Red social de Arqueologos e Historiadores
Casa del Mitreo. Junta de Extremadura
La situación en los extramuros de Augusta Emerita, la actual ciudad de Mérida, debió tornarse peligrosa a finales del siglo III d.C., durante las temidas invasiones bárbaras, porque los residentes de la 'domus' romana que hoy conocemos como Casa del Mitreo se sintieron inseguros y corrieron a refugiarse entre los muros de la urbe. Antes de abandonar la vivienda, enterraron un dinero en una de las dependencias con idea de volver a buscarlo en cuanto fuera posible, pero quienes sabían de su escondrijo nunca regresaron.
Aquel tesorillo formado por 52 monedas (49 del s.I y tres del s.III) ha sido descubierto en las últimas excavaciones conjuntas del Consorcio de la Ciudad Monumental y la Universidad de Granada que dirigen las arqueólogas Ana María Bejarano (izquierda) y Macarena Bustamante.
'Arca ferrata'
De una habitación próxima se han recuperado los restos de un 'arca ferrata', una especie de 'caja fuerte' de madera, hierro y bronce que servía para almacenar las pertenencias más valiosas que tenían en la casa, sobre todo caudales, así como joyas y objetos preciosos. «Es uno de los objetos más excepcionales localizados y documentados en los últimos años en el panorama arqueológico emeritense», explica Ana María Bejarano, del Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida. Y no solo por su estado de conservación (se encuentra desmontado aunque completo), sino por la singularidad de estos baúles. «Se conocen muy pocos en todo el Imperio Romano, únicamente 4 ó 5, y casi todos ellos en Pompeya», subraya. Se refiere a las 'cajas fuertes' halladas en Oplontis, en la citada Pompeya (casa de Lucius Crassius Tertius, Villa B o casa de los Vetii) y en Zaragoza.
«Son piezas realmente espectaculares y complejas, decoradas profusamente y con sofisticados mecanismos de cierre», describe.
Restos del 'arca ferrata' de la Casa del Mitreo de Mérida - Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida.
Se colocaban en la sala de recepción, donde el dueño de la vivienda recibía a sus visitantes, y se anclaban a la pared o al suelo con clavos o vástagos de hierro para evitar su robo. Los arqueólogos han identificado en la de Mérida los anclajes que la sujetaban al suelo, así como las barras de hierro que la reforzaban. «Era de madera forrada con bronce», explica Ana Bejarano, que destaca el hallazgo de unos elementos de adorno de bronce, a modo de remaches o tachuelas, que debían de estar soldadas por toda la superficie como decoración.
También han localizado el tirador de la caja, un mango de bronce decorado con palmeras y una pata de león que había sido encontrado anteriormente en la misma zona.
«Dentro de la caja solo hemos encontrado una moneda bastante degradada, del siglo I probablemente, idéntica a las del tesorillo», apunta la arqueóloga del Consorcio de la Ciudad Monumental. A su juicio, no es descartable que estas monedas que fueron guardadas durante dos siglos estuvieran en el 'arca ferrata' y fueran sacadas de allí para ser escondidas en un momento de temor. «Entiendo que podían venir de la caja y que la que nos salió en el verano, sola en el baúl, debió quedar allí olvidada», añade Bejarano.
Uno de los apliques de bronce, a modo de remaches o tachuelas, que debían de estar soldados en la superficie del 'arca ferrata'. - Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida.
El 'arca ferrata' de la Casa del Mitreo no se encontraba en el que hubiera sido su sitio habitual, en la sala de recepción de la vivienda. Había sido anclada al suelo de otra habitación sin suelo, a donde fueron a parar otros dos muebles. Los tres estaban arrimados a la misma pared. Los arqueólogos creen que los dueños habían emprendido un proceso de reforma en la casa y los trasladaron a esta dependencia durante las obras, pero tuvieron que abandonarla antes de que concluyeran. «Se quedó en esa fase curiosa de traslado», apunta Ana María Bejarano.
A comienzos del siglo IV hubo un incendio que afectó a esa habitación y el fuego deformó el 'arca ferrata'. Actualmente ocupa una superficie de casi tres metros de longitud por metro y medio de anchura y se cree que su baja altura, de unos cincuenta centímetros, puede deberse al aplastamiento del derrumbe que siguió al incendio.
J. M. ROMERO
Fue localizada durante una campaña de excavaciones arqueológicas llevada a cabo en la Casa del Mitreo en 1994, pero en aquel momento se optó por dejar en el lugar los restos tras limpiarlos y consolidarlos para que no se degradaran. A partir de 2017, con motivo del proyecto integral de restauración y consolidación acometido por el Consorcio de la Ciudad Monumental de Mérida, se retomó la excavación completa de esta sala y tras delimitar el arca y todos los elementos que formaban parte de ella se decidió su extracción.
Para recuperar la pieza y garantizar su seguridad se ha empleado la técnica del bloque. En una primera fase, se han consolidado los restos para evitar la oxidación de los metales y el deterioro de las zonas carbonizadas. En su superficie se han adherido unas gasas con resina como capa de protección. Tras liberar el perímetro del arca, se preparó una estructura de hierro a modo de parrilla para levantarla en bloque y repartir el peso, rellenando los huecos con espuma de poliuretano. En estos momentos ultiman su próximo traslado al Instituto de Patrimonio Cultural de España (IPCE), donde se realizarán análisis y un estudio completo para su restauración y posterior muestra al público.
Etiquetas:
Bienvenido a
Arqueologia, Historia Antigua y Medieval - Terrae Antiqvae
Terrae Antiqvae es una Red Social sin ánimo de lucro. Necesitamos tu apoyo para el mantenimiento del sitio. Apadrina esta Comunidad
Derechos de Autor:
Terrae Antiqvae® is licensed under a Creative Commons Reconocimiento-NoComercial-SinObraDerivada 3.0 Unported License.
Información legal: Terrae Antiqvae® es Marca registrada por José Luis Santos Fernández. Marca nº 2.679.154 - Clase 41, Madrid, España. Reservados todos los Derechos. En Internet desde Julio de 2001.
Normas de la Comunidad (Aviso Legal): Netiqueta - Términos de servicio
© 2024 Creado por José Luis Santos Fernández. Tecnología de