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Cadmo a punto de atacar al dragón. Hendrik Goltzius(1558-1617) |
«Allá, en los tiempos obscuros en que se compenetraba la leyenda con la historia, llegaron los romanos al Bagrada, río que corre en la Libia entre arenas abrasantes. Acamparon a su vera, y vieron de una caverna que se abría junto a él desenroscarse una serpiente enorme, de unos cien codos de largo. Devoraba los rebaños que se acercaban al río, y se atraía los pájaros con su aliento venenoso; silbaba con furos de tempestad, cuando se arrastraban sus escamas parecía temblar la tierra... Un soldado la vió y se subió a un árbol; la serpiente lo tragó, porque derribó el árbol de raíz; otro soldado se metió en el río: la serpiente lo tragó, porque se hundió en el río detrás de él...
«Llega entonces una tropa, y el monstruo silba, se yergue, echa fuego por las fauces... Se encoge luego, ataca, plasta, muerde... La cohorte vacila unos momentos, pero lo cubre de flechas se le clavan en los ojos; se le clava en el vientre una falárica... El monstruo pierde sus bríos, y una máquina de guerra le machaca la cabeza... Cae, se extiende, sucumbe... Y entonces salen del río amarguísimos lamentos, y se oyen amarguísimos murmullos en el fondo de las grutas, y se sienten grandes llantos en el bosque...
«Y los sacerdotes dicen:
«- Matásteis al compañero de las ninfas del Bagrada!...»(1).
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San Jorge y el dragón, en el Palacio de Botines de Gaudí, León |
Vimos en nuestro artículo anterior
Santuarios termales y dragones: Luyego, Santa Mariña de Augas Santa... que en el Norte de África existe una estrecha relación entre cavernas, santuarios termales, culto a las ninfas y a una divinidad con forma de serpiente. Asimismo, en la tradición popular europea encontramos con muchísima frecuencia lugares con cuevas, muchas veces próximas a cursos de agua, en las que habitaba una serpiente enorme o dragón que causaban una gran daño o exigían la satisfacción de un tributo periódico, y que finalmente eran asesinadas por un santo o un héroe. En mi opinión, estas cuevas, en relación con ciertos lugares con corrientes de agua, formaban parte de antiguos lugares de culto en los que se celebraba la muerte de la serpiente, o del invierno.
«En estas tradiciones [pervivencias de la originaria mitología megalítica], las serpientes u otros fantásticos aparecen en los dólmenes como guardianes del tesoro oculto, siendo la cueva su morada mítica. En estas leyendas, la serpiente suele ser considerada como un ser femenino, guardiana de un tesoro, encargada de espantar o castigar a todos aquellos que intentan apoderarse de él. Sólo el héroe, cumpliendo el ritual, logrará vencer o desencantar a la serpiente, alcanzando así el tesoro»(2).
En este artículo vamos a analizar en detalle cinco de estos lugares, correspondientes a puntos de nuestro entorno, considerando tanto la información que nos proporcionan sus respectivas tradiciones locales como el acontecimiento de eventos solares o lunares que complementen su significado. Sin embargo, antes estudiaremos algunos elementos comunes presentes en estas tradiciones.
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San Jorge y el dragón. Paolo Uccello, 1470 |
Uno de ellos es la cueva, que en los santuarios termales ya estudiados parece evolucionar al horno. Las cuevas fueron desde muy antiguo objeto de culto porque se consideraban un acceso al inframundo o el seno de la Madre Tierra. Se han encontrado ofrendas votivas en el interior de algunas cuevas y grietas rocosas, que consisten especialmente en alimentos, bebidas o tesoros. Hay evidencias de su uso funerario o como lugar de realización de sacrificios humanos. Ejemplos europeos serían la cueva de Bycy Skála, en Moravia, República Checa, donde se hallaron los restos datados en la Edad del Hierro de 40 personas, principalmente mujeres, que fueron sacrificadas y desmembradas, con restos de dos caballos, cerámica y figurillas de bronce con forma de toro
(3). La tierra es considerada como el vientre materno del que salieron los hombres. En diversas culturas, niños, enfermos y moribundos son depositados sobre el suelo, enterrados, o se hacen pasar por una brecha de la tierra, una roca horadada o un hueco de un árbol, como símbolo de nacimiento y regeneración. Enterrar a los hombres, bien cadáveres o bien cenizas, tiene también el sentido de reclamar una nueva vida, de retornar a la tierra madre
(4). Como útero de la Tierra, y por lo tanto, medio de renacimiento y renovación, la cueva es esencialmente femenina, de modo que su antiquísimo carácter sacro se traduce y manifiesta en el cristianismo en forma de apariciones marianas relacionadas con cuevas como la de Lourdes, en Francia.
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Dragón en la Catedral de León |
La caverna equivale a la diosa megalítica, pero también la serpiente es también otro de sus símbolos y aparece contrapuesta a símbolos solares evidenciando algún tipo de dualidad o de oposición entre principios opuestos: Sol contra Luna, verano contra invierno, bien contra mal, día contra noche, hombre contra mujer,.... Su oposición alcanza su punto máximo en su combate a muerte, una escenificación periódica de la victoria del verano sobre el invierno, de la renovación estacional de la Naturaleza
(5). Sobre este tema ya nos extendimos en la serie
Quién es el dios Teleno.
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Sigurd y Fafnir. Hermann Hendrich (1854-1931) |
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Cuélebre. Alberto Álvarez Peña, en ÁLVAREZ PEÑA, A, Mitología asturiana. Urriellu |
La serpiente, como vimos(6), es un símbolo lunar, femenino, funerario, acuático,...El hecho de que la serpiente se identifique con los muertos, con el Invierno y que sea un símbolo de fertilidad explica por qué en las diferentes tradiciones de dragones, esta exige la satisfacción de un tributo, que en realidad es una ofrenda para que los espíritus de los antepasados sean propicios haciendo fértil el suelo que acoge la semilla sembrada o como agradecimiento por los frutos obtenidos(7). El tributo exigido toma la forma de cabezas de ganado, al parecer preferentemente vacuno, y cuando este se agota, reclama víctimas humanas. Los primeros, recuerdan el tema del sacrificio del toro que aparece asociado a lugares en los que también se celebra el culto a la muerte de la serpiente y al solsticio de verano(8), mientras que los segundos hacen referencia a sacrificios humanos. Toros, serpiente y víctimas humanas encarnan las fuerzas en decadencia de la Naturaleza, que deben experimentar una muerte violenta, prematura, cuando aún conservan cierto vigor, para que su espíritu se transfiera a una nueva forma más joven, regenerando los ciclos productivos naturales.
