Una de las integrantes del equipo arqueológico. /LP

Vía:las provincias.es | Burguera | 2 de marzo de 2011

Un equipo de investigadores de la Universidad Politécnica y de la Universitat de Valencia hallaron a finales de 2009, en plena selva guatemalteca de Petén, epicentro de la cultura maya, un mascarón oculto durante siglos bajo la vegetación que cubre las ruinas de esta civilización mesoamericana. Los coordinadores del proyecto son Cristina Vidal (arqueóloga y profesora de la UV) y Gaspar Muñoz (arquitecto y profesor de la UPV), y recuerdan que llegaron a Chilonché para dibujar ruinas que asomaban entre los riscos de una montaña.

Sin embargo, actualmente han comprobado que aquel mascarón es, en realidad, el cuerpo entero de un ser sobrenatural, un elemento arquitectónico que ha servido de hilo a través del cual los arqueólogos valencianos están desenredando la madeja que ocultaba aquella montaña: una ciudad maya que, bajo tierra, los investigadores valencianos están plasmando en los primeros mapas de lo que fue el centro de la antigua población.

«La calidad de la arquitectura con la que nos estamos tropezando una vez entramos en los túneles que habían realizado los saqueadores nos hace presagiar que vamos a encontrar pinturas muy interesantes. La importancia del mascarón está creciendo, ya que en realidad es una pieza entera, un gran monstruo», explica Vidal, quien destaca, principalmente, ese trabajo intenso bajo tierra realizado por un equipo compuesto por una decena de personas, entre profesores y estudiantes: «Recomponemos la ciudad sin haber podido todavía extraer la tierra que la sepulta. Vamos descubriendo fragmentos de la arquitectura».

Las investigaciones están subvencionadas por el Ministerio de Cultura español y se realizan entre septiembre y diciembre de cada año. Actualmente, los investigadores valencianos están redactando los informes que presentarán al Ministerio.

Se trata de la única excavación maya que actualmente se está llevando a cabo por parte de un equipo de investigación español en Guatemala. «Es una zona nunca excavada. Hemos hecho un levantamiento topográfico del entorno, una serie de mapas sobre cómo era la zona y los edificios. Trabajamos a dos niveles, tanto bajo tierra, en la parte del basamento, como en las cúpulas. Es una zona donde se ubicaron palacios, una acrópolis con restos de pintura mural. Sabemos que hay muchos espacios construidos gracias a la investigación realizada este año», señala Muñoz.

«Nos hemos tropezado en estos túneles con los restos de una población que vamos dibujando y luego encajamos a través de los mapas topográficos», describe Vidal, quien detalla cómo aquella máscara se ha convertido en un monstruo: «Se ve con nitidez los ojos, unas orejeras, el morro, las patas... es un hallazgo que presentamos en el último simposio de investigación arqueológica de Guatemala y nuestros colegas, expertos en cultura maya, quedaron fascinados».

«Era una zona de la ciudad que debía de estar cargada de simbolismo, y por eso adornaban los edificios con ese tipo de seres. Se trata de un espacio arquitectónicamente bien hecho, se nota que tenían calidad, que eran edificios importantes para ellos», deduce Muñoz.