En marzo del 2008, Juan Carlos Campos publicó uno de los santuarios rupestres leoneses más curiosos:
la Peña de la Medida de Filiel(1). Se trata de un lecho excavado en la peña, con el Monte Teleno al fondo. A unos metros de allí encontramos un afloramiento con cazoletas y más allá el Arca de la Escrita caracterizada por tres perforaciones en la peña que define la delimitación entre Molinaferrera, Chana de Somoza y Filiel. En otro enlace de su blog (que no consigo encontrar) también publicó el hallazgo de un nuevo lecho excavado en la roca, cerca de la Calera de Filiel.
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Peña de la Medida |
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Cazoletas próximas a la Peña de la Medida |
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Lecho en roca de la Calera de Filiel |
De acuerdo a la tradición popular local parece su función conocida consistía en medir la estatura de los mozos del pueblo y señalar el momento en que se convierten en quintos:
Sin embargo tenemos razones para creer que su antigua función ha sido olvidada. Fernando Alonso Romero enumera algunos ejemplos similares
(2): las “camas de Nuestra Señora” o de distintos santos en Irlanda (recordemos que en
A Lanzada, donde se realiza el baño ritual de las nueve olas, también existe una “cama de la Virgen”
(3)) sobre las que las mujeres casadas se acostaban en demanda de fertilidad
(4) o la Silla de San Maughold, en el promontorio de Maughold Head, en la isla de Man, una roca que curaba la esterilidad de las mujeres que se sentaban en ella en el equinoccio de primavera
(5). Estas tradiciones parecen remontarse funcionalmente a los antiguos dólmenes megalíticos:
«De tiempos paganos viene, sin embargo, sin duda, la ampliamente extendida noción de que los dólmenes son eficaces en casos de esterilidad. "Si una mujer", dice Mr. Dutton, "es estéril, una visita con su marido a la Cama de Darby y Grane seguramente la curará". Supersticiones similares prevalecen en el caso de algunos dólmenes galeses, en cuyo país están asociados a reuniones reprobables y clandestinas. En Bretaña, y en los Pirineos, y en España, los monumentos megalíticos, menhires especialmente, son visitados por los amantes para la petición de mano»(6).
Volviendo a Maragatería, ambos lechos en la roca, el de la Peña de la Medida y el próximo a La Calera de Filiel, guardan una estrecha relación los lunasticios al Sur: la Peña de la Medida con la cumbre aparente del Teleno en la puesta de la Luna del lunasticio mayor al Sur y el lecho en roca de la Calera orientado a la salida de la Luna en el lunasticio menor al Sur
(7). Asimismo, hemos estudiado algunos lugares que revelan antiguos rituales relacionados con la fertilidad en los que se manifiestan lunasticios al Sur como la
Piedra de la Fecundación de Castrohinojo(8),
A Lanzada(9) y
Muxía(10). Puedes obtener los cálculos
en este enlace.
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Labbacallee Wedge Tomb. Fuente: Wikipedia |
Algunas tumbas megalíticas del condado de Cork son conocidas como Labbacallee o Labbanacally, es decir Cama de la Vieja Bruja
(11), lo que nos lleva al fin del mundo, Fisterra. De ahí procede el relato tradicional de la Orca Vella
(12), recogido por Julián Iñiguez de Medrano y publicado en su
Silva Curiosa, publicada por primera vez en 1583. Este texto fue recuperado por Jose Luis Pensado en un artículo publicado en la Voz de Galicia en 1985
(13). El texto completo que puedes leer en la correspondiente nota al final, puede resumirse así
(14): Orca Vella era una mujer bárbara, vieja y fea que dominaba las artes mágicas. Cuando se cansó de raptar niños, de cuya sangre se alimentaba, decidió excavar su tumba en una peña, y se encerró en su interior abrazando a un pobre pastor a quien había encantado y tapando la entrada con una enorme lápida. El pastor, a pesar de pedir ayuda con grandes voces, terminó muriendo, y la tumba quedó señalizada por letreros de advertencia y rodeada por serpientes que actuaban de guardianes, dando muerte a cuantos curiosos osaran tocar los cuerpos ahí encerrados.