En la serie de artículos
Quién es el dios Teleno(9), estudiamos en detalle distintos episodios míticos de distintas religiones en las que el joven dios del verano, se enfrentaba y vencía al viejo dios del invierno, y ocupaba su puesto como rey del mundo, un relato que representaba la transición crítica del invierno al verano celebrada con fiestas y sacrificios. Este combate singular entre el héroe y la serpiente primordial aparece con gran frecuencia en las mitologías de todo el mundo: Indra contra Vritra, Marduk contra Tiamat, Zeus contra Tifón, Apolo contra Pitón, Hércules contra Ladon o Equidna, Jason contra el dragón que custodiaba el vellocino de oro, Cadmo contra el dragón, hijo de Ares, que custodiaba un pozo, y que previamente había asesinado a sus hombres que habían ido a buscar agua, Thor contra la serpiente de Jormungand, Sigfrido, Beowulf,... Como vimos, en las columnas de Júpiter galas y germanas se representa una figura de Jupiter cabalgando, con el atributo del rayo y de la rueda del año solar, imponiéndose a una figura de gigante con forma de serpiente, un motivo iconográfico que no por casualidad nos recuerda al del Santiago Matamoros. Este relato mítico esencial y omnipresente se fue transmitiendo en muchos lugares de manera oral, de generación en generación, hasta llegar hasta nuestros días. Veamos algunos ejemplos.
EL CULUEBRO DE LA VID
Una de las leyendas leonesas de dragones más conocidas es la de La Gotera en La Vid. Según un relato del abad Pedro de Zúñiga y Avellaneda de fines del s. XVI, referente a la ermita de San Vicente de La Gotera:
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Cueva del Culuebro de la Vid de Gordón |
«... y que allí avía hecho una fragua y avía templado unas ciertas varras de yerro ardiendo y las avía echado al culebro, juntamente con unos flejos de lino y unos tocinos, y que estando todo junto lo avía tragado el dicho serpiente y que avía reventado, y que con la gran bramida que avía hecho los dos hermanos más chiquitos que avía dejado se avían pasmado y se avían muerto, y cuando él vino y los halló muertos, determinara volverse para su tierra de Tángere, y avía topado el Santo (se refiere a San Lorenzo) con una acémila la cual traía una piedra de alabastro a manera de munimiento, que la acémila no avía parado hasta donde ahora está la hermita fundada, que es una tierra muy alta y avía oído decir el testigo que la acémila avía señalado las herraduras en las dichas sierras, y ansí ha visto que llegan allí muchas gentes en romería por las fiestas de San Llórente y San Vicente y San Pelayo, y en otros días del año, y avía visto que las gentes que van a la Hermita beben del agua de la fuente que dicen de las Virtudes y alcanzan gran beneficio, lo uno porque dicen que la dicha fuente que está a un trecho de ballesta de la Hermita fue fundada de las lágrimas de los Santos pequeños, que avían quedado quando el mayor fue a matar al culiebro»(10).
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Vista desde el interior de la Cueva del Culuebro |
Díaz Alonso recogió la leyenda popular según la cual un culebrón que vivía en el Bernesga exigía como tributo una oveja diaria, o una doncella en su defecto. Vino San Lorenzo asistido por sus dos hermanos Vicente y Pelayo a poner fin al abuso, y con una torta envenenada dio muerte al culebrón que sin embargo se cobró la vida de los dos hermanos pequeños. San Pelayo construyó una ermita en lo alto de la Peña con los huesos del dragón y dio sepultura a sus hermanos en un túmulo, a cuyos pies hay un ara romana
(11).
Según otra versión muy parecida que nos proporciona Sánchez Badiola, los campesinos de La Vid satisfacían el apetito del monstruo con dos vacas diarias, y cuando estos se acabaron, caballos, ovejas, cabras,… hasta que consumieron todos los animales. Entonces acordaron que cada familia escogiese a uno de sus miembros. A un tal Pablo González se le apareció San Lorenzo, junto con sus dos hermanos, el cual mediante un ardid terminó con el dragón. Finalmente los vecinos emplearon sus huesos para construir la ermita(12).
En Teleno, Señor del Laberinto, del Rayo y de la Muerte
(13), explicaba cómo el túmulo, con forma de caja sobre el terreno, y la propia ermita, estaban orientadas hacia la puesta del Sol en las fiestas de media estación de Beltaine y Lugnasad, que podría haberse cristianizado en las celebraciones del Corpus Christi y de San Lorenzo que se realizan en La Vid de Gordón. En el artículo
Lug, el dios equino que mató al dragón del Bernesga(14) tratamos sobre el ara votiva que se encuentra en el interior de la ermita, dedicada a unos dioses equinos en cumplimiento de un voto hecho por un tal Julius Reburrus. En este artículo expusimos que el caballo es un símbolo que se ha venido utilizando desde el Paleolítico, asociado al principio solar, estival, diurno, masculino, múltiple, y contrapuesto al del toro, el componente lunar, invernal, nocturno, femenino y acuático, con el que rige el universo. También tratamos sobre los grabados rupestres en forma de herradura que podrían relacionarse con un alineamiento con el Alto de Prao Mojón en el lunasticio mayor Norte.
En Teleno, Señor del Laberinto, del Rayo y de la Muerte(15), anticipamos que la Cueva del Culuebro, como así aparece mencionada en el Libro de la Montería del Rey Alfonso XI(16), y localizada en las hoces de La Gotera, a muy pocos metros del Bernesga, parecía imprecisamente orientada con la puesta de Sol del solsticio de verano y que esta circunstancia podría ser el fundamento de las advocaciones de San Juan y San Pelayo, así como de la tradición del culebrón. Cuando pregunté por su ubicación, en la Vid, me explicaron que el culebrón era tan grande que no cabía en la cueva donde introducía la cola, mientras que la cabeza descansaba en una enorme concavidad formada en la montaña al otro lado del río.
Este verano quise presenciar cómo se comportaba la cueva en la puesta del solsticio de verano y, ciertamente, no me extraña que el fenómeno impresionara a la gente que desde hace siglos, o milenios, y que lo consideraran un símbolo excelente de la victoria del verano sobre el invierno. El Sol, en esta fecha, penetra en lo más profundo de la caverna (que en realidad no es mucho) con forma de espada, iluminándolo, mientras que la serpiente, la oscuridad, la concavidad de la tierra, la fuente de agua, queda arrinconada en el fondo, derrotada, esperando impotente su fin. El lugar donde se oculta el Sol en esta fecha, se corresponde con la concavidad de la montaña donde, según la tradición local, asentaba parte de su colosal cuerpo el enorme culuebro que fue derrotado por San Lorenzo, el antiguo dios del verano.
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El solsticio de verano desde la Cueva del Culuebro. La concavidad que se ve debajo del Sol , al otro lado del río, era ocupada por la cabeza del culebrón mientras este mantenía su cola en la cueva |
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La luz del Sol del solsticio de verano, adentrándose en lo más profundo de la Cueva del Culuebro |
LA SIERPE RUPIANA DE MONTES DE VALDUEZA
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En un artículo anterior dedicado a
Valerio del Bierzo, la Provincia Asturiense y el santuario pagano d...(17) avisamos que en artículo posterior continuaríamos las peripecias de nuestro insigne ermitaño. Valerio se retiró finalmente en el monasterio de San Pedro de Montes, en el actual Montes de Valdueza, donde terminó sus días. Allí conoció a Saturnino, con el que construyó la célebre ermita de la Santa Cruz. El emplazamiento donde se construyó no es el actual, estaba más abajo, próximo al río.
