Red social de Arqueologos e Historiadores
Sentados en las escalinatas del Templo Itálico, los antiguos habitantes de nuestra urbe contemplaban las magníficas vistas de la ciudad y controlaban la bocana del puerto, uno de los más seguros del Mediterráneo, envidiado por su importancia estratégica, militar y comercial. El paso del tiempo ha sido generoso con Cartagena y ahora, más de veinte siglos después, las riquezas arqueológicas halladas en el Cerro del Molinete nos permitirán un reencuentro con la herencia de esta ciudad milenaria.
Fuente: © Ayuntamiento de Cartagena (España) | Cartagena.es, 7 de marzo de 2011
El Parque Arqueológico del Cerro del Molinete, con una superficie de 26.000 metros cuadrados, será el parque al aire libre más grande de España. Las excavaciones, dirigidas por el catedrático de la UMU, José Miguel Noguera y el equipo de la arqueóloga María José Madrid, se han dado por concluidas y los trabajos en el cerro se centran ahora en la interpretación de los restos y las labores de restauración y conservación bajo la supervisión del equipo que dirige Izaskun Martínez Pérez.
Realizando un recorrido completo por el Cerro junto a la arqueóloga María José Madrid, descubrimos los principales hitos que acogerá el futuro Parque: La muralla del Deán o muralla de Felipe II; el Templo Itálico o sacellum dedicado a la diosa Atargatis, el muro de andesita que sustentaba la terraza y el acceso al tempo; las viviendas indígenas; el molino ermita que da nombre al cerro; y, en la parte baja de la ladera el foro y la Ínsula I donde se hallan las termas de época romana.
El recorrido por el Parque permitirá al visitante descubrir cómo ha evolucionado la urbanización de la ciudad, ya que los restos encontrados abarcan un amplio horizonte cronológico que va desde la primera mitad del siglo II a.C. hasta el siglo XVI d.C.
ENTRADA AL PARQUE POR EL AÑO 1554
La entrada al Parque se hará por una calle diseñada salvando las estructuras del foro romano. Los visitantes se encontrarán, en primer lugar, con los restos de la muralla del Deán, un lienzo defensivo que bordea el Cerro por la zona norte y que comenzó a construirse en torno al año 1554 quedando inacabada y sustituyéndose por la muralla de Felipe II, de la que sólo se ha conservado uno de los baluartes.
Todos los detalles del Parque han sido cuidados al milímetro por el equipo de arqueólogos que incluso han supervisado el arbolado que adorna el recorrido. La arqueóloga Maria José Madrid explica que la elección de los árboles se ha estudiado para que las raíces respeten los restos arqueológicos que se encuentran en el subsuelo. Además, en la elección de la flora se ha buscado vegetación autóctona que estuviera presente en la biosfera de la época romana de la ciudad.
Foto: La colina del Molinete, una de las cinco mencionadas por el historiador Polibio en el siglo II a.C. como sede del Palacio de Asdrúbal, constituye una de las grandes reservas arqueológicas de la antigua Carthago-Nova. Entre los hallazgos arqueológicos destacan los restos de un "castellum aquae" en la zona alta, los restos del Foro y del Podium del posible Templo Capitolino de la ciudad y la curia de finales del siglo I a.C.
Continuando con el recorrido, los visitantes podrán descubrir otro de los grandes hitos de las excavaciones, el muro de andesita que data del siglo II a.C., pero que ha perdurado incluso hasta el siglo XIX ya que ha sido reutilizado como trasera de viviendas a lo largo de todas las épocas.
Junto al muro se encuentran las escalinatas de acceso al templo Itálico de las que sólo se conservaban una serie de recortes en la roca, pero el estudio del equipo de arqueólogos ha permitido reconstruir cómo era esta escalera monumental del siglo II a.C. En ella los antiguos habitantes de la urbe romana se sentarían a contemplar la ciudad y a controlar la entrada al puerto. Ahora, la idea es recuperar su función original y se está estudiando la posibilidad de restituir las escaleras con una estructura de madera que permita el visitante sentarse en las escalinatas y descansar la mirada en las vistas de la ciudad para hacerse una idea lo más cercana posible a la realidad.