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Pedras Santas |
Según Pensado “Orca Vella” es equivalente a “Arca Vella” o “Arca Vieja”(15), y “arca” es un nombre habitual en el noroeste para referirse a tumbas megalíticas(16). Sin embargo, yo no estoy muy convencido: el texto de Iñiguez de Medrano se refiere a la vieja hechicera como “orca”, es decir, el femenino de “orco”, del latín orcus, ultratumba. Más que a tumba megalítica, nuestra “orca” parece referirse mejor a un lugar profundo o caverna.
«En cuanto a la etimología de esta familia, Gª de Diego se inclinaba por una transposición metafórica del lat. ŏrcus ‘infierno; Plutón’ (deeh 845). Silveira, por su parte, menciona el cast. huerco, uerco ‘tumba mortuoria’, portugués orca ‘dolmen’ (y de ahí la serie de topns. Huércal, Huércanos), poniéndolos en relación no sólo con ŏrcus ‘morada de los muertos’, sino con ŏrca ‘tonel, recipiente grande de barro’. Uerco ‘infierno’ aparece en Juan de Mena; en el Arcipreste de Hita figura con el uso popular ‘el diablo; la muerte’. Walde y Hoffmann señalan un posible parentesco etimológico, en origen, del lat. ŏrca ‘tinaja’ y ŏrcus ‘infierno’, partiendo de una noción común: «la concepción del infra-mundo [infierno] como un recipiente de boca estrecha». Coromines, por su parte, no encontró bases sólidas para afirmar la perduración apelativa del catalán orc en la acepción puramente topográfica ‘cueva o abismo’ de Ribagorza, aunque sí admite la acepción ‘lloc salvatge, paorós’ (dcech s.v. huerco y cahuerco; decat s.v. orc; ocat VI, 85). A pesar de ello, y dado que orca no ha dejado descendencia segura en iberorromance, parece inclinarse en el dcech por atribuir a ŏrcus un sentido traslaticio ‘lugar subterráneo, caverna’, del que procederían los citados topónimos»(17).
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O Pindo |
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Taúme (izquierda) y Veladoiro (centro) |
Bien como dolmen, bien como cueva natural referida con el topónimo Casa do Monte
(18), según Benjamín Trillo el antiguo sepulcro de Orcavella se encuentra actualmente en el recinto de Telefónica en el Monte del Cabo de Finisterre.
La unión macabra de Orca Vella y el pastor encantado evoca la tradición popular que se desarrollaba muy cerca de aquí, en la ermita de San Guillermo, como registró el leonés Martín Sarmiento en su Viaje a Galicia de 1745:
«Desde Finisterre, pasé a ver, y adoré, al Santísimo Cristo, que está a la falda del cabo, y es muy devoto y está con decencia. Después subí a pie (después de mediodía) el cabo y llegué hasta la ermita de San Guillelmo, que está muy mala, y San Guillelmo de piedra vestido de agustino.
«El que nos guiaba (creo D. Juan Alejandro Senlle) nos enseñó en la ermita el sitio en que, no hace mucho tiempo, había una como pila o cama de piedra, en la cual se echaban a dormir marido y mujer, que por estériles, recurrían al santo y a aquella ermita; y allí delante del santo engendraban. Y por ser cosa tan indecorosa, se mandó, por visista, quitar aquella gran piedra, pilón o cama, y se quitó el concurso. [...] El Pindo es de Marqués de la Sierra, y le tiene arrendado para pastos y le vale mucho. No hay lugar en él, sólo hay excelentes pastos, y buenas aguas. Dicen mil cosas de lo que hay dentro: que crece la yerba mucho de la noche para la mañana, que hay infinitas yerbas medicinales y muchas incógnitas, y que allí van a buscarlas algunos médicos; que dentro son frecuentísimos los animales, y oí que algunos tiempos solían ir la Pindo los casados estériles e infecundos con el fin de tener sucesión, al modo que dije de la ermita de San Guillelmo en Finisterre»(19).