«En una roca, por la parte baja de este monasterio, donde San Fructuoso solía hacer oración, y estaba hincada una cruz de madera a modo de monumento, el hermano Saturnino empezó a planear con mucho empeño que allí mismo, con nuestras pocas fuerzas, fuera construido un pequeño oratorio. Cuando me contó su proyecto, comencé a discutírselo, porque el lugar me parecía inadecuado y no teníamos medios para llevar tal proyecto a cabo.
«Justo el mismo día, cuando me vino el sueño, me hizo ver claramente la divina piedad que era su voluntad que se hiciera así, y que muy pronto su poder le daría remate. Nada más conocer la voluntad del Señor, con la obra de mis propias manos y con lo que la bondad divina me hizo llegar a través de la generosa voluntad de unos buenos cristianos, fueron contratados muchos artesanos para ayudarnos, con los cuales , apoyándonos el Señor y su poder, se terminó la construcción. Y como en aquel sitio no existía ningún espacio plano, pero a cambio teníamos el riesgo de un gran peñasco que colgaba sobre el lugar, trabajando poco a poco lograron abrir la roca. Allí, fue construido un santo templo en honor del Señor, dedicado a la Santa Cruz y San Pantaleón y otros santos mártires, que aunque construcción pequeña, era grande por el volumen del empeño desplegado»(18).
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Interior de la ermita de la Santa Cruz, en Montes de Valdueza |
Un episodio curioso es aquel en el que Saturnino hace que una serpiente ataque a alguien que entró a robar en su huerto.
«En el propio descampado sembró algunas legumbres que crecieron en rica abundancia por don del Señor. Cuando vio que estaban maduros, temiendo que gente se las llevase, bendijo sobre el altar un lenzuelo que colgó como señal en la huerta. Y como todos tenían miedo de que allí pudiera sucederles algo, un botarate, cuando entró con atrevimiento desvergonzado y comenzó a satisfacer la voracidad de su gula, de repente fue atacado por una serpiente. Y cayéndose luego al suelo, allí permaneció con sentido hasta que lo encontraron soltando más porquería por la boca y por detrás de lo que había podido comer, cuando gracias a Dios no se encontró nunca jamás a ninguna otra persona que por estos montes hubiese sido atacada por una serpiente»(19).
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Asiento original de la ermita de la Santa Cruz |
Y es curioso porque la serpiente ya había dejado aquí una fuerte impronta mítica.
«Desde la ermita se contempla el abismo y allí abajo se abre la boca de una cueva legendaria. Es la cueva del totem de la serpiente, la misma serpiente que está tallada en lo alto del retablo de la ermita., donde se aprecia el ojo del legendario cuélebre.
«Es el culebro del castro de La Rupiana, que dice su leyenda moraba en esta covachona y cuya cola aún quedaba metida en la oquedad cuando su cabezota subía hasta las proximidades de la ermita y se zampaba los hombres y los ganados. Así era de grande y horrenda la temerosa sierpe de La Rupiana.
«San Fructuoso libró para siempre a sus monjes y a las gentes de este demonio de La Rupiana. Se arregló para ello emborrachando a la sierpe con un gran pan de harina de castañas amasado con jugo de tejo y de apio hasta dormirla. Luego ya le fue sencillo meterle por un ojo, el que se aprecia en el retablo de la ermita, un gran madero de castaño aguzado y requemado en el fuego hasta abrasarle el cerebro»(20).
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Monasterio de San Pedro de Montes |
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Montes de Valdueza |
Uno de los elementos del relato tradicional que se repite es el de la preparación y uso de una torta para dar muerte a la sierpe. Algunas evidencias apuntan a la participación de bollos o tortas en ritos en los que se sacrificaban víctimas humanas. Una de ellas, es la más conocida, es bien conocido roscón de reyes. Como sabéis es tradición repartirlo en trozos en el día de Reyes, como después del comienzo del año Nuevo. Una de las porciones esconde un haba y el que lo elige por azar recibe el castigo de pagar el roscón del año siguiente. Antiguamente, el elegido se conocía como el Rey de la Faba
(21), que evidentemente es una reminiscencia de la antigua costumbre de sacrificar ritualmente al rey, o a un representante suyo, bien de forma periódica, bien cuando se observan signos de decadencia, pues él encarna a la Naturaleza en el Invierno y debe morir cuando aún conserva sus fuerzas para renacer fortalecido, asunto que fue magistralmente tratado por
James Frazer en su
Rama Dorada. En algunas pervivencias de la fiesta de Beltaine, en Dublín, existía la costumbre de que la persona que escogía una porción marcada de una tarta de Beltaine o bannock, era después denominado la Vieja Arpía de Beltaine, y se fingía que era arrojado al fuego, o tenía que saltar tres veces sobre este, refiriéndose a él durante la fiesta como “muerto”
(22). Por último, en el Noroeste de Inglaterra, en Lindow, fue hallada la momia de un hombre del siglo I d.C. en un pantano con signos que apuntan a que fue víctima de un sacrificio: se trataba de un hombre joven, bien alimentado, con el cuerpo pintado y que durante su vida no había desarrollado trabajos pesados o manuales. Las señales de su muerte (lesiones en la cabeza, estrangulamiento y corte en el cuello) apuntan al rito del triple asesinato del rey sagrado. En su estómago encontraron restos de su última comida consistente en pan cocido con una amplia variedad de semillas y granos de cereales
(23). El hecho de que el escenario fuera acuático, es decir, un pantano, subraya su relación con las tradiciones de dragones asesinados que estamos estudiando.
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Cueva de la Sierpe Rupiana |
Al igual que en el ejemplo anterior, el del Culuebro de La Vid, la cueva de la Sierpe Rupiana está también a escasos metros del curso de agua. el arroyo de Montes y está orientada hacia la puesta del sol en el solsticio de verano. En este caso no podemos decir que los último rayos del sol en esta fecha penetran en lo más profundo de la cueva, que tampoco es muy profunda, pero sí que su interior es bañado por la luz sagrada de esta fecha, alcanzando un conjunto de pequeñas cavidades que forman un rostro monstruoso, probablemente de origen natural. La zona por donde se oculta el sol de finales de junio, visto desde la cueva, parece próximo al emplazamiento actual de la ermita de la santa Cruz, el lugar alcanzado por la cabeza del monstruo para alimentarse de ganado y personas mientras que mantenía su cola en la cueva. Este dato podría ser indicativo de una relación espacial entre dos puntos, de una orientación astronómica, pues ya lo habíamos encontrado en el alineamiento solsticial de la Cueva del Culuebro de La Vid. Recordemos que según la tradición local, mientras el culebrón mantenía su cola en la cueva, el resto de su cuerpo descansaba en la depresión que se encuentra en frente de la misma, justo por debajo del punto donde se produce la ocultación del Sol en el solsticio de verano.
