Comentario por María Jesús el abril 30, 2016 a las 4:39pm

Aunque no te falta razón, María, yo soy optimista.  Creo en el ser humano, a pesar de todo, por su capacidad de empatizar, por su altruismo, por su disponibilidad para ser útil -para servir a los demás-, por su capacidad de amar y por el arte -porque es capaz de emocionar con sus creaciones-.

Comentario por María // el abril 30, 2016 a las 9:00pm

Si,María Jesús;lo  que pasa es que yo todo eso no lo veo aplicable a todos los humanos.Hay personas cuya pasión primordial es el poder y no tienen empacho en utilizar todos los medios disponibles ,incluída la violencia ;quizá todos tenemos esa posibilidad ,pero por circunstancias biográficas no llegamos a desarrollarla de forma tan exagerada.Y muchas veces suelen convencerse a sí mismos de que están actuando por el bien de la humanidad.Por eso creo que es necesario ser autocríticos y dudar  por sistema hasta de lo que consideramos nuestros ideales y nuestras mejores actitudes.Como dijeron los sacerdotes de Apolo ""Conócete a tí mismo " :-)

Si,hay personas generosas ,altruístas pero el mundo lo dirigen los otros.No quiero arrojar pesimismo y me alegro de que pienses lo contrario,pero a mí me cuesta.Sobre todo porque nuestra sociedad,en la que todo está tan relacionado es una especie de gigante devorador.

Comentario por Jose MT el abril 30, 2016 a las 10:11pm

Dice María: “probablemente tuvieron una gran abundancia y formas de controlar la demografía que hicieron que no recurrieran  a la guerra”. No sería extraño, si a la cultura Jomón corresponde una de las primeras poblaciones que se instaló en el Japón (o absolutamente la primera en hacerlo). Entonces habrán tenido esas islas gigantes y prístinas para sí, sin que el crecimiento poblacional fuera problema por milenios. Probablemente no necesitaron ningún control demográfico: vivían ad libitum. Terrenal, pero bastante paradisiaco. No que estuvieran enteramente “…libres de las "taras" (que no lo son…) de la violencia o la "insolidaridad"… ”, Como dice Carmen L. Pero sí parece que nos llevaban una considerable ventaja. Lo interesante es que no sea ya cuestión de mera creencia lírica ("wishful thinking", le dicen), una vez que han aparecido indicios objetivos de que así fue en algún momento del pasado; aunque habría que ver si con el avance de las investigaciones esto se confirma.
  Hasta donde veo, en esta conversación todos somos pesimistas sobre lo que nos espera. Avanzamos hacia una cadena de desastres, que estarán llenos de sufrimiento (más que el presente), y por supuesto a todos nos gustaría que el horizonte fuera menos amenazador. Ese deseo, que supongo muy generalizado, alimenta el pensamiento utópico, que no es ilegítimo sino muy lógico y hasta necesario: lo necesitamos para articular la menor propuesta de cambio. (Aclaro que mi utopía no es autoritaria, pero para acercarse habrá que construir una autoridad legítima).

  La dificultad no está sólo en la falta de voluntad para organizarse, sino ante todo en la inercia masiva: las sociedades con sus Estados y corporaciones (y el mercado mundial) son, al menos en buena parte, sistemas físicos gigantes. Esa inercia nos lleva a profundizar en la manera consabida de producir bienes y repartirlos –distribuyendo también el poder, que en buena parte del territorio (del mundo) consiste en poder saltarse las leyes en cuanto conviene–. Eso, aunque en algunas regiones relativamente reducidas los actores públicos tengan buen cuidado de no escandalizar demasiado a la población. Allí la inercia todavía (?) acoge o preserva un espacio importante para la idea de legitimidad y justicia. Como escribe María, hasta crímenes horrendos “suelen justificarse de muchas maneras para darles apariencia de respetabilidad”. Eso es por que históricamente, en algún momento las élites tuvieron que aliarse expresamente con sus explotados para sobrevivir. En otros lugares, supongo que también por razones históricas (inerciales) nos tratan con la punta del pie y la gente se resigna a buscar refugio privado para sus penas. Ese es el handicap que impone la desigualdad centenaria, cuando “élites” minúsculas (y obviamente, sin ningún compromiso más que con su cartera, hasta el punto de que es ingenuo llamarlas traidoras) se las han apañado para labrarse nichos extraterritoriales donde incrustarse y medrar, aunque sea como actores menores. A los demás, que se los lleve el diablo y después de mí, el diluvio.

