En la provincia de Ourense está el castro de San Cibrán de Las y Ourantes, entre los ayuntamientos de San Amaro y Punxín.

 

Al ayuntamiento de San Amaro pertenece también la aldea de Eiras, distante dos kilómetros del castro, el más espectacular pero no el único en aquella comarca.

 

En Eiras se encontró, hace muchos años, un ara romana dedicada al conocido dios Bandua, que ha sido “víctima” de interpretaciones divergentes en su texto.

 

En diversas lecturas, reproducidas hasta la saciedad por investigadores diversos, se atribuye el nombre de Lansbriga al castro citado basándose en la línea segunda de la citada inscripción. Otros hablan de Laniobriga, Alaniobriga e, incluso, Palambrigensi (VIDÁN TORREIRA), una curiosa, reciente y atrevida interpretación que –aunque la considero incorrecta-  merece ser citada porque su autor ha visto la M de la segunda línea.

 

 

 

La más probable es la siguiente:  

 

BANDV
A LAMB
RICAE AE
MILIVS RE
BURRINI V(otum) S(olvit).

 

“A Bandu/a de Lamb/rica E/milio  Re/burrino cumplió su voto”.

 

En el detalle se percibe que la línea vertical de la "B" está demasiado cerca de la linea vertical derecha de la "M", siendo imposible que haya una "S" en medio de ambas, como pretenden la mayoría de las lecturas.

 

Resaltamos con línea amarilla el topónimo Lámbrica entre las líneas segunda y tercera de la inscripción que dedica el ara al dios Bandua (La primera "A" que se ve es la letra final de BANDUA, escrito en dos líneas).


Lámbrica es un topónimo que existió en la Antigüedad, citado por Pomponio Mela, con numerosos intentos de ubicarla, con bastante poco fundamento, en diversos lugares de Galicia.

 

No poseemos datos suficientes para asegurar que la ciudad citada por este geógrafo sea el castro de San Ciprián de Lás, pero lo que sí nos parece seguro es que este último -o su territorio- se llamaban LÁMBRICA o LAMBRIGA, territorio del dios al que se dedica el ara (BANDUA LAMBRICAE, Bandua de Lámbrica).

 

 

Felisindo Glez. Iglesias

BIBLIOGRAFÍA

VIDÁN TORREIRA, M.:"Pambre y el enigma del ara de Eiras", en Nalgures, tomo I. Pág. 335. A Coruña, 2004 (Disponible en Internet. Incluye un interesante resumen que permite conocer la historia de la interpretación de la inscripción del ara, desde X. Lorenzo Fernández hasta A. Colmenero).

GONZÁLEZ IGLESIAS, F.:"O patrimonio, esquecido, no San Amaro. Análise da situación do patrimonio nun concello rural na provincia de Ourense". en Ágora do Orcellón 17. Páx. 38-52. Vigo. Marzo de 2009. ISSN 1577-3205.

 

WEBGRAFÍA

Ver álbum de fotografías del ara de Bandua Lambricae de Eiras en terraeantiqvae.com

Ver fotografías del ara de Bandua de Eiras en www.celtiberia.net

El topónimo Lámbrica en el ara de Bandua (Eiras, San Amaro), en Arredor de Lámbrica (blog del autor).

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Comentario por Alicia M. Canto el junio 21, 2011 a las 9:57am

Muy buenas fotos. Está claro que no está todo dicho sobre esta curiosa ara. Voy a completar con las últimas lecturas sobre ella, y sus referencias y lectura actual en el EDCS, que es:

Publicación: IRG-04, 00089 = AquaeFlaviae 00120 = HEp-01, 00492 = HEp-02, 00584 = HEp-07, 00539 = HEp-11, 00346 = HEp-14, 00243 = AE 1974, 00408
Provincia: Hispania citerior          Lugar: San Amaro

Bandu/(a)e Alanio/bricae(?) Fae/nirusae / aram v(otum) s(olvit)

Muy irreal, es obvio, porque inexplicablemente recoge aún el FAENIRVSAE de J. Lorenzo en 1968: Bandu /a Ianoe/lica Fae/nir.usae /aram v(otum) s(olvit) (así en ILER 5993), aunque es una lectura abandonada por todos.

