Durante mucho tiempo los autores grecolatinos describieron a los cántabros de la antigüedad como un pueblo bárbaro y salvaje, una teoría que lleva ya algún tiempo siendo cuestionada por modernas investigaciones basadas en la arqueología.
Ángel Ocejo, Rafael Bolado, Enrique Gutiérrez, José Ángel Hierro y
Juan Carlos Cabria, historiadores y arqueólogos, acaban de publicar un nuevo libro que ahonda en esta última tesis bajo el título
'Cántabros. Origen de un pueblo'.
El volumen, que ha sido editado por la Asociación para la Defensa de los Intereses de Cantabria (ADIC) con la colaboración de la Consejería de Cultura, fue presentado en el espacio 'La V' de la librería Estvdio de Santander y viene a demostrar con investigaciones recientes la identidad de este pueblo de forma rigurosa.
Así, el libro recoge el origen de los cántabros en el ámbito de la Hispania céltica y su consolidación como pueblo a lo largo del primer milenio antes de Cristo, durante la Edad del Hierro, en los territorios de la Cordillera Cantábrica.
Los autores del libro: Ángel Ocejo, Enrique Gutiérrez, José Ángel Hierro y Rafael Bolado, con el libro. Foto: Roberto Ruiz
A lo largo de sus 350 páginas, sus autores realizan una «audaz y sugerente» propuesta de reconstrucción de las Guerras Cántabras y las campañas militares romanas que condujeron a la conquista del territorio entre los años 29 y 19 antes de Cristo, a la luz de los descubrimientos de los últimos años. Incluso se adentran en las creencias de esos antiguos cántabros a través de citas literarias de autores griegos y romanos. Se repasan innumerables citas sobre los cántabros y Cantabria, desde las fuentes clásicas grecorromanas hasta la Alta Edad Media, para demostrar su ubicación y fronteras dentro de la Cordillera Cantábrica.
La primera parte del libro ha sido realizada por Ángel Ocejo, veterano investigador y divulgador de la cultura de los cántabros en la Edad del Hierro, que en esta ocasión aborda la etnogénesis de los cántabros y cuestiona las clásicas «invasiones célticas» como conquistas y se inclina más bien por las infiltraciones humanas y culturales por los Pirineos.
A continuación, Rafael Bolado, Enrique Gutiérrez y José Ángel Hierro ofrecen una síntesis de la Edad del Hierro incorporando los descubrimientos arqueológicos más recientes.
En la tercera parte, estos mismos autores dedican un extenso capítulo a las Guerras Cántabras contra los romanos y, aunque no aportan nuevos datos, sí ofrecen una nueva interpretación sobre cómo se desarrollaron.
La cuarta parte corresponde de nuevo a Ocejo, quien viene a demostrar que la ubicación del pueblo cántabro siempre estuvo en este sector de la Cordillera Cantábrica.
Finalmente, el último capítulo, a cargo de Juan Carlos Cabria, se adentra en las creencias y religión de los cántabros en esta época histórica. También se incluye un estudio sobre la iconografía de las estelas.