De todos los esqueletos examinados, 41 registraban al menos una evidencia de herida cicatrizada o sin cerrar; y de este grupo, el 92% había sido lastimado con objetos arrojadizos o mediante golpes. "La presencia de lesiones previas al momento de la muerte de los individuos y otras que pudieron ser causa de la misma, según apuntan los investigadores, apoya firmemente la hipótesis de esporádicos y periódicos episodios de violencia interpersonal entre estas comunidades del Valle del Nilo. Además, la frecuencia de los cortes curados "confirma que esos sucesos no fueron siempre letales y pudieron ocurrir varias veces durante la vida de un individuo".
Otra de las conclusiones más relevantes de los científicos es la ausencia de un patrón de violencia: hombres, mujeres y niños fueron atacados de forma indiscriminada. La guerra hace 13.400 años era, en esencia, la misma que se refinaría a lo largo de la historia, sin capacidad para distinguir entre edades o sexos. Uno de los casos que mejor ilustra la complejidad de Jebel Sahaba es un doble enterramiento de dos infantes de cuatro y cinco años, ambos con perforaciones en el cráneo y en los huesos de la cadera o el fémur provocadas por artefactos líticos.
El cambio climático
Mediante el reanálisis de todo el material arqueológico conservado, los investigadores han podido confirmar el uso de estos objetos, compuestos por varias láminas afiladas de piedra, como armas arrojadizas. Algunos, de hecho, presentan variaciones en la orientación del filo, lo que sugiere que estaban moldeados para causar el mayor daño y pérdida de sangre del enemigo.
¿Se puede entonces hablar de guerra prehistórica? "Teniendo en cuenta las heridas, la dirección de los proyectiles también revela un número similar de impactos en el cuerpo anteriores y posteriores que no respalda la hipótesis de batallas cuerpo a cuerpo", valoran los científicos. Se decantan, por lo tanto, en calificar esta historia como "pequeños episodios de violencia periódica en forma de asaltos o emboscadas contra dicha comunidad, unos lances que tuvieron que registrarse en un corto periodo de tiempo dada la homogeneidad del lugar y las prácticas de entierro".
La investigación descarta, en cualquier caso, que lo que sucedió en Jebel Sahaba se pueda encuadrar en un incidente de violencia doméstica; y también que se trate de una fosa común de una única batalla al comprobar la variación en las dataciones de algunos de los cuerpos. "Este análisis, que modifica la historia de la violencia en la Prehistoria, invita a reconsiderar otros yacimientos arqueológicos de la misma época", añaden.
Los autores del estudio, encabezado por la paleoantropóloga Isabelle Crevecoeur (izquierda), apuntan que esta escalada de tensión en el Valle del Nilo a finales del Pleistoceno superior (entre hace 126.000 y 11.700 años) puedo haber sido causada por el cambio climático y las peleas por los recursos para sobrevivir:
"La intensa rivalidad territorial entre los grupos de cazadores-recolectores de la región es probable que tuviese lugar cuando se vieron forzados a adaptarse a los drásticos cambios medioambientales registrados al final del Último Máximo Glacial o a comienzos del Periodo húmedo africano".
Fuente: elespañol.com | 28 de mayo de 2021
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