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Puesta del sol en el solsticio de verano visto desde la Cueva de la Sierpe Rupiana. A la izquierda, la ermita de la Santa Cruz, donde el culebrón se alimentaba mientras mantenía la cola en la cueva |
Por último, desde la salida de la cueva, hacia el río, se observa hacia el Este un punto destacado del paisaje donde se pone el Sol en las fiestas de media estación de primeros de mayo y primeros de agosto.
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Sobre este monte, aquí visto desde la carretera, se produce la salida del Sol en Beltaine/Lugnasad desde el entorno inmediato de la Cueva de la Sierpe Rupiana |
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El monte anterior desde el entorno inmediato a la cueva |
SANTA MARIÑA DE BALBOA
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«Na igresia de Balboa existen dúas imaxes de Santa Mariña. Nunha delas, na máis pequena, aparece a Virxe pisándolle a cabeza a unha cobra. É unha talla da Santa para conmemorar un acontecemento que sucedeu no Couto.
«Enriba de Balboa, na Pena do Pando, habitaba (quen sabe os anos que desto haberá) unha cobra descomunal que mantiña acoradas a todas as xentes daquelas vilas.
«Tiñan que levarlle por viceira años, cabritos e curdeiros a aquela besta que nunca chea se vía. Pasaron os anos e os probes habitantes do Couto non conseguían alevantar cabeza, pois non había facenda que chegara pra farta-lo monstruo aquel, que de día en día medraba e engordaba máis e maís.
«Nada cambeou hastra que tempo andando unha rapaza do lugar presentouse onde a serpente e, invocando a axuda da Virxe, consiguiou esmagarlle a cabeza cun pe.
«Dende aquela, esta Santa da igresia de Balboa, aparece como a salvadera e protectora da poboación»(24).
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Pintura mural en Balboa |
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Iglesia de Santa Mariña, en Balboa |
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Pena do Pando |
Encontramos un nuevo ejemplo de lugar en el que Santa Marina da muerte a una enorme serpiente. Sin embargo, en esta ocasión tengo la impresión de carecer de algunos elementos de juicio que me impiden dar una solución satisfactoria, al menos para mi. La iglesia de Santa Mariña está construida sobre un reguero, lo cual no deja de ser un emplazamiento extraño y curioso, vista ya la estrecha relación que tiene esta advocación y los culto acuáticas. Podríamos pensar que el nuevo edificio está cristianizando un lugar de culto pagano, o que se trata de un traslado desde otro punto. En todo caso estoy convencido de que el antiguo culto a la muerte de la serpiente cuya reminiscencia es esta leyenda de Santa Mariña estaba complementado por un baño ritual de la diosa en algún lugar del río adecuado, probablemente santificado por un alineamiento solar en el solsticio de verano o en las fiestas de media estación de Beltaine/Lugnasad, como vimos en el capítulo anterior
(25). Desde la posición ocupada por la iglesia actual de Santa Mariña no he conseguido reconocer ningún alineamiento astronómico en este sentido.
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Pena do Pando |
Cuando pregunté en Balboa por esta tradición, me indicaron que la serpiente gigantesca vivía en una cueva de la Peña del Pando señalándome también su emplazamiento. Cuando me interesé por la cueva me dijeron que, en realidad, no era tal, sino una pequeña oquedad. Visité el lugar y encontré la “cueva”, que parece orientada hacia el lugar donde se pone el sol del solsticio de verano (aunque en la actualidad unos árboles impiden la visión). Sin embargo, la escasa entidad del hueco no parece justificar su elección como morada mítica de la serpiente, y soporte de una tradición tan notable. Me pareció curioso que en la Peña del Pando, hay dos peñas muy próximas, aunque sin tocarse, de modo que definen un punto de mira que, según he calculado, parece orientado hacia el punto donde se oculta el sol del solsticio de invierno.
En definitiva, y como ya avise anteriormente, los resultados obtenidos aquí son algo pobres, dando la impresión de que aún desconocemos demasiados datos sobre este lugar.
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Guarida de la serpiente na Pena do Pando |
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Santa Mariña de Balboa |
LA CUEVA DEL CUÉLEBRE DE CORAO
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En la localidad asturiana de Corao, cerca de Cangas de Onís, se encuentra la Cueva del Cuélebre, también conocida como la Cueva de Frassinelli porque fue adquirida por
Roberto Frassinelli, “el alemán de Corao”, que la excavó hallando en su interior
«un hacha pulimentada, un ídolo reticulado sobre canto rodado, un anillo de cobre y una punta de bronce y un puñal [...] relacionados con una posible ofrenda funeraria»(26). Aparece también en antiguos documentos con las denominaciones "Cueva Cuh.erreru" y "Guf-ferreo"
(27). La cueva, que en realidad es un abrigo, está segmentado en varias cavidades, con distintas aperturas al exterior, principalmente hacia el Este y una muy amplia hacia el Sur.
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Cueva del Cuélebre, en Corao |
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Dragón en el pórtico de la iglesia de Santa Eulalia de Abamaia |
Estos restos arqueológicos indican que esta cueva era un antiguo lugar de culto cuyas características pueden deducirse a partir de la leyenda del cuélebre que la habitaba y cómo encontró la muerte.
«Na cueva añeraba un cuélebre al qu'habíen d'echa-y una xata diaria, pa que los dexara trabayar en la vega H.ondos, que ta baxo la cueva. Entós, el cura d'Abamia h.artucáu del asuntu, un día, allegóse a la cueva cola cuenta de desanicialu. Y asonsoñando les culiebres echó-y un xiblíu pel h.uracu la madriguera pa h.acelu salir. Namái que llegó'l cuélebre, el cura pegó-y un tiru nel gargüelu y fuxó al trote nel so caballo empobinando p'abamia. El cuélebre, mancáu, foi tres d'elli. Pero'l caballu estrapallóse-y pola escorrinbanda, asina que'l cura hebo de vadiar El Gueña a pie, per onde agora ta El Puente abamia. El cuélebre metióse nel ríu tamién, y entró-y l'agua pel furacu del tiru, afogándose ellí mesmu. Dempués, sacáronlu pal camín Canaloriu, que ta al pie, onde tevo en canal munchu tiempu podriéndo»(28).
Encontramos en este relato varios elementos que ya hemos reconocido en otros. El cura representa al dios joven del verano, uno de cuyos atributos es el caballo que morirá en sacrificio. Como vimos en Luyego o Santa Mariña de Augas Santas, y sospechamos en Cacabelos, se produce un desplazamiento al río, a un punto en el que se produce un vado y posteriormente se construye un puente(29), en cuyas proximidades se localiza una encrucijada a la que llegaban y donde confluían todos los caminos de iglesia de la parroquia que conducían a la iglesia de Abamia, un templo donde dice la tradición que estuvo enterrado el rey Pelayo y su esposa, próximo a un túmulo prehistórico y que trataremos en un artículo próximo. En la zona existen también otros restos arqueológicos. Ambrosio de Morales hace referencia a una veintena de piedras de lápidas romanas con inscripciones, lápidas vadinienses(30) de las que se conservan tres en el Museo Arqueológico de Oviedo. Desde este Puente nace el camino del Canaloriu:
«El camín llámase asina porque tevo munchu tiempo nél podredoriu del Cuélebre en canal, que dempués d'afogase n'El Güeña, baxo El Puente Abamia, cuando diba escorriendo al cura d'Abamia por pega-y un tiru, sacárenlu p'allí»(31).