Copio ahora las últimas lecturas que se publicaron sobre ella, recogidas en nuestra revista Hispania Epigraphica (HEp) desde las dos de R. Colmenero de 1997. Señalo en negrita las variantes. Entre corchetes van los comentarios de miembros del Consejo de Redacción:

En HEp 7:

San Amaro

539. A. RODRÍGUEZ COLMENERO, 1997b, 142-143, nº 120, con foto; ID., 2000b,

32-33, nº 4, fig. 4 (IRG IV 89). También J.C. RIVAS FERNÁNDEZ, 1998, 255. Diversas

precisiones sobre el teónimo de esta ara procedente del castro San Cibrán de Las, Eiras, y

actualmente conservada en el pazo de Tizón.

 

a) Colmenero

a1) 1997

Debido a que no se le permitió la autopsia, el estudio de la inscripción se ha hecho

mediante foto. Modifica ligeramente el segundo componente del teónimo, leyendo ahora:

Bandue Alaniobricae. La existencia de una E incrustada en la V en el primer compuesto

del teónimo facilita su interpretación como dativo, concordando con el segundo elemento.

Aunque no existiesen vestigios de esa E, habría que suponerla. Por otro lado su relación

nominal con el topónimo del castro vecino se puede seguir manteniendo. La pérdida de la

A inicial es perfectamente explicable. Aunque el nombre de esta divinidad suele aparecer

en masculino, no es la única Bandua femenina que se conoce, como la Bandua

Argelensis.

[Corresponde a Aquae Flaviae 105 (= HAE 2721; AE 1974, 408; HEp 1, 1989,

492; HEp 2, 1990, 584). La segmentación Bandua Lanobricae resulta imposible, puesto

que este teónimo nunca presenta formas de dativo en -a, de modo que la segunda palabra

ha de ser necesariamente Alanobricae o Alansbricae. Esta forma en -ae no puede ser

interpretada como un epíteto del dios, ya que sería un adjetivo femenino, y los demás

epígrafes en que aparece el teónimo hacen ver que Bandu es una divinidad masculina. Así

que la única explicación posible de Alanobricae es como genitivo de un topónimo en -

briga, cf. R. PEDRERO, 1999, pp. 535-543. La pátera de Badajoz con inscripción Band(i)

Araugel(ensi) y representación de una diosa Fortuna no es un argumento a favor de que

esta divinidad sea concebida a veces como femenina, pues existen representaciones

femeninas similares dedicadas al genio de la ciudad, que no por ello deja de ser masculino.

E.L.]

 

a2) 2000

El nexo en Bandue lo detectó en su primera autopsia de la pieza a la que sí pudo

tener acceso directo. Alaniobrigae, al contrario de lo que Rivas parece creer, se trata de un

epíteto en dativo concertado con Bandua, no un topónimo en genitivo, por lo que es

preciso leer Bandu(a)e, no Bandua, con nexo VE o con E apocopado en la forma

Bandu(e). En la foto se vislumbra el nexo. La gran S, clarísima para Rivas, de Lansbricae,

se trata de una O suficientemente nítida, incluso para TRANOY, 1981, 280 que lee

Lanobrica.

b) Rivas

Considera imaginaria la anterior lectura de Banduae Alaniobrigae, con sufijación

femenina. Dado que Colmenero no ha podido realizar la autopsia, no es posible corregir de

manera tan segura su lectura de Bandue Lansbricae (cf. AE cit.), por la que se ha podido

averiguar el nombre antiguo del castro de San Cibrán de Las: Lansbriga. Tranoy leyó

equivocadamente Bandua Lanobrica, a pesar de que la gran S está clarísima, pero no el

nexo VE.

[Si quienes han visto la piedra disienten, no nos es permitido hacer otras precisiones sin ver al menos una foto bien contrastada. J.M.]

 

En HEp 11:

San Amaro

346. R. PEDRERO, 2001, 544-545; también B. Mª PRÓSPER, 2002, 258-259 (HAE 2721; IRG IV 89; AE 1974, 408; Aquae Flaviae 105; HEp 1, 1989, 492; HEp 2, 1990, 584; Aquae Flaviae2 120; HEp 7, 1997, 539). Nueva interpretación del epíteto que figura en esta consagración a Bandua procedente de Eirás. Su interpretación como Alaniobrigae presenta problemas de lecturas que hace que no pueda ser tenida en consideración. Por el contrario, si fuera posible la lectura Lanobrigoe se evitaría toda irregularidad. En este sentido, quizá se pueda relacionar con el topónimo, no documentado, *Lanobriga, aunque sí está Lanobris (Ptol. 2. 5. 10) y Laniobri (CIL II 2902 = CIL II5667), con la forma *-briga en versión indígena *-bris o *-briks. Esto lleva a pensar en un derivado –ko de Lanobris con el sufijo sonorizado. En cualquier caso, tanto si se parte de Lanobrigae como de Lansbricae, la raíz del topónimo que ha dado lugar al epíteto sería *pl9-no, «llano».

