Confirman al autor único de la falsificación del 'Hombre de Piltdown": Charles Dawson

Retrato de Charles Dawson. Wikipedia.

Fuentes: latercera.com | The Conversation | Mail Online | 11 de agosto de 2016

Piltdown es un pequeño poblado inglés, a 200 kilómetros del sur de Londres, donde se escenificó lo que para muchos es el peor fraude científico de la historia.

En el lugar, en 1912, el abogado y arqueólogo aficionado Charles Dawson aseguró haber encontrado el eslabón perdido, el fósil que probaba la evolución humana a partir de los simios y demostraba que la teoría de Charles Darwin tenía razón.

El cráneo llenó de fama a Dawson -la nueva especie fue bautizada Eoanthropus dawsonii en su honor- y lo promovió desde su sitial de “arqueólogo aficionado”, pero también llenó de dudas a la comunidad científica. Su relato no coincidía con la evidencia recogida hasta entonces, que ya apuntaba al origen del hombre en Africa, y no en el sur de las islas británicas.

Línea de tiempo con los principales acontecimientos y descubrimientos de la historia del 'Hombre de Piltdown'.

Pero Dawson sorteó el escepticismo y hasta su muerte, en 1916, su biografía resaltaba ser el hombre que encontró el eslabón perdido. Sin embargo, en los años posteriores, su relato y su reputación terminaron por desmoronarse. En 1953 se determinó que el cráneo y el hallazgo eran un fraude.

 

El cráneo resultó ser un de un Homo sapiens de origen medieval (y no de una antigüedad de un millón de años, como esgrimió Dawson), y la mandíbula y otras piezas dentales pertenecían a un orangután.

Desvelado el engaño, lo que nunca quedó claro era quién había orquestado el fraude, si Dawson o alguno de los colaboradores con los que trabajó. 

Pero eso ha sido hasta hace días, pues un grupo de 11 instituciones científicas internacionales, y después de ocho años de investigación, han confirmado que los huesos provienen de dos o tres humanos y un orangután, y que los fósiles falsificados fueron hechos por un solo hombre.

"A pesar de que varios individuos fueron acusados ​​de pergeñar los fósiles falsos, nuestros análisis para entender el 'modus operandi' se muestran consistentes con las diferentes muestras 'fósiles' y el origen de los mismos. Con este trabajo hemos demostrado que sólo hay un falsificador: Charles Dawson”, dijo Isabelle de Groote, experta de la Universidad John Moores, en Liverpool, quien dirigió el estudio.

Foto: Los fragmentos del cráneo (en la imagen) y los dientes del 'Hombre de Piltdown' se tiñeron de color marrón rojizo como el estrato de gravas en que se dijo se habían encontrado.


Según la investigación, en la que participó un equipo multidisciplinario de paleobiólogos, historiadores y expertos dentales en ADN antiguo, Dawson usó siempre los restos óseos del mismo orangután. Tras el primer hallazgo en 1912, el abogado siguió excavando en el yacimiento de Piltdown, donde aseguró, dos años después de su primer descubrimiento, haber encontrado nuevas piezas dentales de la especie.

 

Pero la investigación, usando técnicas de ADN, ha confirmado que las piezas dentales encontradas más tarde, eran del mismo orangután.

Además, la investigación concluyó que la forma de trabajar la arcilla usada para pegar la mandíbula al cráneo, y luego las piezas dentales, fue manipulada por una sola persona utilizando la misma técnica.

Foto: Se encontró una masilla dental utilizada para rellenar huecos y reparar los huesos utilizados en el engaño. También fue usada para fijar los dientes desiguales e incluso reconstruir uno de ellos que fue dañado (las flechas en las fotos de arriba muestran que se utilizó masilla en las piezas de la mandíbula y el cráneo).

Foto: Lugares marcados con recuadros donde se aplicó masilla reparadora y esmalte de colores 


Foto: Se encontraron grietas en la mandíbula del orangután (en la foto) que revelan que los huesos habían sido modificados por el falsificador. 

La pregunta sigue siendo: ¿qué fue lo que condujo a un abogado de aparente éxito, con una reputación de ser un buen geólogo, arqueólogo e historiador local, y con una impresionante colección de fósiles conservada en el Museo Británico, a convertirse en un falsificador en serie?

Nuestra propia biblioteca y la investigación de archivos ha demostrado que Dawson fue responsable de al menos 38 falsificaciones (por ejemplo, tejas con inscripciones romanas provenientes de Pevensey, y una estatuilla excavada por Dawson en la década de 1800, se ha demostrado que también eran falsificaciones).

 

Foto: Charles Dawson (segundo por la izquierda) excavando en Piltdown "en busca de fósiles".

Se ha sugerido que su motivo fue obtener el reconocimiento científico y, en particular, su ambición de ser elegido miembro de la Royal Society. Dawson publicó más de 50 trabajos, pero ninguno, hasta el fenómeno de Piltdown, parece haber favorecido su carrera de modo significativo. Él y su esposa escribieron cartas pidiendo su reconocimiento, pero, a pesar de que fue nominado como miembro, la elección de su candidatura no tuvo éxito. Dawson murió el 10 de agosto 1916, hace casi exactamente 100 años. Si hubiera vivido un poco más, tal vez hubiera alcanzado su ambición.

