En el artículo anterior se ha hecho una descripción del panel de petroglifos circulares situado en el monte de A Ermida, en la parroquia orensana de Eiras. También se ha hablado de la ¿casualidad? de los alineamientos solsticiales de dos petroglifos con el punto de puesta de Sol, muy claro el del solsticio de verano y más discutible el del solsticio invernal.
Dejando a un lado las observaciones arqueoastronómicas, con las que no se contradice, consideramos de interés divulgar las observaciones realizadas
sobre un mapa topográfico y que pueden dar lugar a interpretaciones de reparto o distribución territorial. El procedimiento utilizado ha sido la comparación de una parte de la hoja 187-III (Maside) del Mapa Topográfico Nacional, escala 1:25000, con una fotografía vertical del panel de petroglifos.
El mayor tamaño de uno de los petroglifos (petroglifo A), su mayor número de líneas concéntricas y la presencia de líneas radiales (inexistentes en las otras figuras) ha motivado su asociación (arbitraria, en principio) con el lugar donde actualmente se asienta el castro de San Cibrao das Lás (aproximadamente a 42º 21' 40'' N y a 8º 01' 35'' W), entre los ayuntamientos de San Amaro y Punxín, muy cercano a la máxima altura del entorno (Monte de San Torcuato, a 550 metros sobre el nivel del mar). El castro de Lás se encuentra a unos dos kilómetros al Nordeste del lugar de los petroglifos.
La relación se hace con el lugar donde se asienta el castro, no con el yacimiento castreño, que, obviamente, sería posterior en el tiempo al grabado de los petroglifos de A Ermida.
Las razones que moverían a los grabadores de los petroglifos a representar el monte en el que actualmente se asienta el castro podrían ser:
a) La disposición llana y en altura, con agua abundante (dentro del castro hay excavados dos aljibes) y, consecuentemente, pastos en invierno. Es una altura moderada (470 metros sobre el nivel del mar) con suave planicie apta para el pastoreo, para la observación del entorno y para posibles asentamientos humanos.
b) La existencia de una
mámoa (dolmen, en Galicia) en las inmediaciones del actual castro.
c) La presencia del hombre en el monte del castro de Lás está atestiguada desde el Paleolítico, de cuya época aparecieron depósitos líticos.
Lo que quiero exponer aquí, simplemente a modo de hipótesis, es la curiosa relación existente entre los nacimientos de regatos del entorno de Lás reflejados en el mapa topográfico con la disposición de las figuras del panel de los petroglifos de A Ermida en Eiras, situados a dos kilómetros al Suroeste del castro. La zona "representada" supone aproximadamente una extensión de 9 kilómetros cuadrados siendo fácilmente visible desde la cumbre del castro, pero no desde el lugar de los petroglifos. Si hacemos coincidir el petroglifo A con el castro de Lás, los petroglifos B, C, D y E parecen señalar lugares especialmente húmedos, donde nacen corrientes de agua.
Las zonas húmedas, con la consiguiente abundancia de agua, implican la presencia garantizada de pastos en verano. La neolitización exigiría a los habitantes el conocimiento y la distribución de territorios en los que existen recursos que son necesarios para la supervivencia del grupo, bien por afán de posesión o, simplemente, para conocimiento de ese grupo. Tal reparto se haría desde un lugar elevado desde el que pudiera divisarse todo el entorno, cualidad que posee el monte que años después será el solar del castro de Lás.
Como consecuencia, este monte pudo ya poseer alguna función administrativa y/o religiosa (ambas suelen ir de la mano en las sociedades antiguas) algún milenio antes del período castreño. La función religiosa pervivirá en el recinto central, justificándose por la existencia de diversas inscripciones aparecidas en excavaciones y por la presencia de una dedicatoria a Júpiter (IOVI) en una pequeña roca inmediata a la muralla del recinto cultual, que yo interpreto como la romanización de un culto más antiguo.
El panel de A Ermida sería, entonces, la transcripción de un mapa –en principio mental- de los lugares húmedos que son visibles desde el alto del monte que se convertirá, más tarde, en el castro de San Cibrao das Lás. Desgraciadamente, la inexistencia de paralelismos con otros yacimientos impide, al igual que sucedía con las observaciones astronómicas, establecer conclusiones definitivas.
Felisindo Glez. Iglesias.
Fotografías, mapas y más información en
Arredor de Lámbrica.
¡Necesitas ser un miembro de Arqueologia, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae para añadir comentarios!
Participar en Arqueologia, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae