En un artículo anterior traté sobre la
leyenda berciana de las Siete Hermanas, con paralelos en Miranda de Douro y Asturias
(1). La hermana mayor se asoció al santuario de la
Guiana o Aquiana, el misma cima del monte, al que dedicamos también otra entrada
(2). Lo llamativo es que a pesar de la forma singular de este pico no puede ser utilizado en todo el Bierzo como referencia en el paisaje para señalar la salida o puesta del sol o de la luna con la finalidad de seguir el calendario. Aunque, parafraseando la introducción de los libros de Astérix.. ¿Todo? ¡No! Hay una zona del Bierzo, al límite, desde la cual la Guiana se convierte en un marcador en el paisaje excelente para señalar la puesta del sol en las fiestas de media estación de primeros de mayo y primeros de agosto: Peñalba de Santiago.
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La Aquiana |
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Vista de la Aquiana desde la iglesia de Santiago de Peñalba |
Sin duda, es arriesgado plantear que la actual iglesia de Santiago fue construida sobre un santuario precristiano anterior. El Testamento de San Genadio informa sobre la fundación de un monasterio dedicado a Santiago en un lugar conocido como Peña Alba entre el 908 y el 920(3).
«Poniendo toda mi solicitud y fuerzas en el dicho desierto, amplié con nuevos edificios la iglesia de S. Pedro, que poco antes había restaurado, y como mejor pude mejoré. Después edifiqué en los mismos montes otra iglesia a San Andrés y otro monasterio para monjes, y un poco más distante, dedicado a Santiago, edifiqué otro, que se llama Peñalba: entre uno y otro, en el sitio que se llama silencio, construí un cuarto en honor de Santo Tomás, y a cada una de estas iglesias ofrecí donaciones, alhajas y libros...»(4).
Información sobre la que también redunda su discípulo Salomón:
«D. Jenadio de santa memoria, y que permaneciendo en ella muchos años [en la sede episcopal de Astorga], construyó monasterios en el sitio llamado Peñalba bajo el monte de la Aquiana, donde vivió antes de ser Obispo»(5).
Aunque la fecha de construcción del cenobio, atribuida a Salomón, y estando ya San Genadio enterrado allí, es del 937(6).
Aunque estos datos no sostienen (ni refutan) la existencia de un lugar de culto previo, sí nos consta, en el siglo VII, la destrucción de santuarios paganos en el Bierzo y sus sustitución por iglesias cristianas. Lo tratamos en detalle en nuestros artículos dedicados a San Valerio
(7). Un posible elemento a favor de esta hipótesis podría haber sido la presencia de unos signos grabados, sobre una de las ventanas, que recuerdan las figuras de algunas pinturas rupestres, si no fuera porque el Instituto de Estudios Históricos Enrique II de Trastámara, anunciaba en 2009 en prensa haber descifrado este “enigma”:
«el resultado obtenido de la investigación indica que su primera grafía fue tosca y no se corresponde con el mejor acabado en piedra; que su contenido sigue la costumbre romana de inscribir el nombre “ichthys”, equivalente a “pez” en griego»(8).
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Inscripciones sobre una de las ventanas de la iglesia de Santiago |
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Signo Ichthys de las ruinas de Efeso, Turquía. Fuente: Wikipedia |
Próximas están las Cuevas del Silencio o de San Genadio, de las que la mejor conocida (no sé si la única que se conserva), es la reacondicionada por el obispo Vicente Alonso y Salgado a finales del siglo XIX(9).
«Lo que no podemos callar (sin desaire del rio del Silencio) son las cuebas de su nombre, fabricadas por el brazo Omnipotente, junto al nacimiento del expresado rio, al margen occidental, donde se levantan unas peñas altisimas y escarpadas, que en si mismas franquean las mencionadas cuebas del Silencio. Sandoval las describe de este modo. Son (dice) cinco. Obrólas naturaleza en una altísima montaña de de peña viva. Para subir a ella no hay mas que unas sendas de cabra, y son menester sus pies, y irse trabando en las matas, y no mirar abajo por no desvanecerse. Sobre las tales cuebas se levanta la peña tajada tan alta, que deben de ser treinta estados: que cierto que pone pavor mirarla. Están las bocas de las cuebas al Oriente, que en naciendo el Sol da en ellas; no mayores que emdio estado de hombre, y estas sirven de puerta y ventana. Dentro son espaciosas y medianamente altas; sus poyos alrededor: al fin no es obra de hombres, sino de naturaleza. Aprovechabanse de estas los Santos Monges en el Adviento y Quaresma. Los mas viejos en la Santa Milicia, y ya instruidos para bien peleor (como dice N. P. S. Benito) se retiraban aqui: y con sumo silencio, con yerbas, raíces, disciplinas y oraciones, hacian sus Advientos y Quaresmas, hasta que llegando las Pasquas salian a celebrarlas en los Monasterios con sus hermanos»(10).