 

En HEp 14

San Amaro – Punxín

243. B. Mª PRÓSPER, 2002, 258; también J. C. RIVAS FERNÁNDEZ,

2004, 32, nota 22 (HAE 2721; IRG IV 89; AE 1974, 408; Aquae Flaviae 105;

HEp 1, 1989, 492; HEp 2, 1990, 584; Aquae Flaviae2 120; HEp 7, 1997, 539; Hep 11, 2001, 346; HEpOL 16708). Nueva lectura del teónimo y del epíteto de esta inscripción procedente del castro de San Cibrán de Las, Eiras: Bandu(e) Alansbrica. Según Prósper la forma del epíteto sigue siendo una incógnita ya un formante *lans- junto a *-brig- en celta no es aceptable ni fonética ni morfológicamente. Quizá la ligatura NS podría encubriendo un grupo diferente.

 

- Por fin, la última de Vidán me parece que no se recogió en su día en HEp:

BANDVE / PALAM- / BRIGENSI NER / NERIVS RE- / BVRRINI V S.

..................

 

La verdad es que el artículo de 2004 de Vidán (p. 334 ss.) que Ud. señala resulta muy útil para hacerse una idea de todas las lecturas que se han hecho hasta ahora, y también gráficamente, en la pág. 339.

El resumen de lecturas arroja una asombrosa variedad para una sola palabra, y casi todas ellas supuestamente bien explicadas con distintos argumentos: Lanobricae, Alanobricae, Alaniobrigae, Alaniobricae, Alansbricae, Lansbricae, Palambriga y ahora Lambrica.

Estoy muy de acuerdo en que lo que se lee es Lambricae. Pero (y no es por desanimarle, claro) tampoco sin problemas, como que Bandua y Lambrica tendrían que terminar ambas en -ae, pues Bandua/Bandus siempre lleva el adjetivo concordante, y un Bandua dativo no puede ser (vea arriba lo que decía Eugenio Luján en HEp 7). 

Sobre esta divinidad puede verse recientemente Rosa Brañas, en VV.AA.  Los pueblos de la Galicia céltica (2007).

Queda alguna dificultad además de la concordancia que antes le dije, aunque Ud. no hace mención de ella (no sé si en el artículo suyo de 2009 que cita): Sabemos la posición de la Lambriaca de P. Mela y la Flavia Lambrís de Ptolomeo (quizá ambas el mismo Canibri=Lambrium del Ravenate) en la costa norte, por la ría de Betanzos y muy lejos de aquí, vea A. Tovar, Ib.Land. 3, bajo C-254. Estos nombres pudieran reflejar una Lambrica/Lambriga (más propiamente lo segundo). Siendo además evidente que el río Lambre, con el que el topónimo Lambrica estaría abiertamente enlazado, está por allí y no por aquí. Y, aunque siempre quepan las duplicaciones de topónimos, lo normal en estos dioses de la Gallaecia es que se les rinda culto in situ. Todo esto incita a seguir dando vueltas al asunto. Saludos.

Comentario por Felisindo González Iglesias el junio 21, 2011 a las 10:50am

Muchas gracias, doña Alicia por su magnífico complemento al artículo.

Entiendo perfectamente que mi propuesta no puede ser definitiva, pero he de decir que pude, en su día, acceder al ara y fotografiarla. Es notorio que muchos de los autores que hablan de la misma ni siquiera la han visto, derivando de ello numerosos malentendidos. Algunos pudieron ver la copia de yeso que en su día se hizo para el Museo Arqueológico de Ourense y otros se basaron únicamente en fotografías. En la visita de 2007 tambén me he fijado en que alguien ha intentado "repasar" la S de la supuesta "lansbrica", no sé si con mala intención, dejando claras señales de punzón o clavo, con surco más estrecho y menos profundo que el del resto de los caracteres.

También quiero hacer notar que, tratándose de una lectura controvertida y no definitiva, es urgente la protección de la inscripción, para lo que -entiendo- las administraciones deberían de intentar recuperarla. De ahí parten mis inquietudes. Ya he enviado escritos a Consellería, pero ignoro los resultados. 

