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Cantón del Texéu. Abajo l'Oyu la Madre |
En verano del 2013 visité algunos lugares asturianos con tradición de culebrón guiado por Alberto Álvarez Peña y Gausón Fernande, de la Fundación Belenos. Uno de estos lugares es el Pozu Los Texus, en Covadonga, una sima que ha venido impresionando a sus paisanos desde hace miles de años y que bien merece la fama de ser, nada menos, que la entrada al infierno. Allí, en el fondo, habitaba una enorme serpiente cuya leyenda vamos a diseccionar, y debe continuar siendo su morada ya que la tradición popular no cuenta nada de su muerte.
En este enlace podéis escuchar el relato de la leyenda del cuélebre del Pozu los Texus (parroquia de Bobia de Arriba, Concejo de Onís) narrado por Gausón Fernande, según el cual el culebrón ordena al toro: “Toru, toratu, échame acá la moza, la vaca y el xatu”, el toro los embistió, cayeron a la sima y, después de un tiempo, apareció el collar de la pastora en el río Cares.
Antes de analizar cada uno de los elementos que participan en el relato, vamos a reconocer algunos paralelos. El más inmediato sería el del Pozu la Coh.ita, también en Onís, con una leyenda idéntica a ésta(1). Cristobo de Milio Carrín también me ha comunicado paralelos notables como Pulty (Polltaighe, Poll Toighe Cochláin), en el Condado de Leitrim, Irlanda, un abismo donde se creía que desaparecía el ganado. Se contrató a un buceador para que averiguase la causa pero, antes de morir aterrorizado, explicó que fue perseguido por un enorme gusano(2), voz que en algunas lenguas germánicas es sinónimo de serpiente(3). También, y según me indica Cristobo «se cuenta que una mujer estaba ordeñando junto al agujero y la vaca la arrojó al interior de una patada: una milla más allá, montaña abajo, encontraron su mano aferrando todavía el asa del cántaro de leche».
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Pozu los Texos |
Sin embargo, en Asturiensis Prouincia Indigena ya hemos estudiado un lugar que conjuga una tradición popular que habla de una serpiente que se alimenta de cadáveres y los restos arqueológicos de un santuario termal, un antiguo lugar de culto evidenciado por el hallazgo de un pozo rectangular con siete cráneos de toro víctimas de sacrificios y dos inscripciones votivas dedicadas a la diosa Degantia y otra a Tutela[e] Bolgens[i], ambas con implicaciones salutíferas y acuáticas. Nos referimos a la Edrada, donde antiguamente estuvo instalada una ermita dedicada a Santa María, y actualmente un cementerio. Desde aquí, hemos reconocido un impreciso alineamiento solar en el solsticio de verano sobre Gistredo, y lunar en el lunasticio mayor Norte sobre el Alto de Infierno. También conocimos restos arqueológicos de otros pozos dedicados a sacrificios taurinos, como el hallado en el castro de Las Murielas, en Almázcara, León, o el galo de Gornay-sur-Aronde. Allí, un recinto con un agujero de 2x2 metros es el elemento más antiguo que fue cubierto con un túmulo, y contaba con una apertura hacia el Noreste de manera que el sol del solsticio de verano podía entrar por la puerta e iluminar su interior así como al agujero(4). Las cuevas y simas han sido desde muy antiguo objeto de culto porque se consideraban un acceso al inframundo o el seno de la Madre Tierra. Se han encontrado ofrendas votivas en el interior de algunas cuevas y grietas rocosas, que consisten especialmente en alimentos, bebidas o tesoros. Hay evidencias de su uso funerario o como lugar de realización de sacrificios humanos. Ejemplos europeos serían la cueva de Bycy Skála, en Moravia, República Checa, donde se hallaron los restos datados en la Edad del Hierro de 40 personas, principalmente mujeres, que fueron sacrificadas y desmembradas, con restos de dos caballos, cerámica y figurillas de bronce con forma de toro(5).
