David Eguizábal, ante la muralla con foso del poblado celtíbero del Cerro de San Miguel arnedano. / E.P.

Fuente:La Rioja.com| 15 de septiembre de 2014

En el debate que reconstruye la historia, los investigadores rondan dos preguntas: qué ocurrió con la población celtíbera del Cerro de San Miguel arnedano -después de su violenta destrucción a finales del siglo III antes de Cristo- y cómo era la vida en la zona de la hoy Calahorra antes de la fundación de Calagurris a principios del II a.C. En el marco de los XXII Cursos de Verano de la Universidad de La Rioja en Arnedo, el arqueólogo David Eguizábal ha planteado una hipótesis en la que lleva trabajando varios años.

¿Cómo construye su teoría?

A nivel arqueológico, parece que las raíces indígenas de Calagurris no se retrotraen más allá del II a.C., cuando las ciudades indígenas tenían varios siglos más. Ante esto, varios investigadores proponen la posibilidad de que el emplazamiento de la Kalakorikos indígena pudo estar en otro distinto al que después ocupó la Calagurris romana. La pregunta de cuál era ese lugar me lleva a enlazarlo con las evidencias surgidas en el Cerro de San Miguel, que alcanzó una gran magnitud política y militar respecto a otros vecinos.

Entonces, ¿la del Cerro de San Miguel fue la población a batir por los romanos en su llegada a la zona?

Sí. Por ello, una vez vencidos, los romanos pudieron aplicar con ellos la táctica del 'transductio'. Es decir, deportaron forzosamente a la población indígena a otro emplazamiento más conveniente para los intereses de Roma, lo que sería Calagurris, tanto para someterlos como de cara a la planificación de la nueva administración del territorio respecto a su nueva red de calzadas. Pero hay ocasiones en las que los romanos aniquilaban a toda la población indígena y el del Cerro de San Miguel pudo ser uno como muestra de poderío y ejemplo para meter miedo al resto de la zona. Dado que no está claro a qué se refiere Kalakorikos, que conocemos a través de las monedas, puede referirse a un espacio concreto como una ciudad o a un grupo étnico, una zona geográfica. Desde ahí, propongo que, quizás, Kalakorikos fue el Cerro de San Miguel y los poblados celtíberos de su entorno, como los yacimientos de Préjano, de Autol...

¿Cómo ha sido recibida su teoría?

Indiferente no deja, por las poblaciones actuales a las que se refiere. Pero a la hora de establecer argumentaciones, hay que partir de unos momentos en los que ni Arnedo ni Calahorra existían. Mi planteamiento parte de lo que se conoce y de lo que no se conoce, pues en arqueología las cosas hay que considerarlas como provisionales, porque siempre pueden aparecer nuevos hallazgos o argumentos. Una de mis intenciones es provocar el debate historiográfico para profundizar en esta posibilidad o rebatirla.

Tras la supuesta 'transductio' o la aniquilación, ¿el Cerro de San Miguel quedó vacío por siglos?

Arqueológicamente está demostrado que quedó inhabitado. Todos los restos se han conservado conforme se derrumbaron las casas. Se destruyó y ya nunca volvió nadie.

Así, ¿cuándo y quién volvió a establecerse en el hoy Arnedo?

Hasta los siglos III ó IV d.C. no vuelven a encontrarse restos. Por la decadencia del Imperio Romano, que afectó sobre todo a las ciudades, como Calagurris, parece ser que las gentes volvieron al medio rural. Así surgieron pequeños núcleos rurales que buscaban su supervivencia. En esto, también es novedad que hemos encontrado varios de estos emplazamientos en cerros que vienen a cubrir una parte de la historia de Arnedo que era desconocida.

¿Por dónde sigue su labor?

Mi trabajo como arqueólogo llega a donde me llamen; de hecho, llevo dos años trabajando fuera de Arnedo. Espero que volvamos a excavar en San Miguel, que siempre tendrá justificada una intervención, pero ahora mismo el que está necesitado es el castillo: primero para que no se nos caiga, y por seguridad,y porque nos daría un filón de nuevos datos sobre la historia de Arnedo.