LIB-Mitologia-griega

Vía: Periodistas en español | 15 de octubre de 2011

 

Francisco R. Pastoriza*

La cultura occidental en todas sus expresiones es fuertemente deudora del legado clásico de Grecia y Roma, y particularmente de su mitología. El arte y la literatura, la poesía y la escultura, la arquitectura y la música, la sicología, el cine y las nuevas expresiones, basan en los mitos griegos una parte importante de sus contenidos, interpretados, recreados, utilizados unas veces, manipulados otras, o simplemente rescatados. Todos los grandes movimientos artísticos, del Renacimiento al Surrealismo, del Neoclasicismo a la Abstracción, han bebido de las fuentes de la inagotable riqueza de la mitología grecorromana. Una serie de libros publicados recientemente ofrece la posibilidad de revisar los mitos clásicos más conocidos, así como descubrir los episodios más oscuros o ignorados de una narrativa apasionante.

Una de esas recientes publicaciones es El gran libro de la mitología griega (La Esfera de los libros), uno de los más completos estudios conocidos hasta ahora. Siguiendo el Manual de mitología griega, obra ya clásica de Herbert Jennings Rose publicada en 1928, Robin Hard amplía su contenido y añade nuevos descubrimientos derivados de hallazgos arqueológicos que, como el desciframiento de la escritura micénica, han aclarado y ampliado los conocimientos sobre la mitología griega. Por su parte, William Hansen en Los mitos clásicos (Crítica) prolonga el estudio de los dioses de la antigua Grecia en la mitología de la Roma clásica e interpreta sus cualidades y poderes así como sus relaciones con la sociedad grecorromana.

El big bang de dios

Alimentada por antiguos mitos indoeuropeos, germánicos, babilónicos, fenicios, egipcios y de otros territorios de Asia Menor, la mitología griega nació como consecuencia del interés de los griegos por los orígenes del mundo. Hesiodo, en Teogonía, la primera obra en la que se recoge el nacimiento y la evolución de los mitos griegos, dice que en el principio era el Caos, del que nacieron Gea (la Tierra), Tártaro (las Profundidades) y Eros (el Amor). Gea engendró a Urano (el Cielo), para cubrirse a sí misma; y, en su interior, el Mar y las Montañas. Su relación con Urano dio lugar a las primeras familias de dioses: Titanes, Cíclopes y Gigantes. Crono, el más joven de los Titanes, se rebeló contra su padre Urano y mutiló sus genitales, que arrojó al mar. Las tres manchas de sangre que gotearon sobre la tierra dieron lugar a tres progenies diferentes engendradas por Gea, y de la espuma marina que se formó en torno a ellos nació Afrodita: de ahí su esfera de influencia en las relaciones sexuales.

Temeroso de perder el poder a manos de sus hijos, Crono los devoró a todos. Únicamente se salvó Zeus, ocultado por su madre Rea, la diosa Cibeles. Después de obligar a Crono a vomitar a sus hermanos, Zeus se erigió en rey de los dioses y se instaló en el monte Olimpo, una cordillera situada al norte de Grecia.

Puesto que los mitos no son sólo una ficción sino un intento de dar sentido a las inquietudes de una generación, el mito de la guerra entre Olímpicos y Titanes refleja en términos históricos la lucha de creencias que había acarreado la supresión de la religión antigua entre los griegos, así como el rumbo futuro de la historia. Robin Hard narra minuciosamente las victorias de Zeus sobre las tres grandes rebeliones que amenazaron su reinado (la del monstruo Tifón, la de los Gigantes y la de los Alóadas), recogiendo las fuentes de Hesiodo, las narraciones de la Biblioteca mitológica de Apolodoro y los relatos iniciales más antiguos. Otra rebelión menor, la de Prometeo, provocó el nacimiento de Pandora, la primera mujer, un “hermoso mal” que Zeus concibió como castigo a los hombres por haber robado Prometeo el fuego a Zeus. La caja de Pandora contenía los males y enfermedades que se iban a padecer desde entonces. Su apertura supuso la mortalidad para los humanos, que la mujer compensa con la reproducción (adviértase el paralelismo con la tradición bíblica de Eva y el paraíso terrenal). Los humanos, con algunos de los cuales se relacionaron deidades diversas, habían sido modelados por Prometeo con tierra y agua a imagen y semejanza de los dioses.

Zeus engendró a todas las grandes deidades olímpicas y a otras menores. Sus relaciones sexuales con dioses, héroes y humanos es interminable, incontable su número de hijos. Los principales autores cifran en 12 el número de los principales dioses del Olimpo (Zeus, Hera, Poseidón, Demeter, Apolo, Artemis, Ares, Afrodita, Hermes, Atenea, Hefesto y Hestia) y en una miríada los dioses menores y seres fantásticos: Musas, Gracias, Horas, Ninfas, Sátiros, Silenos, Centauros, Quimeras, Gorgonas, Esfinges, Sirenas…

Heracles, Tebas y los argonautas

Además de los dioses mayores y menores, existían los héroes y los humanos. Entre los primeros, especialmente fascinante resulta el itinerario vital de Heracles, concebido por Zeus con la mortal Alcmena durante una noche cuya duración triplicó el rey de los dioses. Heracles recibió su fuerza física gracias a ser amamantado por Hera, esposa de Zeus, durante el sueño. Cuando despertó, esta lo rechazó con tal violencia, que las gotas derramadas de su seno provocaron la formación de la Vía Láctea. Robin Hard y William Hansen relatan extensamente los 12 trabajos que el héroe llevó a cabo para ganar la inmortalidad (que Zeus le transfirió del centauro Quirón), recogidos de las diversas fuentes que los han narrado.