Nuevamente, gracias a Cristobo, podemos conocer otros ejemplos de serpientes antropófagas, como la anguilas devoradoras de cadáveres en Cullen Well, Duhallow, Condado de Cork, o en la costa de Niscannor, condado de Clare, en relación con la leyenda de San Mac Creiche
(6). También Alberto Álvarez Peña nos da noticia del cuélebre de la iglesia de Santa María de Zalón que en ella se introducía para devorar los cuerpos de los monjes ahí enterrados, o el que vivía detrás del Convento de Santo Domingo, en Oviedo, con la misma afición
(7).
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Ophelia, John Everett Millais (1829–1896). Fuente Wikipedia |
El relato popular de la joven, generalmente pastora, que cae dentro de una sima o se ahoga en un lago de modo que su collar aparece en una fuente o arroyo próximo es también muy frecuente. En la la tradición popular leonesa encontramos varios ejemplos a los que hay que sumar otros en los que se hunde todo un carro con sus bueyes, o una mora que apresa y sumerge a los que se atreven a cruzar a nado su lago(8).
Ahora que hemos fijado el contexto, podemos pasar a explicar el papel que desempeña cada uno de los elementos que intervienen en el relato tradicional. Antes veamos cuál es el relato arquetípico del dragón, según James Frazer.
«En cierto país hay la plaga o calamidad de una serpiente de muchas cabezas, dragón u otro monstruo semejante que destruía a todos si no le ofrecían periódicamente una víctima humana, generalmente una virgen. Muchas víctimas han perecido ya y al fin la suerte ha recaído en la hija del rey, que va a ser sacrificada y es entregada al monstruo cuando el héroe del cuento, frecuentemente un joven de humilde cuna, se interpone en su defensa, mata al monstruo y recibe la mano de la princesa como premio. En muchos de los cuentos, el monstruo, descrito algunas veces como una serpiente, habita en el agua de un mar, un lago o manantial. En otras versiones es una serpiente o dragón que se apodera de la fuente o surgidero del agua y solo permite que corra el agua o que el pueblo haga uso de ella a condición de recibir una víctima humana»(9).
Vamos a matizar este esquema indicando que en la tradición popular el apetito de la serpiente es saciada en un principio con ganado vacuno, y cuando este se agota, el monstruo pasa a exigir víctimas humanas.
Evidentemente, nuestra historia responde a la primera parte del relato arquetípico, ya que no se desarrolla la parte de la muerte de la serpiente. Ya hemos dedicado varios artículos al significado mítico de este relato como representación dramática de la victoria del verano sobre el invierno, del triunfo sobre las fuerzas en decadencia de la naturaleza que han imperado durante el invierno y su renacimiento favorecido mediante la realización de sacrificios humanos y animales(10). También hemos podido reconocer su presencia papel central en las mitologías de las religiones antiguas, como el combate singular entre Indra y la serpiente Vritra de la religión védica(11), el de Thor contra la serpiente de Midgard(12) o la presencia de columnas galas y germanas que representan a un dios supremo, a caballo, sometiendo a una criatura híbrida, mitad hombre, mitad serpiente(13). Otros ejemplos son Marduk contra Tiamat, Zeus contra Tifón, Apolo contra Pitón, Hércules contra Ladon o Equidna, Jason contra el dragón que custodiaba el vellocino de oro, Cadmo contra el dragón, hijo de Ares, que custodiaba un pozo, y que previamente había asesinado a sus hombres que habían ido a buscar agua, Sigfrido, Beowulf,... Consiguientemente, debemos inscribir al Pozu los Texos, y su leyenda, en el sistema de creencias religiosas de los habitantes de Onís de hace miles de años, y no podemos descartar que incluso en esta sima se realizaran sacrificios humanos como al que se refiere la tradición.