Si el acceso al ara fuese público, todos los interesados podríamos visitarla las veces necesarias y aportar nuestras propuestas.

El artículo que cité de la revista Ágora do Orcellón no dice nada más al respecto, ya que el tema que se trataba en el mismo era el Patrimonio arqueológico e histórico artístico del ayuntamiento de San Amaro y su abandono, en general.

Me doy por convencido por el hecho de levantar algo de interés. Como usted bien dice, todo "incita a seguir dando vueltas al asunto". Lo que sí deberíamos evitar, en principio, es dejarnos llevar por los topónimos lejanos -como el del río Lambre-. Los topónimos se repiten con excesiva frecuencia en lugares geográficos distantes. Muchas veces su origen están en accidentes orográficos comunes ("río", "monte", "prado"...) en lenguas ya desaparecidas, manteniéndose a lo largo del tiempo. Sería interesante un análisis filológico del significado de la raíz Lam-, teniendo en cuenta de que procede de una lengua prerromana. ¿Podría tener algo que ver con "llanura", "chaira" en gallego?

Las inmediaciones del castro se conocen con el nombre de Chaira, repitiéndose el nombre en numerosos lugares, con variantes como la de Chaos, montes suaves de poca altura y muy desgastados en su parte superior. No son exactamente llanuras en el sentido de valles, son terrenos casi llanos en la cima de montes. Otro tema para debatir...

 

Un saludo.

Comentario por Alicia M. Canto el junio 21, 2011 a las 1:50pm

No hay de qué, Sr. González. Estoy muy de acuerdo con Ud. en que la protección del ara es fundamental. Si no le contestan, dígamelo y trataríamos de hacer algo más de fuerza, buscando firmas o algo así.

Me asombra lo que me dice del intento de "regenerar" "...la gran S, clarísima para Rivas..." (¡!), como se lee en las referencias que puse antes.

En cuanto a lo de "dejarnos llevar por los topónimos lejanos", le recuerdo lo que le decía antes: "Y, aunque siempre quepan las duplicaciones de topónimos, lo normal en estos dioses de la Gallaecia es que se les rinda culto in situ"; y, como éste es un hecho, conviene tenerlo en cuenta.

Por último, a su pregunta, lama no se asocia con "llanura", sino más bien con "barro". Es típico de lugares con ríos de poco fondo, zonas encharcadas, etc. Puede ver sobre el étimo, a propósito de la Laminium manchega, este comentario de Jeromor en Celtiberia.net (2006), o éste de García Alonso (2007). Hay bastante en Red sobre ello.

No creo que sea equiparable al gall. "chao" (lo que Ud. quiere decir creo que sería algo como "meseta") porque, por ejemplo, en Portugal tenemos "Chão de Lamas", lo que sería redundante. Saludos.

Comentario por Felisindo González Iglesias el junio 24, 2011 a las 6:45pm

 

Ya que hemos visto la M, ahora toca seguir leyendo. El primer problema es resolver el asunto del dativo, como bien ha expuesto doña Alicia M. Canto.

Podemos admitir que el teónimo está apocopado, BANDV (ae), en la primera línea.

En la segunda tendríamos una letra antes de LAMB- que ha sido leída por otros autores como A, aunque VIDÁN vio una P.

Pienso que esa primera letra de la segunda línea no puede ser A porque difiere bastante de las otras "aes" de la inscripción. En la imagen de la derecha las he repasado para que sea más fácil apreciar las dos diferencias que yo encuentro, aunque no son fáciles de percibir:

a) La primera, que la parte superior de las letras A del texto es siempre puntiaguda (BANDV // LAMBR // ICAE / AE), mientras que la parte superior de la primera letra de la segunda línea, a pesar de tener una altura similar a la de sus compañeras, no está rematada en punta, sino ligeramente redondeada.

b) La segunda diferencia que encuentro está en la "pata" derecha, pues esa primera letra de la segunda línea refleja una cierta sinuosidad o curva hacia el interior, a modo de una R un poco apretada.

 ¿AEMILIO REBURRINO OFRECIÓ SU VOTO A BANDUA POR LOS HECHOS DE LÁMBRICA?

 

Comentario por Raúl Villanueva el julio 29, 2011 a las 1:49pm
Interesante artículo y comentarios.

Yo también creo, como recuerda la Dra. A.M.Canto:

"Está claro que no está todo dicho sobre esta curiosa ara".