Para finalizar con esta aproximación general a los elementos míticos de Finisterre debemos hacer referencia a la repetida identificación erudita de este cabo con el Promontorio Nerio mencionado por Ptolomeo, que supondría la localización aquí de un Ara Solis o Altar Solar:
"Post Nerium Promontorium, aliud Promontorium in quo Solis Arae"(20). Ya desde 1610 Mauro Castellá Ferrer dedía que
«Fueron [los discípulos de Santiago] a el que residía en la ciudad de Duyo junto a Finisterre, no lejos del gran Templo, a que llamaban Ara del Sol, adonde ahora está la Iglesia de Nuestra Señora de Finisterre, ocho leguas grandes de Castro Lupario»(21), tesis que fue seguida, entre otros, por Benito Vicetto
(22), Manuel Murguía
(23) o más recientemente Jose Enrique Rivadulla Porta
(24).
De estar aquí el Ara Solis, en el cabo de Finisterre, cabría esperar algún tipo de alineamiento solar relevante. Sin embargo, el conjunto de montes destacados es bastante limitado: Castelo Grande, A Moa de Monte Pindo, Taúme y Veladoiro y con ninguno de ellos se produce alineamiento solar en solsticios, equinoccios y fechas de media estación. Tampoco en los lunasticios. El mejor candidato es A Moa del Monte Pindo en el equinoccio de primavera, pero el alineamiento no se produce con precisión inferior a 1º ni en la ermita de San Guillermo, ni en el lugar donde se localizan las Pedras Santas, aunque sí al Sur del recinto de Telefónica. No obstante, y como ya señaló Fernando Alonso Romero en su artículo Sobre la orientación astronómica de la capilla de San Guillermo(25), la estructura de la ermita, y la propia cueva integrada en su recinto estaban orientadas hacia el orto en los equinoccios:
«Pero de lo que sí podemos estar seguros es de que el devoto peregrino que se encontrase en la capilla de San Guillermo al amanecer del equinocio de primavera vería salir al sol tras la cima de A Moa, y a sus primeros rayos penetrar hasta el fondo de la «gruta» anunciando con su luz primaveral el despertar de la naturaleza»(26).
Alonso Romero también hace referencia a un alineamiento megalítico, ya desaparecido, que observa la misma orientación:
«Hace unos veinte años se conservaba todavía un alineamiento megalítico construido en dirección este oeste y a muy pocos metros de la estructura de la capilla. Lamentablemente fue derribado con la apertura de un cortafuegos durante los trabajos forestales de ICONA. Trillo Trillo habla en su libro de otro alineamiento que desde el lado occidental de ese monte iba en dirección a la capilla de San Guillermo. Posiblemente en sus orígenes era un único alineamiento que marcaba la dirección este-oeste»(27).
Nos quedan, sin embargo, algunos flecos. No conocemos el emplazamiento preciso de la Casa do Monte, supuesto sepulcro de Orca Vella, ni sus características como su orientación. También tenemos noticia(28) que no hemos verificado, de la existencia de insculturas solares en la proximidad de la ermita con una orientación solar que parece producirse en el entorno de las fiestas de media estación de primeros de febrero/noviembre.
«En el paramento vertical de la gran mole granítica que se alza al oeste de la ermita, se ven algunas insculturas en las que aparece el disco solar. La insculturas están orientadas al sol naciente y reciben los rayos de sol, cuando éste pasa a la altura de las islas Lobeiras».
Puedes obtener los cálculos en este enlace.
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(2) ALONSO ROMERO, F., Cultos y creencias en torno alos megalitos del área atlántica europea, Andavira, 2012, pp. 124-125
(5) MacNEILL, M., The festival of Lughnasa, Oxford University Press, 1962, p. 354
(6) BORLASE, W. C., The dolmens of Ireland, vol. 3, 1897, p. 846
(7) GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M. A., Teleno, Señor del Laberinto, del Rayo y la Muerte. Un enfoque etnoarqueoastronómico para el estudio de los santuarios antiguos del corazón de la Asturia, Editorial Lobo Sapiens, 2011, p. 264
(11) CHAMPION, S., COONEY, G., Naming the places, naming the stones, Archaeology and Folklore, editado por Amy Gazin-Schawartz y Cornelius J. Holtorf, Routledge, 1999, p. 194
(12) IÑIGUEZ DE MEDRANO, J., La silva curiosa, de Julian de Medrano, cavallero navarro: en que se tratan diversas cosas sotilísimas, y curiosas, muy convenientes para damas y caballeros, en toda conversacion virtuosa y honesta, 1608, pp. 244-249
(13) PENSADO, J. L. 1985. El gallego, Galicia y los gallegos a través de los tiempos. (La Voz de Galicia. La Coruña).