El cura que Abamia que presenta ante la entrada de la Cueva del Cuélebre, el dios joven del verano, es el sol que nace sobre el Cerro Iguedo en el solsticio de verano. La serpiente queda herida y persigue al héroe solar hasta un curso de agua en la que esta queda santificada por la coincidencia de dos alineamientos astronómicos: uno en la salida del sol del solsticio de verano sobre el Cantu los Verdugos, y otro en el lunasticio menor Norte sobre el cantu Llagos.
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Cerro Iguedo desde el entorno inmediato de la Cueva del Cuélebre de Corao |
A COVA DA SERPE DE FRIOL
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En el occidente de la provincia de Lugo hay una sierra en las cercanías del concello de Friol que se conoce como Cova da Serpe. Toma su nombre de una pequeña cueva que tradicionalmente se consideraba habitada por una enorme serpiente.
«A torre de San Paio de Narla (Friol, Lugo) ten as súas lendas. Unha delas é a que se refiere á Cova da Serpe, que dá nome a un monte que vai bater ma provincia da Coruña, preto de Sobrado de Monxes.
«Tiña un dos señores daquela torre o castelo, unha filla, Berta ou Benta, que gustaba de se solazar andando dacabalo polas terras achegadas á torre, costume adoitado naqueles tempos de ruíns estradas, mais fallos doutros pasatempos.
«Aconteceu certo día que a besta en que ía a fidelguiña gañou medo e comezou a correr desenfreada sen que a rapariga puidera contela. Mais un membrudo mozo campesiño brincou no campiño dun valo en baixo, botoulle as mans ó bocado da besta e cun rexo esforzo contivo o animal.
«A heroicidade do mozo, e poida que máis que outra cousa a varonil apostura do lanzal xove, fixo que a doncela se enamorase del. Pola súa parte o rapaz viu na fidalguiña unha meiguiceira fada o deixou engaiolado, preso nos seus encantos e donosía.
Os dous mozos voltaron a se veren, e sentados á sombra dos carballos dunha devesa, falábase namorados e ditosos esquecendo a súa desemellante condición.
«Mais, o señor de San Paio, don Lopo de Seixas, soubo logo daqueles amores da súa filla co mozo labrego, seu vasalo, e ameazó á rapaza cun fero castigo se non puña fin a aquela desasisada intimidade que era unha aldraxe para a fidalguía das torres.
«Benta, amante e arriscada, puxo en coñecemento do rapaz as ameazas do seu pai, e entre choros e bicos, ambos determinaron de fuxir a través dos montes e iren en procura de refuxio noutras terras.
«O señor de Seixas, cando se decatou de que a súa filla desaparecera, ordenou de contado que saíran algúns escudeiros e homes de armas da torre para perseguiren os fuxitivos, dar morte ó galán e voltar para o castelo coa filla que o tiña deshonrado con aquel feito deshonesto.
«Os amantes, ó se sentiren perseguidos, escoitando o catriplinar dos cabalos, agacháronse nunha cova que atoparon no monte que tentaban cruzar. Mais ficaron abraiados ó se toparen cunha gran cobra, unha serpe monstruosa, que se dirixía, erguendo a noxenta testa, cara a Benta. O mozo empuñando un puñal interpúxose e pretendeu cortar a cabeza á cobra que arredou o ataque e envolveuse lixeira e destemida en torno do rapaz coutándolle o movemento.
«A loita entre o home e a serpe foi témera; a rapariga ollábaos estarrecido. En cabo o varudo mozo atinxiu a cobra cun certeiro golpe na testa; mais, xa era tarde, porque as trabadelas da serpe e mais o premer do escorregadío corpo que lle apreixaba o corpo e a gorxa, causáronlle a morte.
«Oíndo os berros salaiantes da rapaza chegaron as xentes de don Lopo que recolleron á espavorida Benta, e conducírona á torre de Narla.
«Por eso chámanlle ó monte “Cove da Serpe”, en lembranza do drama que se desenvolveu alí, conservado pola lendaria tradición»(32).
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Cova da Serpe de Friol |
Otra tradición dice, que esta serpiente era tan grande que bajaba a beber a un arroyo mientras mantenía la cola en la cueva. Este dato, que ya hemos constatado en otros lugares, puede indicar la existencia de dos lugares relacionados que participaban del antiguo culto a la muerte de la serpiente, uno de ellos en el seno de una corriente de agua y/o que cabeza y cola de la serpiente indican una dirección espacial que podría tener un significado astronómico. Ya nos hemos encontrado con las dos situaciones. Sin embargo, la localización de este arroyo parece imprecisa. En algunos casos se refieren a un arroyo seco conocido como Santa Mariña o a un Pozo da Serpe o Parado da Serpe localizados cerca de la Torre de Miraz, aunque también se encuentran por internet referencias a un pozo cerca de la torre de San Paio de Narla(33) o incluso cerca de la Torre de Anafreita(34).
«No monte “Cova da Serpe” vivía unha enorme cobra que tiña cheos de medo ós veciños de Miraz, pois sempre baixaba beber nunha fonte cerca da Torre que aínda se coñece polo nome de “Pozo da Serpe”. A xente decidiu un día acabar con tal monstruo e para iso argallaron de darlle de comer un burro enzoufado en alcatrán. A serpe comeu o burro e morreu de contado. Aínda na cima do monte existe a cova onde vivía o animal, de aí o nome que leva»(35).
«Di a xente que nunha montaña, a varios quilómetros de Friol, había unha cova na que fai moito tempo habitaba unha gran serpe, que cando iba beber ó río de Santa Mariña, que lle quedou o nome de río seco, a cola quedáballe na cova.Un día a xente cansada de que a serpe lles comera as hortas decidiron poñerlle un burro que estaría envelenado, a serpe comeuno e morreu. Dende aquela a esta montaña chámaselle A Cova da Serpe»(36).
«Contan os vellos que hai moito tempo, nun lugar chamado dende aquela “Cova da Serpe” por un feito pouco normal que sucedeu, había unha serpe nunha cova na montaña máis alta da zona, e o seu tamaño era tan inmenso que cando ía ó Rio Parga a varios kilómetros de distancia , deixaba a cola dentro da súa cova. Un nobre de Parga, que tiña moitas propiedades e perxudicábao moito porque lle comía reses e servos, ofreceu unha recompesa para o que a matase: daríalle a man da súa filla. Viñeron cabaleiros de moitos sitios pero a serpe matounos a todos e seguía perxudicando; pero un servente do nobre vía a fermosa filla do nobre e namorouse dela. O rapaz armouse de valentía e dunha espada e cortoulle a cabeza á serpe mentres estaba distraída comendo un boi do señor. O señor cumpriu a súa promesa, casou a súa filla co servo e viviron felices»(37).