EL MOLINO ERMITA QUE DA NOMBRE AL CERRO
El recorrido por la historia tiene una parada obligada en el principal enclave de una de las cinco colinas de la ciudad que da nombre al cerro: el Molino de Viento, que más tarde fue empleado como ermita. Este molino data del siglo XVI y es desde entonces cuando la colina comenzó a ser conocida con el nombre de Cerro del Molinete. Su primer uso, como molino harinero dio paso a otro más religioso como ermita de San Cristóbal y, por último, quedó empleado como vivienda de gran belleza según se descubre en los adornos de su interior.
La historia moderna se cruza también en el subsuelo del Molinete, ya que el Parque mostrará también otros hitos de gran valor histórico, aunque de épocas posteriores, como son los refugios antiaéreos de la Guerra Civil que han quedado desenterrados tras las excavaciones.
LA PARTE ALTA DEL CERRO SERÁ EL MIRADOR DE LA CIUDAD
El recorrido del Parque incluirá dos importantes zonas de miradores, la primera en el paseo de acceso al parque y la segunda en la parte superior del Cerro, junto al templo, las viviendas indígenas y el segundo molino de viento conservado desde el siglo XVI.
La parte alta del Molinete es el punto estratégico desde donde se tiene una perspectiva de los 26.000 metros cuadrados que ocupa el Parque. Desde el punto más alto se puede advertir la función defensiva que tenía el cerro. Se puede vislumbrar la bocana del puerto, controlar los dos accesos principales de entrada a la ciudad en época romana, y otros cerros defensivos como la Atalaya y el Roldán.
Girando la mirada hacia la zona del ensanche, el Molinete permite contemplar el antiguo Almarjal que bordeaba la ciudad por el norte, la laguna que, según cuentan los textos de Polibio en torno al 209 a.C., cuenta cómo la laguna fue utilizada para sorprender a las tropas púnicas emplazadas en la ciudad aprovechando la el estudio de las mareas y la bajada de las aguas.
En la parte alta del Parque se encuentra también otro de los principales hitos hallados durante las excavaciones, las viviendas indígenas, en las que el equipo de arqueólogos ha completado los trabajos que Pedro San Martín comenzó en el año 1977.
Completando el recorrido, a las espaldas de la muralla de Carlos I, en la zona norte de la parte alta del cerro nos encontramos con los restos más antiguos encontrados en las excavaciones. Se trata de una sucesión de habitaciones alternadas con cisternas que se utilizaban para la recogida de agua y que datan de la primera mitad del siglo II a.C., momento que coincide con la conquista de la ciudad por Escipión.
MUSEALIZACIÓN DE LA LADERA SUR Y PRIMERA APERTURA AL PÚBLICO
El Parque Arqueológico del Molinete incluye también las excavaciones que comenzaron en el año 2008 y que corresponden a una manzana de la antigua ciudad romana, conocida como Ínsula I. En este emplazamiento, el visitante puede descubrir los secretos del urbanismo de la ciudad de época alto-imperial, pudiendo incluso pasear por las calles romanas, adentrarse en las termas y contemplar el atrio.
Los restos de la Ínsula, en la calle Balcones Azules, será lo primero en abrirse al público y se espera que esté visitable antes de verano. Los trabajos actualmente se centran en la protección de los restos con la construcción de una cubierta para conservar las pinturas murales in situ. Además, se ha dispuesto una pasarela perimetral para que los visitantes puedan acceder directamente a la ínsula y permitan al visitante pasear por dentro de las propias calles romanas.
Similar a otras excavaciones como el Lucentum de Alicante y Lliria en Valencia que también se engloban dentro de la ciudad, aunque de dimensiones mucho menores, el Parque Arqueológico del Molinete incluirá también la musealización de los restos de la ladera sur y será además un parque recreativo que funcionará como pulmón verde y mirador de la ciudad.