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Alberto Álvarez Peña. en BARTOLOMÉ PÉREZ, N., Mitoloxía Popular del Reinu de L.lión, Asociación Cultural Faceira, 2013, p. 75 |
La serpiente es un símbolo lunar, femenino, funerario, acuático,... Según John Arnott MacCulloch
(14), la serpiente fue desde los tiempos más remotos un animal de culto. En Grecia y Roma las serpientes eran consideradas las guardianas de tumbas, santuarios y hogares, siendo representadas simbólicamente o domesticadas y alimentadas en estos lugares. Como frecuentaban casas y lugares de enterramiento se creía que eran la encarnación de los espíritus de los difuntos que regresaban a sus antiguos hogares o permanecían cerca de la tumba, por lo que eran alimentadas con pasteles de miel y leche. Mircea Eliade destaca su carácter lunar y ctónico
(15), funerario y protector de las semillas
(16), vinculado al agua
(17) y garante de la fertilidad, especialmente de la mujer:
«Muchos pueblos han creído –y creen todavía hoy– que la Luna, bajo la forma de una serpiente o de un hombre, se une a sus mujeres»(18). Para Angelo de Gubernatis el demonio-serpiente aparece en especial conexión con las aguas infernales, como encarnación de la oscuridad de la noche, del invierno y el cielo nublado
(19). El tesoro que guarda en su caverna es el Sol y la Luna que cuando descienden, se ocultan bajo la tierra donde se debe internar el héroe para recuperarlos
(20). El hecho de que la serpiente se identifique con los muertos, con el Invierno y que sea un símbolo de fertilidad explica por qué en las diferentes tradiciones de dragones, esta exige la satisfacción de un tributo, que en realidad es una ofrenda para que los espíritus de los antepasados sean propicios haciendo fértil el suelo que acoge la semilla sembrada o como agradecimiento por los frutos obtenidos
(21). Las víctimas encarnan las fuerzas en decadencia de la Naturaleza, que deben experimentar una muerte violenta, prematura, cuando aún conservan cierto vigor, para que su espíritu se transfiera a una nueva forma más joven, regenerando los ciclos productivos naturales.
Si la moza, como víctima humana, es desde nuestra perspectiva la inmolación máxima, el de la vaca y el ternero es particularmente severo y cruel para el toro oficiante, y nos recuerda al sacrificio del hijo del rey, tan bien descrito por James Frazer en La Rama Dorada, para así garantizar la supervivencia del rey sagrado, y por ende, del mundo(22). En este sentido, Angelo de Gubernatis nos da un par de ejemplos: la leyenda sobre el monstruo acuático Varuna que exige a un padre, el rey solar Hariçcandras, el hijo que ha nacido sin su conocimiento. Este convencerá al brahmán Agigartas para que su segundo hijo tome el lugar del hijo del rey a cambio de 100 vacas(23); o el relato persa del Tuti-Name, según el cual el fiel Merdi Gânbâz prepara el sacrificio de su mujer e hijos, y después el mismo, para prolongar la vida de su rey(24).
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Mitra matando al toro, Museo Vaticano. Fuente Wikipedia |
El toro representa al dios supremo, se vincula a la realeza
(25). Aún más, el toro se asocia a la faceta senil, invernal, agresivo y malvada del dios supremo. El toro es belicoso, agresivo y símbolo de fertilidad, muy adecuado como representación del dios viejo y lunar. El símbolo del toro con el que la divinidad suprema se identifica es muy antiguo, remonta al Neolítico, o aún más, y se relaciona con el culto a la gran madre, que equivale a la Luna, pero también con la noche y la muerte. Raquel Lacalle Rodríguez, en su estudio sobre la interpretación de la simbología solar y lunar de los santuarios rupestres paleolíticos, nos propone al caballo como un símbolo del Sol, mientras que los animales con cuernos lo serían de la Luna, de modo que las composiciones de équidos y bóvidos del arte paleolítico, la dualidad y oposición de símbolos solares y lunares, son alegorías de la dramática transición estacional verano-invierno
(26). También tuvimos ocasión de reconocerlo como símbolo de Marte
(27), la antítesis de Quirino, el dios de origen mortal, o como elemento contrapuesto al arbóreo ciervo, en las representaciones de triadas divinas de la Galia, o como emblema de su Marte indígena
(28). Su sumisión a la exigencia de tributo de la serpiente recuerda a la debilidad de carácter de Nuadu “Mano de Plata”, el Marte céltico, frente a los Fomoiré provocó la ira de Lug. La muerte de Nuadu, así como la del enemigo y abuelo de Lug, Balor, posibilitó el ascenso del dios del verano al trono
(29).