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Cova da Serpe |
Una de las primeras impresiones que me produce esta leyenda es su analogía con las tradiciones relativas a la muerte del padre de Lug, enamorado de la hija del malvado Balor, o el romance de Culhwch y Olwen y su enfrentamiento al padre de ella, Ysbaddaden(38). Aurelio del Llano recogió un relato popular asturiano con una similitud aún mayor. En esta caso, la identificación del asesino con el dios del verano está subrayada por la fecha en la que se produce la muerte del Cuélebre: el solsticio de verano, así como que el padre de la muchacha y el Cuélebre son uno mismo.
«Erase un grande señor que tenia dos hijas: una estaba para casarse con un conde. Y la otra hablaba secretamente con un mozo pobre y plebeyo.
«Enteróse de ésto el padre de la niña y la encerró en un cuarto del palacio.
«Por una ventana se comunicaba con su novio, pero ésto se descubrió y el mozo determinó marchar con un señor que iba a pelear contra los moros.
«De acuerdo con los encantadores, el padre cogió a su hija y con el dinero que le correspondia en herencia la llevó a una montaña; un encantador comenzó a leer por un libro, y de una cueva salió el Cuélebre que había de guardar a la niña. Esta, llorando a lágrima viva, rogaba a su padre que no la encantara, pero el tirano la hizo entrar en la cueva y como único consuelo le dijo los medios que tenia que emplear el que se atreviera a libertarla y la dejó allí encantada.
«Mientras tanto, su novio, dispuesto a ganar honores, hizo tantas cosas peleando contra los moros, que el rey le hizo noble y le dio armas para su escudo.
«Y con ésto regresó y presentóse delante del palacio de su novia. Por un criado viejo que estimaba mucho a la niña, supo lo del encantamiento. Y el mozo fué a la montaña y registró todas las cuevas sin resultado alguno.
«Después sentóse a descansar bajo la sombra de un fresno y de pronto oyó la voz de un pastor que iba detrás de su rebaño cantando:
«— Niña que estás encantada
en la cueva de Cirbian,
he de libertarte yo
la mañéina de San Juan.
« El mozo atravesó corriendo un cotollal, llegó al pié de la fuente donde estaba el pastor y le preguntó el significado de la copla.
«El pastor le contestó que estando él metido en el hueco de un roble para librarse de la lluvia, había visto, lleno de miedo, el encantamiento de la niña. Y que el padre al marcharse habia dicho a su hija:
«— El que se atreva a desencantarte tiene que presentarse aquí la mañana de San Juan cargado de reliquias y dar muerte al Cuélebre, de una lanzada en la garganta.
«Y si no hay quien se atreva a hacer esto — agregó el pastor — lo haré yo cuando sea hombre. ¡Si supiera usted que guapa es la nena!.
«— ¡Calla! A esa joven me corresponde a mí desencantarla.
«Y la mañana de San Juan, armado de lanza y cargado de reliquias, presentóse el mozo en la cueva donde estaba encantada su novia y esperó.
«Al poco tiempo sintió un ruido muy grande y vio que en dirección a el avanzaba el Cuélebre silbando y dando golpes con la cola.
«El mozo, aprovechando un momento en que el Cuélebre se enderezó frente a él, hinchando el cuello, le dio un golpe de lanza en la garganta y le mató.
«Inmediatamente se rompió el encanto y apareció la niña llena de hermosura delante del valiente mozo. Este la cogió en sus brazos y la depositó desmayada en el campo.
«El pastor presenció la lucha del mozo con el Cuélebre desde el mismo sitio que había presenciado el encantamiento.
«Y cuando vio al Cuélebre caer muerto, fué corriendo a dar cuenta de lo ocurrido al antiguo criado de la niña.
«El padre de ésta había muerto el día que la encantó.
«Hiciéronse grandes preparativos en el palacio, y todos los habitantes del contorno se dirigieron a la montaña en busca de los enamorados, los cuales se casaron a los pocos días. Y dieron al pastor una parte del dinero que había acompañado a la niña en su encantamiento»(39).
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Fortaleza de San paio de Narla. Autor: Jose Luis Cernadas Iglesias. Fuente: Wikipedia |
El nombre de la muchacha de la leyenda luguesa, Berta, apunta claramente a su identificación con la Gran Diosa Luna, con fuertes paralelos en su denominación en la Europa continental, pero también en las Islas Británicas con la diosa Brigit. De acuerdo a Nicolás Bartolomé:
«las leyendas cristianas de los primeros días de febrero reivindican numerosos santos que protegen los trabajos textiles, pero más que a los santos la gentes en las veladas prefiere evocar al hada hilandera cuya presencia se recuerda en Francia con la frase proverbial “du temps que la reine Berthe filait” (de los tiempos en los que la reina Berta hilaba), que tiene su correspondencia italiana en el dicho “non e píu il tempo che Berta filaba”, e incluso portuguesa aunque referida a Marta “la’vae quanto Martha fiuo”, en referencia siempre a un pasado remoto y mítico. Estos personajes proverbiales relacionados con el hilado a veces se presentan como hadas gigantescas que transportan enormes piedras o realizan trabajos descomunales mientras van hilando como ocurre en Francia con un túmulo megalítico denominado Girénée Berthe, del que se dice que fue transportado por una mujer llamada Berthe en su regazo, señalando el túmulo el lugar donde se rompieron los cordones del delantal y cayeron las piedras y tierra que llevaba sin poder por tanto concluir la tarea inicialmente prevista. Gaignebet postula que girénée, identificada popularmente con el contenido del regazo o mandil (giron en francés), alude más bien a un objeto gira, rueda y vuelve, es decir, se refiere al huso del hada hilandera. En toda Europa se constatan variantes de esta misma tradición.
«Otra hilandera fantástica Frau Holle (la señora Holle), la popular hada germana que origina la nieve al sacudir su colchón, también es descrita como una hilandera que camina por la tierra para observar la aplicación de las jóvenes hilanderas, las cuales debían de concluir las tareas del hilado y guardar las ruecas para el martes de carnaval, premiando a quien así lo hiciera y castigando en caso contrario a las infractoras. Frau Holle también ayuda a las chicas que hilan bien regalándoles husos y quemando las ruecas de las perezosas. En el día de su onomástica exigía descanso abandonando la hila. El nombre de Holle tiene diversas variantes en las distintas regiones de lengua alemana (Helda, Holda, Perchta,), entre las que merece la pena destacar el de Berta. Para el tantas veces citado Gaignebet, Brígida y Berta, (o sus variantes francesas Bridget y Berthe), tienen el mismo significado: “la elevada”o “la excelsa”»(40).
