El tramo de La Secuita, con partes al descubierto y otras soterradas, es el que mejor se conserva del acueducto del Gaià. ICAC
Fuente: La Vanguardia.com | 31 de octubre de 2014
No se conservan estructuras a la vista ni espectaculares arcadas, pero fue determinante para garantizar el suministro de agua a la flamante Tarraco a medida que crecía, cuando ya era capital de la principal provincia del Imperio.
El acueducto del Gaià fue "el otro" acueducto, eclipsado de alguna manera por el del Francolí y, en concreto, por el tramo popularmente conocido como el Pont del Diable, pero ambas construcciones fueron muy importantes para cubrir las necesidades hídricas de la población a partir del siglo I d.C.
Y, tras tantos siglos en segundo plano, al acueducto olvidado de Tarraco le ha llegado su oportunidad. Una intervención llevada a cabo este años por el Institut Català d'Arqueologia Clàssica (ICAC) ha permitido documentar y localizar parte del recorrido, que nacía en el Pont d'Armentera y que tenía una longitud de más de 40 kilómetros. La actuación se ha centrado en el tramo de 12 kilómetros que pasa por la localidad de La Secuita, el mejor conservado de todos.
"Hemos podido determinar el trazado de esta parte a partir de los restos conservados y situar sobre un único mapa los que son visibles hoy en día, los que están soterrados y los que se han perdido, a la vez que se ha realizado la documentación fotográfica", explica Jordi López (izquierda), investigador del ICAC responsable de la actuación y que ha formado equipo con el topógrafo y arqueólogo Josep Maria Puche (derecha).
A partir del trabajo de campo se ha podido interpretar todo el trazado, "unos 12 km que se encuentran dentro del término municipal de La Secuita, donde hay numerosos tramos a la vista que suman aproximadamente un kilómetro en total", detalla López. Añade que la documentación elaborada permitirá a las diferentes administraciones "proteger mejor el monumento, a la vez que da opción a planificar futuras campañas de exploración arqueológica e incluso de excavación y restauración de algunos de los puntos más cercanos al casco urbano".
Diferente estado de conservación
Según López, el acueducto del Gaià se aprecia bien a su paso por La Secuita y se puede seguir con relativa facilidad porque la estructura romana fue reutilizada mayormente como margen de contención de los campos de cultivo. También goza de buena salud a la altura de Vallmoll y Nulles, pero no tanto en la zona de Els Pallaresos o a su llegada a la ciudad de Tarragona. "En las últimas dos décadas se ha construido mucho allí –en Els Pallaresos-, con grandes urbanizaciones, y muchos metros se vieron afectados porque nadie lo tuvo en cuenta", dice.
En Tarragona pasó los mismo en la zona de la Muntanya de l'Oliva. El acueducto llegaba hasta allí y desde ese punto el agua era distribuida por la ciudad romana mediante dos ramales, uno que cruzaba la calle Rovira i Virgili y otro que se dirigía hacia el casco antiguo. "Entre l'Oliva y la parte antigua habría un puente más espectacular que el del Diable, pero no se conserva nada, sólo parte de los cimientos", sostiene el investigador del ICAC.
La inmensa mayoría de los estudios sobre los acueductos de Tarraco se han centrado en el que captaba el agua del río Francolí porque el acueducto de les Ferreres o Pont del Diable formaba parte de él y esta parte tan espectacular sí fue preservada. Pero para Jordi López la actuación realizada ahora en La Secuita "es un primer paso" que puede propiciar muchos más: "Sería ideal poder hacer lo mismo con todo el trazado de 45 kilómetros y que los demás municipios por donde pasa se impliquen, como ha hecho La Secuita. Los ayuntamientos deberían apostar por recuperar y proteger el patrimonio", señala. El acueducto del Gaià, que era de mayor longitud que el del Francolí, partía "de un punto por determinar" del Pont d'Armentera, a una cota de unos 350 metros sobre el nivel del mar. El trayecto abarca los términos de Pont d'Armentera, Aiguamúrcia, Vila-rodona, Alió, Puigpelat, Nulles, Vallmoll, La Secuita, El Catllar y Els Pallaresos, hasta llegar, finalmente, a la ciudad de Tarragona.
Medidas de protección y proyectos de futuro
Las actuaciones que ha llevado a cabo el equipo del Institut Català d'Arqueologia Clàssica en este tramo del acueducto del Gaià han sido financiadas por el Ayuntamiento de La Secuita, que en la actualidad tiene en vigor dos convenios con el centro de investigación, con sede en Tarragona. "Por el término municipal pasan tramos aéreos y otros que están bajo tierra, pero muchos se conservan muy bien", explica Eudald Roca, el alcalde de esta localidad del Tarragonès.
Según Roca, la apuesta por documentar la estructura tiene "el objetivo de protegerla mediante herramientas urbanísticas y para que en un futuro se puedan llevar a cabo excavaciones en los puntos más relevantes". Actualmente el municipio está elaborando su nuevo Plan de Ordenación Urbanística Municipal (POUM).