En la cosmogonía persa, el toro es un ser primordial(30), como también lo es en la escandinava(31). Mitra sacrificando el toro es lo mismo que el héroe solar sacrificándose a sí mismo al atardecer(32). Incluso Valerio del Bierzo registró el significado mítico del toro como contrario del dios del verano en un relato que pretende ser autobiográfico: una señora, de nombre Teodora, se olvidó de pagarle. Un día le fue revelado que subiera con su marido e hijos a San Félix. Haciéndolo así, en el camino público que se encuentra al pie del monte un toro con un solo cuerno le ensartó en el omoplato y dejó la punta clavada en la carne. Más tarde apareció un resplandeciente San Félix, a la manera de Lug antes de la batalla contra los Fomoré(33), y la curó(34).
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Rock Art (Pony Hills and Cook's Peak, New Mexico). Photo by E.Kay Luther. Fuente Wikipedia |
El ciervo no solo es el contrario del toro, sino también de la serpiente
(35). Ambos, serpiente y toro son símbolos lunares, acuáticos e invernales, posiblemente intercambiables, o como rezaba el gran secreto transmitido a los iniciados en los Misterios de Ceres y Proserpina: taurus
"draconem genuit, et taurum draco"(36) o
"el toro engendró una serpiente, y la serpiente un toro". El mito de Teseo dando muerte al Minotauro tiene el mismo significado que el de los muchos héroes, dioses o santos que terminan con el terrible tributo exigido por una serpiente monstruosa. En muchas ocasiones encontramos divinidades infernales y acuáticas que adquieren indistintamente la apariencia de un toro o una serpiente: Unktahe, por ejemplo, es el dios de las aguas de los indios Dakota. Creó la Tierra y los seres humanos, es el patrón de los médicos, mora bajo las cataratas de San Antonio y recibe sacrificios de pieles de búfalo. Tiene la apariencia de un buey enorme, un pez o una serpiente
(37). De hecho, el mito de una serpiente cornuda acuática está bastante extendido en el continente americano
(38), e incluso manifestado en su arte rupestre
(39) o en algunos monumentos como el Gran Montículo de la Serpiente, un túmulo de 113 metros de largo con forma de serpiente cornuda, localizado en la meseta de Serpent Mount Crater, en el Condado de Adams, Ohio, Estados Unidos
(40). Su cabeza mira a la dirección de puesta del solsticio de verano
(41). El dios griego Acheloos, divinización del río homónimo, es vencido con forma de serpiente por Hércules, alzándose después en la forma de un belicoso toro
(42). Veles/Volos es una divinidad eslava cuya competencia son el ganado, la muerte, las aguas y el inframundo, enemigo del dios Perun, y que es imaginado con cuernos de toro y forma serpentina
(43). Dioniso nace en invierno como serpiente y muere, sacrificado, como toro en el solsticio de verano
(44). El dios hindú Shiva tiene como símbolos característicos la cobra y el toro
(45). Las formas animales más características asumidas por Zeus son la serpiente barbada y el toro, adorados bajo los nombres de Zeus Meilikhios y Zeus Sabazios
(46).