Un saludo a ambos.
Comentario por Raúl Villanueva el julio 23, 2012 a las 5:24pm

Felisindo González Iglesias, tengo cierto interés por esta ara de Lansbricae o Lambricae, como usted interpreta,  y ya hace algún tiempo que deseo hacerle un par de preguntas, estas son:

a) Sí es cierto que se presentan dudas del lugar donde se encontró el ara de la que hablamos.  Normalmente estas piedras "decorativas" (aras, lápidas, miliarios...) las tienen a buen recaudo en casas señoriales (pazos gallegos y quintas portuguesas) y, muchas veces, se han encontrado en pequeñas iglesias (bases de altar, pilas bautismales...).  Cuando sus hallazgos se producen por métodos arqueológicos, siempre o casi siempre en su lugar de culto.  Respecto al hallazgo de esta de Reburrino comenta usted lo siguiente:

"En Eiras se encontró, hace muchos años, un ara romana dedicada al conocido dios Bandua".   Sabemos que en Eiras estuvo desde hace algunos años haciendo de base de una mesa de jardín y hoy allí se encuentra en su lugar pero ya sin hacer de soporte a la mesa que se encuentra en el suelo fruto de alguién que la retiró, supongo, para poder leerla lo más facilmente posible y, sigo suponiendo, no fue capáz de reponerla a su posición original por el excesivo peso de la piedra.

¿Existe documentación suficiente para probar que el ara se encontró en la finca donde se encuentra?.

2º  Las dos lecturas que usted presenta, la primera en este artículo y la segunda en su blog (por cierto magnífico blog y mucho tiempo en él invertido)) presentan matices bien distintos.  Supongo que la segunda es la que debemos tomar como con mayor seguridad de lectura. ¿Es así?.

PRIMERA LECTURA:

BANDV
A LAMB
RICAE AE
MILIVS RE
BURRINI V(otum) S(olvit).

 

“A Bandu/a de Lamb/rica E/milio  Re/burrino cumplió su voto”.

SEGUNDA LECTURA:

BANDV(ae?)
R(ebus) LAMB
RICAE AE
MILIVS RE
BURRIN...

 

“AEMILIVS REBURRINVS (cumpríu o seu voto?) a BANDUA polos feitos de LAMBRICA”.     (http://www.blogoteca.com/lambrica/index.php?cod=102410 )

Muchas gracias.

Comentario por Felisindo González Iglesias el julio 23, 2012 a las 10:50pm

No conozco datos que prueben que su hallazgo se haya producido en el lugar en el que el ara se encuentra actualmente, el jardín de un pazo fundado en 1600. Cualquiera de sus cultos, ricos y desocupados propietarios pudo, en algún momento, traer la pieza desde otro lugar, bien del castro de San Cibrán de Lás-Ourantes o de cualquier otro pequeño castro de los que le rodean, uno de ellos inmediato al propio pazo (el castro de Eiras, del que no quedan restos, sólo un topónimo y una pequeña colina).

He nacido en la parroquia de Eiras y he indagado desde muy joven entre las personas mayores de aquella aldea buscando algún testimonio oral que hablase de tal traslado. No ha sido posible obtener datos. Vista la fecha de fundación del pazo, es posible que se produjese su traslado hace muchos años y que tal traslado no hubiese dejado rastro. No obstante, en una aldea pequeña, un hallazgo tan inusual y curioso para los aldeanos no pasaría desapercibido y sería recogido de alguna manera en la tradición oral del pueblo.

Pero tampoco existen datos  fidedignos de que tal ara proceda de alguno de los recintos del castro de San Cibrán das Las-Ourantes. En “A Cidade, San Cibrán de Las, de RODRÍGUEZ CAO, XUSTO RODRÍGUEZ Y FARIÑA BUSTO (Guías do Patrimonio Cultural, Vigo, 1995, página 33) se habla de una “tercera inscripción” de las tres “vinculadas (vencelladas, en gallego) directamente” con las “creencias y vivencias, individuales o colectivas” de los habitantes del castro. Obviamente, si tal hallazgo hubiese sido fruto de un contexto de excavación  arqueológica, lo cual no se produjo hasta los años veinte del siglo pasado, se habría publicado tal circunstancia. Antes de los años veinte, en esta zona, sólo se saqueaban los yacimientos, sin control arqueológico, como es bien sabido, buscando los famosos tesoros y siguiendo las instrucciones del “Ciprianillo”.

