A pesar de que muchos de sus grabados están muy desdibujados en la actualidad, esta estación rupestre es una de las más ricas e interesantes del Noroeste. Aparecen cérvidos, una figura humana empuñando armas, una figura que ha sido identificada como un cánido
(1), una retícula que parece integrada en una figura animal y motivos circulares, algunos de los cuales se encuentran entre las astas de dos ciervos. Una de las figuras más complejas, es la de un ciervo fundido a dos grupos de círculos concéntricos radiados, unidos por una especie de pasaje.
Josefa Rey Castiñeiras y Jorge J. Eiroa García, señalan que la temática principal de los grabados parece representar una escena de caza:
«La temática principal del conjunto de Cova da Bruxa es, evidentemente, la caza. Esta afirmación se basa, esencialmente, en la representación de manadas de ciervos, en distintas posturas y distribuidos por toda la superfi cie de la roca, y en la presencia estratégica de la figura humana, en una postura que no ofrece dudas, ya que portan objetos en las manos (armas de caza), y uno de ellos está acompañado por un perro, que parece colaborar en el ojeo y acoso de la manada, mientras el otro parece montar un caballo»(2), si bien, consideran que los símbolos circulares tienen un significado simbólico y ritual, probablemente en relación con el ciclo solar: «Las variadas interpretaciones que se han dado a los circuliformes, en general (mapas, cabañas, castros, altares, trampas de caza... etc.), no parecen satisfactorias por completo. A nuestro juicio es bastante más probable que estemos ante motivos de carácter sagrado o mágico, tal vez en relación con el ciclo solar»(3).
«Es decir, tendríamos que aceptar que los distintos paneles fueron grabados en distintas épocas, pero en ellos predomina el tema prioritario de la caza. Esto no tiene por qué hacernos olvidar otras posibles líneas de interpretación, ya que es evidente que los conjuntos de grabados suelen reflejar también una fuerte carga simbólica, susceptibles de ser interpretadas desde las tesis chamánicas, mágicas o simbólico-religiosas, como parecen indicar las incorporaciones sacras medievales cristianas, con la incorporación de cruces que, en las tesis tradicionales se interpretaban como la “cristianización” de un antiguo lugar de cultos profanos. De hecho, en lo que se refiere a Cova da Bruxa, la tradición popular nos recuerda que en el sitio que hoy ocupan el conjunto rupestre fue enterrada una meiga y que en aquel lugar se celebraron en el pasado aquelarres en los que participaban las brujas y sus adictos»(4).
Generalmente, las representaciones de ciervos en el arte rupestre suelen interpretarse como escenas de caza, como una actividad de prestigio, dado que otras escenas de la vida cotidiana no aparecen reflejadas:
«De nuevo nos encontramos con la ausencia casi total de las actividades más frecuentes de la vida cotidiana pues no se aprecian prácticas agrícolas o ganaderas. Esto podría interpretarse en el sentido de que en el arte solo aparecen actividades de prestigio social, la caza y la monta, aunque está ausente la guerra que pudiera estar implícitamente representada si es correcta la interpretación de la presencia de las armas y no de unas cualesquiera sino precisamente de las más prestigiosas [...] Puede que el pastoreo de los grandes animales como los bóvidos fuese también una actividad socialmente prestigiosa en cuyo caso se refuerza la conclusión anterior sobre el reflejo de aquellas actividades que tenían un papel social importante»(5).
Sin embargo, también es posible que ciervos y toros sean igualmente símbolos dentro de su sistema de creencias:
«Las imágenes de ciervos asociadas al sol halladas en la Península Ibérica hacen suponer la asociación de este animal y el astro diurno, documentada de igual modo en la religión celta y germana, en la que el ciervo simboliza al sol. Esta dualidad se refleja igualmente en el culto al árbol escandinavo, el fresno del mundo céltico, Yggdrasil. La copa se asocia al águila, al cielo y al ciervo, mientras que la raíz se relaciona con la tierra y la serpiente»(6).
«Las cornamentas y los cuernos parecen haber tenido un simbolismo diferente dependiendo del animal al que corresponden: las cornamentas pertenecen a bestias que, aunque son agresivas entre ellos durante la época de celo, en el resto son benéficos, tímidos y no agresivos generalmente hacia los hombres. Los toros, sin embargo, son beligerantes y pueden ser peligrosos para la gente. Estas características diferentes se reflejan en los dioses que simbolizan: el dios con cornamenta de ciervo es un dios beneficioso de prosperidad y bienestar, mientras que los otros dioses cornudos [toros], especialmente en el norte británico, frecuentemente un simbolismo agresivo, marcial y relativo a la fertilidad»(7).