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Herakles & Akheloios. British Museum |
Aunque la asociación del toro a la faceta invernal del dios supremo tampoco es tan simple, e inmediata (por ejemplo, el védico Indra, que en su enfrentamiento con la serpiente Vritra representa el papel del verano victorioso, es asimilado al toro
(47)), es evidente que el toro de nuestro relato representa al rey sagrado o divino en decadencia, que accede sumisamente a la exigencia de sacrificio de la serpiente invernal. También podemos constatar la complicidad entre los dos aspectos del dios del invierno, como toro y como serpiente en el relato de la Niña Encantada que recoge Aurelio del Llano
(48) y que podéis encontrar en
esta entrada. Como ya expliqué ahí, Cristobo de Milio Carrín señala la sustitución del rey viejo, que ha encerrado a su hija porque sabe su descendencia supondrá su fin, por el mozo que da muerte a un culebrón que es, al mismo tiempo, el propio rey
(49). El desencanto de la joven no se produce por casualidad en la noche de San Juan, del solsticio de verano.
Los corales, el collar, constituye la esencia de la pastora a la que se reduce la pastora sacrificada. En nuestra leyenda se convierte en el río Cares, en otras en el agua de una fuente cercana. Su identidad acuática también se revela en la mitología, por su asimilación a la serpiente. En este sentido, dice Angelo de Gubernatis:
«La cuerda con la que Yamas, el dios de la muerte, ata a los hombres es la serpiente. A la cuerda-serpiente de Yamas se refiere el collar fatal con siete serpientes y siete perlas (un símbolo del año, mitad luminoso, mitad gris) que Hephaistos entregó a Harmonia y Kadmos en ocasión de su boda. Kadmos y Harmonia se convirtieron en serpientes, y fueron llevados al cielo por los dioses»(50).
El collar es el atributo de la diosa germánica Freya, como lo ha sido de las diosas de la fertilidad de Eurasia de los tiempos más remotos(51). Su nombre es Brising, y su poder es garantizar la renovación anual de la naturaleza(52).
Al comienzo de nuestro análisis, afirmamos que esta historia de la moza, el toro y el cuélebre del Pozu los Texos no desarrollaba la parte de la muerte de la serpiente, que representa la derrota del viejo dios del invierno y su sustitución por un rey del mundo renovado. El esplendor del dios del verano se produce en su solsticio: tal vez por eso hemos podido constatar que en los lugares que legendaria y/o arqueológicamente están relacionados con la serpiente se producen alineamientos solares en el solsticio de verano(53). Mitológicamente esta posibilidad la encontramos refrendada por la religión védica, y particularmente en el combate singular entre Indra y la serpiente Vritra. Ambos representan respectivamente la antítesis entre el sol del verano y el frío del invierno(54), e incluso algunos autores consideran a Indra la personificación del solsticio de verano(55), y que en esta fecha, día en el que daba comienzo el año, tuvo lugar su batalla contra la serpiente Vritra o Ahi(56).
En el caso que nos ocupa… ¿El Pozu de los Texos incorpora una tradición oral sobre una enorme serpiente por lo impresionante de su morada que merece la consideración de entrada infernal o por su relación con el solsticio de verano? ¿Significa algo la ausencia de la parte de la muerte del cuélebre o es que simplemente no se ha transmitido?
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Vista desde el Pozu los Texos |
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Vista desde el Pozu los Texos |
Desde el acceso a la sima se produce un alineamiento en el solsticio de verano sobre Los Cabecinos, otro sobre el Cuetu Bermeyu en el lunasticio menor Norte, y otro sobre el Collado la Cistra en el Lunasticio Mayor Norte. ¡No está mal! La combinación lugares relacionados con el culto a la serpiente y alineamientos lunares en los lunasticios al Norte, y solares en el solsticio de verano, la hemos encontrado en la Edrada de Cacabelos
(57) o en la Pedra da Serpe da Castro Penalba, Pontevedra
(58). Los rayos del sol del solsticio de verano penetrando en la guarida de la serpiente del invierno también podrían tener un significado simbólico: al mediodía la elevación solar en esta fecha sería de 71º lo que, considerando una anchura de la sima aproximada de 30 metros, daría una profundidad de la incidencia solar de unos 87 metros. La sima fue explorada por primera vez en 1963 por miembros de la Oxford University Cave Club que lograron llegar al fondo utilizando una escalera de 93 metros
(59), que parece validar este supuesto y que nos recuerda a la explicación que dimos a la Cueva del Culuebro de la Vid, donde la luz de la puesta del Sol en el solsticio de verano consigue penetrar en la pequeña cueva alcanzando su zona más oscura y escondida
(60).