Comentario por María Jesús el abril 30, 2016 a las 10:47pm

A mis alumnos les digo siempre que no es lícito usar el texto como pretexto.

Comentario por María José Grech el mayo 1, 2016 a las 5:10pm

Siguiendo el hilo de los comentarios (mas que debate, porque en el fondo existe en consenso casi unánime en los razonamientos y conclusiones), hemos olvidado una realidad que la ciencia solo ha empezado a estudiar desde no hace mucho tiempo: la existencia de taras genéticas o sobrevenidas (normalmente como consecuencia de la aplicación de la violencia extrema sobre un individuo, bien sea física o psicológicamente, sobre todo en la infancia). Me estoy refiriendo a los psicópatas, a la psicopatía como linea de conducta. Es característico en este tipo de conductas la absoluta incapacidad para sentir la empatía y la solidaridad para que orienten su forma de actuar social e individualmente hablando. La psicopatía se revela así como la base sobre la cual se han construido las sociedades actuales. Es una tara que no se aprecia físicamente, y afecta a un porcentaje de la población que, si mis referencias son ciertas, puede aproximarse al 5% o mayor de la misma. Para poder corregir los errores que nos atormentan es imprescindible, como señala María y como dijeron los sacerdotes de Apolo, conocernos a nosotros mismos, detectarla no solo como patología individual sino también colectiva, a fin de evidenciarla y emprender las medidas que sean necesarias para librarnos de ellos de forma correcta. La ciencia es la mejor oportunidad de conocimiento que tenemos.

Comentario por María // el mayo 2, 2016 a las 7:38pm

Si,estoy de acuerdo,María José.Y los valores sociales que se han promovido incluso desde las instituciones son precisamente los que sustentan esas actitudes depredadoras y de ostentación.

Jose de  Teresa;la verdad es que no sé nada de los Jomon ,pero lo que si tengo claro es que si,realmente no había una violencia destacable es porque tenían espacio ,recursos y una cultura que les llevaba a ello.

Los Inuit ,que son muy celebrados por su formas no violentas de resolver conflictos ,no están libres de asesinatos .Por ejemplo,por la posesión de mujeres;y eso que las relaciones matrimoniales se planteaban de modo muy poco rígido,tanto por parte del hombre como por  parte de la mujer.También tenían casos de canibalismo pues  no eran ajenos a periodos de hambre ,de aislamiento en el hielo etc.Lo cuenta Rassmussen en su  relato sobre la 5 expedición de Thule.Un libro muy interesante para entender la vida cotidiana de este pueblo.

Comentario por María José Grech el mayo 3, 2016 a las 6:41pm

Gracias María por tus interesantísimas intervenciones.

Comentario por María // el mayo 4, 2016 a las 11:25am

Gracias,María José;igualmente.Es un asunto que siempre me ha interesado.En realidad ,me dá la impresión de que el planteamiento de la noticia está algo desfasado ,con la cantidad de estudios de psicología y antropología que hay ya a estas alturas.

Sobre los Inuit quería hacer una puntualización:los datos que recoge Rasmussen son de 1921-24 y en esa época algunos de ellos ya habían entrado en contacto con los balleneros americanos y con misioneros cristianos y protestantes.Algunos de ellos  habían participado como arponeros en aquellas tripulaciones que,a su vez ,seguramente habían trastocado la economía de muchos poblados indígenas cuya organización social y mitología giraban en buena parte en torno a la caza de la ballena .Es probable que algunos aspectos relacionados con la violencia procedieran de este contacto.

Comentario por Jose MT el mayo 5, 2016 a las 7:41am

Gracias por la recomendación del libro, María.

Yo tampoco sé casi nada de los Jomón, mi única fuente es la Wikipedia en inglés.

Y sí, supongo que en cualquier grupo (incluyendo a los Jomón) hay violencia, incluso asesinatos. El autor Hisashi no dice que no haya traças en absoluto, Pero las tasas pueden variar enormemente. Eso todavía da cabida para hablar de un modo de vida relativamente paradisiaco. Vivo en Mé><ico y cada semana en los diarios te enteras de un racimo completo de crímenes, te podrás imaginar. No es así en todos lados. [Ni la equis ni la çeta me aparecen al teclear, pido disculpas]

Comentario por Jose MT el mayo 5, 2016 a las 6:33pm

yo no pretendía aportar información, sino ayudar a interpretar los resultados del estudio. Eso sí, es claro que para ello conviene tomar en cuenta otras cosas ya sabidas.

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