De momento, cinco arqueólogos, ocho restauradores y un equipo de topógrafos, ingenieros y otros auxiliares de obra trabajan a destajo para perpetuar los restos que dentro de poco quedarán al descubierto para todos los cartageneros que podrán descubrir este magnifico legado histórico-arqueológico que durante años se ha escondido en el cerro del Molinete.
* Enlace recomendado con mucha información y fotos actualizadas: Foro de Cartagena
*** VÍDEOS ***
Documental que realiza un completo recorrido por los principales yacimientos romanos de Cartagena, permitiéndonos descubrir cómo eran algunas de las principales construcciones de esta ciudad hace 2000 años, utilizando para ello una combinación de imagen real de sus restos y reconstrucciones 3D.
Si quieres conocer más acerca del patrimonio arqueológico de la Región de Murcia, visita el canal de historia de Región de Murcia Digital en: http://www.regmurcia.com/historia
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«Solo en Roma y Pompeya he visto restos tan conservados como éstos»
María José Madrid. Codirectora del Parque Arqueológico del Molinete «No se ha demostrado que en la cima del Molinete esté el Palacio de Asdrúbal. Seguiremos investigando, porque no hemos destruido nada»
Fuente: Rocío González, Cartagena | La Verdad.es, 2 de septiembre de 2011
A María José Madrid (Cartagena, 1971) le apasionan los puzzles de hace más de 21 siglos. Podría pasarse, y no en vano estos tres últimos años lo ha hecho, más de ocho horas seguidas al aire libre con una brocha desenterrando restos arqueológicos. Haga un frío que pele o un calor que asfixie.
Todavía no se ha abierto el parque del Molinete pero ella, junto a sus compañeros de trabajo, es una de las pocas privilegiadas que lo conocen de cabo a rabo. Ahora sonríe al recordar que durante las excavaciones encontraron dos bombas de la guerra cantonal, pero en su momento «nos dieron un buen susto. Salimos por patas, no fuera a ser que pasara algo», asegura. Poco le importa trabajar más tiempo de lo normal porque le apasiona reconstruir la historia de su ciudad. Por lo menos, en su casa la entienden, comenta. Está casada con un arqueólogo y ambos se distribuyen las tareas para cuidar de su hijo de seis años.
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¿Qué diferencia el Molinete del resto de hallazgos de Cartagena?
El Molinete tiene una singularidad muy importante, que es la transformación que ha sufrido. Por lo que hemos visto hasta ahora estuvo habitado desde el siglo III antes de Cristo, y muy probablemente también anteriormente. Lo bueno que tiene es que conserva una secuencia muy completa. En diferentes puntos tienes bien conservada la fase del siglo tercero, la fase del siglo segundo, la del siglo primero, la del siglo diecisiete... y siempre tiene edificios muy singulares. Por su propia topografía, los restos se conservan muy bien. No es algo que vea un arqueólogo a diario.
¿Qué zonas son las mejor conservadas?
La parte baja de la ladera meridional. Pese a ser un solar, los edificios de la ínsula y el del atrio tienen alzados de cuatro metros y medio. Eso yo solo lo he visto en Pompeya y en Roma. Es muy difícil que se conserven estructuras de tanto alzado. En el Teatro Romano hay zonas así como la de los vomitorios, pero no es lo habitual que haya un grado de conservación tan completo. El barrio del siglo XX me parece interesantísimo y es el responsable de esto.
¿Y eso por qué?
Las viviendas del barrio, a partir del siglo XVIII, eran casas sin apenas cimentación por la propia condición social de la gente. Eran viviendas de gente muy humilde, de clase media-baja; reutilizaron muchas estructuras. En esas viviendas están conservados muros de época romana, algunos suelos y demás. Y eso es lo que ha propiciado la conservación.
¿Lo había visto antes en algún otro lugar?
En el Teatro Romano también pasó, pero en el Molinete se ve con mucha más frecuencia y es muy interesante. Al ser una colina, en la cima los restos están peor conservados porque hay menos depósito de tierra; conforme va habiendo más niveles deposicionales, los restos antiguos están en mejor estado de conservación.