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La luz de la puesta del Sol del solsticio de verano alcanzando el interior de la Cueva del Culuebro, en la Vid, León |
Los cálculos, como siempre,
aquí.
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(1) ÁLVAREZ PEÑA, A., Mitología asturiana, Urriellu, 2001, p. 41
(2) MACNEILL, M.: The Festival of Lughnasa, Oxford University Press, 2008 (1ª ed. 1962), pp. 122-123
(3) GAMKRELIDZE, T., Indo-European and the Indo-Europeans: A Reconstruction and Historical Analysis of a Proto-Language and Proto-Culture. Part I: The Text. Part II: ... Linguistics. Studies and Monographs, Mouton de Gruyter, 1995, p. 145
(4) GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M. A., El dragón del Cúa: el santuario termal de La Edrada, Asturiensis Prouincia Indigena, 2011,
http://asturiense.blogspot.com.es/2011/11/el-dragon-del-cua.html; GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M. A., El dragón del Cua (III): el asesinato ritual del toro, Asturiensis Prouincia Indigena, 2012,
http://asturiense.blogspot.com.es/2012/11/el-dragon-del-cua-iii-el-...ÁLEZ GONZÁLEZ, M. A., Santuarios termales y dragones: Luyego, Santa Mariña de Augas Santas y La Edrada de Cacabelos, Asturiensis Prouincia Indigena, 2012,
http://asturiense.blogspot.com.es/2012/12/santuarios-termales-y-dra...
(5) MacINTOSH, J., Handbook of Life in Prehistoric Europe, Oxford University Press, 2009, p. 255
(6) MACNEILL, M.: The Festival of Lughnasa, Oxford University Press, 2008 (1ª ed. 1962), pp. 283
(7) ÁLVAREZ PEÑA, A., Mitos y leyendas asturianas, Editorial Picu Urriellu, 2008, pp. 127-129
(8) Carro caído en el Pozo de Pontedos, en Cármenes de modo que salió la paja en una fuente de Huergas de Gordón; tres hermanos en el Pozo Mixto, en Villafruela; una mujer en el Pozo la Peña, de Llombera, o en el Pozo las Cestas de Lugueros; un novio que arrojó a su novia a un pozo de Prioro; un cura que se cayó en el Pozo de la Cerviencia de Riolago de Babia; un carro con vino en el Pozo de la Ahoguera de San Feliz de las Lavanderas; un niño, que luego resucitó por obra de San Gonzalo, en San Miguel de Escalada; un carro con pareja de vacas y gente en el Pozo de Valcayo, en Valdecastillo, que comunica con el mar; un carro en un hoyo que llaman la Panera, en Quintana y Congosto; una chica, bailarina, que cayó en la cueva el Trinque, en el Rubio, Poladura de la Tercia, y salió en la fuente la Malena; la pastora que cayó en una sima de la Gollariza de abajo, Geras, corneada por un carnero, y sus collares aparecieron en un arroyo, Vagorrey; un cuñado que mató a otro y lo arrojó cerca del Pozo de la Baña, en Cabrera (donde, por cierto, también hay tradición de culebrón); un pozo bajo el castro de Val de San Lorenzo, al que bajó un hombre con una cuerda, y subieron sus tripas; el Pozo de las Grajas, al que cayó una pastora y salieron sus pendientes en la fuente de Turón, en los Barrios de Gordón; los tres pozos de Moredina de Peranzanes, donde arrojaron un buey y solo salió el pulmón. PUERTO, J. L., Leyendas de Tradición Oral en la provincia de León, Diputación de León, 2011, pp. 313-318; Cuando alguien se atreve a cruzar el Lago Cheiroso a nado, sale la mora y lo sumerge; Una