(14) AVENTURA Y EPITAFIO. Estando en aquella santa ermita de Finibus Terre, el ermitaño indiano me contó en su lengua bárbara y salvaje, como a dos leguas de allí, caminando por la orilla de la mar hacia la parte de occidente, había unas peñas altas cerca del oceano en un lugar apartado y desierto, entre los cuales se hallaba un sepulcro antiquísimo, en el cual había letreros y epitafios muy extraños: me dijo también otras cosas por mi provecho, que por ser la lengua de este salvaje tan oscura y tosca, yo no pude entenderla: assí curioso informándome del camino, partí luego para allá, y llegué al pie de la montaña, donde las peñas estaban al punto de mediodóa, y subiendo por la montaña arriba deseando llegar al sepulcro, así como yo estaba ya cerca de las peñas, vi de lejos salir un pastor detrás de una breña, el cual corriendo hacia nosotros decía a grandes voces, guardaos, guardaos hermanos. Y viendo que porfiaba en el vocear, me fui corriendo a donde él estaba, para ver lo que quería, y llegando al pastor le pregunté por qué gritaba que nos guardásemos, él me respondió en su lengua gallega: Santo Deos hermaos, y adonde ibades a perderos? naon sabedes que dentro de aquellas peñas y cachopos, está fechado o corpo maldito de la encantadora Orcavella? y que nunca jamás home ni moller lo vido que naon seja morto antes del año? Oyendo tales nuevas, yo roqué al pastor que me contase aquella historia, y allí rogándome fuesemos a una casilla que en aquel desierto tenía, el principió a contarme la vida de aquella Orcavella, y dijo así:
En el tiempo de las grandes guerras de España contra los moros y paganos, aportó en esta tierra de Galicia una mujer bárbara, vieja, fea, y cruelísima como un demonio, la cual siendo gran encantadora y muy experimentada en las artes mágicas, fue tan severa y enemiga mortal de los hombres y mujeres, que aquel monstruo de naturaleza persecutó tan cruelmente a este pobre Reino de Galicia con sus artes diabólicas, que no había hombre, mujer, ni bruto animal que se salvase, si ella podía verle los ojos, o le tocaba en la carne con su mano. Ella se hacía invisible cuando quería, y se transformaba en diversas formas. Ella robaba de noche, y de día cuantos niños podía y con la carne y sangre de aquellas pobres criaturas inocentes mantenía su vida; e hizo tanto con su ciencia y larga experienca que la Megera infernal a lo largo de su vida ciento y setenta y seis años. Ella vivió en esta tierra setenta años, y en aquel tiempo fue tan grande el estrago y matanza que esta loba encarnizada hizo, que ella dejó la mitad de este reino despoblado y desierto. y al fin viéndose ya harta de sangre humana, y ya cansada y enojada de vivir tanto, escogió por su postrera habitación y fin de este desierto. Y después de haber hecho un encantamiento terrible y cruelísimo entre las peñas que allí arriba están, hizo en medio de ellas una tumba o sepulcro en la peña viva con sus propias manos, y con ayuda de un pastor que ella tenía preso y encantado, ella levantó una gran lápida para cubrir su sepulcro, y la puso encima de él, emparejada de lado a lado. Después ella se despojó, y abrazando al triste pastor en remuneración de los servicios que le había hecho, lo echó y encerró dentro del sepulcro, sin que las fuerzas del pobre, fuesen bastantes para defenderse desta enemiga de natura, la cual dejando sus vestidos fuera se metió dentro de esta cama mortal, y sirviéndole de colchón el desventurado pastor, se acostó encima de él, y con un ingenio o gancho de palo que ella tenía hizo caer sobre la tumba la lápida grande y pesada, y dentro de tres días (como el pastor sepultado dijo) dio el ánima a quien mandada la tenía. El desventurado pastor daba tan grandes voces y gritos, que los pastores que en el desierto estaban corrieron adonde oyeron las voces, y entrando por el agujero