Post de Terrae Antiqvae relacionado:

* La ciencia quiere desvelar el misterio del hombre de Piltdown (14/02/2012)

 

 
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Comentario por Guillermo Caso de los Cobos el octubre 4, 2016 a las 12:10pm

¿Quién fue el culpable del fraude de Piltdown?

El pasado 10 de agosto de tuvimos ocasión de leer la enésima versión sobre el caso del fraude de Piltdown en la revista británica Royal Society Open Science. El articulo estaba firmado por un numeroso grupo de científicos, encabezado por Isabelle De Groote. Siendo una revista abierta es posible acceder al contenido de este trabajo, que recomiendo a quienes tengan interés por este caso. En enero de 2015 escribí dos posts sobre el fraude de Piltdown en este mismo blog, que resumían todo el asunto desde el hallazgo de los restos hasta la enorme decepción por el engaño. El hallazgo de Piltdown tuvo una enorme importancia en la paleoantropología de la primera mitad del siglo XX, a pesar de que más de un siglo después las conclusiones de quienes realizaron el estudio nos parezcan pueriles. La autoría del engaño ha sido siempre un enigma, porque los posibles culpables fueron falleciendo incluso antes de que se detectara la falsificación en los años 1950s.

En 1912 los expertos en evolución humana (la mayoría europeos) recibieron con estupor y entusiasmo el hallazgo de varios fósiles de vertebrados, entre los que destacaba un cráneo parcial humano, en la cantera de Piltdown, en el condado de Sussex y no lejos de Londres. El hallazgo fue realizado por los obreros de la cantera. Todo entraba dentro de lo normal, puesto que los hallazgos de aquella época siempre eran fruto de la casualidad y no de una búsqueda bien organizada y con método científico. Los restos fueron entregados a Charles Dawson (1864-1916), aficionado a la arqueología y la paleontología, pero con un reconocido curriculum científico. Las primeras exploraciones en la cantera fueron dirigidas por él. A tenor de la posible importancia del hallazgo, muy pronto se implicaron en la excavaciones y en las investigaciones varios profesionales. Los figuras más importantes unidas al nombre de Piltdown fueron el antropólogo sir Arthur Keith (1866-1955), que se ocupó de la descripción de los fósiles humanos, el paleontólogo y conservador de geología del Museo Británico, sir Arthur Smith Woodward (1864-1944) y el arqueólogo y anatomista australiano sir Grafton Elliot Smith (1871-1937), que ocupaba su cargo en el “University College” de Londres. También se unieron a los trabajos de excavación y estudio el jesuita Pierre Teilhard de Chardin (1881-1955) y Sir Arthur Conan Doyle (1859-1930), cuyo domicilio estaba muy próximo a la cantera de Piltdown y que formaba parte de la misma Sociedad de Arqueología que Charles Dawson. Por uno u otro motivo, todos ellos han sido considerados sospechosos del fraude.

Recordemos que el cráneo humano de Piltdown estaba formado por la perfecta combinación entre un neurocráneo moderno y una mandíbula de aspecto muy primitivo, que resultó pertenecer a un orangután. Sir Arthur Keith bautizó este hallazgo con el nombre de Eoanthropus dawsoni en honor de Charles Dawson. Aquel fósil representaba el perfecto eslabón perdido, tan buscado desde finales del siglo XIX. También recordaremos que en los años 1950s se descubrió el enorme fraude, bien guardado en la caja fuerte del Museo Británico y a salvo de quienes habían querido revisar los fósiles. Pero el avance de la paleoantropología había sido rápido y quienes se oponían a la revisión estaban ya retirados y a punto de fallecer. El cráneo de Pildown no encajaba bien en los esquemas evolutivos de los años 1950s y el mito del eslabón perdido se había derrumbado.

Isabelle De Groote y sus colegas ha realizado un nuevo análisis de los restos, empleando técnicas modernas, que incluyen el análisis de ADN, mediciones de alta precisión, espectroscopia y antropología virtual. Sus conclusiones apuntan a un único falsificador, y son contrarias a la hipótesis de la conspiración organizada. Para estos investigadores el principal sospechoso es Charles Dawson, que parecía tener los conocimientos y la habilidad necesaria para preparar el engaño. Dawson era conocido por su ambición, que le llevó a realizar otras falsificaciones. Su muerte prematura en 1916 dejó el material encontrado en manos de los profesionales.

En el trabajo firmado por Isabelle De Groote y sus colegas parece que la paleoantropología y la arqueología británicas quedan a salvo de toda culpa. Pero si las conclusiones de estos investigadores son correctas, los profesionales de aquella época no quedan muy bien parados, tanto por haber caído en la trampa, como por haberla mantenido viva hasta el final. No sería extraño pensar que sir Arthur Keith o sir Arthur Smith Woodward llegaran a tener firmes sospechas del fraude y lo dejaran pasar para evitar la vergüenza que suponía haber aceptado un engaño tan burdo.

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