chica se hundió con su carro en el Lago Ausente o Presente y salieron sus collares en la Fuente Hermosa; Una señora se peinaba en el Lago de Tronisco, se cayó su peine y apareció en la Fuente La Quebrada, en Cofiñal, p. 479; Un moza se hunde en la laguna de Lago de Babia, con los bueyes y el carro y su collar sale en una fuente de Piedrafita; PUERTO, J. L., Leyendas de Tradición Oral en la provincia de León, Diputación de León, 2011, pp. 474-480; Una cautiva mora de la que se enamora Alfonso III cae por una sima del castillo de los Barrios de Gordón, despeñada por una celosa Doña Jimena. En la noche de San Juan, preferiblemente en luna llena, salen las perlas de su collar en la fuente de la Rebanguila ESCOBAR GARCÍA, Francisco, GORDÓN, Apuntes para la Historia del Municipio, León, 1962, pp. 68-69
(9) FRAZER, J.G., La rama dorada. Magia y religión, Fondo de cultura económica, 1981 (1ª ed. 1890), pp. 182-183
(10) GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M. A., El dragón del Cúa: el santuario termal de La Edrada, Asturiensis Prouincia Indigena, 2011,
http://asturiense.blogspot.com.es/2011/11/el-dragon-del-cua.html; GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M. A., El dragón del Cúa: el santuario termal de La Edrada, Asturiensis Prouincia Indigena, 2011,
http://asturiense.blogspot.com.es/2012/11/el-dragon-del-cua-iii-el-...; GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M. A., Santuarios termales y dragones: Luyego, Santa Mariña de Augas Santas y La Edrada de Cacabelos, Asturiensis Prouincia Indigena, 2012,
http://asturiense.blogspot.com.es/2012/12/santuarios-termales-y-dra...; GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M. A., La guarida del dragón: La Vid, Montes de Valdueza, Corao, Balboa y Cova da Serpe, Asturiensis Prouincia Indigena, 2012,
http://asturiense.blogspot.com.es/2012/12/la-guarida-del-dragon-la-...; GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M. A., El dragón de piedra: Pedra da Boullosa, as Pedras da Serpe de Castro Penalba y Gondomil, Santo Hadrián de Malpica y San Llorienzu de Xixón, Asturiensis Prouincia Indigena, 2013,
http://asturiense.blogspot.com.es/2013/01/el-dragon-de-piedra-pedra...; GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M. A., El lago del dragón: Lleitariegos y Montrondo, Asturiensis Prouincia Indigena, 2013,
http://asturiense.blogspot.com.es/2013/10/el-lago-del-dragon-lleita...; GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M. A., La cobriña de Santo Hadrián de Malpica y la Pedra da Arca, Asturiensis Prouincia Indigena, 2013,
http://asturiense.blogspot.com.es/2013/10/la-cobrina-de-santo-hadri...;
(14) MacCULLOCH, J.A., Serpent-worship, Introductory ans Primitive, en HASTINGS, J., Encyclopedia of Religion and Ethics, Parte 21, 1908-1927, pp. 399-410
(15) «Por ser lunar, es decir, “eterna”, y por vivir bajo tierra, encarnando (entre tantos otros) los espíritus de los muertos, la serpiente conoce todos los secretos, es la fuente de la sabiduría, entrevé el futuro» ELIADE, M., Tratado de Historia de las Religiones. Morfología y dialéctica de lo sagrado, Ediciones Cristiandad, 2009 (1ª ed. 1949), p. 272