Uno de los protagonistas del redescubrimiento del castro en el siglo XX y de su estudio es FLORENTINO LÓPEZ CUEVILLAS, que escribe en una de sus obras de ensayo Prosas Gallegas sobre la vida de los antiguos habitantes del castro y de sus alrededores, en el capítulo titulado “Mitoloxía e historia da paisaxe de Trasalba”. En la edición consultada (Biblioteca Básica da Cultura Galega, Ed. Galaxia, Vigo, 1982), tal capítulo está en la página 179. En él se habla sobre algunos aspectos de los dioses gallegos y de la vida de los castros, observados desde el balcón de la casa de Trasalba, la casa de Ramón Otero Pedrayo. Desde ese balcón se divisa la cumbre del monte de San Torcuato, cercano al castro de Lás. En la cumbre del San Torcuato existe otro pequeño castro, cristianizado con una capilla, en el que sitúa López Cuevillas el culto a Bandua (¡ojo, el culto, no el ara!) que, ya en aquel tiempo (entre las décadas de los años veinte y cincuenta del siglo pasado) se “conservaba sosteniendo una mesa de piedra en la huerta del pazo de Eiras” (pág. 183). Con esta afirmación yo entiendo que Cuevillas (que hablaría también con los habitantes de la zona en aquella época, de los que ya en los años veinte recogió leyendas de tradición oral) no tenía evidencias de que la procedencia del ara estaba en el castro de Lás. Un autor actual que vincula el culto de San Torcuato (San Trocado) con Bandua es LADISLAO CASTRO PÉREZ (“Sondeos en la arqueología de la religión en Galicia y norte de Portugal: Trocado de Bande y el culto jacobeo”. Universidade de Vigo, 2001). Si la relación Bandua-Torcuato es cierta, estamos hablando de un culto que no está limitado por los muros del recinto del castro de Lás, aunque sí está en su área de influencia.

En 1987, BIEITO PÉREZ OUTEIRIÑO publica un artículo titulado “A Cidade” de San Cibran de Las. Objectivos e resultados das ultimas intervencións arqueológicas (1982-1983) en la revista Lucerna, vol II, Porto (Portugal) 1987, página 15. En ese artículo, Pérez Outeiriño llega a afirmar que el ara romana “dedicada a Bandua, conservada actualmente en el Pazo de Eiras, si bien procedente de un lugar cercano  a la puerta oeste del recinto interior de A Cidade”. No he podido contrastar esta afirmación. No obstante, la fiabilidad de este artículo tiene sus puntos flacos en aspectos como el de la reproducción gráfica del ara, en la que claramente se “reescribió” una N encima de la M y una S entre la M y la B al final de la segunda línea, de tal modo que en vez de LAMBRICA se lee LANSBRICA, a gusto del autor. También se reescribió la primera letra de la segunda línea, “aguzando” su parte superior para que pareciese una A. Es conveniente que se contraste esa fotografía, en la página 37 de ese artículo, con otras o, si es posible, con el ara original. La manipulación de la fotografía resta, bajo mi punto de vista, mucha credibilidad al resto del artículo.

En la voz Eiras, Santa Uxía de la Gran Enciclopedia Gallega, tomo IX se dice lo siguiente:

Existe en este término una casa señorial, pertenencia en otro tiempo de los Gayoso y, posteriormente, de la familia de los Tizón, quienes nombraba, conjuntamente con el Conde de Ribadavia e Isabel de Eraso, justicia ordinaria para la iglesia de Santa Uxía. Exhibe el pazo gran portalón y patio de arcadas que se abre a una carballa centenaria, donde fue hallada un ara romana. Servía ésta de basamento a una mesa pétrea: se trata de un monumento votivo en honor del dios Bandua y su inscripción fue descifrada por Xaquín Lorenzo Fernández. Bibl. Boletín Auriense, t. III, 1973; Vicente Risco, Provincia de Orense, en la Geografía General del Reino de Galicia, Barcelona, s.f.” No he podido acceder a la bibliografía citada por la Gran Enciclopedia Gallega, pero sería conveniente consultarla.

A pocos metros del pazo de Eiras están la iglesia parroquial de Santa Uxía (Eugenia) y la casa rectoral. En este lugar sabemos que hallaron restos de un mosaico romano (RODRÍGUEZ COLMENERO ANTONIO, Galicia meridional romana. Universidad de Deusto, 1977, página 220: “Tenemos noticias también de la aparición de otra habitación pavimentada con mosaico en el diestral de la parroquia de Eiras, pero, al parecer, fue recubierto de nuevo, dado que su hallazgo había sido meramente casual.” ¿Serán la casa rectoral o el pazo la continuación en el tiempo de una antigua villa latifundista romana?

