 ) Divinidad celeste.
(3) Se llamaba Tamarco a la vestimenta habitual, hecha de piel, en algunos casos cosida con gran cuidado y minuciosidad.
(4) A falta de encontrar una fotografía que se pueda poner, aquí puede verse una:
http://www.insolitviatges.com/modules/documentos/upload/1424681294_...
BIBLIOGRAFÍA
• de Abreu Galindo, fray Juan Historia de la Conquista de las Siete Islas de Canaria. Alejandro Cioranescu (1977). Santa Cruz de Tenerife: Goya Ediciones.
• Espinosa, Alonso de. Historia de Nuestra Señora de Candelaria. Introducción de Alejandro Cioranescu. 1980 Santa Cruz de Tenerife: Goya Ediciones
• J. Frazer,” La rama dorada“, FCE,1974.
Aquí se recogen algunos textos de estos y otros cronistas.
http://elguanche.net/Ficheros2/costumbresmortuorias4.htm
imágenes y referencias arqueológicas :
http://www.gevic.net/info/capitulos_cat.php?idcategoria=2
http://www.gevic.net/info/contenidos/mostrar_contenidos.php?idcat=1...
Muy interesante sobre la música y la danza :
LA MÚSICA EN CANARIAS: Lothar Siemens Hernández
http://www.gobiernodecanarias.org/educacion/culturacanaria/musica/m...
Es curioso:esto me ha recordado al ritual en el que el brujo saca a un cochinillo (¿O una imagen de un cohinillo,jabalí etc ?);Claro,lo intEresante es que el ritual canario se supone que existía antes de la llegada de los europeos.¿puede venir del tiempo en el que se pensaba que lso animales nacían de la cueva- del útero de la Tierra ?
“Otro tema que queremos comentar es la relación entre la figura del cerdo y las cuevas. Así, entre Grandoso y Colle (Boñar, León) hay una cueva, de la que se dice que un cerdo entró por el lado de Colle y salió por el de Grandoso, de lo cual se deduce la comunicación. Compárese con el siguiente texto del P. Barandiarán:
«Urde puerco. Un genio de figura de puerco, que vive normalmente en cuevas y pozos...» (19).
¿Es casualidad que se relacione el cerdo con la cueva en la leyenda que aducimos o hay una causa mitológica como indica el P. Barandiarán? Dejando ya los casos de paralelismos más o menos evidentes, no nos resistimos a cuestionarnos si podría existir relación entre otro tipo de leyendas de la zona de León con la mitología vasca. Para mostrarlo gráficamente, partiremos de este texto:...."
Martinez Angel ,Lorenzo Sobre mitología vasca,comparación y repetición.
"....Y, sí con esta diligencia no llovía, uno de los naturales, a quien ellos tenían por santo, iba al término y lugar que llamaban Tacuytunta, donde está una cueva que decían Asteheyta, y, metiéndose dentro e invocando los dioses ídolos, salía, de dentro un animal en forma de cochino, que llamaban Aranfaybo, que quiere decir «medianero»; porque, como aquellos gentiles veían que por sus ruegos no alcanzaban lo que pedían, buscaban medianero para ello...."
Abreu Galindo
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