No puede decirse que el servicio de información de el Vaticano ande muy fino o eficaz últimamente.
Tras anunciarse que se había descubierto en la catacumba de Santa Tecla un fresco con la imagen más antigua de
San Pablo, se escamoteó la información de que también aparecía otra de
San Pedro, aparte de una de El Buen Pastor y posiblemente de otros dos apósteles, tal como dejamos reflejado en un comentario del post
"Hallan en Roma la imagen más antigua de San Pablo".
Luego se anunció con gran algarabía informativa que en la Capilla Paulina de el Vaticano, tras las labores de limpieza y restauración de los frescos, se estimaba que el maestro
Miguel Ángel había plasmado su autorretrato en una las figuras de la composición de
"El martirio de San Pedro" (el hombre que aparece con turbante azul).
"El martirio de San Pedro"
La cuestión suscitó, como es lógico, mucho interés,
pudiéndose apreciar la opinión -favorable o contraria- de los expertos sobre dicha posibilidad.
Pero héte aquí, que sale a escena el Papa, Benedicto XVI, y
advierte que ha habido una confusión informativa, pues el hombre del turbante azul no es el personaje que se considera como autorretrato del maestro Miguel Ángel, sino precisamente el del apóstol
San Pablo, esto es, el que se halla en el fresco titulado
"La conversión de San Pablo".
"La conversión de San Pablo"
Detalle de "La conversión de San Pablo"
Como se comprenderá, el asunto no deja de ser chocante, curioso y hasta simpático. Todo a la vez. Se podría decir, a mi juicio, que ahora tendríamos dos posibles autorretratos del "divino" Miguel Ángel, dado que los argumentos que se ofrecieron en un principio para el primer caso, como los que se ofrecen ahora para el segundo, pueden seguir manteniéndose en su consideración.
Bien es verdad que, en el primer caso, el maestro Miguel Ángel aparece más joven que la edad que ostentaba cuando pintó "El martirio de San Pedro", y en el segundo caso, "La conversión de San Pablo", el apóstol aparece más viejo que cuando tuvo lugar su experiencia religiosa, y con arreglo a la edad en que lo pintó -y se autorretrataría- Miguel Ángel, pero esto son aspectos contradictorios que se prestan a múltiples interpretaciones sobre las posibles intencionalidades del autor que nunca se podrán fundamentar con suficiente rigor en su alcance (si es que lo tiene).
En fin, es muy posible que en el futuro los análisis iconográficos sobre el particular continuen.