(16) «La serpiente, animal funerario por excelencia, protege las cosechas» ELIADE, M., Tratado de Historia de las Religiones. Morfología y dialéctica de lo sagrado, Ediciones Cristiandad, 2009 (1ª ed. 1949), p. 501
(17) «Encontramos, por ejemplo, el conjunto Luna-lluvia-fertilidad-mujer-serpiente-muerte-regeneración periódica, pero a veces se nos presentan solamente conjuntos parciales; por ejemplo, serpiente-mujer-fecundidad, mujer-serpiente-magia, etc. En torno a estos “centros” secundarios se va creando toda una mitología que oculta, para quien no esté prevenido, el conjunto originario, que, sin embargo, está implicado hasta en el más pequeño fragmento» ELIADE, M., Tratado de Historia de las Religiones. Morfología y dialéctica de lo sagrado, Ediciones Cristiandad, 2009 (1ª ed. 1949), p. 275
(18) ELIADE, M., Tratado de Historia de las Religiones. Morfología y dialéctica de lo sagrado, Ediciones Cristiandad, 2009 (1ª ed. 1949), p. 269
(19) GUBERNATIS, A., Zoological Mythology, V. 2, 1872, p. 390
(20) GUBERNATIS, A., Zoological Mythology, V. 2, 1872, p. 403
(22) FRAZER, J., La Rama Dorada. Magia y Religión. CFE, 2011 (1 ed. de la versión compendiada 1922), pp. 202-210
(23) GUBERNATIS, A., Zoological Mythology, V. 1, 1872, p. 70
(24) GUBERNATIS, A., Zoological Mythology, V. 1, 1872, p. 120
(25) GUBERNATIS, A., Zoological Mythology, V. 1, 1872, p. 44
(26) LACALLE RODRÍGUEZ, R., Sobre el significado de algunas composiciones del arte paleolítico, Zephyrus, 51, 1988, pp. 265-276
(30) GUBERNATIS, A., Zoological Mythology, V. 1, 1872, p. 94-95
(31) GUBERNATIS, A., Zoological Mythology, V. 1, 1872, p. 224
(32) GUBERNATIS, A., Zoological Mythology, V. 1, 1872, p. 95
(36) ARNOBIYS DE SICCA, Adversus Nationes 5.21.4-6
(38) LYNCH, P. A., ROBERTS, J., Native American Mythologu A to Z, Facts On File, Incorporated, 2010, pp. 49-50
(39) SCHAAFSMA, P., Indian Rock Art of the Southwest, UNM Press, 1986
(40) ROUNTREE, K., MORRIS, C., PEATFIELD, A. A. D., Archaeology of Spiritualities, Springer, 2012, pp. 101-102
(41) RUGGLES, C.L.N., Ancient astronomy: an encyclopedia of cosmologies and myth, ABC-CLIO, 2005, HOPEWELL MOUNDS, pp. 183-185
(42) GUBERNATIS, A., Zoological Mythology, V. 1, 1872, p. 266; SCHWAB, G., Gods and Heroes of Ancient Greece, Heracles and Deianira, Pantheon Books, 1946
(43) LEEMING, D., The Oxford Companion to World Mythology, Oxford university Press, 2005 (!ª ed. 1937), p. 360; IVANOV, V. V., TOPOROV, V. N., A comparative study of the group of Baltic mythological terms from the root *vel-, Baltistica IX(1), 1973, pp. 15-27; GIMBUTAS, M., The Lithuanian God Velnias, Myth in Indo-European Antiquity, editado por Gerald James Larson, C. Scott Littleton, Jaan Puhvel, University of California Press, 1974, pp. 87-92; DIXON-KENNEDY, M., Russian & Slavic Myth and Legend, ABC-CLIO, 1998, pp. 300, 308, 309
(44) GRAVES, R., Los mitos griegos I, Alianza Editorial Madrid, 1985, pp. 73-74
(45) MUNDKUR, B., The Cult of the Serpent: An Interdisciplinary Survey of Its Manifestations and Origins, State University of New York Press, 1983, p. 153
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(48) LLANO ROZA DE AMPUDIA, A., Del folklore asturiano. Mitos, supersticiones, costumbres, 1922, pp. 85-87
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