Se dice que en lo alto del cerro está el Palacio de Asdrúbal. Algunos colectivos les han acusado de destruir parte de ese patrimonio. - El historiador griego Polibio nombra la colina del Molinete Arx Asdrubalis. Dicen que ahí estuvo el Palacio de Asdrúbal. En la cima del Molinete solo hay unos restos del siglo III que hemos podido atestiguar con estratigrafías asociadas, que son una serie de habitaciones que miran hacia el norte. No sabemos si es el Palacio de Asdrúbal. El resto hay que demostrarlo y hasta ahora no se ha podido demostrar nada. Nos queda seguir investigando para que nos permita documentarlo. Aquí no se ha destruido nada.
Desde el Ayuntamiento se insiste en que el parque del Molinete será el más grande de Europa en un ámbito urbano.
Hay parques arqueológicos más grandes que el Molinete, pero ninguno de ellos están en entornos urbanos. En entorno urbano sí que es el más grande. Hay otros como el de Segóbriga, también muy grande, pero no está en un área urbana.
¿Qué es lo más valioso que han encontrado?
La cornucopia que encontramos en la palestra de las termas es una de las piezas más emblemáticas. Yo sigo pensando que lo mejor del Molinete es que lo alberga todo. También la pintura del venator, un cazador. Hasta ahora se conocían dos en Europa: una en Suiza y otra en Mérida. Gracias al puerto tenemos tanta riqueza arqueológica. Se nota mucho cuando vas a algún lugar del interior, como es Segóbriga, que está todo hecho con materiales locales.
¿Cuándo se abrirá definitivamente el parque a las visitas?
En la zona del parque la obra está prácticamente acabada. Estamos ya con los últimos retoques. No creo que tarde mucho en abrirse. En la zona de debajo de la cubierta están los trabajos muy avanzados y en breve imagino que entraremos nosotros a retirar las protecciones, a limpiar y a preparar la apertura par la visita al público.
¿Es respetuoso el cartagenero con los restos arqueológicos que hay por la ciudad?
Unos sí y otros no. Sí que es cierto que la gente cada vez es más consciente de su patrimonio y lo cuida más. Debajo de Cartagena está toda una ciudad romana.
En el Molinete hay restos sin vallar. ¿Qué repercusión puede tener la apertura al público?
Aún no lo sabemos. Confío en que la gente sea respetuosa y no pise las calzadas romanas.
es una suerte que se conserven restos en tan buen estado
La historia aflora en el Molinete
Cartagena abrirá el viernes un parque que agrupa ruinas arqueológicas de las grandes culturas mediterráneas.
Fuente: Gregorio Mármol, Murcia. | La Verdad.es, 9 de octubre de 2011
Quinientos metros a pie. Apenas una hora a un ritmo cómodo para no perder detalle. Nunca la historia estuvo tan a la mano. Nunca un viaje al pasado fue tan sencillo de hacer como cuando uno se adentra en las sendas del primer parque arqueológico de Cartagena, que abrirá sus puertas el próximo viernes para mostrar vestigios de 2.400 años de historia. En apenas 12.000 metros cuadrados se suceden ruinas carthaginesas, romanas, medievales y contemporáneas, que borran la huella de lo que hasta hace poco fue el barrio canalla de la ciudad: El Molinete.
De los últimos años de prostíbulos y tabernas de mala muerte apenas quedan un par de tapias en la parte intermedia del nuevo parque. Han sido conservadas como testimonio de la trama urbana moderna del barrio erigido en la más céntrica de las cinco colinas de Cartagena. Son muretes con un siglo de historia, nada que ver con todo lo que hay a su alrededor: abundantes restos milenarios poco monumentales aunque de gran valor histórico y científico.