La existencia de la iglesia, la capilla del pazo y un crucero inmediato al portalón del pazo podrían considerarse cristianizaciones de lugares de culto antiguos, pero tampoco podemos afirmar que en tales cultos estuviese incluido Bandua. La inexistencia de excavaciones, estudios y políticas de protección de nuestro patrimonio acentúan y acentuarán el halo de misterio de la hermosa pieza romana que un tal Emilio Reburrino tuvo a bien dedicar a una deidad indígena denominada Bandua en un territorio política y religiosamente dependiente del castro de San Cibrán das Las y Ourantes, uno de los mayores de Galicia, aunque, y aquí contesto brevemente a su pregunta, no existen datos fehacientes que nos indiquen el lugar exacto en el que se encontraba el ara de Eiras en época romana.

 

En cuanto a las lecturas del ara, personalmente me inclino más por la segunda, por las razones que expongo en el blog. Es posterior en el tiempo a la primera, pero tampoco es una conclusión definitiva, obviamente. Ambas constituyen meras interpretaciones que deberán ser contrastadas con otras honrosas opiniones que surjan. Esperemos que la crisis no abandone definitivamente las ansias por saber más y por conservar mejor los vestigios de nuestros antepasados. Eso sí, recomiendo a los futuros lectores que se molesten en visitar el ara y en obtener buenas fotografías. También, por enésima vez, pido desde aquí, a las autoridades culturales y a los titulares de la propiedad que custodien debidamente la pieza y que su visita sea permitida a todo el público. Es la mejor forma de garantizar su protección y su continuidad en el tiempo.

Un saludo y muchas gracias tanto por su interés en el ara de Eiras como por su paciencia en leer los artículos del blog.

 

Comentario por Felisindo González Iglesias el julio 31, 2012 a las 5:26pm

Otra fotografía del ara de Eiras que corrobora la lectura LAMBRICAE

 

Como complemento al comentario anterior, facilito un enlace a un artículo de A. RODRÍGUEZ COLMENERO en Cuadernos de Estudios Gallegos, tomo XLVII, Fascículo 113, Santiago 2000:

"Sobre un supuesto error epigráfico-histórico. Correcciones al ara d..."

En la página 32 (pagina 6 del PDF) incluye una fotografía del ara de Eiras que me ha sorprendido por la facilidad en la que aparece una letra, la M, que poca gente quiere ver. Es conveniente tener a la vista la fotografía mientras se lee lo que queda de este comentario.

Debemos fijarnos en la segunda línea: su primera letra no parece una A, pues su comparación con la siguiente A nos lleva, inevitablemente, a establecer una nítida diferencia: su parte superior, ligeramente curvada en la primera y formando un ángulo muy agudo en la segunda. Es posible que sea una R.

Siguiendo en la segunda línea, nos encontramos con una clarísima letra M que antecede a una B algo erosionada. Pero, desde hace muchos años, diversos autores han querido ver una N seguida de una S y de una B (de aquí parte el inventado y difícil topónimo de LANSBRICA). ANTONIO COLMENERO, sin embargo, ve una O entre la N y la B: "En todo caso, la gran S, clarísima para Rivas, de Lansbricae, se convierte en una O suficientemente nítida para Tranoy y para mi."

El problema surge cuando logramos ver la letra M (en vez de la N), y apreciamos la dificultad de insertar una letra entre ésta y la B siguiente. Sólo una leve curva que sale de la parte inferior de la M puede parecer una S, pero ésta se solaparía con el palo vertical de la B y no respetaría el espacio que mantienen entre sí el resto de las letras de la línea. Además, en la visita que me permitieron hacer en el verano de 2007 pude comprobar como esta supuesta S estaba remarcada con punzón en época reciente. Estas acciones pueden dificultar, y de hecho dificultan, lecturas posteriores. Además, la inaccesibilidad de muchos autores a la pieza aumenta exponencialmente las posibilidades de errores en las lecturas. En el Museo Arqueológico de Ourense existía, por ejemplo, un vaciado de yeso al que han tenido que recurrir algunos estudiosos, con el riesgo que eso conlleva. Otros, se conforman con fotografías, pero tampoco es suficiente.