Ambos utilizan asimismo fuentes diferentes para narrar la fundación de Tebas, consecuencia del rapto de Europa por Zeus y su búsqueda por los hijos de Agenor, así como el viaje de Jasón y los Argonautas para encontrar el Vellocino de oro. La ciudad de Tebas sería la sede de algunos de los episodios más fabulosos de la mitología griega, como las tragedias de Edipo y Antígona, que siguen produciendo textos escénicos y ensayos sobre los valores que representan.

La guerra de Troya

Mientras que la mitología se apoyaba en muchos de sus pasajes en acontecimientos de la historia, algunos de estos acontecimientos se transformaron asimismo en mitos: Alejandro Magno se dejó guiar por los de su época y más tarde sus hazañas se convirtieron en narraciones míticas. La Ilíada y la Odisea recogen algunos de los relatos más conocidos de la mitología griega, desarrollados durante la parte final de la guerra de Troya y el regreso de los héroes a sus patrias de origen. Robin Hard recopila en su libro los aspectos más diversos de este enfrentamiento, que rebasa los episodios recreados por Homero. Más allá del origen de la guerra entre griegos y troyanos, provocado por el rapto de Helena por Paris tras haber elegido a Afrodita como la más bella de las diosas, la guerra estaba ya decidida porque formaba parte de un plan divino desde que Gea (La Tierra) se quejara a Zeus del exceso de humanos que sobrecargaban su superficie. Ante la alternativa de reducir la población con plagas, diluvios y terremotos, los dioses impusieron la guerra como una vía de acción más sutil.

Los mitos en la antigua Roma

Los romanos adoptaron la mitología griega absolutamente, apropiándose de sus dioses, mitos y leyendas heroicas, como cuenta William Hansen en Los mitos clásicos. Aunque tenían sus propias deidades, no tuvieron reparo en identificarlas con aquellos dioses griegos a los que más se parecían: Zeus se convirtió en Júpiter, Hera en Juno, Poseidón en Neptuno, Afrodita en Venus, Hefesto en Vulcano, Ares en Marte, Dioniso en Baco… Heracles en Hércules.

Los orígenes de la mitología romana están, pues, en las narraciones griegas. Uno de los héroes de la guerra de Troya, Eneas, se trasladaría al Lacio, en un largo viaje canonizado por Virgilio en su Eneida. Él y sus acompañantes se mezclaron con la población local de latinos, y uno de sus descendientes, Rómulo, nacido de una relación del dios Marte con la sacerdotisa vestal Rea Silvia, fundaría la ciudad de Roma.

LIB-mitologia-griega-diccionarioUn diccionario de referencia

La gran cantidad de dioses, héroes, deidades menores, seres fantásticos, humanos involucrados en relatos mitológicos y elementos de la naturaleza que configuran las mitologías griega y romana hacen imprescindible un compendio que ayude a localizar e identificar con rapidez cada uno de ellos. El formato de diccionario se impuso desde el principio. El mismo Hesiodo utilizó un método similar en Los trabajos y los días, y Apolodoro lo adoptó en su Biblioteca mitológica. Las Fábulas de Higinio fueron el más importante manual utilizado en la antigüedad en forma de diccionario. Desde entonces son frecuentes ediciones de diccionarios de mitología, que se van ampliando y especializando a medida que se editan nuevas obras sobre el tema. El último de ellos, y posiblemente el más completo publicado hasta ahora, es el Diccionario de mitología griega y romana (Herder) de Christine Harrauer y Herbert Hunger, un volumen de casi 1.000 páginas que además prolonga muchas de sus entradas en una minuciosa descripción de las obras a las que dieron lugar en las artes plásticas, la música, la literatura y el ensayo, con referencias bibliográficas y notas de gran utilidad para el conocimiento del tema.

Este diccionario proporciona en cada uno de sus contenidos el origen y la evolución de cada mito e introduce remisiones para establecer relaciones con otras entradas, al modo en que internet lo hace a través de los links. Además se incluyen las diferentes versiones que existen de cada mito y se hacen diferentes interpretaciones sobre su pervivencia a lo largo de la historia, así como su impacto en las sociedades y las religiones, y las reutilizaciones realizadas con los mitos por los nuevos impulsos sociales e ideológicos. Para nosotros son especialmente útiles los análisis que se incluyen, en muchas de las entradas, de la influencia de la mitología clásica en la cultura española. La amplia bibliografía y las numerosas y excelentes ilustraciones que se reproducen, son también un elemento enriquecedor sobre todo cuando se trata de conocer las relaciones entre la mitología clásica y las artes plásticas. frpastoriza@wanadoo.es

*Profesor de Información cultural en la Universidad Complutense de Madrid

 

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