«CUEVAS DE SAN GENADIO: están abiertas a pico en peña viva, en un estribo de rapidísimo declive de los montes Aquilanos a 3 leguas de Ponferrada, (provincia de León) y junto al nacimiento del río Silencio. Las que hoy se pueden examinar con incomodidad y esposición (sic) son 4, aunque su número es mayor: todas tienen una pequeña puerta hacia el Este, un poyo alrededor y su figura más o menos cuadrada, se asemeja a una celda no muy espaciosa. Creese que las mandó hacer San Genadio, abad de San Pedro de Montes, para retirarse a ellas con otros anacoretas en las temporadas de penitencia: el sitio no podía estar mejor elegido, porque es agreste y espantoso en demasía. El vulgo llama a aquel santo Juanacio, y acude el día de la Natividad de San Juan Bautista a visitar las cuevas, recoger polvo de ellas que suponen específico contra las calenturas intermitentes, y dejar coronas de flores perpétuas o siemprevivas, en las cruces que hay a la entrada de aquellas, para cuya operación es preciso trepar y arrastrarse por entre agudas peñas, asiéndose a débiles arbustos y llevando la vista en peligro, porque la altura es considerable, y está el terreno como el de un tejado»(11).
«En el seno de estas rocas hay varias cuevas donde San Genadio y sus monges se retiraban por la cuaresma y adviento a hacer rígida y severa penitencia. los senderos que a ellas conducían se han borrado, y apenas las cabras mismas pueden frecuentarlos. Pero la del santo conserva su camino que la devoción persevera en trillar. Es bastante espaciosa, aunque no ofrece cosa notable de cristalizaciones y estalactitas. En el medio hay una cruz de madera que todavía vimos coronada con una guirnalda de azucenas puesta por mano de los romeros en el día de San Juan»(12).
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El Corón desde la Cueva de San Genadio |
La actual y visitable Cueva de San Genadio está orientada aproximadamente al Este. La vista desde la cueva incluye el Corón, imprecisamente alineada en la salida del sol del solsticio de verano de hace 4000 años (1,7º), pero con un error aceptable con el valor de la oblicuidad de la eclíptica actual (~1º). Además, los primeros rayos del sol en esta fecha iluminarían probablemente alguna zona de la pared de la cueva, probablemente raspada para obtener el preciado polvo. Una práctica análoga parecía realizarse en la iglesia de San Juan de San Fiz, próxima a Villafranca del Bierzo, seguramente con la misma motivación.
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Iglesia de an Juan de San Fiz |
En este
enlace podéis obtener los cálculos.
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(3) MARTÍNEZ TEJERA, A. M., La iglesia de Peñalba de Santiago (El Bierzo, León), El santuario de un héroe espiritual de los siglos IX y X, Revista Argutorio, nº 26, 2011, p. 45
(6) MARTÍNEZ TEJERA, A. M., La iglesia de Peñalba de Santiago (El Bierzo, León), El santuario de un héroe espiritual de los siglos IX y X, Revista Argutorio, nº 26, 2011, p. 45
(7) GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M.A.,
Valerio del Bierzo, la Provincia Asturiense y el santuario pagano d..., Asturiensis Prouincia Indigena, 2012, GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M.A.,
El santuario pagano de San Félix: San Félix de Visonia, la ermita d..., Asturiensis Prouincia Indigena, 2012
(9) MARTÍNEZ TEJERA, A. M., La realidad material de los monasterios y cenobios rupestres hispanos (siglos V-X), VV. AA., Monjes y monasterios hispanos en la Alta Edad Media, Fundación Santa María la Real, Centro de Estudios del Románico, 2006, p. 79
(10) FLOREZ, E., España Sagrada. Theatro Geographico-Historico de la Iglesia de España., XVI, 1762, p. 40
(11) MADOZ, P. Diccionario geográfico-estadístico-histórico de España y sus posesiones de Ultramar, XVII, 1847, p. 269
(12) Van HALEN, A., Diario razonado de los acontecimientos que tuvieron lugar en Barcelona, desde el trece de noviembre al catorce de diciembre de 1842, 1845, p. 99