El nuevo parque es un diseño del ingeniero municipal Manuel Jiménez y ha costado cuatro millones de euros que el Ayuntamiento de Cartagena obtuvo del Plan E. Jiménez ha tenido que estudiar a fondo los grandes desniveles del cerro para hacerlo un lugar accesible y original en esencia. Para ello ha combinado rampas con escalinatas que permiten la entrada peatonal por una nueva calle abierta para dar continuación a la de Francisco Irsino, junto a la popular iglesia de la Caridad. Esa vía se eleva para salvar los restos de dos baluartes de las murallas del siglo XVI y en un futuro dará servicio a los nueve edificios proyectados en las caras este y norte del Molinete. La gran comodidad del proyecto son unas escaleras mecánicas instaladas solo para subir desde la comercial calle San Fernando.
«Un gran laboratorio»
Cada rincón está cuidado con detalle: desde la iluminación ornamental, que permitirá a los visitantes descubrir otro lugar si lo recorren al atardecer, hasta la vegetación. «Hemos empleado flora autóctona: esparto, tomillo, romero, ciprés y morera, plantados en lugares donde se sabe que no hay restos arqueológicos», explica el concejal de Urbanismo, Joaquín Segado.
El objetivo final es acercar al caminante a la densa historia de la Cartagena trimilenaria. «Esto es un gran laboratorio para estudiar la evolución de la ciudad, porque aquí encontramos ruinas de todas las épocas. Son 2.400 años en una sucesión de vestigios», aclara el catedrático de la Universidad de Murcia José Miguel Noguera, director del proyecto arqueológico junto a María José Madrid.
Vídeo: "El Molinete se llena de visitantes en su primer día".
El Parque urbano y arqueológico del Molinete ha abierto sus puertas en un día muy importante para la historia del centro histórico de Cartagena, ha dicho el concejal de Urbanismo, Patrimonio y Medio Ambiente, Joaquín Segado, que esta mañana ha sido uno de los primeros en recorrer el que ya se muestra como el nuevo pulmón verde de la ciudad.
Desde el equipo de gobierno, ha expresado Segado, están muy contentos del trabajo que se ha venido realizando estos dieciséis meses y prevé un éxito de visitantes en los próximos días. No obstante, como ha precisado Segado, el equipo de arqueólogos y técnicos todavía continúa trabajando en la redacción de los paneles explicativos que se colocarán junto a los restos arqueológicos, que se están redactando en varios idiomas para facilitar la información a todos los visitantes.
Precisamente en su primera jornada abierto al público, el Molinete ha sido un incensante ir y venir de cartageneros, visitantes y turistas. Especialmente turistas extranjeros, coincidiendo con la llegada de dos cruceros al puerto de Cartagena en los que viajaban más de 1.300 personas a bordo, y que han podido disfrutar del buen tiempo de esta mañana.
Catedrático de Arqueología de la Universidad de Murcia, José Miguel Noguera Celdrán, es coodirector de las excavaciones del Molinete.
Vía:laopiniondemurcia.es | María Jesús Galindo| 27 de noviembre de 2011
Hasta ahora el Museo del Teatro es el buque insignia de la arqueología en Cartagena. Sin embargo, el Molinete no tiene nada que envidarle. ¿Se pueden establecer comparaciones entre ambos?
Se trata de realidades diferentes y cada una tiene su valor. El teatro posee la gran importancia de ser un monumento excavado de forma casi completa. Durante su excavación se encontraron niveles arqueológicos que arrojan luz sobre la evolución histórica de la ciudad entre los siglos V y XX. El Molinete ocupa unos 26.000 metros cuadrados en pleno corazón del casco de una ciudad con unos 2.240 años de historia, y su excavación aporta una enorme cantidad de información arqueológica que abarca desde la fundación de la ciudad púnica –hacia los años 228-229 a.C.– hasta el siglo XX. Se va a configurar como un gran laboratorio para el estudio de la historia material de Cartagena y en él se podrá ver y contemplar diversos retazos de esa historia que podemos reconstruir en base a la documentación arqueológica. En la ladera suroriental, los visitantes podrán caminar por las calles de la colonia romana y visitar sus edificios.
¿Qué vemos en la cima?
