Si se mira la Porta de Santiago desde la ronda, se puede comprobar que los dos cubos que la franquean son diferentes. El de la derecha tiene piedra de sillería casi hasta arriba y, aunque esto no está a la vista, un sistema de recogida de aguas residuales desconocido hasta la fecha, no solo en la Muralla lucense sino en otras construcciones defensivas romanas similares. El descubrimiento de esta canalización desmonta algunas teorías sobre la geometría del monumento, como por ejemplo la existencia de cuerpos altos en algunos cubos.
Las investigaciones realizadas a pie de la Muralla en los últimos 25 años han proporcionado información muy exhaustiva sobre las fases de construcción o los elementos y materiales empleados. En cambio, se han obtenido pocos datos sobre el tratamiento que se le daba al agua de lluvia: cómo se canalizaba para impedir que se filtrara en el interior; algo que, mil setecientos años después, sigue considerándose una de las principales preocupaciones para la correcta conservación de la Muralla.
Pero en la rehabilitación del cubo de la derecha de la Porta de Santiago (si se mira desde la ronda), realizada en 2008, apareció una completa canalización de la que había algunas hipótesis, aunque hasta ahora no se habían podido contrastar con elementos tangibles. Consiste en una red radial de tuberías de drenaje y otra longitudinal, que llevan el agua hacia las escaleras interiores de la Muralla. A esto hay que añadir otra red superficial en las paredes exteriores y, por último, un sistema de esclusas. Todo ello relleno de cantos rodados para permitir una correcta filtración.
Es el primer cubo en el que ha aparecido un sistema de canalización completo y en perfectas condiciones de uso. De ahí que sea ahora cuando surgen nuevas preguntas para saber los motivos que condujeron a los romanos a instalar una red de recogida de aguas cuando, se supone, sobre los cuerpos altos de los cubos había tejados.
Esta primera duda conduce a pensar que, a lo mejor, no en todos los cubos había cuerpos altos o que quizá sí los había pero estaban descubiertos para poder reutilizar el agua que se recogía en esta cota. El hecho de que junto a las redes internas haya otras externas hace pensar que quizá el agua de los tejados resbalaba y era necesario recogerlo y reconducirlo en un nivel determinado.
Después de años de investigaciones, también cabe la posibilidad de que esta puerta original romana no tuviera la misma estructura arquitectónica que la de los otros cuerpos de guardia, si es que se confirma que allí los había.
Teorías a revisar
Red radial de tuberías de drenaje y otra red longitudinal. Se encargan de llevar el agua hacia dentro del cubo; en concreto, hacia las escaleras interiores.
Red superficial en las paredes exteriores. Para recoger y canalizar el agua que podría resbalar por los muros exteriores.
Sistema de esclusas. Para registrar y aislar distintos niveles de agua.
Sin cuerpos altos. Lo normal es que, si se dispone de un tejado, no sea necesario hacer un sistema de drenaje a media altura. De ahí que ahora se crea que igual no todos los cubos tenían cuerpos superiores.
Con cuerpos altos, pero abiertos. Otra posibilidad es que los cuerpos superiores estuvieran abiertos y se permitiera la entrada de agua para recogerla y, quizá reutilizarla.
Ignacio López de Rego lleva más de 25 años trabajando en el mantenimiento de la Muralla y asegura que, después de lo descubierto en la Porta de Santiago, «volvemos a encontrarnos en la disyuntiva en la que estábamos a mediados de los ochenta».
Él recuerda que, entonces, «no se hablaba de accesos interiores, se creía que los cabos se cruzaban y que había rellenos de tierra. Se comprobó que todas estas creencias eran erróneas y se comenzó a trabajar en otras líneas de investigación que, de nuevo, podrían venirse abajo si se confirma que en algunos cubos no había cuerpos superiores de guardia.
Pero, ante esta situación, López de Rego no se desmoraliza y asume con naturalidad que «la Muralla tiene 1.700 años y, en todo ese tiempo, las claves han estado dormidas. Si pretendemos creer que en una generación vamos a desgranar todas las incógnitas, es que somos unos pretenciosos».
De ahí que mantenga que no hay prisa por saber si el sistema de canalización encontrado en la Porta de Santiago es único o generalizado en el edificio romano. «Nuestra misión no es investigar, sino mantener. Aunque ahora ya tenemos el precedente para un futuro, en el que podría aparecer algo más», concluye.
El arquitecto Ignacio López de Rego sostiene que el descubrimiento efectuado sobre la recogida de aguas es «muy jovencito, necesita decantación y mucha constatación», pero destaca que se trata de algo muy peculiar y de suma importancia, dado que es único hasta la fecha en el mundo romano.
El arquitecto recalca que «aunque no sea algo espectacular para el público, es un sistema muy curioso porque lleva el agua hacia las escaleras interiores en lugar de hacia el exterior y, que yo sepa, no hay otras murallas con escaleras interiores. ¿Es lógico llevar el agua hacia dentro y no hacia fuera? Todavía hay muchas incógnitas que resolver y muchas comprobaciones por hacer para saber por qué motivos se hizo».
Habrá que esperar a nuevas rehabilitaciones para saber si la red era generalizada o si es un caso aislado
La primera red de canalización romana de la Muralla se ha localizado en un cubo de la Porta de Santiago, pero no se sabe si puede haber algo parecido en otros. A pesar de ello, no está previsto iniciar investigaciones específicas en este sentido, sino que se va a seguir trabajando en el mantenimiento y rehabilitación de la Muralla como hasta ahora.
De esta manera, si en alguna restauración futura surge otra canalización como la descubierta en 2008, será el momento de cruzar datos e investigar con más base si los cubos tenían drenajes o no. Hay que tener en cuenta que el adarve, nada más pasar la Porta de Santiago, presenta una de las pendientes más pronunciadas de todo el recorrido. Esta circunstancia hace pensar que en ese cubo en concreto fuera necesario crear un drenaje específico, pero no así en el resto.
Uno de los sitios clave para poder extrapolar el reciente descubrimiento a otros puntos de la Muralla está a la derecha de la Porta Nova (tercer cubo), porque hay pilastras de los cuerpos altos. De ahí que si en ese cubo se encontrara algo parecido se pudiera avanzar mucho en este sentido. En cualquier caso, tanto en este punto como en otros, habría que comprobar cotas, las pendientes existentes en el adarve de ambas zonas y otras características.
Si, por el contrario, no se encuentra nada más en los próximos años, el descubrimiento de la Porta Santiago dejaría muchas preguntas en el aire.
Una de las cosas que más ha llamado la atención del equipo que trabaja en el mantenimiento de la construcción romana es que la canalización está en perfectas condiciones de uso. Es decir, que si ahora se filtrara agua en la Muralla, tanto las redes interiores como las exteriores y las esclusas cumpliría con su función a la perfección y aliviaría al edificio de los perjuicios del agua.
Teniendo en cuenta que la humedad es un problema generalizado en todo el monumento, el hecho de encontrar un drenaje tan perfecto aporta mucha información para futuras tareas de restauración, que podrán hacerse de forma más adecuada puesto que la mampostería y, sobre todo, los morteros de cal son muy sensibles a las variaciones de agua. También se abre la posibilidad de reconstruir de forma artificial un sistema de drenaje con las técnicas romanas en otros sitios en los que se confirmara su existencia previa.
"La Voz de Galicia"
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