de las peñas, queriéndolo sacar del peligro en que estaba, quedaron muy atajados, y espantados, porque vieron que el sepulcro estaba todo rodeados de culebras y serpientes. Y allí volviendo atrás, hablaron un grandísimo rato con el encantado pastor, y después de haber entendido de él la triste historia, le dejarón allí encerrado en el sepulcro, donde acabó sus días malogrados el pobre desdichado. El encantamiento que esta maldita dejó entre aquellas peñas fue que desde el punto qu ella se metió dentro, la tumba y sepulcro quedan rodeados de una tan grande multitud de culebras, áspides y serpientes, que los guardan noche y día, que en verlos dan grandísimo espanto, a los que se acercan al sepulcro. Todavía si las personas que allí van, entran en aquel llano que se parece un pradecito, sin hacerles ningún daño los animales se apartan, y les dan lugar para que se puedan pasear, y vean los cuerpos sepultados. Pero si los que abren la tumba son tan curiosos, que quieran tocar y palpar a los cuerpos, luego estas bestias venenosas como si tuviesen juicio para conocer el agravio que se hace a los cuerpos, salen de sus cuevas en grandísima multitud, y saltando sobre los hombres que los cuerpos han tocado, les tan tan cruel guerra que hiriéndolos y lastimándolos con sus dientes y lenguas venenosas, los persiguen hasta que los sacan fuera del pradecito que está entre las peñas. Y los que de tales llagas quedan heridos mueren locos, o rabiosos, e intoxicados. Ha dejado esta traidora otro encantamiento entre las peñas, y a la entrada de un agujero por donde han de pasar forzosamente los que entrar quisieren, y es, que nunca hombre ni mujerha visto de los que allí han entrado a visitar el sepulcro, que no sea muerto antes que el año acabe, y por esto hermano mío yo me puse a llamros para que no llegasedes a aquel mortal paso. Contándonos esta historia el buen pastor llegamos a su cabaña, la cual era toda de piedra, y estaba lado a lado de una linda fuente, a la cual el me llevó, y mostrándome la que estaba hecha naturalmente como una cueva, la peña de la cual hacía un antro fresco y muy hermosos, señalándome en la parte más linda y limpia de la peña me mostró unos letreros que allí estaban esculpidos, que eran los mismos versos y epitafios que en las peñas y sepulcro escritos estaban. Y aunque el buen pastor no supiese ller, me dijo: Pelegrino hermano, estos letreros y epitafios son los mismo que se hallan en las peñas y sepulcro de aquella malaventurada Orcavella, los cuales han leído escritos aquí en esta fuente, para avisar a los tristes pelegrinos curiosos, ignorantes de tan peligroso paso, paren en esta fuente, y leyendo las mismas palabras que allá arriba están escritas, eviten el riesgo de la muerte. Y señalando los versos con el cayado, me dijo: este letrero que aquí veis, está escrito sobre el agujero de la entrada de las peñas, y leyéndolo, vi que decía,
Quien pasarre este agujero,
Nunca pase el año entero.
Mostrándome el segundo letrero, dijo: Este otro está escrito así como veis, contra una peña que se halla luego en entrando en el lugar donde está el sepulcro de la malvada Orca, y decía así:
Hombre maldito, loco, y fin ventura,
¿qué buscas por aquí? perro malvado
¿No sabes que quien pasa aquel forado,
a de morir de muerte amarga, y dura?
En pago de tu pasos, y locura,
tal ventura te doy que desdichado
mueras antes que el año sea pasado.
Por ello busca presto sepultura.
El postrero letrero que el pastor me mostró, era este siguiente, y es el epitafio que estaba escrito sobre la lápida del sepulcro que cubría los dos cuerpos, y Orcavella antes que se enterrase, ella misma lo había escrito de sus manos, con los letreros que estaban esculpidos sobre las peñas. Este epitafio era tal:
Aquí yace sepultada
dentro desta peña dura,
la enemiga de natura,
Orcavella la encantada.