Por ello, aprovecho para reiterar, una vez más, mi petición a propietarios y administraciones culturales, tanto autonómicas como municipales, para que de una vez por todas se dignen en proteger y exponer adecuadamente al público la pieza, toda vez que su cercanía al castro de San Cibrao das Las-Ourantes, el segundo mayor de Galicia y uno de los más importantes del Noroeste de la Península Ibérica, hace pensar en su inevitable relación con las élites militares y económicas que pululaban por los alrededores de ese castro y que, necesariamente, colaboraron en la erección de establecimientos mineros y agropecuarios que constituyen el origen de la actual distribución de las aldeas del entorno. Además, después de tantos millones de euros invertidos en la construcción de un horrible edificio a pocos metros del castro, ¿no quedarán algunos euros para invertir en la protección de esta joya que es el ara de Eiras?

Volviendo a la lectura del ara, la segunda línea nos quedaría: R L A M B. LAM de LAMB / RICAE, de Lámbrica.

Un saludo a todos.

Comentario por Raúl Villanueva el agosto 2, 2012 a las 5:42pm

Felisindo González Iglesias

Estoy interesado en leer el artículo de Pérez Troitiño (1987) "A Cidade” de San Cibran de Las. Objectivos e resultados das ultimas intervencións arqueológicas (1982-1983)" y no lo encuentro en ninguna biblioteca de las Universidades de Vigo ni de Santiago. 

¿Sabe  donde puedo tener algo de suerte?. 

Un saludo y muchas gracias.

Comentario por Felisindo González Iglesias el agosto 2, 2012 a las 7:08pm

Supongo que se referirá a PÉREZ OUTEIRIÑO, BIEITO: “A Cidade” de San Cibran de Las. Objectivos e resultados das ultimas intervencións arqueológicas (1982-1983), pp. 15 a 39. Lucerna, vol II, Porto (Portugal). 1987.

Es una revista portuguesa. El hecho de que importantes (y carísimas) campañas de excavación se hayan realizado en nuestra tierra dando la espalda al pueblo que las subvenciona con sus impuestos es algo de lo que ya me he quejado en más de una ocasión. Los hallazgos y los resultados de los estudios del castro de Las-Ourantes y de su entorno deben figurar en publicaciones accesibles al público que los sigue con interés, y que los seguiría con más interés todavía si se les facilitara más y mejor información. En Lás no ocurre, no ha ocurrido nunca, esta fluidez de datos. Ellos se lo guisan y se lo comen, van a importantes congresos, incluso a otras naciones, por eso el pueblo no sabe nada. Sólo lo que, interesadamente, se dejan entrever en folletos turísticos y en páginas de internet que confunden más que informan. El ejemplo mejor lo tenemos en el ara de Eiras: abandonada por todos, los pocos que la conocen la identifican con "lansbrica", cuando ni siquiera la han visto. No hace muchos años escuché a un concejal de cultura, en una entrevista en la radio local,decir que en un pazo de Eiras estaba "el escudo" del castro de Lás. Seguramente se refería al ara, pero no sabía ni cómo era, ni de dónde procedía, ni se preocupó -es comprensible- de recuperarla para el patrimonio público y de protegerla para estudios futuros (más arriba se ha comentado, y no sin razón, que no está todo dicho sobre el ara de Bandua).

Siento mucho que las universidades gallegas no se preocupen por tener en sus bibliotecas, al menos, los ejemplares extranjeros que contienen artículos con temas de nuestro país. Además, Portugal no es tan ajeno a nosotros como para no aceptar sus publicaciones.

Siempre quedará el recurso a su adquisición en alguna librería virtual, incluso en mercados de segunda mano, o acercarse al país vecino. De momento no cobran por circular por carreteras secundarias. Lo siento. Si consigo averiguar algo, lo compartiré con Vd.

No es para que le sirva de consuelo, pero yo también estoy buscando otros artículos publicados en Portugal sobre las excavaciones de urgencia -previas a la total destrucción del yacimiento, desmantelado para construir la autovía- en Laias (Cenlle), en la ladera meridional del Monte de San Torcuato, muy cerca del castro de Las. Se trataba de una aldea minera y de construcciones de canales y lavaderos de mineral tallados en el granito. Incluso se hablaba de un posible santuario. Muy curioso, por tratarse de un poblamiento de la época castreña y de la romanización que no era castro, y muy importante, por formar parte del círculo económico que sostenía a la Ciudad del castro de Las-Ourantes. Una pena.

Saludos.

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