Los mayas no solo fueron grandes astrónomos, arquitectos y artistas. Nuevas interpretaciones arqueológicas revelan que también fueron avezados navegantes, especialmente en la última etapa de su cultura.

Es así como recorrieron las costas entre Honduras y Tabasco, México, llevando su comercio, principalmente alimentos y objetos de arte, por toda su zona de influencia. Pudieron haber cubierto fácilmente hasta 300 km costeando, aunque seguramente los viajes eran más cortos, explica a "El Mercurio" la arqueóloga mexicana Daniela Fabila, quien desarrolla su tesis sobre este tema en el Programa de Doctorado en Estudios Mesoamericanos de la Universidad Nacional Autónoma de México, Unam.

Dos exploradores de National Geographic -el geólogo Andrés Ruzo y el arqueólogo Fabio Amador-, siguieron estas rutas a principio de este año, desarrollando una investigación científica de avanzada con el apoyo de los arqueólogos del lugar. El resultado de la expedición se tradujo en el documental "Misterios del Inframundo: Quintana Roo", que se presenta el domingo 23 de septiembre en el canal Natgeo o en su aplicación.

Foto: Andrés Ruzo (izquierda) y Fabio Amador en un momento del trabajo de investigación sobre la cultura de navegación de los mayas.

"Tratamos de cubrir todo por mar, tierra y hasta aire a través de drones. Fue muy espectacular", cuenta Ruzo a "El Mercurio".

Uno de los hallazgos más interesantes que ha salido a la luz recientemente es la condición de puerto "internacional", de la ciudad costera de Tulum, que se encuentra próxima a Cancún y otros centros de recreación actuales en la costa de la península de Yucatán.

Clave allí era el edificio conocido como 'El Castillo'. La costa de Yucatán está rodeada por el segundo arrecife de coral más grande del mundo, lo que significa un importante obstáculo para la navegación, pero justamente frente a Tulum había un corte en el arrecife que permitía la entrada y salida de embarcaciones. Además, por su altura mayor respecto de otras estructuras, 'El Castillo' hacía las veces de un faro. Ruzo y Amador llegaron allí en una réplica de embarcación maya tal como lo hacían los antiguos navegantes de la región.

"Muchas veces había visto por fotos Tulum, pero es muy distinto hacerlo desde el mar y ver que donde se distingue la torre del edificio se abre una especie de camino en el mar hasta la costa", resalta Ruzo. Como geólogo su apuesta es que se trataría de una fractura natural, pero Amador no descarta que pueda haber sido construida artificialmente por los mayas.

Canales interiores

Este desarrollo marítimo se dio principalmente entre el año 800 y 900, en lo que se conoce como periodo posclásico. "Es un proceso paulatino de conquista del mar", dice Carlos González, arqueólogo del Museo Regional de Atacama.

"No había ríos interiores en gran parte del área maya así que la navegación de cabotaje fue importantísima para realizar comercio de algodón, sal, miel de abeja, obsidiana, telas, alimento y personas", detalla Fabila.

En cuanto a sus embarcaciones, había de distintos tipos, parecidas a canoas. "Las más avanzadas tenían la popa y la proa más altas que el nivel de la nave, lo que les daba más estabilidad", indica González.

Las rutas acuáticas no se limitaban al mar. También había canales interiores. Han sido poco estudiados, pero existieron definitivamente y sobre todo en la Península de Yucatán. Muchos de los canales artificiales servían para unir sitios costeros con sitios que se encontraban tierra adentro.

En otros sectores donde había ríos, practicaron la navegación fluvial como en el caso del Usumacinta, el Grijalva y La Pasión, todos en la zona mesoamericana.

Fuentes: economiaynegocios.cl | culturacolectiva.com | 10 de septiembre de 2018

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¿Los mayas también fueron grandes navegantes?

El geólogo Andrés Ruzo (izquierda) y el arqueólogo Fabio Amador lideraron las expediciones para conocer las rutas marítimas de los mayas en Quintana Roo (México). Foto: National Geographic.

La antigua civilización maya es reconocida por grandes aportes al conocimiento y el desarrollo de la humanidad. En los libros de historia se destacan sus habilidades astronómicas, sus capacidades arquitectónicas y de ingeniería y sus desarrollos en materia política y cultural.

Pero una faceta de los mayas que generalmente pasa desapercibida es su experticia como unos de los navegantes más hábiles del continente americano,  razón por la cual aún persisten dudas sobre su gran ruta marítima, que corre a lo largo del segundo arrecife más extenso del mundo y hoy va desde los territorios de Honduras hasta Tabasco (México).