De hecho, en esta estación encontramos asociaciones de ciervos con combinaciones circulares, de modo que Rey Castiñeiras y Eiroa García admiten que «la asociación de un ciervo a un círculo o una combinación circular en el extremo posterior del lomo o la cola pudo responder a contenidos de tipo religioso, a la naturaleza solar de un animal sicopompo que acompaña y protege en el más allá»(8).
Cuando visité el yacimiento este verano, busqué montes en el paisaje que pudieran constituir buenas referencias para señalar las salidas o puestas del Sol en solsticios, equinoccios y fiestas de media estación, así como de la Luna en los lunasticios. El horizonte hacia el Sur estaba cubierto de nubes, ya fuera del alcance del recorrido solar o lunar. La siguientes fotografías muestran los marcadores en el paisaje considerados en el momento de la visita y posteriormente analizados.
La primera corresponde al Outeiro, el monte más destacado, seguido por una profunda hondonada y un nuevo, y menor pico.
Más hacia el Sur se observa un pico hendido, algo por encima de una suave línea de montes que se aprecian por detrás y que a partir de aquí ocupan una posición más elevada en el horizonte.
Los resultados de alineamientos astronómicos con puntos conspicuos del paisaje señalan un alineamiento en la puesta de la Luna en su lunasticio menor Norte, una declinación de 15.5º con el pico que sigue a la hondonada, y de -10º en el pico hendido. Si consideramos solo estas referencias obtendremos una probabilidad próxima al 27% de que este alineamiento no sea deliberado según vimos en el artículo
Evaluación estadística de observatorios astronómicos prehistóricos(9). Curiosamente, la puesta del Sol en las fiestas de media estación que se producen entre los equinoccios y el solsticio de verano, Beltaine y Lugnasad, se produce en el seno de la hondonada ¿será este el significado del círculo solar entre las astas del ciervo?
Podéis obtener los cálculos en este enlace.
AÑADIDO DEL 7 DE FEBRERO DE 2014
Gracias a mi amigo Cristobo de Milio Carrín, he tenido conocimiento del artículo de Jesús Suárez López: La cervatina bendita y la serpiente maldita: la lucha mítica del ci...(10), de gran interés y con una estrecha relación con el planteamiento de este artículo.
El punto de partida de Jesús Suárez es una tradición popular vaqueira cuyo objeto es curar la mordedura de la serpiente en la que aparece un motivo legendario que habla del enfrentamiento entre el ciervo y la serpiente. El autor concluye que este bebe de un mito preindoeuropeo sobre una lucha mortal entre ambos animales.
Siguiendo a Jesús Suárez, observamos como este mito ha sido apropiado por el cristianismo durante la Edad Media, de modo que el ciervo se identifica con Cristo (o con la Cruz, que es un árbol). La serpiente, que a veces es sustituida por un dragón, se asimila al pecado. Esta concepción se nutre de de crónicas como la Historia Natural de Plinio el Viejo; la Historia de los animales, de Claudio Eliano o el Fisiólogo, una obra del siglo II nacida en Alejandría, traducida al latín en el V, y de amplia difusión durante la Edad Media.
«El ciervo vive durante cincuenta años, y al final de ese periodo corre a gran velocidad por los valles boscosos y los barrancos de las montañas, localiza por su olor las madrigueras de las serpientes, y de inmediato acerca sus narices a la entrada de aquéllas, conteniendo el aliento. Entonces, la serpiente se precipita afuera y va a parar a la boca del ciervo, que se la traga; por eso se le llama élafos, porque sacó a la serpiente de las profundidades. Luego, corre con la serpiente hacia un arroyo; si no bebe agua antes de tres horas, morirá; pero si encuentra agua, vivirá otros cincuenta años. Por eso dijo el profeta David: "Así como el ciervo desea el fresco manantial, así te desea mi alma, oh Dios"» (11)
«De los ciervos: Pelean éstos con las serpientes, buscan sus cuevas, y sácanlas por fuerza con el resuello de las narices. Y, por tanto, es excelente remedio para ahuyentarlas el olor de su cuerno quemado» (12).
«El ciervo y las serpientes: El ciervo vence a las serpientes gracias a un admirable don que la Naturaleza le otorgó. Y el odiosísimo bicho, aunque esté metido en un escondrijo, no puede escapar del ciervo. Al contrario, el ciervo, aplicando sus narices al refugio del reptil, inspira con toda su fuerza y, así, va arrastrándolo con sus inspiraciones como si esto fuera un hechizo, y lo obliga, pese a su resistencia, a salir y empieza a comerlo según va asomando. El ciervo cuando más hace esto es en el invierno. Más aún, si uno reduce a polvo un cuerno de ciervo y luego echa el polvo al fuego, el sólo humo que se levanta echa a las serpientes de todas partes, porque no soportan siquiera el olor» (13).