Esta interpretación está en consonancia con la etimología de la localidad de Anafreita, también conocida como San Pedro, y el arroyo homónimo, a 1 km. de la cueva:
«Pero Anafreita no viene de fracta ni de A na freita (¿?) ‘la (que está) en la cortadura’, como también se ha dicho, sino del nombre de origen germánico ANA-FRED-A, o Anafried, Anafred (masc.) que aún se usa hoy; un antropónimo compuesto, cuyo segundo término está basado en el nombre de la suprema diosa germánica y nórdica Freda, Frida, Fritha o Freya (relacionados con la palabra Fraujōn ‘mujer’) cuya contrapartida masculina es Freyr, tan presentes en la toponimia nórdica y germánica [...] Su equivalente en la tradición celta es Breta o Brita, Berta, Brechta, Brittula, Britex, Bride o Brigit, sin duda la forma básica, que también entra en la composición de nombres germánicos como Albrecht o Alberto y Adalberto (de Adel-Bert ‘la noble Berta’), correspondientes a Alfred-o, Alfried (de Adel-Freda ‘la noble Freda’)»(41).
En un alto que limita las parroquias de Nodar y Anafreita se encuentra el lugar denominado “Alto da Mámoa”, que alude a un túmulo megalítico. Podría participar en el conjunto cultual en el que está incluída A Cova da Serpe pero, como sólo conozco la localización del topónimo en el Mapa Topográfico Nacional, no lo incluiré en este análisis.
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Vista del Peneo da Pereira desde A Cova da Serpe |
La boca de la pequeña cueva está orientada con un acimut de 146º, dando una declinación de -33º para un astro que se ocultara en esa dirección en el horizonte. El sol en el solsticio de invierno o la luna en el lunasticio mayor Sur podrán verse a través de su entrada a su paso después de su orto. Desde el emplazamiento de la cueva no hay accidentes especialmente destacados en el paisaje a excepción del Penedo da Pereira cuya cima, sin embargo, se ve aquí por debajo de la línea del horizonte. Ligeramente a la derecha de esta cumbre se recorta en el horizonte el Pico de Leiras que, sin embargo, tampoco es un punto particularmente conspicuo. En esa misma dirección se encuentra Miraz y se produce la salida del Sol en las fiestas de media estación de Beltaine y Lugnasad. Podría ser este el significado de la tradición según la cual la serpiente de la Cova da Serpe iba a beber al Pozo da serpe de Miraz mientras mantenía la cola en su cueva y que ahí recibió la muerte, en consonancia con lo visto en La Vid y Montes de Valdueza en las que la dirección definida por la serpiente cuando sale para alimentarse y mantiene parte de su cuerpo dentro de su guarida coincide con un alineamiento solsticial. A algunos metros de la cueva, hacia el arroyo que nace aquí, podemos encontrar zonas de su curso desde las que ya el Penedo da Pereira es ya un referente notabilísimo del paisaje sobre el que nace el Sol en las fiestas de media estación que dan comienzo y fin al verano. ¿Será este arroyo el de Santa Mariña?
CONCLUSIONES
Hemos estudiado en detalle algunos lugares en los que existe una tradición de una cueva habitada por una gran serpiente o dragón que es asesinado por un héroe o santo. En los casos de La Vid y de Montes de Valdueza hemos reconocido su orientación hacia la puesta del sol en el solsticio de verano asociada a una tradición según la cual el cuerpo de la serpiente se extiende en esta misma dirección para alimentarse y que podría guardar relación con las advocaciones patronales de las localidades a las que pertenecen: San Juan en el caso de La Vid y San Pedro en el de Montes de Valdueza.
La Cueva del Cuélebre de Corao arrojó restos arqueológicos que denotan su uso como lugar de culto que podría guardar relación con la veintena de lápidas vadinienses que fueron halladas en Corao así como el túmulo megalítico que se cristianizó en la iglesia de Santa Eulalia de Abamia, que estudiaremos en detalle en otro artículo. Desde la entrada de la cueva podemos asistir al nacimiento del sol del solsticio de verano en el cerro más conspicuo del paisaje visto desde aquí. el Cerro Iguedo. La tradición popular sugiere la participación en el culto aquí desarrollado de otro lugar localizado en el seno del río Gueña, donde se construyó un puente y existe una importante encrucijada de caminos. Este lugar observa alineamientos astronómicos en el solsticio de verano y en el lunasticio menor Norte, que otorgarían propiedades mágicas al agua convirtiéndolo en una zona especialmente adecuada del río para celebrar baños rituales.
Desde la Cova da Serpe de Friol no se producen alineamientos astronómicos precisos con accidentes destacados del horizonte aunque una tradición popular parece indicar el correspondiente a la salida del Sol en las fiestas de media estación de primeros de mayo y primeros de agosto utilizando como referencia imprecisa un cerro muy destacado que puede convertirse en referencia precisa y destacada si nos desplazamos unos metros hacia un arroyo próximo. La relación de la cueva con corrientes de agua es también apoyada por otras tradiciones populares locales.
Por último, la morada mítica de la serpiente monstruosa de Balboa es identificada con una pequeña oquedad localizada en unas peñas conocidas como Pena do Pando. Sin embargo no he conseguido reconocer en ellas o desde ellas un alineamiento astronómico importante que signifique la victoria del verano sobre el invierno. Podría haber una relación con algún punto de un curso de agua si aplicamos el modelo que hemos ido reconociendo en nuestro estudio y tenemos en cuenta la construcción de la iglesia de Santa Mariña sobre un reguero.
En estos casos se observa también una relación más o menos evidente con el acontecimiento del solsticio de verano y con la celebración de las fiestas de media estación que denominamos, siguiendo la terminología irlandesa por desconocer otra más adecuada, Beltaine y Lugnasad. Estas fechas representan el apogeo, comienzo y fin del verano, así como la superación del invierno. son antiguas fiestas en las que el agua, asociada a la Luna y simbolizada por una serpiente o un toro, adquiera especiales propiedades mágicas y curativas. El episodio del combate singular entre el héroe y la serpiente significa la muerte de las fuerzas en decadencia de la naturaleza patentes durante el invierno y su renacimiento favorecido mediante la realización de sacrificios humanos y animales.
Puedes obtener los cálculos arqueoastronómicos en el enlace.