¿Qué tan antigua es la gran ruta marítima maya y por qué es tan importante? ¿Qué tan lejos fueron capaces de llegar mar adentro? ¿Qué obras de ingeniería naval se conservan aún? ¿Cómo hicieron los mayas para construir canales que van desde el mar hasta tierra adentro para seguir su ruta de navegación?

Estas son algunas de las preguntas que intentará desvelar Misterios del inframundo: Quintana Roo, un documental que NatGeo  y retrata la búsqueda de evidencias sobre la gran ingeniería naval de la civilización maya.

Para esta misión se utilizó tecnología de última generación en arqueología como el láser LiDAR (Light Detection and Ranging, por sus siglas en inglés), usado para recrear y relevar en 3D copias exactas de templos; drones subacuáticos para obtener imágenes de alta resolución de fondos marítimos; un sonar de barrido lateral que envía una onda que refleja el fondo y, cuando existe un objeto, emite una sombra, y magnetómetros subacuáticos para encontrar objetos metálicos a gran profundidad.

EL TIEMPO habló con el geólogo y explorador Andrés Ruzo, quien, junto con el arqueólogo Fabio Amador, lideró las expediciones para conocer las rutas marítimas de los mayas en Quintana Roo (México).

¿En qué consistió esta expedición?

En el programa colaboramos con los administradores locales de cada sitio, arqueólogos principalmente; yo, con mi conocimiento geológico y Fabio Amador, con su conocimiento arqueológico, y traemos esas herramientas tecnológicas nuevas, a las que, a veces, otros investigadores no tienen acceso por falta de fondos. En este episodio, la meta va a ser investigar y explorar la gran ruta maya. Conocemos a esta cultura como grandes constructores e ingenieros, pero no como maestros navegantes. Cuando los españoles hicieron contacto con los mayas, estos describen embarcaciones grandes, hasta con velas, pero no tenemos ninguna evidencia más que esas anécdotas. Así que eso es lo que va a hacer este programa, investigar a los mayas como grandes navegantes.

¿Cuál fue el hallazgo más llamativo al respecto?

Para mí, algo muy significativo fue Sinanché, un punto de conexión entre la selva y la ruta marítima que le permitía a la familia real controlar todo y tener influencia sobre casi toda la ruta. También encontramos un punto arqueológico nuevo cuando colaborábamos con los arqueólogos de minas: el banco Chinchorro, pero no pudimos bajar para hacer la exploración en persona porque, lamentablemente, las condiciones del mar estaban muy fuertes; pero, igual, tenemos el registro de ese punto, fue una cosa muy interesante.

¿Cómo eran las dinámicas de navegación de esta civilización? ¿Qué tipo de embarcaciones y materiales utilizaban? ¿Tenían jerarquías de mando?

Hay historiadores y entusiastas que hacen algo que es la gran travesía maya y han reconstruido las embarcaciones a su estilo. Eran canoas hechas de un solo tronco que fueron talladas y usaban remos de madera. Los cronistas mencionan canoas y embarcaciones más grandes con velas, pero, lamentablemente, de eso todavía no hay evidencia más allá de esos cuentos, así que seguimos explorando.

¿En qué se parecían o se diferenciaban los mayas de otras culturas antiguas que eran navegantes, como los fenicios?

No sé mucho de ese tema, pero una cosa que me llamó la atención de la gran travesía maya que hicimos y exploramos en Quintana Roo era que los mayas geoformaron las zonas donde ellos vivían. Por ejemplo, construyeron un laberinto de canales por pantanos, lagunas y manglares donde, incluso, existen monumentos arqueológicos bien grandes, como ‘castillos’. Esa conexión con el mundo monumental maya fue muy interesante. Ellos eran navegantes costeros y siempre buscaban un punto que pudieran ver: una bandera, un fuego, algún monumento para poder seguir la travesía.

¿Personalmente, qué fue lo que más le impactó?

Ver que esta es una ruta viva; pensaba que iba a encontrar un sitio histórico preservado y ya, pero me llamó la atención ver que los descendientes de los mayas siguen manteniendo los mismos canales, caminos y rutas que sus antepasados. En ciertos lugares de Quintana Roo están las carreteras modernas, y a unos pasos puedes encontrar los ‘caminos blancos’, que eran los caminos mayas. Por ahí iban de Honduras hasta Tabasco, y esas rutas de comercio siguen siendo usadas; eso me pareció fantástico.

¿Qué legado le dejaron los mayas al mundo en cuanto a la navegación?

Es una pregunta difícil. Sí fueron navegantes, pero más por ser comerciantes.  Gracias a esta ruta maya, cuando los españoles llegaron ya había un mundo interconectado, del Pacífico hasta el Caribe o hasta el golfo de México, en el caso de Tabasco.

Fuente: eltiempo.com | 23 de agosto de 2018

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