Ahí estaba la ciudadela o acrópolis de la ciudad antigua. Y la gente ya puede pisar el terreno en el que presumiblemente estuvo el Palacio de Hasdrúbal, fundador de Qart Hadast. Hemos encontrado restos que podrían haber formado parte de esta construcción: quizás a ella pertenecieron los restos del santuario púnico dedicado a Atargatis, divinidad de origen sirio, que está parcialmente destruido por la construcción de la muralla del Deán en el XVI. Parte del santuario, el cual fue reutilizado en época romano-republicana, momento en que se le añadió un pavimento con inscripción epigráfica en latín con invocación a Atargatis, fue amortizado y sustituido en el siglo II a.C. por un templo de tipo itálico posiblemente dedicado a la divinidad poliádica de la ciudad. Esta fue una operación de elevado valor simbólico, la ciudad púnica se convertía en núcleo de la romana. Delante del templo se han encontrado huellas de una escalera que comunicaba la parte inferior de la ciudad con el cerro.
¿Y las fortificaciones?
En este sentido, los hallazgos son excepcionales. Hemos hallado parte de la muralla púnica que, en el último cuarto del siglo III a.C., debía defender la ciudad y el referido palacio por el flanco norte del cerro. Sobre ella hemos documentado restos de una segunda muralla, esta vez de época romano-republicana, que encuentra su correspondencia con la información trasmitidas por las fuentes escritas, en particular Polibio, Tito Livio y Apiano. Esta muralla, que fue restaurada en época bizantina (siglos VI-VII d.C.), debía estar en semiruínas en el siglo XVI, momento en que el emperador Carlos V ordenó la construcción de una nueva muralla, que fue ejecutada por Sebastián Clavijo, Deán de la Catedral. Se conserva un tramo de casi 100 m de longitud, con dos baluartes. También se han encontrado restos de uno de los baluartes de la nueva muralla construida en el siglo XVI por mandato de Felipe II. Se trata, de las primeras murallas de la Cartagena del Renacimiento.
¿Y los molinos de la cima?
A los dos molinos harineros que se conservan y que hemos restaurado debe el cerro su topónimo actual. Datan del siglo XVII y uno de ellos –el más occidental– fue reutilizado en el siglo XVIII como ermita dedicada a San Cristóbal. Ambos están declarados Bienes de Interés Cultural. También en el cerro hemos encontrado restos de las viviendas que lo poblaron entre los siglos XVIII y XX; algunos de ellos, junto con restos del callejón de los Gatos, se han dejado visibles, de manera que el visitante adquiera conciencia de que está zona estuvo muy poblada. Tenía un entramado urbano irregular con casas de escasa calidad, un tejido social muy degradado y con mucha prostitución, lo que generó continuos intentos de regeneración por parte del Ayuntamiento ya desde el siglo XIX. También hemos dejado al descubierto los accesos a dos refugios de la Guerra Civil.
¿Faltan rótulos para que el público valore estos hallazgos?
Sí, estamos pendientes de poner la cartelería con explicaciones en castellano y en inglés y dibujos para que la gente se haga una idea de cómo eran los edificios.
¿En cuánto tiempo se ha acometido esta primera fase?
Se empezó en junio de 2010 y acabamos el pasado septiembre. Se han invertido cuatro millones de euros con cargo al Plan E en una actuación promovida por el ayuntamiento de Cartagena, que está apostando muy fuerte por este proyecto. La codirectora es María José Madrid y hemos contado con un amplio equipo de arqueólogos, restauradores, topógrafos, dibujantes...
¿En qué trabajan ahora?
Esta semana Cartagena Puerto de Culturas ha adjudicado el proyecto de musealización de la denominada Insula I, enclavada en la ladera suboriental del cerro y en la cual ya acometimos una campaña arqueológica en 2008-2009. Se trata de una manzana rectangular de época romana integrada por dos edificios. El más occidental es un complejo termal con estancias para el baño: apodyterium/frigidarium (vestuario/sala para baños fríos), caldarium (para baños calientes) y tepidarium (para los templados). Y junto a él una gran plaza o peristilo porticado con un pavimento de ladrillos muy bien conservados. Allí recuperamos los restos de una cornucopia de mármol que debía formar parte de la estatua de un dios o una emperatriz. En la parte oriental de la manzana se alza el edificio del atrio, posiblemente dedicado a banquetes rituales relacionados con divinidades orientales; de hecho, frente a él, en la Insula II parece haber los restos de un santuario dedicado a Sarapis e Isis, divinidades orientales. Este complejo pudo ser la sede de una corporación semi-pública de gentes de raigambre oriental, acaso comerciantes. Estaba cerca del puerto, enclavado en la zona de la calle Mayor y en esa época Cartagena mantuvo importantes contactos con el Mediterráneo oriental.