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Iglesia de san Juan de Turienzo de los Caballeros |
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(1) SILVIO ITÁLICO, Famulum sonorum Naiadum, VI en CABAL, C. La mitología asturiana. Los dioses de la vida, 1925 (ed. faxsimil Maxtor, 2008), pp. 125-126
(2) CRIADO, F., Serpientes gallegas: madres contra rameras, Mitología y mitos de la Hispania prerromana 2, Coord. J. C. Bermejo, Akal, 1986; LÓPEZ CUEVILLAS y BOUZA, F., Os oestrimnios, os saefes e a Ofiolatría en Galiza, Arquivos do Seminario d'Estudos Galegos, II, 1992, MOHEN, J.P., Le Monde des Megalithes, 1989. p. 20; AMADES, J., Mitología megalítica, Ampurias III, 1941, pp. 130-132; MÉLIDA, J.R., Monumentos megalíticos de la provincia de Badajoz, Revista de Archivos, Bibliotevas y Museos, XXVIII, 1913, pp. 7, 9, citados en LACALLE RODRÍGUEZ, R., Relaciones entre el arte y la mitología megalítica, Gallaecia, Nº 18, 1999, pp. 43
(3) MacINTOSH, J., Handbook of Life in Prehistoric Europe, Oxford University Press, 2009, p. 255
(4) ELIADE, M., Tratado de Historia de las Religiones. Morfología y dialéctica de lo sagrado, Ediciones Cristiandad, 2009 (1ª ed. 1949), pp. 368, 370-379; «Todo lo que sale de de la tierra está dotado de vida y todo lo que vuelve a ella adquiere nuevamente vida» ELIADE, M., Tratado de Historia de las Religiones. Morfología y dialéctica de lo sagrado, Ediciones Cristiandad, 2009 (1ª ed. 1949), p. 379
(5) LACALLE RODRÍGUEZ, R., Relaciones entre el arte y la mitología megalítica, Gallaecia, Nº 18, 1999, pp. 42-52
(10) DÍAZ ALONSO, M., Mitos y Leyendas de la Tierra Leonesa, 1982, pp. 5-6
(11) DÍAZ ALONSO, M., Mitos y Leyendas de la Tierra Leonesa, 1982, pp. 5-6
(12) SÁNCHEZ BADIOLA, J.J., En torno a Camposagrado. Leyenda, eruditismo y mitología heráldica en la Montaña Cantábrica, Visión Libros, 2008, pp. 251-254
(13) GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M.A., Teleno, Señor del Laberinto, del Rayo y la Muerte. Un enfoque etnoarqueoastronómico para el estudio de los santuarios antiguos del corazón de la Asturia, Editorial Lobo Sapiens, 2011, pp. 252-254
(15) GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M.A., Teleno, Señor del Laberinto, del Rayo y la Muerte. Un enfoque etnoarqueoastronómico para el estudio de los santuarios antiguos del corazón de la Asturia, Editorial Lobo Sapiens, 2011, pp. 252-254
(16) «Formigoso, es un buen monte de oso en verano, et son las vocerías, la una desde la Peña de Sant Viceinte fasta la Cueva del Culuebro, et la otra por cima del puerto del Funtu. Et es el armada á la colla de Fuentes», GUTIERRES DE LA VEGA, J., Libro de la montería del Rey D. Alfonso XI, con un discurso y notas del Excmo. Señor D. José Gutierres de la Vega, Tomo II, Madrid, 1877, p. 63
(18) VALERIO DEL BIERZO, Replicatio Sermonum a Prima Conversione ó Nueva Explicación de lo Contado desde mis Primeras Penitencias, en DIAZ Y DIAZ, M. C., Valerio del Bierzo. Su persona. Su obra, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro”, Caja España de Invsersiones, Archivo Histórico Diocesano, León, 2006, pp. 297-299
(19) VALERIO DEL BIERZO, Replicatio Sermonum a Prima Conversione ó Nueva Explicación de lo Contado desde mis Primeras Penitencias, en DIAZ Y DIAZ, M. C., Valerio del Bierzo. Su persona. Su obra, Centro de Estudios e Investigación “San Isidoro”, Caja España de Invsersiones, Archivo Histórico Diocesano, León, 2006, pp. 301
(20) DÍAZ ALONSO, M., Mitos y Leyendas de la Tierra Leonesa, 1982, p. 8
(21) CARO BAROJA, J., El carnaval: análisis histórico-cultural, Taurus, 1979, p. 318
(22) GUYONVARC'H, C.-J., LE ROUX, F., Los druidas, Abada Editores, 2009, p. 341
(23) GREEN, M. J., El mundo de los druidas, Akal, 2010, (1º ed. Exploring the world of the Druids, 1997), p. 81-84
(24)PONCELAS ABELLA, A., Contos e lendas do Bierzo. Instituto de Estudios Bercianos, 2004, pp. 169-170
(27) VEGA OBESO, M.C., Toponimia, 93. Cangues d'Onís, 3, Academia de la Llingua Asturiana, 2002, pp. 26-27
(28) VEGA OBESO, M.C., Toponimia, 93. Cangues d'Onís, 3, Academia de la Llingua Asturiana, 2002, pp. 26-27
(30) «Hállase memoria de esto del tiempo de Augusto César, en este valle, sobre que cae la Iglesia de Santa Eulalia, en un lugar llamado Corao, donde los viejos vieron más de veinte piedras de Sepulturas romanas con letras, y así otras piedras de aquel tiempo, las cuales se han consumido en edificios, que no quedan ya más de tres, y estas yo las llevo sacadas.....” Ambrosio de Morales» AMBROSIO DE MORALES, Viaje a los Reinos de León y Galicia y Principado de Asturias, publicado en 1765 aunque el viaje se realizó en el siglo XVI; Lápidas vadinienses en Corao. SOMOANO, C.D., Los Vadinienses, : Conferencia pronunciada por don Celso Diego Somoano, cronista oficial de Cangas de Onís, en la Casa del Médico de Corao, el día 11 de mayo de 2002, Biblioteca virtual de la Asociación Cultural Abamia,
http://www.abamia.net/Los%20Vadinienses.pdf
(31) Canaloriu, El: Camín asitiáu nuna encruciyada onde s'arrexuntaben tolos caminos d'ilesia de la parroquia qu'empobinaben p'Abamia: El Robléu, El Camín del Pitu, La Caleya Xerruca, El Caleyón del Rozu, etc. Antaño, yera nesi llugar onde aniciaba'l camín más antiguu pa dir a la Ilesia d'Abamia y a El Cimenteriu d'abamia. El camín entamaba n’El Puente Abamia que ta penriba d'El Castañéu de Corao. Agora'l llugar ta desdexáu porque se fizo una carretera nueva pa xubir per otru llau. VEGA OBESO, M.C., Toponimia, 93. Cangues d'Onís, 3, Academia de la Llingua Asturiana, 2002, p. 14
(32) GONZÁLEZ REBOREDO, X. M., Lendas galegas de tradición oral, Editorial Galaxia, 2002 (1ª ed. 1995), pp. 121-123
(35) GONZÁLEZ REBOREDO, X. M., Lendas galegas de tradición oral, Editorial Galaxia, 2002 (1ª ed. 1995), p. 124
(36) INFORMANTE: Domingo Vázquez López, Becín-Guitiriz, RECOLLIDA POR: Amanda Vázquez García, Revista Leliadoura, 2007
(37) INFORMANTE: Juan Rodríguez González; RECOLLIDA POR: Pablo Paredes Miragaya, Revista Leliadoura, 2007
(39) Relato de La Niña Encantada. LLANO ROZA DE AMPUDIA, A., Del folklore asturiano. Mitos, supersticiones, costumbres, 1922, pp. 86
(40) GAIGNEBET, C. (1984): El Carnaval. Ensayos de mitología popular, Barcelona, Alta Fulla; BARTOLOME PEREZ, N., La fiesta de Santa Brígida en León: una celebración invernal preludio de la primavera, Revista Folklore, nº 293, 2005, pp. 147-161
(41) CARIDAD ARIAS, J., Los fenómenos de homonimia y homofonía en la toponomástica y su repercusión en las etimologías cultistas y populares de la Europa Occidental, Tesis doctoral en la Universidad de La Laguna ( España ) en 2003, pp. 123-125