IÑIGUEZ DE MEDRANO, J., La silva curiosa, de Julian de Medrano, cavallero navarro: en que se tratan diversas cosas sotilísimas, y curiosas, muy convenientes para damas y caballeros, en toda conversacion virtuosa y honesta, 1608, pp. 244-249
(15) PENSADO, J. L. 1985. El gallego, Galicia y los gallegos a través de los tiempos. (La Voz de Galicia. La Coruña), p. 220, citado en ALONSO ROMERO, F., Las mouras constructoras de megalitos. Estudio comparativo del folklore gallego con el de otras comunidades europeas, Anuario brigantino, Nº. 21, 1998, p. 22
(16) «Son extraordinariamente frecuentes los emplazamientos de interés arqueológico bautizados con las formas losa, lancha, laja, lastra anta, arca, (piedra) cobertera (estas últimas formas, empleadas para dar nombre a dólmenes)» GORDÓN PERAL, M. D. Los megalitos en la cultura popular: la toponimia megalítica. PH67, Especial monográfico, Boletín del Instituto Andaluz del Patrimonio Histórico, Agosto 2008, p. 111; «[Arca] En latín poseía también la acepción de sepulcro, según se observa en distintos testimonios. En la toponimía gallega y catalana posee la acepción de dolmen. En la toponimia de la provincia de León es posible encontrarlo aún hoy con el significado de “señal divisoria”». ÁLVAREZ MAURÍN, Mª. P., Diplomática asturleonesa: terminología toponímica, Universidad de León, 1994, p. 345; «La palabra arca, aniciada nel llatín, dexó munchos restos ente los nomes de llugar de la Península anque, delles vegaes, refiérense a llugares de vieyos enterramientos megalíticos; tamién dexó muestres enforma na documentación medieval» GARCÍA ARIAS, X. LL., De toponimia tebergana (IX), Lletres Asturianes, nº 47, p. 23
(17) RIESCO CHUECA, P. Testimonios toponímicos del léxico arcaico de las provincias leonesas, Anuario 2011, Instituto de Estudios Zamoranos Florián de O Campo, pp. 135-216
(18) ALONSO ROMERO, F., Las mouras constructoras de megalitos. Estudio comparativo del folklore gallego con el de otras comunidades europeas, Anuario brigantino, Nº. 21, 1998, p. 22; INSUA TRAVA, J. R., La «leyenda» de Orcabella, La Voz de Galicia, 20/8/2004; TRILLO TRILLO, B. 1982. Las huellas de Santiago en la cultura de Finisterre (O Castro, Sada. La Coruña)., p. 62
(19) SARMIENTO, M., Viaje a Galicia (1745), ed. J. L. Pensado, Ediciones Universidad Salamanca, pp. 79-83
(20) CLAUDII PTOLOMEO, Geografía, Libro II, 15
(22) Ara Solis inmediata a Santa María de Finisterre, VICETTO, B., Historia de Galicia, v. 1, 1865, pp. 12-13
(23) «Dúdese cuanto se quiera de si el Ara solis de Ptolomeo puede o no reducirse al promontorio Nerio; mas no ha de callarse que las tradiciones relativas a dicho cabo, tienen un pronunciado sabor solar de que no puede prescindirse cuando de tales cosas se habla. Hay más, gran parte de la leyenda del Apóstol está fundada en las tradiciones relativas a estos lugares y costumbres que engendró su culto; tiene por lo tanto un más lejano del que puede presumirse. Cuando los peregrinos después de visitar la tumba del Cebedeo se dirigían a Finisterre, ¿hacían otra cosas que repetir la antigua peregrinación céltica al Ara Solis?» MURGUÍA, M., Galicia: Sus Monumentos y Artes: Su Naturaleza e Historia, I, 1888, p. 189
(24) RIVADULLA PORTA, J.E., Notas históricas del Santuario de Nuestra Señora de la Barca (Muxía), 1974
(26) ALONSO ROMERO, F., Sobre la orientación astronómica de la capilla de San Guillermo (Finisterre. Galicia), Anuario brigantino, Nº. 22, 1999 , p. 89
(27) ALONSO ROMERO, F., Sobre la orientación astronómica de la capilla de San Guillermo (Finisterre. Galicia), Anuario brigantino, Nº. 22, 1999 , p. 86; TRILLO TRILLO, B. 1982. Las huellas de Santiago en la cultura de Finisterre (O Castro, Sada. La Coruña)., p. 79