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Physiologus, grabado Van der Borcht (s. XVI) |
Con objeto de remontar esta tradición a sus orígenes, Jesús Suárez hace referencia a la presencia del ciervo en monumentos funerarios y orfebrería escita, de modo que «La madre del sol era imaginada como una gran cierva con cuernos. Esta gran cierva se representaba portando el sol entre sus cuernos y, en algunos casos, el sol mismo quedaba simbolizado como el ciervo hijo de esta gran cierva cosmogónica»; o a la represenctación de un dios con cuernos de cérvido en el caldero ritual de Gundestrup, hallado en Jutlandia, Dinamarca, y datado en el siglo II a. C., en la que se muestra flanqueado por un ciervo y una serpiente, a la que sujeta con la mano; o hallazgos arqueológicos realizados en Khanlar (Azerbayán), enterramientos 149 y 150, fechados entre 1500 y 1350 antes de Cristo, en las que se encontraron esqueletos de ciervos, cabras, cánidos y serpientes, con la serpiente colocada en la parte inferior y el ciervo en la parte superior; o los trabajos publicados por Homes-Fredericq sobre las tablillas mesopotámicas protohistóricas, que evidencian que la relación entre el ciervo y la serpiente se documenta ya en el cuarto milenio antes de Cristo. El ciervo, se asociaría con la desaparición gradual del sol a lo largo del otoño y con su resurrección a partir del solsticio de invierno, de modo que el animal, sin cuernos, sería imagen del sol invernal presolsticial, mientras que provisto de su cornamenta, que semeja un árbol, sería imagen del sol pleno.
Finalmente, el autor nota que en el conjuro vaqueiro, la serpiente derrotada va a refugiarse a las raíces de un fresno, lo que inmediatamente evoca el mito cosmogónico escandinavo.
«En cualquier caso, el hecho de que la culebra derrotada del conjuro asturiano vaya a morir a la raíz del fresno nos recuerda la existencia de otro “axis cósmico” relacionado con el ciclo “nacimiento-muerte-resurrección”, que también se caracteriza por situar ciervos en la parte superior y una serpiente en la parte inferior: el fresno Yggdrasil, el árbol de la vida, el centro del universo en la cosmogonía escandinava. Su tronco forma un eje vertical alrededor del cual se sitúan los nueve mundos y su copa sostiene el cielo. En la rama más alta vive el águila Vidofnir, y desde allí vigila los nueve mundos. Ésta, a su vez, tiene a un halcón llamado Veölförnir entre los ojos, que vigila los movimientos del águila. Cuatro ciervos (Dain, Dvalin, Duneyr y Durathror) ramonean por sus ramas y el rocío que cae de su cornamenta forma los ríos del mundo. Por el tronco sube y baja la ardilla Ratatosk, llevando noticias falsas y sembrando la discordia entre el águila y la serpiente Nidhug, que vive al lado de la raíz más profunda de Yggdrasil: la que atraviesa el Niflheim, el mundo frío, la morada de los muertos. Esta raíz es roída constantemente por la serpiente Nidhug, que trata de secar el árbol mientras aguarda la llegada de Ragnarök, una conflagración apocalíptica entre los dioses y los demonios en la que casi todo el universo será destruido».
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(1) Alguna bibliografía sobre la estación: FORMOSO ROMERO, M.J. E COSTA CALDERÓN, J. , Estación rupestre de Muros de San Pedro, Brigantium, 1980, pp. 13-45; EIROA GARCÍA, J.J. y REY CASTIÑEIRAS, J., Guía de los petroglifos de Muros, 1984; BRADLEY, R., CRIADO BOADO, F. FÁBREGAS VALCARCE, R., Arte rupestre y paisaje prehistórico en Galicia. Resultados del trabajo de campo entre 1992 y 1994, 1995, pp. 67-95; VÁZQUEZ ROZAS, R., Los petroglifos gallegos: selección de su emplazamiento y selección de las rocas grabadas, Actas del XXII Congreso Nacional de Arqueología, 1993, pp. 69-76; COSTAS GOBERNA, F.J., HIDALGO CUÑARRO, X.M., NOVOA ALVAREZ, P. DE LA PEÑA SANTOS, A., Aproximación a las representaciones de cuadrúpedos en el Grupo Galaico de Arte Rupestre, Los motivos de fauna y armas en los grabados prehistóricos del continente europeo, 1997, pp. 85-112; Van HOEK, M.,El círculo, el ciervo y la trampa. Grabados de cuadrúpedos en rocas con combinaciones circulares en Europa, Brigantium, 2003 pp. 75-88, citados en REY CASTIÑEIRAS, J., EIROA GARCÍA, J. J., Arte de la Edad del Bronce: los grabados rupestres de Cova da Bruxa y Laxe das Rodas (Muros, A Coruña): actuación arqueológica y revisión interpretativa, AnMurcia, 25-26. 2009-2010, pp. 90-91