¿Cuándo se podrá visitar?
Nos gustaría que la Insula I estuviera lista para Semana Santa. Tenemos unos meses para hacer los trabajos de conservación y musealización del conjunto. El público se sorprenderá porque los restos tienen un estado de conservación excelente. Hay muros de hasta 4 y 5 metros de altura y muchos restos de pinturas conservados in situ. Para proteger estos restos al máximo se ha construido una cubierta, obra del estudio Cánovas-Maruri-Amán, que será otro referente en la ciudad. Entre las termas y el edificio del atrio levantaremos una pared de madera para separarlos y recuperar las circulaciones originarias. Los visitantes podrás ver los restos desde arriba, caminando por la pasarela que cuelga de dicha cubierta, y luego podrán descender para recorrerlos a pie. Además, restituiremos columnas con materiales originales, tal y como se hizo en el Teatro. A mi juicio, este nuevo centro de interpretación será uno de los enclaves estrella de Puerto de Culturas. Pero esta actuación sólo será un aperitivo de lo que nos depara el futuro. El parque tiene 26.000 metros cuadrados y la cima y la insula I suman sólo 14.500. El Teatro tiene 8.000 metros cuadrados y que su recuperación se prolongó 20 años, con lo que aquí hay trabajo para diez o quince años más. Ya es un lujo trabajar en el proyecto en plena crisis.
¿Qué más secretos sospecha que custodia el Molinete?
Sabemos que en la ladera sureste del cerro estaba el foro, es decir, el centro de la vida pública de la colonia romana. Era una enorme plaza pública presidida por un templo, y con una basílica y otros edificios. Cuando toda la ladera esté excavada, estaremos ante la versión hispana de yacimientos como Pompeya o Herculano en Italia, referentes básicos de la arqueología Clásica. Se podrá andar por las calles romanas y entrar en los edificios, igual que en Herculano.
El barrio Foro Romano del Molinete, Premio Nacional de Restauración y Conservación
El jurado ha reconocido la calidad de una intervención pluridisciplinar que incluye la investigación arqueológica, la restauración de bienes culturales, la musealización del conjunto y la difusión, con un componente importante de participación social.
Fuente: Ayuntamiento de Cartagena, 30 de noviembre de 2012
El proyecto de recuperación y conservación del barrio Foro Romano del Molinete de Cartagena ha obtenido el Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales, dotado con 30.000 euros.
El jurado, presidido por Jesús Prieto, director general de Bellas Artes y Bienes Culturales, ha concedido este premio enreconocimiento a la calidad de una intervención pluridisciplinar que incluye la investigación arqueológica, la restauración de bienes culturales, la musealización del conjunto y la difusión, con un componente importante de participación socia".
Así mismo, han destacado el carácter integral de la intervención, la aportación que supone para la rehabilitación urbana y el desarrollo económico de un área urbana, así como la composición paritaria del equipo que ha realizado el proyecto.
El Premio Nacional de Restauración y Conservación de Bienes Culturales se creó en el año 1994 y desde entonces se otorga anualmente por la Dirección General de Bellas Artes y Bienes Culturales, Archivos y Bibliotecas del Ministerio de Educación, Cultura y Deporte, para premiar a las personas o instituciones que por sus obras o participación activa en el ámbito de la restauración y conservación, contribuyen al enriquecimiento del Patrimonio Cultural de España.
El mayor parque arqueológico español ya es visitable de forma gratuita
Fuente: laverdad.es | 28 de febrero de 2014
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