(2) REY CASTIÑEIRAS, J., EIROA GARCÍA, J. J., Arte de la Edad del Bronce: los grabados rupestres de Cova da Bruxa y Laxe das Rodas (Muros, A Coruña): actuación arqueológica y revisión interpretativa, AnMurcia, 25-26. 2009-2010, p. 106
(3) REY CASTIÑEIRAS, J., EIROA GARCÍA, J. J., Arte de la Edad del Bronce: los grabados rupestres de Cova da Bruxa y Laxe das Rodas (Muros, A Coruña): actuación arqueológica y revisión interpretativa, AnMurcia, 25-26. 2009-2010, p. 104
(4) REY CASTIÑEIRAS, J., EIROA GARCÍA, J. J., Arte de la Edad del Bronce: los grabados rupestres de Cova da Bruxa y Laxe das Rodas (Muros, A Coruña): actuación arqueológica y revisión interpretativa, AnMurcia, 25-26. 2009-2010, p. 108
(5) VÁZQUEZ VARELA, J.M., Ideología y poder en el arte rupestre prehistórico gallego, Cuadernos de Estudios Gallegos, Vol 39, No 104, 1991, pp. 18
(6) DAVIDSON, H.R.E., Gods and myths of Northern Europe, Penguins Books, 1964, p. 193; CAMPBELL, Las máscaras de Dios, Mitología occidental, Alianza, 1992, p. 519, citados en LACALLE RODRÍGUEZ, R., Relaciones entre el arte y la mitología megalítica, Gallaecia, Nº 18, 1999, p. 42
(7) ALDHOUSE-GREEN, M. J., An Archaeology of Images : Iconology and Cosmology in Iron Age and Roman Europe, Taylor & Francis Routledge, 2004, pp. 86-87
(8) REY CASTIÑEIRAS, J., EIROA GARCÍA, J. J., Arte de la Edad del Bronce: los grabados rupestres de Cova da Bruxa y Laxe das Rodas (Muros, A Coruña): actuación arqueológica y revisión interpretativa, AnMurcia, 25-26. 2009-2010, p. 113
(9) GONZÁLEZ GONZÁLEZ, M.A., Evaluación estadística de observatorios astronómicos prehistóricos, Asturiensis Prouincia Indigena, 2012,
http://asturiense.blogspot.com.es/2012/03/evaluacion-estadistica-de...(10) SUÁREZ LÓPEZ, J., La cervatina bendita y la serpiente maldita: la lucha mítica del ciervo y la serpiente y un conjuro asturiano contra la culebra (narrativa e iconografía). Culturas Populares. Revista Electrónica 5 (julio-diciembre 2007), 27pp .
http://www.culturaspopulares.org/textos5/articulos/suarezlopez.pdf
(11) Physiologus: Carlill, 197-198; Peters 31-33, citado en Bestiario medieval (Madrid: Ediciones Siruela, 1986), p. 106, citado en SUÁREZ LÓPEZ, J., La cervatina bendita y la serpiente maldita: la lucha mítica del ciervo y la serpiente y un conjuro asturiano contra la culebra (narrativa e iconografía). Culturas Populares. Revista Electrónica 5 (julio-diciembre 2007), 27pp .
(12) Cayo Plinio Segundo, Historia Natural, libro VIII, cap. XXXIII (Madrid: Universidad Nacional de México-Visor Libros, 1999), p. 397, citado en SUÁREZ LÓPEZ, J., La cervatina bendita y la serpiente maldita: la lucha mítica del ciervo y la serpiente y un conjuro asturiano contra la culebra (narrativa e iconografía). Culturas Populares. Revista Electrónica 5 (julio-diciembre 2007), 27pp .
(13) Claudio Eliano, Historia de los animales, libro II, cap. IX, ed. José Vara Donado (Madrid: Akal Clásica, 1989), pp. 79-80, citado en SUÁREZ LÓPEZ, J., La cervatina bendita y la serpiente maldita: la lucha mítica del ciervo y la serpiente y un conjuro asturiano contra la culebra (narrativa e iconografía). Culturas Populares. Revista Electrónica 5 (julio-diciembre 2007), 27pp .
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Los calcos y fotos en blanco y negro son de REY CASTIÑEIRAS, J., EIROA GARCÍA, J. J., Arte de la Edad del Bronce: los grabados rupestres de Cova da Bruxa y Laxe das Rodas (Muros, A Coruña): actuación arqueológica y revisión interpretativa, AnMurcia, 25-26. 2009-2010, pp. 77-117